“Es violencia la negación que se hace a otro de su dignidad, de su libertad, de su fama, de cualquiera de sus derechos en virtud de que “a mí”, (o a quienes por razones de la índole que sea), me convenga, (o les convenga), para salvaguardar lo mío (o lo suyo). Es violencia, pues, lo que reduce el misterioso y abierto ámbito de cada hombre, su capacidad de autodeterminación, su grandeza de ser eso, un sujeto de lo que no tienen las cosas, derechos, categoría de persona. Es violencia lo que desde donde sea se ejerce al encontrar un hombre estorbando la órbita del otro (o de otros). Cuando en vez del diálogo y mutuo entendimiento entre ambos para llegar al equilibrio de los dos conjuntos de derechos, surge la acción de uno de los dos hombres –de ordinario, el más fuerte o el más listo, (o aquellos que están en situación de ejercer poder), apartando al otro de su dirección, subordinándole a él, (o a ellos), entonces estamos ante la violencia en su más precisa manifestación.”
José María DE LLANOS, "Padre LLanos", “La denuncia no violenta”, pág. 11, Ed. ZYX, )
(las frases entre paréntesis pertenecen a quien lo edita en esta página)
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