Consecuencias de las pruebas del Ritual-por Mónica Gilmore

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Consecuencias de las pruebas del Ritual-por Mónica Gilmore.

 

 

En aquellos días a finales de los ochenta, la presión de los medios de comunicación era insoportable.Había estado usado heroína durante más de dos años entre 1979 y 1982, así que sabía que estaba en situación de riesgo.

 

Todavía recuerdo la terrible conmoción que generaba en la audiencia,la campaña emitida por televisión y publicada en la prensa. Todo eran fotos de tumbas, y caras de zombies, con titulares alarmantes: "El SIDA MATA "... "NO MUERA DE IGNORANCIA". En febrero de 1988, puse fin a mi tortura psicológica, que finalmente se resumió en encontrar el valor suficiente para someterme a la prueba del virus del SIDA ".

 

A pesar que existía la posibilidad real de que yo pudiese ser positiva,algo dentro de mí,me decía que el resultado sería negativo.De tal forma que casi me olvidé de volver al hospital para buscar los resultados.

 

Por supuesto que fue un momento totalmente inesperado,porque yo no estaba preparada para lo peor. Es extraño cómo la mente puede elegir esconder por sí misma una situación que no es capaz de tratar. Entonces, una mañana me levanté de la cama bastante alterada después de una pesadilla en la que los médicos me decían que yo era VIH positiva. El temor había escapado de mi subconsciente. Fui directamente al hospital diciéndome a mí misma que un sueño no significa nada, que yo estaba bien, pero el sueño fue profético.

 

Esperé con nerviosismo en la Clínica de Enfermedades Infecciosas.Todavía recuerdo las caras tristes de los médicos, cuando me dijeron que era VIH positivo,se aseguraron en advertirme bien que no debía pensar en quedarme embarazada, hasta que hubiera más investigación "sobre el tema",me enseñaron los mejores resultados.

El mundo cayó sobre mí. Yo estaba en la flor de la vida, 25 años de edad con muchas expectativas.Habiendo salido con éxito del consumo de drogas, luchando durante seis años y volviendo a confiar en la vida,en la amistad,en el trabajo, lo último que quería oír,era que yo pertenecía a la ategoría del SIDA. El futuro parecía sin esperanza.

 

Al principio sentí como una descarga y entumecimiento.Después comencé a enfrentarme a lo que me habían dicho,inicie un proceso para "aclarar"  mi vida. ¿Qué era realmente importante para mí en esa situación tan crítica? Empecé a elegir a los amigos y a la gente con la que realmente yo quería estar . Mi ambición por continuar mi carrera trabajando en un banco,se desvaneció. De repente tenía un sentido diferente del tiempo y no podía soportar la idea de una rutina laboral de trabajo en una oficina, dedicándome a las cifras para el resto de mi corta vida.

 

De acuerdo a la mejor impresión que me dieron, tenía cinco años de vida.En ese momento cambié mi forma de ver la vida de una manera tan radical que casi me convertí en una monja. De hecho creo que me encontraba en una especie de crisis mística, pasaba muchas horas sentada en silencio rezando oraciones cristianas , la religión en la que fui educada.

 

Empecé a sentir nostalgia por mi pasado inocente de adolescente, cuando solía ir a la Iglesia y no sabía nada de la "gente mala que usan drogas".Desesperadamente intentaba que mi memoria llegase a tan inocente período, con el deseo de empezar de nuevo y rebobinar la cinta de vídeo,cancelando todos los recuerdos indeseables, borrando así alrededor de una década de mi vida.

 

Yo estaba llena de remordimientos por haber usado drogas duras, pero a los 17 años de edad no había sido lo suficientemente fuerte para decir no.En la inocencia de mi juventud,un apuesto hombre de 25 años que estaba en mi grupo de amigos,se había propuesto rescatarme de la heroína.Me enamoré de él y se convirtió en mi novio.

Yo quería experimentar que se sentía con lo "prohibido" de las drogas, tratando de hacerlo una sola vez para no caer en el hábito.

 

Pero no funciona de esa manera. La adicción a la heroína es como la adicción al alcohol: una vez que tienes la sensación de desinhibición,no puedes estar sin él. Así que seguí adelante con ella, primero sólo los fines de semana, a continuación, con más frecuencia, después, todos los días, hasta que una crisis personal me enseñó una salida, y lo dejé.

