Tomado de la página Psicología Online: http://www.psicologia-online.com/autoayuda/estres-ansiedad/recomendaciones.html
- Aprendamos a manejar el tiempo (específicamente “la enfermedad de la prisa”). No sólo me refiero a sacar más tiempo para divertirnos, sino a cambiar nuestras actitudes y comportamientos para lograr la mejor combinación a la hora de realizar las tareas que demandan un tiempo sustancial, armonizando todo ello con el tiempo que realmente tenemos a nuestra disposición.
- Quitemos nuestro ego del medio para evitar sentirnos hostiles y agresivos. El falso orgullo no conduce a nada.
- Planifiquemos nuestro trabajo, primero una cosa y después la otra.
- Desarrollemos pasatiempos, el hábito de la lectura, hobbies, pasear, ejercicio físico, etc. En definitiva desarrollemos actividades donde no tengamos que estar continuamente compitiendo con otras personas.
- Compartamos nuestro tiempo con nuestros amigos, pareja, hijos…haciendo cosas agradables en común y gratificantes para todos. Dediquemos nuestro tiempo a hablar, a escuchar y a compartir.
- Aprendamos a quedarnos con lo agradable, con lo positivo, con lo mejor y si además lo registramos el efecto aún será mayor.
- Aprendamos a delegar tareas y demos tiempo razonable a los demás para que las puedan llevar a cabo pues todos nos beneficiaremos de ello.
- Cuando comamos disfrutemos de la comida, cuando trabajemos del trabajo pero una vez terminado no dediquemos nuestra energía y nuestro tiempo a seguir con ello.
- Ante un problema, busquemos nuevas alternativas para enfrentarlo y resolverlo, no nos quedemos con una sola. Si no las encontramos busquemos información que nos ayude a desarrollarlas.
- Actuemos con calma y esperemos un tiempo para que los problemas se vayan resolviendo poco a poco y podamos enfrentarlos con un mayor número de recursos.
- Utilicemos el humor e intentemos extraer aprendizajes de nuestros errores, no los veamos como fracasos sino como mecanismos necesarios para aprender a resolver los problemas cotidianos y poder salir, a través de ellos, fortalecidos.
- Veamos las situaciones conflictivas como nuevos retos a superar, como oportunidades para crecer, madurar y desarrollar nuestra capacidad para poder alcanzar nuevas metas y objetivos.
- Utilicemos a otras personas que actúan de forma eficaz como modelos a tener en cuenta, a la hora de desarrollar nuestros potenciales, pues podremos aprender mucho de ellos a través de la observación. Pensemos cómo actuaría ante un problema aquella persona que admiramos por su capacidad para resolver problemas y actuemos en consecuencia.
- Aceptemos lo que no podamos cambiar por ser inevitable y focalicemos nuestra atención en otros aspectos más productivos, más realistas y positivos.
- Trabajemos el presente para modificar e influir en nuestro futuro. El pasado no lo podemos cambiar pero sí podemos aprender de él para no cometer los mismos errores.
- Actuemos a corto plazo, sin prisas pero sin pausa, estudiemos qué podemos hacer y utilicemos todos los recursos y estrategias a nuestro alcance para aprender a modificar nuestros tres sistemas de respuesta (cognitivo, fisiológico y motor) a largo plazo.
- Aprendamos a modificar los pensamientos negativos. Un pensamiento positivo genera emociones positivas, por ello pongamos el pensamiento a nuestro servicio e invirtamos nuestro tiempo y energía para sacar el máximo partido de ello.
- Recordemos siempre que si no podemos cambiar la situación cambiemos nosotros y para ello el pensamiento juega un papel fundamental.
- Recordemos que la clave, en última instancia, es saber detenerse a tiempo y reflexionar sobre lo que realmente es importante. Dejemos a un lado lo que creemos que debería ser y actuemos para modificar todo aquello que, objetivamente, nos esté provocando malestar físico o psicológico.
- Ante todo, si no podemos resolverlo solos busquemos ayuda pues hay muy buenos profesionales que pueden ayudarnos a conseguirlo de una forma rápida y eficaz. El sufrimiento es inútil no invirtamos nuestra energía y nuestro tiempo en desarrollarlo, actuemos para movilizarnos y cuanto antes lo hagamos muchísimo mejor.
Recordemos siempre que un problema tiene muchas soluciones y muchas alternativas, no nos quedemos con una sola.
¡Si no podemos cambiar la situación cambiemos nosotros que para ello disponemos de un arma fundamental que es nuestra mente! ¡Pongámosla a nuestro servicio y habremos ganado la batalla a la ansiedad y al estrés!
Respuestas