Reflexiones (2)

“Sida-VIH & Propaganda". Reflexiones de Eduardo Mateo

Fuente: https://www.facebook.com/manuel.g.sotelo.7/posts/10207613456081837

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Me maravilla como la gente habla sobre algo que asumen que sea verdadero, pero jamás se han molestado en investigar a ver que tanto hay de verdad en este asunto. ¿Por qué deben las personas, fundamentalmente los “homosexuales”, correr a hacerse la prueba del VIH cada tres meses, y los médicos siguen diciéndonos que volvamos a los otros tres meses? ¿Quién puede vivir y disfrutar la vida en ese desasosiego, pensando a cada segundo en un "virus" que acecha?... ¡hay quienes viven en un estado constante de estrés, convencidos que esta vez sí seguro me "infecté"!

Se las han arreglado para mantenernos aterrorizados y tenernos en un jaque constante, donde las personas ya desconfían hasta de su sombra. Todo basado en una mentira, pues este "virus", como otros, jamás se ha comprobado que exista, y mucho menos que se transmita sexualmente. Y por favor, no me pidan pruebas, pues las pruebas las deberían proveer los que dicen todas estas locuras.

La debacle comenzó en los años 80 en los EE.UU y bajo la histeria de las personas (homosexuales) que se enfermaban por causas desconocidas, aunque se sospechaba que era por abusos en su estilo de vida (promiscuidad, drogas, antibióticos, malnutrición, etc). Querían una respuesta, pero no querían aceptar responsabilidad alguna por este estilo de vida decadente. Pues entonces nos sacaron este “virus” mágico y lo anunciaron por conferencia de prensa, pero nunca (¡jamás!) ha existido ninguna prueba de que este “retrovirus”, si es que existe, cause alguna enfermedad. Nos embaucaron desde entonces, y la verdad ha sido censurada para mantener el miedo, y para, de paso, eliminar un poco de “indeseables” de este mundo, principalmente gays, negros y drogadictos. Si se fijan en las estadísticas del CDC de USA, a los blancos heterosexuales no les da VIH. ¡Que virus más extraño y selectivo!, ¿verdad?

Afortunadamente, muchos científicos han cuestionado esta ciencia tan chapucera que ha condenado a muchos a vivir con una “enfermedad” incurable, que casi todos creen existe, solamente porque es lo que nos han dicho desde que nacimos. Busquen la verdad, investiguen, pues cientos de científicos cuestionan el dogma del VIH=SIDA: ganadores de premios, inminentes mentes que han sido perseguidos y castigados por oponerse a la versión oficial. Piensen en lo que ocurre en sus propios países también, y en lo que ustedes son capaces de cuestionar cuando se les aclara la mente y dejan de pensar que los gobiernos, los centros científicos, hospitales, laboratorios y la industria farmacéutica en realidad nos aman y quieren que vivamos por siempre. ¡Cuántas veces se nos ha “ocultado la verdad” en nuestras propias narices! ¡Cuántas veces se nos ha reprimido, calumniado, juzgado por ocurrírsenos nadar en contra de la corriente!

A los “homosexuales” fundamentalmente, ¡despierten! ¡No permitan que se siga perpetuando esta farsa de un virus fantasma que jamás nos pueden mostrar, pero nos dicen nos está comiendo por dentro, aunque nadie sabe decirnos como, ni donde se esconde, ni por qué debo tomar las medicinas más toxicas que se han creado, ¡de por vida! Piensen en sus abuelos, gente simple… ¿se tomarían ellos un veneno semejante cada día, o preferirían morir? Piensen claramente por qué este “virus” es tan inteligente, que sabe distinguir entre homosexuales y heterosexuales, y sólo nosotros debemos vivir día tras día en esta agonía psíquica que nos mata poco a poco, cada noche cuando caemos en la cama dándonos discursillos y ánimos de que tal vez todavía no estoy “infectado”, tal vez “Dios” se ha compadecido de mi aunque cometí un “error” otra vez. Y tengo que hacerme la prueba, pues es lo que me dicen, para salvarme, para no infectar otros, blah blah blah.

Asi no se puede vivir; busquen la verdad, piensen con lógica por una vez en la vida. La realidad es que la mentira que salió de los EE.UU para el mundo fue muy bien recibida por todos los países. Pues fue una forma de mantener a los homosexuales “tranquilos” y convencerlos de que su estilo de vida pecaminoso había sido recompensado con un “virus’ providencial, o infernal. No exhorto a nadie a que se vuelva loco y comience a tener sexo a diestra y siniestra, pero piensen un poco…nunca está de más cuestionar los dogmas, especialmente aquellos que no tienen sentido común alguno. Busquen donde están las investigaciones que prueban algo de lo que nos han dicho durante 30 años, ¡y ya les puedo decir que no encontraran nada!