 

Nunca he compartido una aguja con nadie, ni siquiera con mi ex novio, porque en ese momento la hepatitis B era muy común entre los usuarios de drogas por vía intravenosa, y era consciente que debía de protegerme.

Como resultado de mi experiencia, entender cómo había llegado a ser VIH era un autentico rompecabezas.

 

Cuando le pregunté a los médicos, ellos respondieron que probablemente fue a través del sexo con mi ex novio. Su respuesta para ellos era razonable, pero no para mí.

Yo vivía con mi familia durante el período de la epidemia del VIH, fui diagnósticada, después de un año agotador en Londres donde trabajaba para un banco italiano. Yo no quise decirles nada acerca de mi "estado del VIH".

Ambos sufrieran de presión arterial alta, y quise protegerlos de esta terrible noticia. Todavía no saben nada, incluso ahora, porque con los años pasados, he encontrado cada vez menos motivos para comunicarles nada al respecto.

 

Después de todo, pensé, que el VIH era mi problema.No lo podía cambiar, así que ,¿por qué preocuparles con él?

También me sentía culpable porque yo les había dado bastantes problemas al final de mi adolescencia, especialmente durante el mes de hospitalización cuando deje las drogas.

 

De todos modos, me prometí a mí misma que yo le diría a mis padres y a mi hermano que era VIH cuando "los investigadores del VIH" encontrasen una cura, quizás una vacuna, y el SIDA ya no fuese una amenaza.

Obviamente, yo fui muy ingenua cuando tome esa decisión, ignorando por completo la posibilidad de cuestionar la existencia en sí del VIH.

 

Mirando hacia atrás, la prueba del VIH resultó beneficiosa para mí en un sentido: se produjo un cambio radical en mi estilo de vida.Dejé de fumar y beber alcohol.Se terminaron los fines de semana, las fiestas nocturnas los clubs llenos de humo, la disco ya no eran adecuadas para mí. Yo quería poner sentido a mi vida.Después de unos meses de reflexión y consultar mi decisión con mis padres, decidí volver a la universidad. En Italia, los costos universitarios son en gran medida pagados por las familias de los estudiantes. Así que mis padres estuvieron de acuerdo y me apoyaron durante los cuatro años siguientes.

 

Con 26 años de edad, era el comienzo de un gran reto para mí. Escogí estudiar filosofía en la Universidad Jesuita de Roma.Estudié con gran interés y con una participación cada vez mayor por la vida en universitaria. Me alegro de haber tenido a los jesuitas como maestros. Yo aprendí de ellos a no dar nada por sentado en la vida: cuestionar es la base misma de la filosofía. Tuve una buena formación, no sólo académica también desde un punto de vista independiente, algo que me pareció fascinante.

 

Me gradué en el año 1992 conocí a mi marido, Michael, que estaba enseñando en la misma universidad. Antes de que nos involucrásemos más sentimentalmente, le hable sobre mi estado VIH. Estaba dispuesta a ser rechazada como me había pasado antes con otro hombre. Para mi sorpresa él aceptó mi estado del VIH, y me aseguró que quería pasar su vida conmigo.

 

Durante ese período, yo todavía estaba visitando regularmente el hospital para los controles sanguíneos de rutina. A pesar que hice preguntas,los médicos me dijeron que no tenía información sobre la disidencia del VIH.

En Italia había muy pocas voces disidentes y por lo general no eran escuchadas. Luego, a finales de 1993, leí un artículo de Duesberg y mis dudas se confirmaron.

 

Lamentablemente para entonces ya había estado tomando AZT durante dos años. Estuve hasta otoño de 1991, diciendo no a los médicos,hasta que mi recuento de células T4 se redujo a un recuento de 250 a 180.

Desde entonces he aprendido que el recuento fluctúa en la sangre periférica, lo cual es normal, pero la manera en que los médicos lo expusieron en 1991, sonaba tan amenazante que me hicieron creer que estaba en una "línea fronteriza" peligrosa. El recuento fue la prueba para saber si mi sistema inmunológico se debilitaba.

