UN SISTEMA NERVIOSO AUTONOMO CONTROLA EL FUNCIONAMIENTO DE LOS ORGANOS E INFLUYE SOBRE LA SALUD Y EL ANIMO.
La sospecha popular de que los seres humanos piensan con dos cabeza puede ser menos irónica de lo que se piensa. un cerebro, el más conocido, se encuentra en la cabeza, y el otro no se ubica donde se suele sospechar sino en el sistema digestivo. Este último se encuentra literalmente forrado de células nerviosas y contiene los mismos neurotransmisores que utilizan las neuronas para comunicarse entre si. Los últimos hallazgos muestran que ambos cerebros funcionan de manera autónoma aunque se coordinan cuando es necesario. Muchas molestias intestinales podrian explicarse por el incorrecto funcionamiento del "cerebro intestinal" o por interferencias en la comunicación con el cerebro superior.
El cerebro digestivo, conocido como sistema nervioso entérico, esta localizado en capas de tejido que forran el esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon. Es una entidad anatómica única, compuesta por redes de celulas nerviosas, sustancias neurotransmisoras y proteinas que actuan como mensajeras entre neuronas, capaz de aprender, de influir sobre el estado de ánimo y la salud.
UN SISTEMA AUTONOMO
El cerebro intestinal desempeña un papel importante en las felicidades y en las miserias humanas, aunque poca gente sepa que lo tiene, dice Michael Gershon, autor del libro The second brain y profesor de anatomia y biología celular del centro médico presbiteriano Columbia de nueva york. Describir las misiones del cerebro intestinal puede ser tan complicado como intentarlo con las del cerebro ubicado en el cráneo. Hasta ahora estan claras dos fundamentales. La primera es dirigir el preceso de digestión. La segunda, colaborar con el sistema inmunitario en la defensa frente a sustancias y microorganismos hostiles, dos funciones tan vitales como las desempeñadas por el cerebro superior. Hasta hace poco se creia que el cerebro controlaba directamente los nervios y musculos intestinales a través del nervio vago. El intestino era simplemente un tubo que obedecia ordenes autónomas. El problema es que nadie habia contado el número de células nerviosas presentes en el intestino. Cuando se ha hecho, se ha visto que el intestino contiene más de cien mil millones de neuronas, casi tantas como ya el cerebro conocido.
NUESTRO GRAN CENTINELA
La red nerviosas intestinal está dirigida por un pequeño número de "neuronas comandantes" que reciben órdenes básicas del cerebro y las redirigen a los millones de neuronas que se extienden a través de las dos redes nerviosas propias del intestino: el plexo mientérico y el plexo submucoso. Los tejidos nerviosos de estos plexos también contienen células glia que forman la sustancia de sostén de los centros nerviosos. Las células glia están implicadas en la respuesta inmunitaria y sirven de barrera frente a sustancias que pudieran dañar las neuronas intestinales. La actividad inmunitaria del intestino es tan significativa que se le puede considerar el mayor órgano del sistema de defensa. Alberga más células inmunitarias que el resto del cuerpo y las neuronas entéricas están en permanente comunicación con ellas. Entre las funciones inmunitarias del cerebro intestinal cabe señalar el mantenimiento de las condiciones óptimas para el desarrollo de la flora intestinal beneficiosa y la detección inmediata de microorganismos que pudieran resultar perjudiciales. Las "neuronas comandantes" controlan la actividad del intestino. Poseen sensores especificos para el azúcar, las proteinas , el pH y otros elementos que indican la progresión de la digestión. A apartir de esta información, el intestino decide las sustancias que debe secretar para optimizar la asimilación de nutrientes y marca el ritmo con que los contenidos intestinales son empujados por el movimietno peristáltico. En definitiva, el cerebro intestinal toma decisiones y utiliza en su funcionamiento circuitos nerviosos complejos como sólo se encuentran en la cabeza. Los detalles sobre cómo el sistema nervioso entérico está vinculado con el sistema nervioso central han sido descubiertos en los últimos años y están formando un nuevo campo de la medicina llamado neurogastroenterología. Durante muchos años, a las personas que tenian dolor abdominal crónico se les ha dicho que sus prlblemas eran imaginarios o emocionales. Hasta se les podia dirigir al psiquiatra o el psicólogo para que recibieran tratamietno adecuado. Los médicos acertaban al relacionar estos problemas con el cerebro, pero culpaban al equivocado. Todo indica que la mayoría de desordenes gastrointestinales, incluido el sindrome de colon irritable, una dolencia que afecta al 10% de los españoles, se originan en el cerebro intestinal o bien que éste se halla implicado de manera fundamental.