Y a aquellos que se identifican tanto con las personas “infectadas”, o los compadecen, o los apoyan: no creo esto los ayude tampoco. Mejor contribuyan a que la verdad se conozca, inclúyanse en esta lucha por corregir un asunto tan feo y tan grotescamente criminal. Busquen los escritos del Dr Giraldo, del Dr. Garrido, de Peter Duesberg, del grupo de Perth, de Celia Farber, los documentales de Joan Shenton. ¡Sí! Todo está en internet, en sitios web, y en YouTube. Los que piensen: Yo no creo en lo que hay en YouTube, pues ni lo digan, ya que es sabido que las corporaciones mediáticas que controlan el mundo no dejaran jamás que la verdad se sepa a través de ellos. La internet es en la actualidad la única arma que tienen los pueblos para diseminar la verdad, aunque nos resulte chocante tener que aceptarlo. Buen día a todos.

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  EL TEST DE VIH ES UNA PRUEBA DE AMOR A LA VIDA...ETERNA

 

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Como sabéis, estos días se celebra en Melbourne, Australia, la 20ª Conferencia Internacional sobre el Sida, uno de esos macrofestivales que la industria farmacéutica con intereses en el SIDA monta cada dos años, cada vez en un país distinto, donde, con la excusa de la lucha contra la “pandemia” y en connivencia con organismos sanitarios nacionales e internacionales, dictan las directrices mundiales que más convienen a su negocio. Perdéis el tiempo si pretendéis encontrar, entre la nube de organismos y personalidades que, o bien financian, o bien pretenden avalar con su adhesión estos cónclaves, otra cosa que no sean las multinacionales farmacéuticas o sus bien pagados agentes, sean médicos, investigadores o activistas.

Esas 12000 personas, con sus respectivas estancias durante días, viajes, etc., dan idea del gran poderío económico de quienes montan estos eventos, un poderío económico que no sólo financia miles de estancias y viajes en avión a un lugar en las antípodas geográficas, (no los hacen más cerca pues tendrían que soportar la presencia, al menos en su puerta, de molestos disidentes), sino que sirve también para comprar conciencias, pagar estudios amañados que hablan de la bondad de sus productos y reclamar más dinero para garantizar, en aras de unos sospechosos criterios de equidad social, que todo el mundo pueda “acceder a ellos”, todo ello mediante las correspondientes peticiones de las oenegés financiadas con este fin, de supuestas medidas gubernamentales destinadas a que el dinero público financie unos tratamientos tóxicos y experimentales que no reúnen las mínimas condiciones exigibles como para ser recomendados, (estudios a doble ciego con placebo).

El marketing lo primero

Es notoria y llamativa también la avidez y la prisa para ampliar el mercado de los arvs, ya no les llega con tener clientes de por vida con los tratamientos, ahora estos tóxicos, (donde en algunos casos figuraba hasta hace poco en sus prospectos la advertencia “este medicamento ni previene, ni cura, ni evita la transmisión”), son recomendados para prevenir el “contagio” en las personas con “prácticas de riesgo”, como los gays. Por supuesto, las ONGs subvencionadas con dinero público y de las multinacionales hablan ya del objetivo de conseguir que, para el 2020, todos los “infectados” puedan “beneficiarse” de esos tratamientos tóxicos y experimentales.

Por otra parte, el hecho de que se llame la atención en este “concilio ecuménico” sobre la conexión entre vih y hepatitis C, o entre vih y tuberculosis, parece apuntar al deseo de estas lumbreras de asociar el consumo arvs al consumo de antibióticos para la tuberculosis o a las terapias anti hepatitis C, (en personas etiquetadas como vih+ se supone), lo que no augura nada bueno para la salud de esas personas pues el tratamiento de la tuberculosis ya es lo bastante fuerte por el número de antibióticos y por su duración, como para añadirle estos tóxicos, en el caso de la hepatitis C no tenemos muy buenas referencias en cuanto al uso de tratamientos anti hepatitis C asociado a arvs, siendo por lógica de esperar resultados que pueden ser catastróficos. No entendemos, desde el punto de vista del simple sentido común, estas recomendaciones, claro que a estas alturas no nos extrañaría nada que también estuvieran en connivencia con las funerarias.