Caí en su trampa. De haber confiado en mi propia salud, estando "asintomática", como la jerga médica lo describe, probablemente habría seguido diciendo no al AZT.Me entregué al AZT, pero no a los antibiótico profilácticos Septrin, que me negué categóricamente. Espero que el daño acumulado se reduzca en mis células, al no tomarlo.

 

Los médicos me hicieron firmar una declaración , que decía ,que la paciente aceptaba tomar AZT, siendo "sintomática", pero no lo era, como tampoco había tenido ninguna de las supuestas 29 enfermedades que definen el SIDA.

Cuando les pregunté acerca de esto, dijeron que eso sólo era una formalidad interna sin ningún interés para mí.

Eso no me sonó bien, pero la presión y el miedo continuaban jugando un papel importante a la hora de decidirme a tomar decisiones.Así que aunque de mala gana, me hicieron firmar. Pedí una copia de la misma que todavía tengo.

 

Entonces algo bueno me pasó. Antes de venir a vivir a Inglaterra, me reuní en Roma con un médico bioquímico, el Dr. Siro Passi, quien estaba de acuerdo con Duesberg sobre la teoría que el abuso de las drogas es la causa del agotamiento del sistema inmune en lugar del inofensivo retrovirus.

Una teoría que incluye, una lista de agentes responsables tóxicos,entre ellos los medicamentos para el "VIH". La medicación para el VIH realmente se lleva a la gente y es la causa del SIDA. De inmediato deje de tomar el AZT, y bajo la dirección del bioquímico, comencé un programa de desintoxicación,la toma suplementos antioxidantes, así como una dieta adecuada.

 

Supongo que ese fue el primer momento en que mi viaje disidente comenzó, pero no fue sin confusión ni dudas.En primer lugar, quería saber más sobre el VIH /SIDA, y tan pronto llegué a Inglaterra me dedique analizar toda la información que pude encontrar sobre el tema, aunque la mayoría de las veces la cobertura de los medios fue decepcionante.

Mientras tanto, seguía con los preparativos de mi boda en Roma y buscando un nuevo hogar para establecernos en Inglaterra.Nos casamos en agosto de 1994 y comenzamos a pensar en tener un hijo. Yo sabía que si no tenía ningún problema de salud en particular y si mantenía una dieta saludable durante el embarazo, mi bebé debía ser un tan "normal" como cualquier otro.

 

Pero yo seguía teniendo análisis de sangre periódicos, hecho en el hospital, los médicos siempre intentaron disuadirme de la idea de concebir.Los escuché durante dos años y luego me quede embarazada.

Yo no estaba tan segura de mi propio punto de vista entonces como lo estoy ahora. Estaba preocupada por su total convicción en cuanto a que sería conveniente tomar AZT durante el embarazo, realizar cesárea y la abstención de la lactancia materna.Dijeron exactamente lo mismo que los médicos en Italia. No hay flexibilidad en este "protocolo",que es seguido con diligencia por el establecimiento médico en todo el mundo.

 

Mirando hacia atrás puedo ver lo fácil que es, sucumbir a la presión en un momento de duda. En un momento delicado como el embarazo, en particular, cuando es la primera vez, una mujer en mi situación tiene sentimientos encontrados. Evité la presión hasta las cuatro últimas semanas del embarazo, cuando empecé a escuchar mis temores sobre tener un bebé con el VIH . Así que de nuevo me rendí. Me dieron a tomar AZT por un mes, Sólo quería hacer lo "mejor" para reducir los riesgos de transmisión a mi bebé, y probablemente hacer las paces con los médicos.

   

Y, por supuesto de nuevo el camino fue equivocado. Me pudo la retórica del pensamiento, al final sólo somos humanos, con una complicada red de relaciones, y no siempre podemos ser objetivos y coherentes con nosotros mismos.

De todos modos yo tuve una niña maravillosa, en mayo de 1997!Ella nació por "cesárea sin pérdida de sangre".

 

El cirujano durante la operación utilizó un procedimiento especial para mantener la membrana del útero lejos del bebé. Sin derramamiento de sangre para mi hija, pero no para mí. Que perdí una gran cantidad de sangre. Fui consciente todo el tiempo que duro el parto porque yo había pedido una inyección epidural en lugar de anestesia general. No sé cómo encontré el valor ahora que los pienso conscientemente,después de escuchar todas las instrucciones de los médicos,pero yo estaba tan feliz de ver y escuchar a mi bebé que no me importaba demasiado lo que estaba pasando en el parto.

