NEMESIS MÉDICA, Manuel Quijano, UNAM México,

Artículo de Manuel Quijano sobre el libro del mismo título (*) de Ivan Illich, brillante sociólogo fallecido en Viena en el 2003.

 

Párrafos extraídos del artículo de M. Quijano, Rev Fac Med UNAM Vol.46 No.2 Marzo-Abril, 2003,

http://www.ejournal.unam.mx/rfm/no46-2/RFM46201.pdf

 

 

NEMESIS MÉDICA

 

Manuel Quijano

 

En los años setenta del siglo XX los médicos de todo el mundo (al menos el occidental) leyeron con atención y reaccionaron irritados ante un libro editado primeramente en inglés pero traducido rápidamente a otros idiomas, bajo el título de "Némesis médica" y escrito por Iván Ilich que vivía, a la sazón, en Cuernavaca (México)…

 

…(Iván Illich) se refirió a la medicina actual con su libro “Némesis médica”. Para explicar el título, recuerda que el rey Tántalo, invitado al Olimpo, robó la ambrosía, poción que lo convertía en inmortal, por lo que fue refundido en el Hades a sufrir hambre y sed para siempre. Némesis era la diosa griega encargada de equilibrar los dones de los demás dioses a los humanos, y sancionar a los que parecían muy favorecidos…

 

...En la primera parte del libro critica acerbamente la medicina científica y organizada, negando casi todos sus procederes con la vehemencia de un discutidor de política en el café, llegando a afirmar que el mayor peligro actual contra la salud, es el “establishment médico”. Reconoce apenas con reservas la eficacia de las vacunas y el tratamiento de algunas enfermedades infecto-contagiosas, la rutina del Papanicolaou, ciertas medidas para aliviar el cáncer y se olvida de comentar sobre la cirugía rutinaria y el enfoque multidisciplinario del trauma. Basa su argumentación sumamente alarmado en la existencia de la yatrogenia (**)…

 

…Distingue tres tipos de yatrogénesis o yatrogenia: la clínica, que nosotros conocemos bien, la hemos estudiado y procuramos evitarla. La yatrogenia social, que consiste en la excesiva “medicalización” de la sociedad actual, caracterizada por la dependencia irracional de los médicos y los medicamentos, una baja en la tolerancia a las dolencias banales y un gasto exagerado tanto en lo rutinario como en algunas supuestas medidas preventivas tales como las revisiones periódicas, con laboratorio y gabinetes, que nunca han demostrado sus resultados positivos. Llega a criticar los gastos inclusive en la formación de médicos e instituciones que constituyen un ritual de las sociedades acomodadas…

 

La tercera variedad de yatrogénesis es la llamada estructural, que ha penetrado la cultura, que ha inducido la aparición de un complejo médico-industrial, de bienes y servicios, y que ha creado la ilusión de una existencia que no acepta el dolor, la enfermedad y la muerte como algo natural. Illich considera que en el destino del hombre civilizado, sólo hay dos instancias que lo obligan a luchar, la naturaleza y el vecino, pero no el propio cuerpo, su salud física y mental, su libertad, su deseo de aprender, de auto-curarse y de ser feliz; porque todo ello se lo expropia la modernidad mediante maestros, ingenieros, abogados, médicos, sacerdotes y funcionarios políticos, a través de la exigencia de certificados, diplomas, autorizaciones y reconocimientos oficiales. De hecho, Illich, como buen católico (aunque sospechoso para sus superiores), hecha de menos una dimensión sagrada en la mera naturaleza de la acción humana y culpa de ello a la época de la industrialización…

 

…En la última parte del libro el autor modera mucho su agresividad y reconoce el derecho a la salud, pero como ésta es el resultado de un proceso de adaptación a ambientes cambiantes, insiste en que la capacidad de crecer, madurar, envejecer, enfermar y curar, en la mayor parte de los casos de afecciones benignas, es responsabilidad del individuo. Como buen polemista afirma que un mundo de salud óptima y generalizada, debería ser un mundo de intervención médica mínima y casi excepcional. La gente sana no necesita de intervenciones burocráticas para vivir, amarse, reproducirse y compartir la felicidad o las pequeñas dolencias y para morir…

 

Según Illich, el hombre actual padece una inadaptación a su medio natural que lo convierte en paralítico  por el uso de transportes, en estúpido por su confinamiento en escuelas y en enfermizo por su dependencia de médicos y farmacéuticos. Y como buen sociólogo reflexiona que la productividad de esas instituciones debe mantenerse en los límites del deseo racional y que la adquisición de objetos y bienes innecesarios reducen la potencialidad de derivar felicidad del entorno. En otras palabras, rebate al consumismo inclusive el relacionado con el cuidado de la salud, asegurando que para el bien del individuo y de la sociedad, la gente debe adquirir y conservar sólo lo accidental…

 

…(Illich)…diremos que se inspiró originalmente, entre otras fuentes bibliográficas, en nuestro admirado René Dubos, cuyos libros han sido leídos (espero) por muchos médicos: El Espejismo de la Salud y Los Sueños de la Razón -breviarios del FCE- y Un Dios Interior de Salvat Editores, Barcelona. Dice Dubos, entre otras reflexiones bellas e inteligentes: “las enfermedades tienen etiología multifactorial y varios de ellos no son susceptibles de control...la extendida convicción de que puede comprarse la salud es errónea; los éxitos más sonados no justifican la extrapolación...los beneficios de la ingeniería sanitaria son ineficaces frente a muchos contaminantes cancerígenos, frente a las radiaciones, la sobrepoblación o los accidentes...las curaciones milagrosas que pueden atajar episodios agudos, no resuelven problemas del cuerpo social...la medicina no ha querido actuar sobre mecanismos no específicos que amenazan el cuerpo y el alma”...Y agrega Dubos “no estoy en contra de ciertos beneficios de la vida urbana  contemporánea –la protección contra el frío y el calor, agua con sólo abrir el grifo, un clic para encender la luz y otro clic en Internet para tener información confiable oral o visual; todo ello facilita la vida pero no la hace forzosamente más dichosa” Y concluye: la medicina es una de las formas supremas de la filosofía social y está obligada a ver más allá del paciente, considerar a la humanidad como un todo y prever las consecuencias de sus acciones a largo plazo".

(*) Nemesis Médica, la expropiación de la salud, Ivan Illich, Barral Editores, 1975

(**) Yatrogénesis o yatrogenia: daños a la salud causados por la propia actuación médica.

Para descargar tan interesante libro,

http://www.ivanillich.org.mx/Nemesis.pdf

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