UN CONFLICTO EMOCIONAL
Las razones por las que el sistema nervioso entérico se trastorna aún no son bien conocidas, pero las emociones pueden desempeñar un papel fundamental, de la misma forma que influyen sobre el sistema nervioso central. Casi todos los pacientes con sindrome de colon irritable presentan problemas mentales y emocionales, como ansiedad, fatiga, agresividad, depresión o alteraciones del sueño. Una teoria sostiene que los afectados (sus cerebros digestivos) aprendieron durante la infancia a desarrollar molestias para hacer frente a situaciones de estrés. Digamos que provocan un cambio de escenario: de esa manera se conseguia que la preocupación por el sintoma físico dejase en segundo plano a cualquier otra. Por tanto las molestias intestinales pueden revelar una dificultad para AFRONTAR LOS RETOS QUE PRESENTA LA VIDA.
Es cierto que los síntomas de ambos cerebros se confunden. No es extraño, por que casi todas las sustancia que hacen funcionar el cerebro superior las produce también el cerebro intestinal. Neurotransmisores principales como la serotonina, la dopamina, al ácido glútamico, la noradrenalina y el óxido nítrico bañan las celulas nerviosas del intestino igual que lo hacen en el cerebro, aunque pueden tener funciones diferentes. Por ejemplo la serotonina, que en el cerebro está relacionada con la sensación de calma y bienestar, en el intestino, donde se encuentra el 95% del total corporal, se encarga de desencadenar los movimientos peristálticos. La mayoria de proteinas cerebrales simples, llamadas neuropeptidos, que son utilizadas por las neuronas para comunicarse entre ellas y con las células inmunitarias, se encuentan también en el intestino. Y un hallazgo que ha dejado atonitos a los investigadores es que el intestino es una abundante fuente de benzodiazepinas, la familia de agentes químicos psicoactivos incluidos en medicamentos tan populares como el diazepan (Valium) o el lorazepan (orfidal). A medida que se conocen más detalles sobre las relaciones entre los dos cerebros, se entienden mucho mejor algunos sintomas muy frecuentes. La sensación de tener mariposas en el estomago, es consecuencia de estimulación de las células nerviosas intestinales al liberarse cantidades extraordinarias de hormonas de estrés, como la adrenalina, por orden del cerebro cuando se enfrenta a una situación tensa (amenazas auténticas o imaginarias). Una diarrea puede ser el resultado del miedo, que multiplica los estimulos sobre los circuitos productores de serotonina, neurotransmisor que desencadena la motilidad intestinal. Los dolores abdominales y las irregualridades intestinales son habituales durante los periodos de tensión emocional. El dialogo entre cerebros explica muchos efectos secundarios de muchos medicamentos. Los que actuan a nivel psiquico tambien suelen hacerlo sobre el intestino. Los psicofarmacos que provocan cambios en los niveles de serotonina cerebral afectan ls producción de ese neurotransmisor en el intestino y pueden provocar náuseas, diarrea o estreñimiento. Sustancias como la morfina y la heroina actáun tanto sobre los receptores opiáceos que se hallan en el cerebro como en los que se encuentran en el intestino. ambos sistemas pueden hacerse adictos. Otra prueba del estrecho vinculo es que los enfermos de Alzheimer y de Parkinson sufren de estreñimiento: sus neuronas intestinales están tan enfermas como las cerebrales.