 

Ese momento glorioso sólo duró unos minutos, porque tuve una caída repentina de la presión arterial y casi me desmayo.

El anestesista dijo que la presión arterial sistólica fue de 48, y tuvieron un momento de pánico.

Me sentí muy enferma, pero permanecí consciente. Me reanimaron con una inyección de adrenalina rápida y me mantuvieron después en observación durante unas cuantas horas.

Perdí tanta sangre con la "cesárea para reducir el derramamiento de sangre " que se convirtió en anemia.

 

A pesar de que estaba encantada de que Julia hubiera venido a este mundo, tengo que decir que tuve unos momentos muy difíciles en el servicio de maternidad durante los cinco días en los que estuve allí.

Julia permaneció en mi habitación todo el tiempo, y en dos días tuve que cambiarla y alimentarla con biberón día y noche. Yo no podía caminar bien o incluso sentarme cómodamente en la cama debido al dolor de la operación y también me sentía muy débil debido a la anemia severa.

 

Situaron un carrito con desechables en la puerta de mi habitación, incluía guantes, mascarillas, bolsas de plástico amarillas y un gran letrero que decía:

Adverteia "infección por sangre de recien nacido".

Entonces me fue asignado también un inodoro con una ducha al lado, "especialmente para mí", con otra gran señal de advertencia que deciá " SOLO SRA. GILMORE ", de modo que cada persona que pasa por el corredor sabia de hecho que era altamente "infecciosa".

Afortunadamente tuve la oportunidad de quitar mi nombre y algunas de las advertencias antes de que mis amigos vinieran a visitarme.

 

El colmo llegó en la segunda y tercera noche cuando las parteras de guardia se negaron a llevar a mi bebé a la guardería.

Dijeron que debido a la epidemia del VIH, se les había dicho que no podían tener a mi bebé en la guardería.A pesar de lo visiblemente cansada que estaba, yo necesitaba unas pocas horas de descanso.No había pegado ojo desde el nacimiento, y sentía que me volvería loca si no podía dormir por las noches.Lloré desesperadamente con ira, pero sin la menor comprensión por su parte.

Ellas alimentaban y cambiaban a mi bebé por mí durante la noche, pero sólo en mi habitación.

 

En uno de los mejores acontecimientos de mi vida,ser madre, me sentía agotada y sin esperanza. Mi familia estaba en Italia y mi madre no llegó a Inglaterra hasta dos semanas después del nacimiento de mi hija, ya que previamente así lo había previsto. Mi marido venia a verme al hospital por la noche después del trabajo, pero no podía estar allí durante el día o por la noche. Me dieron el alta después de cinco días de pesadilla, en que volví a casa con una anemia severa porque me había negado a una transfusión de sangre, pero aliviada de haber dejado atrás la horrenda experiencia.

 

Cuando comenze a recuperarme de la anemia, presenté una reclamación ante el jefe de la unidad de maternidad a través del servicio de apoyo para el VIH / SIDA. La denuncia fue tomada muy en serio, pero sus disculpas no cambiaron lo que pasó durante mi estancia .

 

Me pregunto cuántas mujeres como yo, han sido sometidas a un tratamiento similar, discriminadas en el hospital.

A mi hija le hicieron su primera prueba de VIH cuando todavía estaba en el hospital, fue positiva, Me resistí a la presión intensa de los médicos para administrarle AZT. No me gustaba la idea que le tomasen sangre de su brazos regordetes, pero según los médicos ,por mi propia tranquilidad, tenían que estar seguros de encontrar lo que siempre habían estado esperando encontrar que su estado de VIH se negativizase. Así fue,su último examen se lo hicieron cuando tenía un año de edad y fue negativo y luego, cuando ella tenía tres años y seis meses de edad,se la volvieron hacer ,seguía siendo negativo.

 

Sólo recientemente, después de leer más y más sobre los puntos de vista disidentes del VIH, me pregunto si toda esta angustia, la tensión acumulada durante estos once años de pruebas del VIH y sus consecuencias era realmente necesaria.

