Leo Varela nos dejó a finales del mes de junio de este año. Quiero aclarar antes de nada que su verdadero nombre era Javier Maneiro, Leo Varela (Epifanio en esta página) fue el nombre que él adoptó después de unirse a la disidencia del sida, movido por la necesidad de proteger su anonimato (trabajaba en un hospital).
Leo Varela, etiquetado como VIH+ hace más de 20 años, era una persona de mente ágil y despierta, y no fue para él difícil entender y compartir los argumentos disidentes.
La contribución de Leo Varela a la lucha de los disidentes, desde mi punto de vista, fue muy importante, Leo no sólo fue durante años un activo participante en foros disidentes, tanto en inglés como en español, sino que invirtió miles de horas de su tiempo en una silenciosa labor de traducción, del inglés al español, de artículos y libros, entre los que quiero destacar como ejemplos el libro de Janine Roberts Miedo a lo Invisible (Fear of the Invisible), realizado por Leo con autorización de la autora, o el extenso artículo de Matt Irwin sobre las disminuciones de linfocitos Cd4 en personas que no son VIH+, ambos publicados en su momento en nuestra página Superando el Sida.
A excepción de la última estapa de su vida, que fue muy feliz, los últimos años de la vida de Leo Varela no fueron fáciles, sobre todo tras el fallecimiento de su mujer, que le sumió en la tristeza, si bien eso no le impidió seguir con su labor de traducción de trabajos del inglés al español y seguir colaborando en los foros de la disidencia.
Fue en estos foros de la disidencia donde conoció a la que fue su amor durante sus últimos tiempos, la doctora disidente argentina Nancy Domínguez, quien lo acompañó hasta el final. Tuve el honor y la satisfacción de tenerlos como invitados en mi casa en dos ocasiones en tiempos recientes y pude constatar el profundo afecto y entendimiento que había entre ellos, como si fueran dos seres predestinados a encontrarse.
Aunque no suelo preguntarme por las causas concretas de la muerte de una persona etiquetada como VIH+, pues he tenido la oportunidad de comprobar que la práctica totalidad de las muertes se producen por errores y malas prácticas médicas, imagino que muchas personas querrán saber sobre las circunstancias de su muerte. Sólo puedo decir que, según me comentó Nancy, quien lo acompañó hasta sus últimos momentos, Leo Varela se encontró mal durante el encuentro disidente de mediados de junio de este año en Pont du Gard, Francia, siendo llevado al hospital de Nimes, donde se le detectó un hepatoma en estado avanzado.
Quiero recordar que Leo Varela había tomado antirretrovirales durante años, medicación que dejó de motu propio, fue entonces cuando buscando una salida a su situación, encontró la disidencia del sida. Entre estos arvs estaba el tristemente célebre Retrovir (AZT), que Leo tomó durante varios años, ¿Es casualidad que al cabo de años de haberlo abandonado aparezca un hepatoma, a pesar de cuidarse como lo hacía Leo?
Siento la muerte de un amigo y de un activo colaborador en esta lucha, una lucha que todos nosotros debemos continuar para que todas estas muertes no sean en vano.
(Manuel Garrido)
Comentarios
Aunque no lo conocí personalmente, siento que he perdido a un amigo.
Extrañaré sus acertados y elocuentes comentarios , su humor, su lucidez y su serena rebeldía .
Que buen ejemplo dió con su actitud... agradezco su gran trabajo.
Paz a su alma y consuelo a sus familiares.