Discriminación e hipocresía

La impresentable Barré-Sinoussi, colaboradora del camándula Lluc Montagnier, y receptora junto a él del Nobel de Medicina por el supuesto descubrimiento del virus vih, la misma que se permite tachar a otros científicos de “criminales” por el hecho de sostener un punto de vista diferente, una señora con intereses muy claros en el SIDA ya que, como supuesta “codescubridora del vih”, recibe un tanto de cada test de vih que se vende en el mundo, (esos tests chapuza mediante los cuales se diagnostica a las personas la condición de supuesto portador), pronunció un bonito discurso sobre la discriminación, aludiendo más en concreto a la que afecta a gays y lesbianas.

Aplaudimos su discurso en lo que se refiere a su denuncia de la negación de derechos elementales de las personas homosexuales un muchos países, pero esta señora olvida que la causa de su discriminación, por lo que se refiere al vih, es precisamente esa, el vih, es decir, el hecho de que se asocie esta opción sexual con una enfermedad contagiosa cuyo agente causal nadie jamás ha visto. Esta conexión nada científica entre una determinada opción sexual y una enfermedad supuestamente letal y contagiosa fue establecida hace ya 30 años, al principio de toda la Histeria del Sida, sin ningún estudio científico que la avalara.

En este sentido seguimos como al principio, cuando el obispo de N. York, tras la injustificada psicosis de epidemia, creada nada menos que por un organismo de salud pública, (el Centro de Control de Enfermedad de Atlanta, USA), era tal el pánico que ni siquiera en los hospitales admitía a lo que parecían enfermos de sida, dando lugar a situaciones de lo más esperpéntico, al punto de que el prelado se vio obligado a decir: “Aunque el pecado es condenable, no debemos abandonar al pecador”. Lo único que ha cambiado es que ahora usan un supuesto test que no detecta al virus pero sigue detectando el “pecado” (el pecado de ser vih+, que se identifica con el de ser homosexual), pues de ahora en adelante irá todo indisolublemente unido.

¿Cae en la cuenta Barré-Sinoussi que la principal fuente de discriminación es precisamente la condición de vih+, detectada mediante un test chapuza del que ella recibe sus buenos royalties?

Algo de lo que no se habló en esa conferencia

Si entendemos el SIDA como lo que indican sus siglas, es decir, como inmunodeficiencia adquirida, es algo que está perfectamente documentado en la literatura médica que su principal causa, es decir, la que más muertes provoca por inmunodeficiencia en individuos de todas las edades actualmente en el mundo, sigue siendo la desnutrición, el hambre.

Pues bien, ¿Se habló en esa conferencia sobre la principal causa de SIDA actualmente en el mundo? ¿Se habló de la desnutrición, del hambre que azota a una buena parte de la humanidad? No, evidentemente, con el hambre no es posible hacer el negocio que se hace con un supuesto virus, el hambre no da de comer a tantas oenegés como el supuesto virus vih, ni da para estos macroespectáculos.

Tampoco se habló de la otra causa importante de inmunodeficiencia adquirida, los tóxicos, bien sea drogas de “recreo”, como la heroína, cocaína, “poppers”, abuso de alcohol…o medicamentos, (desde el abuso de antibióticos, la cortisona, los fármacos inmunosupresores, quimioterapia del cáncer, por ejemplo, a cuya familia pertenecen precisamente la mayoría de los fármacos que se venden bajo en nombre de antivirales). Tanto es así que se puede decir que El SIDA, sobre todo en el mundo occidental, es un problema tóxico: primero te intoxican la mente con la idea de que has sido contagiado con un virus letal y luego, por si no tuvieras ya el organismo suficientemente intoxicado, lo acaban de intoxicar más con unos fármacos que la mayoría de ellos pertenecen a la quimioterapia del cáncer, (fármacos también llamados en medicina “citotóxicos”).

Y mientras tanto…

¿Qué hay de los millones de personas en todo el mundo, muchos miles en nuestro país, supuestamente infectadas que se mantienen vivas y sin mayores problemas de salud desde hace un mínimo de 10 o 15 años sin necesidad de fármacos? ¿No merece ese sector de población un estudio?

No, cuando lo que interesa es, única y exclusivamente, el negocio.

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Artículos relacionados: Miedo y asco en Ginebra, sobre el lamentable estado del periodismo en el SIDA, Celia Farber

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