“Hay una cosa que los médicos no quieren que nosotros sepamos -dice Michael Ellner en el video Terror hipnóptico inducido por el diagnóstico- y es que, lo sepamos o no, la vida está de nuestra parte”.

He visto a menudo, al intentar explicar este fraude a las personas etiquetadas vih+, o a sus familias, que de la misma forma que son precisamente los médicos las personas más reacias a aceptar otras explicaciones sobre el SIDA, quienes las aceptan más rápidamente, como si fuera la cosa más natural del mundo, suelen ser las madres de las personas etiquetadas.

No sé si es porque las madres traen la vida, o si es por el amor que tienen a sus hijos, en virtud del cual tienden a abrazar todo aquello que signifique vida y esperanza, pero siempre me ha llamado la atención este hecho, que personas a menudo con muy pocos estudios sean las primeras en entender y aceptar algo nuevo, (que en realidad no tiene nada de nuevo), mientras que entre las personas que más estudios tienen, como los médicos, sucede todo lo contrario.

¿Por qué sucede así? ¿Será porque el sentido común no se enseña en las facultades de medicina? ¿Será porque las mujeres, en especial las madres, son más intuitivas? ¿Es por el amor a sus hijos, como dije, que hace que aceptan a la primera algo que, aunque es de sentido común, va contra las creencias generalizadas? Cuando digo madres, digo también a personas que en un momento dado ejercen esa función, pueden ser muy bien las abuelas, como ya he visto.

Vaya para ellas todo nuestro respeto y reconocimiento por el amor que demuestran y por ser tan despiertas de mente.

Por cierto, antes de conocer las argumentaciones de los científicos disidentes, ¿Nunca habíais presentido que en todo esto del SIDA había como algo raro? A mí me pusieron esa etiqueta en 1987, seis años más tarde, si bien intentaba no pensar en ello y desconectaba cada vez que oía algo en los medios sobre el tema, todavía seguía creyendo todo eso del virus, (lo que no hice en cambio, en seis años, fue acudir a esas unidades que, ahora lo sé, habría que llamarlas Servicios de Perseguimiento y Acoso para el Fomento del Sentimiento de Enfermedad y del Consumo de Fármacos Experimentales, y no con otro nombre). Debo admitir que, a pesar de creer esa patraña a un nivel racional (tampoco tenía mayores elementos para no creerla), siempre tuve un sentimiento en el fondo de mi ser que me llevaba a rechazar toda esta visión, todo era bastante oscuro y rodeado de misterio, la verdad, y si he de ser sincero no me olía nada bien todo esto, por eso, cuando empecé a leer obre otras explicaciones al SIDA, fue como si me volviera a encontrar con algo que ya estaba dentro de mí, oculto bajo el manto de la mente racional, la desinformación y el miedo.

Es posible que algunos vean en ese sentimiento genuino de rechazo una especie de empeño en negar una realidad que a uno no le gusta, pero por si quedaran dudas, una vez se empiezan a conocer los aspectos básicos de este fraude, las cosas acaban de caer por su propio peso.

Nos alegra pensar que haya personas que no necesitan leer demasiado para entenderlo, aunque alguna de estas madres, o abuelas en algún caso, saben más de la disidencia que cualquier disidente.

 

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Comentarios

  • Lo leía hace un rato a Rolando Toro (biodanza) decía que "la raíz del mal estaba en la disociación entre la inteligencia y la afectividad" .. los leo ahora a Uds y están hablando de lo mismo de alguna manera. Leo sobre la intuición y percepción de las madres, leo de nuestras madres de Plaza de Mayo, las madres del amor sin dudas, ellas en el silencio de sus rondas lograron la más impensada victoria de la Verdad sobre el horror, simplemente creyendo. 

    Gracias Dr Garrido por esas hermosas palabras, gracias Javier Redondo. Muy buenas sus reflexiones, me llegan profundo, me hace bien definitivamente leerlos y sentir que lo que dicen son palabras que me resuenan familiares, conocidas
    No hace mucho llegué a este espacio, muy de a poco como voy pudiendo voy a estar comunicándome con Ustedes Gracias!
  • La cuestión es que, al contrario de lo que dice el refrán, el saber sí ocupa lugar; las ideas y conceptos equivocados sobre un asunto en concreto, impiden asimilar la verdad de las cosas. Para evitar caer en el error, además de investigar un poco y no adoptar las primeras tesis que lea u oiga, unx debe preguntarse quién afirma tal o cual cosa; qué intereses tiene, por qué lo dice, para qué lo dice, etc...

  • Me dan ganas de decir muchas cosas. Es verdad que hay algo en las madres que las hace sabias para con sus vástagos. También es verdad que la gente preparada con estudios es más propensa a ser engañada porque partimos de la premisa de que etamos más preparados y hemos estudiado y no nos van a embaucar tan fácilmente como a la gente "inculta" y muchas veces la gente más inculta es la que se cultima exclusivamente de libros. Tampoco hay que olvidar que la razón siempre encuentra la manera lógica de explicar hasta los argumentos más aberrantes secundados diría que en su totalidad por el miedo. Y el miedo opera en todos los niveles, miedo al hambre, miedo a los pobres, miedo a los judíos, miedo a los negros, miedo gitanos y a los payos, miedo al dengue, al contagio a pasar penurias a no ser querido y en base a esto nos entregamos irracionalmente a lo que sea con tal de que nos salve. 

    Hace un tiempo le hablé a un amigo mío tratado con antirretrovirales hace años que encima está hace unos meses en tratamiento por una hepatitis C, acerca de esta página, acerca de la disidencia, acerca de La Casa de los Números Y también de mi propia toma de consciencia y decisión con respecto a mi vida. Y su respuesta fue aplastante: "Yo estoy vendido a los médicos" Entregado su poder propio a "los que saben" , aferrado al dicho "Más vale malo conocido que bueno por conocer"

    Eso que dijo Jesús hace dos mil años de que sería más fácil que un camello pasase por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielos es casi igual a lo que nos pasa ahora con el tema de este hilo. La preparación universitaria o de estudios es un arma de doble filo si no se la balancea con la inteligencia emocional o simplemente escuchando al corazón. 

    Cuando fuí etiquetado el 31 de diciembre de 1993 lo que me sonó en la cabeza fue "yo de esta salgo" y lo que le dije al médico fue "¿ahora qué es lo que sigue?" Lo que siguió es que hasta mediados del 97 aguanté la presión social de hacer tratamientos sin medicamentos, pensaba que yo no quería ser un conejillo de indias de los científicos que hacían pruebas con humanos. No podía entender cóm tantos chicos que conocía en aquella época se tiraban tranquilamente sobre las cajas de AZT. Para ese entonces ya tenía leído "La enfermedad como camino" y me ayudó a repensar las enfermedades como aliadas mías que me mostraban lo que mis ojos se negaban a ver y fui entendiendo un poco más no mi cuerpo pero sí mis emociones y sentimientos. No es un trabajo fácil pero es bueno que lo andemos. 

    La respuesta a la salud y el bienestar está siempre dentro de  uno mismo, pero la lucha contra un sistema donde el poderoso es Don Miedo también es un frente abierto al que hay que enfrentar con mucha entereza. Estuve estas últimas semanas sin entrar a la página, creo que necesitaba un descanso y dejar de pensar que estoy metido en la trinchera pero debo aceptar que la realidad es esta y aquí sigo.

    Gracias Manuel por este hilo, por esta red liberadora y también a todos aquellos que hacen posible que esto crezca y se difunda. 

    Un abrazo.

  • Gracias por tus palabras, Diego, hacemos lo que podemos. Un abrazo.

  • justamente cuando leía la publicación me acorde de las madres y abuelas de plaza de mayo en argentina . que son victimas de secuestros de sus hijos y nietos  por la ultima dictadura cívico militar .y ellas siempre con amor  mostraron que hay otra verdad y después de 30 años demostraron ante gran parte de la sociedad que tenían razón . y el sentido común me parece que solamente se enseña en carreras de sociales solamente justo lo contrario al modelo neoliberal .

    tenes toda la razón manuel como siempre sos una persona que se sobra sentido común sos un medico como ya no quedan me siento muy seguro dentro de esta red un abraso y gracias por todo lo que haces por este fraude muchas gracias

  • Tenés mucha razón Manuel, el sentido común no se nos enseña en la facultad de Medicina, y sí la Obediencia Debida. Será por eso que las madres y las abuelas, como las nuestras de Argentina, no creían en lo que decía la historia oficial, y siguieron luchando para rescatarnos de tanta mentira. A veces los paralelos son impresionantes. A no bajar los brazos, que después de tantos años, algo está cambiando. Un abrazo!

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