A espaldas de la comunidad científica, (no hubo publicaciones previas en los medios científicos), las autoridades sanitarias americanas convocan una multitudinaria rueda de prensa en Washington, el 23 de abril de 1984, donde anuncian al mundo el descubrimiento, por parte del científico Robert Gallo, de la causa de las enfermedades que ya se conocían como Sida, un presunto virus al parecer, que más tarde llamaron VIH.
Antes y después de esa declaración, algunos hechos documentados:
Década de los 70 en los EE UU: Hay un incremento epidémico de consumo de drogas, algunas ya conocidas por ser inmunodebilitantes -caso de la heroína y cocaína- y otras conocidas más tarde, como los “poppers”, nitritos inhalables, muy usados como afrodisíacos por una minoría de gays, y de probados efectos inmunodepresores y mutágenos. Los 5 primeros casos conocidos de la historia del Sida, los 5 casos de neumonía por n. carini, detectados por el inmunólogo M. Gottlieb en la Clínica Universitaria de Los Angeles, eran todos consumidores de “poppers”.
EL CDC, Centro de Control de Enfermedad de Atlanta, tras estudios de escaso rigor, (no convencen siquiera en un primer momento ni al propio Gallo), llega a la peregrina conclusión de que la único relevante de los enfermos de Sida era su elevado número de relaciones sexuales, por lo que la causa tenía que ser infecciosa, es decir, transmisible. Pasando por alto conocidos factores inmunodebilitantes, que correlacionan con ese elevado número de relaciones sexuales: amplio historial de enfermedades sexualmente transmisibles, (como gonorreas, herpes, sífilis, etc), algo documentado, amplio historial de consumo de antibióticos para tratar esas infecciones, también documentado y amplio uso de afrodisíacos, (las correlaciones entre sarcoma de Kaposi y consumo de “poppers” llegaban casi al 100% en los primeros estudios del propio CDC).
En 1986, el Comité de la NAC, Academia Nacional de Ciencias , tomando como base los trabajos de Gallo, dictamina que “la evidencia de que el VIH causa el Sida es científicamente concluyente”. Sin embargo, los trabajos de Gallo, que nadie ha conseguido mejorar hasta hoy, sólo documentan la presencia de las partículas que él llama VIH en el 34% de las personas que habían dado positivo al test, no demostrando aislamiento viral alguno.
En 1987, el biólogo molecular de California-Berkeley, Peter Duesberg, tenido por el propio Gallo como la máxima autoridad en retrovirus, explica en la revista “Cancer Research” porqué no creía probable que el VIH, un supuesto retrovirus, pudiera causar el Sida. Nadie es capaz de rebatirle, pese a lo cual pasa a ser demonizado y le cortan los fondos para investigar.
En 1988 la Dra. Eleni Papadopulos-Eleopulos, biofísica del Royal Perth Hospital, Australia, publica en la revista “Medical Hypotheses” un trabajo, que plantea que el virus VIH no ha sido aislado. Pasa desapercibido.
En 1991 nace el “Grupo Internacional Para la Reevaluación de la Hipótesis VIH-SIDA”, integrado en la actualidad por varios miles de investigadores, que pide un debate y que se analicen los datos a favor y en contra de la Hipótesis VIH-Sida. Nadie se entera debido a la censura.
En 1998, en la Conferencia Internacional de Sida de Ginebra, el Dr. Ho, una de las máximas eminencias del VIH, admite, ante las preguntas del periodista Huw Christie, que “todavía hoy no se dispone de ninguna fotografía al microscopio electrónico del VIH, tomada a partir de la sangre fresca de ningún ser humano, con o sin Sida”. Hecho de importancia crucial.
El hecho de que lo que se llama VIH no haya sido visto jamás, con el derroche de medios, en la sangre fresca de portadores y enfermos, (se nos asegura que el VIH se transmite por sangre), tiene enormes implicaciones, a saber:
1. Reduce el VIH a un fenómeno exclusivo de laboratorio, suscitando las preguntas: ¿Puede ser letal para el hombre algo que sólo ha sido visto hasta la fecha bajo sofisticadas condiciones de laboratorio, y no siempre? ¿Cómo podemos acusar a eso que llaman VIH de causar enfermedad alguna, si no ha sido visto jamás en la sangre de ningún ser humano?
2. Por otro lado, ¿Cómo verificamos que los mal llamados tests de VIH son fiables, es decir, sirven para detectar su presencia en las personas? Pues comprobando que, en un número significativo de casos, donde el test ha dado positivo, el virus efectivamente está. El problema es que, al no haberse visto jamás el VIH en nadie, todos los tipos de tests usados para detectar el VIH, incluídos los de “carga viral”, carecen de validez.
3. Papadopulos demuestra incluso el origen de las mal llamadas “proteínas del VIH”, gp 120, gp 160, p 17, p 24,etc, que sirven de base el test, que no es otro que un origen celular, bien conocido.
Existen otras importantes contradicciones, aun suponiendo que el virus existiera, (altamente improbable), y que el test fuera fiable, (algo imposible).
1. El Sida no cumple las condiciones de una epidemia infecciosa: A) No ha crecido de forma explosiva dentro de la población, típico de los virus nuevos para los que no existe vacuna ni tratamiento. Pasados más de 20 años desde el comienzo de la supuesta epidemia, el Sida permanece confinado en su 80-90% en Europa y los EE UU, en los mismos grupos de riesgo que el principio, no habiendo explotado en la población general. B) No se distribuye por igual entre los dos sexos, al contrario, es masculino en el mundo occidental, (86% en Europa y 92% en los EE UU). C) En cuanto a la epidemia de Sida en Africa, sólo decir que, en virtud de las normas, impresentables, de la OMS, en Africa se puede considerar un caso como de Sida sin hacer el test, sólo se precisa tener: 10% o más de perdida de peso, fiebre de un mes, diarrea de un mes,...Cosas estas indistinguibles del hambre y males endémicos africanos.
2. La “calaverada” de los tratamientos: Las drogas más conocidas desde antiguo por su capacidad inmunodepresora, los fármacos de quimioterapia del cáncer, fueron y son las más usadas en el Sida.
3. Las espectativas de vida: De los propios datos oficiales se desprende que la mayoría de los “seropositivos” se mantienen vivos y sanos, durante un mínimo de 15 años, y todo hace suponer que sin necesidad de fármacos.
De momento, sólo un país, Sudáfrica, hizo gestiones para llegar al fondo del asunto. Estas frases son de la carta que su presidente, Thabo Mbeki, envió a los principales líderes mundiales y por la que le llamaron de todo en la prensa, ver El País del 20-4-2000, eso sí, la carta no se publicó:
...”Científicos en nombre de la ciencia piden que cooperemos con ellos en congelar el debate científico sobre el punto concreto que ese debate alcanzó en 1984”...
...”Algunos propugnan estas extraordinarias ideas con un fervor religioso, cegado por un alto grado de fanatismo, lo cual es verdaderamente preocupante,...
...”Personas que en otros temas combatirían para defender los importantes derechos de libertad de pensamiento y expresión, en el tema SIDA ocupan la primera línea en la campaña de intimidación y terrorismo intelectual, alegando que la única libertad que tenemos es estar de acuerdo con lo que estas mismas personas decretan que son verdades científicas demostradas...
...”Lo más extraño de esto es que parece que TODOS NOSOTROS estamos dispuestos
a servir a la causa de estos fanáticos, decidiendo ESTAR QUIETOS Y ESPERAR".
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Red Internacional de Orientación y Apoyo Mutuo Superando el SIDA
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