No mueren por el VIH sino por mala práctica médica

Como las cosas se ven mejor con ejemplos, pasamos a exponer tres ejemplos de “muertes por sida” tomados de la casuística reciente que ilustran a la perfección el disparate del actual punto de vista del sida y lo que se oculta detrás de muchas, por no decir de la mayoría, de las muertes que se atribuyen al VIH.

 

Caso 1º: Niña de 2 años

 

(El desenlace de esta historia tuvo lugar hace unos meses, con el resultado de muerte de la niña)

Se trata de una niña que nació prematuramente, condición ligada desde hace muchos años en la literatura médica a una mayor frecuencia de infecciones (inmunodeficiencia para ser más claros). La doctora que ve a la pequeña en el hospital durante una de sus infecciones respiratorias, piensa, cómo no, en el todopoderoso y omnipresente vih…y somete a la niña al test... El test resulta positivo, lo curioso es que ambos padres son negativos en repetidos análisis.

¿Solución al enigma? En vez de pensar en la posibilidad de un fallo en el test, una posibilidad que incluso los oficialistas admiten (véase el artículo de la SEIMC, que agrupa a los especialistas de infecciosas en España), la doctora, todo un modelo de sagacidad y ojo clínico, comenta sin ningún rubor la posibilidad de que la niña haya sido objeto de abusos sexuales, algo absurdo pues el padre es negativo. La niña, entre unos tratamientos y otros, entradas y salidas del hospital, antirretrovirales incluidos, acaba falleciendo.  

 

Comentario

 

Su hermanito, nacido también prematuramente unos años antes y que se encuentra en la actualidad bien tras pasar por frecuentes infecciones en los primeros años de vida, tuvo la buena suerte de no dar con una doctora que desconoce lo que es el sentido común y la medicina más elemental. 

 

Caso 2º: Joven de 26 años

 

(El fatal desenlace de esta historia concluyó también hace tan sólo unos meses, con la muerte del joven)

Se trata de un joven que seis meses después de donar sangre, (lo que implica que en ese momento era negativo), es diagnosticado como vih+ en el curso de una neumonía y, tras ser catalogado por los doctores como “caso avanzado de sida”, (en este caso el virus, lejos de ser un virus “lento”, batió el record de velocidad), fallece a los pocos días por dificultades respiratorias tras ser tratado con antirretrovirales junto a los antibióticos.

 

Comentario

 

Se trata, como el caso anterior, de una persona diagnosticada en el curso de una infección aguda, donde cabe suponer, en un test de anticuerpos cuya especificidad se desconoce, (nunca ha sido comprobada con la propia identificación del virus en sangre, patrón oro o “gold estándar”), que la causa del resultado positivo haya sido la misma infección respiratoria.

Es también de suponer que fuera catalogado como “caso avanzado de sida” tras comprobar que sus niveles de linfocitos cd4 estaban bajos, sin tener en cuenta que, en situaciones de gran estrés, como es el caso de una neumonía, los cd4 emigran a los ganglios, algo que se conoce desde los trabajos, a mediados de los años 70, del eminente y conocido virólogo Antony Fauci, director del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los EE UU (1).

Tenemos ya un fallo en el diagnóstico, otro fallo en el pronóstico y, como colofón, un fallo en el tratamiento, consistente en administrar unos productos tóxicos, que en su mayoría provienen de la quimioterapia del cáncer, (como es el caso de los ARVs), asociados a los antibióticos en el curso agudo de una neumonía, una práctica sin precedentes y con resultados letales que comienza a ser bastante frecuente en los hospitales, lo que nos llevó hace años a lanzar un aviso advirtiendo de su peligro (2).

 

Caso 3º: Joven madre de 24 años

 

Hemos dejado para el final el caso más sangrante, donde no sólo el sentido común y el principio médico de “lo primero no dañar” brillan por su ausencia, sino que pone de manifiesto la extrema violencia y crueldad que anidan en las mismas instituciones sanitarias y de defensa de los derechos de los menores.

Este caso ya fue objeto de atención, tanto en esta página como en algunos medios de los EE UU, sin embargo, nadie se esperaba el triste desenlace, que no salió a la luz hasta el uno de diciembre, precisamente el Día Internacional del Sida. 

Se trata de una joven madre, única superviviente de un grupo de 11 niños, diagnosticados como vih+ y tratados con el supertóxico fármaco AZT por una eminente pediatra, (nombrada “Pediatra del año” por su “meritoria labor”), sus padres adoptivos, debidamente informados y aconsejados, le suspendieron la administración del AZT, gracias a lo cual llegó a adulta.

Hace dos años esta joven mujer, (cuyo nombre es Lindsey Nagel), tras casarse y quedar embarazada, da a luz a un niño sano, lógicamente se niega a darle una medicación, tóxica y experimental, que a ella casi la mata. Su niño es secuestrado por las instituciones y medicado a la fuerza, mediante sonda, en un hospital y, si bien ante las protestas populares el niño es devuelto a la familia, se le exige, controlándolo mediante videocámara, que se le de la medicación, la cual le es administrada mediante sonda directamente a su frágil estómago..

Esta madre, sometida a la peor tortura a la que una madre puede verse sometida, verse forzada a dar a su hijo un tipo de medicación que, si ella está viva, es gracias a no tomarla, viendo día a día el deterioro progresivo de su bebé, acaba enfermando y falleciendo.  

 

Comentario

 

Desconocemos los detalles de su enfermedad y muerte, sólo sabemos que presentó problemas asociados a la inmunodeficiencia y que incluso tomó medicación antirretroviral, lo que no es extraño vistas las presiones y coacciones a las que las personas catalogadas como vih+ son sometidas. Sólo sabemos que una situación de intenso estrés, como el que día tras día padeció esta madre, por causa del trato irracional e inhumano al que era sometido su hijo, puede provocar una severa inmunodepresión, (TORTURA = INTESO ESTRÉS = CORTISOL = CORTISONA = INMUNODEFICIENCIA)

 

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Notas:

 

(1)  Antony Fauci: linfocitos y cortisona, trabajos sobre la influencia de la cortisona, y lógicamente del estrés, en la retirada de los linfocitos T- CD4 de la sangre:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/4808638

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1139040

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC372583/

 

(2)  Sobre el peligro del uso de arvs en el tratamiento de las neumonías

http://superandoelsida.ning.com/profiles/blogs/aviso-importante-a-los-miembros-de-esta-red-sobre-el-grave-riesgo

El mismo aviso en la página de RETHINKINGAIDS

http://www.rethinkingaids.com/Default.aspx?tabid=214

 

 

 

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