 

Me llevó más de una década valorar por mis propias "experiencias con el VIH", las diferentes etapas emocionales y discriminatorias que las caracterizaron.Hasta entender que el mejor médico en el que podemos confiar somos

nosotros mismos.

Por supuesto, si nos enfermamos, podemos tener la necesidad específica de los medicamentos hasta nuestra recuperación, pero ciertamente no se necesita una "profilaxis" tan cuestionable y tóxica como los "medicamentos contra el VIH".

 

He decidido no someterme a más análisis de sangre.

¿Qué sentido tiene ahora si estoy convencida de que hay un grave error en la misma base de la teoría del VIH ?

A veces me pregunto si los médicos sufren de un lavado de cerebro debido a los intereses financieros y al poder. No contestando a preguntas tan elementales como: Teniendo en cuenta mi experiencia, podemos estar seguros de que realmente el VIH causa el SIDA?Si no, es la causa del SIDA? ¿Tenemos alguna seguridad sobre la existencia del VIH?

 

Espero que el tiempo confirmará el valor de estas preguntas por el bien del progreso científico y médico.

Mientras tanto espero seguir estando tan saludable como siempre, disfrutando de mi vida junto a Michael y nuestra hija.

 

 

Publicado en Continuum 1999 vol 5 No 6

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Comentarios

  • ¡¡¡Que maravillosa historia de coraje y convicción!!! Si este sistema perverso que gobierna el mundo lograra tomar un 10% de la energía vital de Mónica Gilmore se enriquecerían de tal forma que dejarían de torturar personas indefensas, y con el restante 90%, Mónica repartiría al resto del mundo sediento de tanta fe que mueve montañas de necedades e ignorancias dogmáticas de la ciencia y el oscurantismo.

    En el prólogo que escribo en el libro "SIDA y Estres Oxidativo" del Dr. Roberto Giraldo, nombro a las religiones como el verdadero motor de las culpas que no pudieron hacer mover con el miedo a "Dios que siempre nos observa" y lo transformaron en SIDA, que reprime sexualmente a las personas desde sus mas naturales instintos de relacionarse sin profilaxis ni culpas, para dominarlas y ejercer el control social rompiendo el vital vínculo entre los seres humanos.

    Pero se está cayendo la mentira, y el SIDA pasará a la historia como una era de terrorismo científico que resurgió de la tinieblas de la inquisición, la misma que persiguió a Nicolas Copérnico por anunciar "que el mundo no era el centro del universo", amenazándolo de quemarlo en la hoguera, pero así hoy persiguen a los disidentes por decir que el virus HIV no existe, y lo mas grave es que nos persiguen las personas comunes de la sociedad, los peones de esta mentira, a los que les cayó como anillo al dedo esta discriminación "profetizada los la biblia como una peste justiciera y apocalíptica", la verdad creo que cuando se diseñó esta mentira, primero se estudió a la franja social que no estaba dentro de los riesgos de SIDA, y luego de ver los poderosos prejuicios que tenían, los tabularon en la franja de riesgo, que fueron los odios innatos a los drogadictos, los negros, los hippis, los homosexuales, los degenerados, los infieles, los pobres, etc., o sea que los mas enfermos son los que tienen estos prejuicios, los de la franja del NO RIESGO DE SIDA, y los sanos fueron los falsamente diagnosticados con SIDA, que gran estafa moral la que tramaron en este Laberinto del SIDA (como lo dice mi amigo Jaime Fiol)...

    Bueno, me alegró mucho ver la fortaleza de Mónica y la felicidad de sus logros gigantezcos al tener una familia hermosa con su esposo y su bella hija...

    El Monstruo Apocalíptico mas espantoso y temido de todos los tiempos no pudo con tigo Mónica, si creo que fuiste verdaderamente mística en el mas sano concepto científico, porque tu pureza espiritual es la que te salvó de esta pudrición en la que te quisieron hundir hasta el mismísimo infierno.

    Que los espíritus de todos los inocentes asesinados por el fraude del SIDA te custodien siempre a vos Monica y a tu familia..........Brazos y Abrazos.....Patricio Pino, Río Ceballos, Sierras de Córdoba, Argentina - patricio_pino@yahoo.com.ar  

  • hermoso testimonio y una lu< de esperanza para los que queremos tener un bebe ,, gracias por compartirlo
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