TRANQUILIDAD Y BUENOS ALIMENTOS
Cabe preguntarse si es posible modificar la concentración de neurotransmisores a través de la alimentación. La respuesta es si. Los alimentos ricos en hidratos de carbono favorecen la producción de serotonina y los proteicos, la de dopamina y noradrenalina. Otra estrategia para resover las molestias intestinales es lógicamente reducir el estrés, ya sea mediante técnicas de relajación, psicoterapia, ejercicio fisico, terapia corporal. Muchas personas has descubierto que dar paseos todos los dias puede reducir considerablemente los sintomas. La comunicación entre los sistemas nervioso central y entérico es como una autopista de dos direcciones, pero hay diez veces más tráfico hacia arriba que hacia abajo. Además, el sistema nervioso entérico parece ser la única parte del cuerpo que puede rechazar o ignorar un mensage que llega desde la cabeza. Es decir, el cerebro intestinal toma continuamente decisiones para el buen funcionamento del sistema digestivo y de todo el organismo.
PSIQUE Y DIGESTION
Los sintomas intestinales traslucen la personalidad y conflictos psiquicos. La inseguridad, el miedo, la rabia y otros factores similares producen retención y los consiguientes estreñimientos, ulceras o colón espástico. En el intestino donde se conectan las realidades interna y externa, se pueden retener aspectos de la propia personalidad que da miedo liberar. Apreciar los mensajes del abdomen ayuda a conectar con el cuerpo, con la tierra (si el ser humano fuese planta los intestinos serian sus raices), con lo primigenio con lo intuitivo.
¿por qué hay bezodiazepinas en el intestino? suguramente ponque pueden aliviar los estados de ansiedad, de manera que en el intestino hay un aútentico laboratorio farmaceutico donde se producen, entro otros, medicamentos naturales contra el estrés, según Anthony Basile, neuroquímico en el Laboratorio de Neurociencia dl Instituto de la Salud en Bethesda (Estados Unidos) Las importantes funciones del sistema nervioso entérico se están descubriendo, pero su prestigio, dentro de la medicina convencional, todavía no está a la altura de los del los "órganos nobles". En cambio para las medicinas orientales, el vientre es nada menos que el centro vital del organismo y lo es en el sentido más profundo.
Respuestas
Hola:
También el corazón (que tiene un campo electromagnético mayor que el del cerebro), o el higado, etc., tienen una considerable cantidad de células neuronales; de hecho, se ha comprobado que el corazón envía más información al cerebro de la que recibe de éste. Igual habría que prestarle más atención a este órgano tal como nos indican casi todas las tradiciones espirituales (las tradiciones espirituales de verdad, me refiero).
Un abrazo
Entiendo, sí, a mi a veces también se me pasa por la cabeza pero son flashes... porque lo pienso y creo que igual podría haber llegado hasta aquí por otro camino mucho más justo.
Para mi escucharme ha sido básico en todos los temas. En más de 20 años de diagnóstico he oído amenazas a mi salud de todo tipo, pero mi cuerpo siempre me gritaba lo contrario, no en susurros, no, a gritos... creo que de ahí las ganas de coger por las solapas a más de un incompetente...
Pero este tema, lo de que todo el sistema digestivo funcione de forma autónoma me hace pensar, ¿porqué no el respiratorio, por ejemplo, que es quien nos provee del oxígeno vital para nosotros?, ¿0 el endocrino, o...? Bueno, el caso es que es el digestivo, el que nos atraviesa de parte a parte, en canal. Abre otra perspectiva de influencia en el mental de toda la vida y en el emocional. Esto tiene implicaciones importantes, lo seguiré rumiando a ratos libres, seguro.
Un abrazote.
Hola Nuria, como estas? que maravilla nuestro cuerpo no te parece?......... cuanto màs profundizo en su conocimiento màs me sorprendo, sabes a veces pienso que tengo ciertas cosas que agradecerle al vih jejejeje que ironia no? y es esto: conectar con mi cuerpo e intentar habitarlo, conocerlo,no vivir del cuello para arriba, y me hace ver que estoy en panales,te mando un abrazo fuerte
Un artículo interesantísimo!!!!
Entre otras cosas deduzco que de la misma manera que con la mente (de la cabeza) podemos "controlar" el resto del cuerpo, también podemos hacerlo con la mente del digestivo. Quiero decir, una alimentación sana, equilibrada y consciente, puede controlar y afectar el resto del cuerpo, incluída muestra mente de la cabeza, nuestras emociones. De alguna manera es una forma de demostrar científicamente, lo que la medicina natural, el higienismo, etc, vienen clamando desde hace décadas, sino siglos.
Un campo de estudio que promete.