Más peligroso incluso que el AZT
A la hora de hablar de fármacos que fueron especialmente letales a lo largo de la histeria del SIDA, es difícil encontrar fármacos más letales todavía que el AZT. Pero los hay, la Pentamidina es uno de ellos.
Si el AZT podía matarte en meses, la Pentamidina puede llevarlo a cabo en semanas, incluso en días. Entre los fármacos dedicados a tratar problemas infecciosos, no sé de ningún otro fármaco sobre el que el fabricante avise de la necesidad de hacer tantos controles, ¡Incluso diarios!, sobre la función de hígado y riñón así como recuento diario de las células sanguíneas, cuando se administra a un enfermo.
Pero vedlo por vosotros mismos, se trata de unos párrafos suficientemente elocuentes tomados de las precauciones y advertencias sobre el uso de la pentamidina, de la página de la AME, Agencia Española de Medicamentos, (el documento completo sobre esta “joya terapéutica” podéis verlo en el archivo adjunto al final de este artículo).
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4.4. Advertencias y precauciones especiales de empleo
Debido a situaciones graves de hipotensión, hipoglucemia, pancreatitis aguda y arritmias cardiacas, se
han comunicado casos de muerte en pacientes tratados con isetionato de pentamidina, tanto por vía
intramuscular como intravenosa. Por esta razón, PENTAMIDINA... 300 mg polvo y disolvente para solución inyectable debe usarse con especial precaución si aparecen estas situaciones, así como en enfermos con insuficiencia hepática y/o renal, hipertensión, hiperglucemia, leucopenia, trombocitopenia o anemia.
La hipotensión severa súbita puede ocurrir tras una dosis única de isetionato de pentamidina, tanto por vía intramuscular como por vía intravenosa. Debe tomarse la presión sanguínea basal y el enfermo deberá recibir el fármaco en decúbito supino. La presión sanguínea debe ser atentamente monitorizada durante la administración, y a intervalos regulares hasta que el tratamiento concluya.
Debe hacerse un seguimiento de laboratorio mediante las siguientes pruebas, antes, durante y después del tratamiento:
Nitrógeno ureico sanguíneo y creatinina sérica, diariamente durante el tratamiento.
Recuento sanguíneo y plaquetario completo, diariamente durante el tratamiento.
Glucemia diaria en ayunas durante el tratamiento y a intervalos regulares después de su conclusión. La
hiperglucemia y la diabetes mellitus, con o sin hipoglucemia anterior, se han presentado incluso varios
meses después de finalizado el tratamiento.
Pruebas de función hepática, incluyendo bilirrubina, fosfatasas alcalinas, aspartato aminotransferasa
(AST/SGOT) y alanino amino-transferasa (ALT/SGPT). Si los valores basales son normales y permanecen normales durante el tratamiento, se harán los controles cada semana. Si las determinaciones basales de las pruebas de función hepática son elevadas, o se elevan durante el tratamiento, se hará monitorización continua semanalmente, a menos que el enfermo esté también bajo tratamiento con fármacos hepatotóxicos, en cuyo caso la monitorización se hará cada 3-5días.
Calcemia, semanalmente.
Análisis de orina y de electrolitos séricos, diariamente durante el tratamiento.
Electrocardiograma a intervalos regulares.
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No necesito decir que estos controles, que el fabricante recomienda se hagan a quienes se les administra el fármaco, es muy posible que no se hicieran en muchos casos pues, como se decía de aquella con frecuencia: “¿Para qué, si total, se van a morir?”.
¿Y para qué se usaba la Pentamidina?
Pues para tratar un tipo de neumonía, ¿Os imagináis cuál? Si, en efecto, la neumonía por neumocistis carini, de ahí los nombres comerciales, Carinat y Pentacarinat, bajo los cuales se vendía en esa época, estoy hablando de principioo o mediados de los años 90. La ficha técnica del archivo se refiere a una marca comercial genérica, cuyo nombre comercial es el mismo del principio activo o composición del medicamento, seguido del nombre del laboratorio que lo fabrica.
Ese medicamento, si bien creo que todavía subsiste, fue tan silenciosamente retirado de uso, que ya ni se habla de él, pero muchos veteranos recordarán que, antes de introducirse el Septrim, o Bactrim, para prevenir la neumonía por neumocistis a razón x comprimidos varios días a la semana, se usó la pentamidina, si bien no de una forma oral, sino mediante inhalación, es decir, a las personas con los cd4 bajos, (de aquella los llamaban T4), tenían que acudir al hospital una vez al mes, donde los tenían una hora inhalando, mediante una mascarilla, su dosis mensual de pentamidina.
Tengo que decir que yo nunca pasé por esta experiencia, nunca tuve los cd4 bajos, entre otras cosas porque, en casi 30 años, sólo me los miré dos veces, es seguro que si fuera a mirarlos cada poco tiempo, como hacen muchos, estaría bajos en muchas ocasiones, pero eso ya es otro cantar. Lo de la pentamidina en inhalación lo sé porque era lo que figuraba en los manuales y protocolos de tratamiento y prevención además de lo que te comentaban en aquella época personas vih+ a las que sí se la administraban.
Pero no me estoy refiriendo al efecto tóxico de la pentamidina en aerosol, que indudablemente tenía que tenerlo, sino a su efecto letal cuando era usado de forma intravenosa para tratar neumonías. Sólo vi a una persona morir por la Pentamidina, no digo el nombre, ni el hospital, que me quedaron muy grabados. Y cuando digo que murió debido al uso de ese fármaco lo digo porque tengo razones fundadas para ello.
Un caso de muerte por Pentamidina (es de suponer que uno de tántos)
Esta persona entró en urgencias del hospital con una neumonía y se le administró un antibiótico de uso habitual en neumonías, recuerdo que era un tipo de cefalosporina. Al cabo de unos días el enfermo estaba ya sin fiebre, la mayor parte del tiempo ya no precisaba oxígeno, estaba de buen humor y animado, y hasta charlamos un buen rato.
Pero he ahí que, como se trataba de un paciente vih+, la especialista que lo llevaba decidió aplicar el protocolo, y este incluía la pentamidina. El cambio fue brutal, tanto un amigo enfermero como yo, (que había acudido al hospital acompañando a este amigo enfermero, amigo del enfermo), pudimos ver cómo en cosa de tan sólo unos días, donde había una persona que estaba evolucionando bien, vimos a un completo cadáver, edemas en los tobillos, vientre hinchado, (con numerosos síntomas que no tenía antes y que en cambio están descritos entre los efectos secundarios de la pentamidina), fiebre que no bajaba…por supuesto, ya no pudimos hablar con él, estaba prácticamente inconsciente y delirado, ni nos miró. Falleció en unos días. Es posible que este fármaco fuera de gran utilidad las neumonías por neumocistis, (que en este caso se trataba de una presunción, pues no se le hizo ningún tipo de prueba para ello), pero estaba claro que el enfermo estaba evolucionando bien con un antibiótico para infecciones de lo más corriente, lo que indica se trataba de una neumonía corriente, (es lo que se llama "diagnóstico por la respuesta al tratamiento"), algo que la especialista que lo llevaba no vio, o no quiso ver, aunque lo tenía delante de los ojos.
Algunas conclusiones que pude extraer
- Lo letales que pueden llegar a ser los protocolos en el sida.
- Nuestro error: no haberle dicho que pidiera el alta voluntaria, firmara el papel de que se iba de allí bajo su responsabilidad, y abandonar cuanto antes el hospital.
- Que cuando tu vida está en juego, uno tiene que estar dispuesto a arriesgarse a sufrir las consecuencias de sus propias decisiones, antes que sufrir de un modo irreparable las consecuencias de los decisiones de otros.
- Y algo que me horrorizó: el ver hasta qué punto a los médicos no les preocupa que mueran personas, siempre que esas personas se mueran “siguiendo las recomendaciones que dictan los protocolos”. Lo que ya no sé es si la cosa llega al extremo de que sea más peligroso para ellos el curar pacientes saliéndose del protocolo.
Muertes que no figurarán en ninguna estadística ni informe
No sé la cantidad de muertes que pudo ocasionar este fármaco, pero estoy seguro que en ningún caso figura la pentamidina como la causa, ni en informes médicos, ni en autopsias, es de esperar que lo que figuraría como causa de la muerte sería la palabra “neumonía”, o simplemente “sida”. Entre otras cosas porque a nadie se le ocurriría hacerle una autopsia a una persona vih+ que fallecía en el hospital donde había ingresado por neumonía. Nadie se imagina otra causa de muerte que en un vih+ que el virus.
Afortunadamente la Pentamidina ya no se usa hoy en día, que yo sepa, si bien las cosas no han mejorado gran cosa, si tenemos en cuenta la práctica, irracional donde las haya y de la que cada vez conocemos más casos, de dar arvs junto con los antibióticos para tratar las neumonías, y de la cual ya hemos advertido en esta página.
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FICHA TÉCNICA DE LA PENTAMIDINA, (Agencia Española de Medicamentos)