autoridad:
1. f. Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho.
3. f. Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia.
4. f. Persona que ejerce o posee cualquier clase de autoridad.
Leyendo, hablando y reflexionando sobre el inicio y la actualidad del fraude del vih/sida, no puedo no pensar en el papel que tienen los médicos y las autoridades, sobre todo sanitarias, a la hora de diagnosticar "infectado por el vih" a una persona. Y a la hora de la prescripción de los fármacos supuestamente "anti-vih". Y también en la reacción y el comportamiento de la persona en cuestión, a quien le tocó la lotería y quedar enganchada por la rueda dentada de la máquina del montaje vih/sida. No tengo recursos de socióloga, ni psicóloga y ese tema sería bueno para un análisis profundo y exhaustivo, pero aún así quiero entender el mecanismo de la autoridad-sumisión, autoridad-confianza.
¿Cómo es posible que tantísimos médicos participen de ese fraude? ¿Cómo es posible que lo hagan personajes supuestamente lúcidos, instruídos, inteligentes, responsables, empáticos, libres, etc...? ¿Cómo puede ser que participen a pies juntillas condenando a muerte, a miedo, a rechazo? ¿Se creen de veras las instrucciones que les vienen de arriba? ¿Sin cuestionar? ¿Cómo es posible que se vayan a su hogar, tan tranquilos, tras una jornada de trabajo en un centro sanitario, tras haber dicho: "si no te tomas eso, vas a enfermar y morir en breve"?
Esas mismas personas, saben de los actos de aquellos personajes que obedecieron (u obedecen...) las órdenes de sus superiores para cometer atrocidades - se conmueven y les condenan sin tregua. Y sentencian que "una persona normal" no sería capaz de hacer lo que hicieron/hacen ellos. Es decir, "tiene que estar mal de la cabeza, tener algún problema" por lo menos. Pero...ellos sólo recibieron/reciben órdenes! Nada más! Aparte de eso, pueden ser esposos/as amorosos, escuchan la música clásica, adoran a su perro...Son normales!!!) No piensan, no tienen que pensar. No cuestionan. Sólo cumplen. Sólo cumplen el protocolo...
En el año 1963 Stanley Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale, llevó a cabo un interesante (léase: escalofriante...) experimento, llamado "Experimento sobre la obediencia a la autoridad". El fin de la prueba era medir la buena voluntad de un participante a obedecer las órdenes de una autoridad aun cuando éstas puedan entrar en conflicto con su conciencia personal.
Vean y opinen:
Y aquí una ficción basada en aquel experimento real:
Parte 1:
Parte 2: