La Medicina se basa en los “sanadores”, profesionales que ayudan al hombre a enfrentarse al sufrimiento, el dolor y la muerte. A veces los “sanadores” se exceden y se convierten en “curanderos” que prometen casi milagros. Cabe hacer negocio con estas promesas milagrosas y entonces los médicos devienen en “comerciantes”.
Por otra parte, la sociedad espera demasiado de la ciencia y de la medicina. Y cuando lo consigue muchas veces obtiene lo que no quiere. Buen ejemplo es el de Midas, al que Dionisio le concedió su deseo de transformar en oro todo lo que tocase. Por ello en Medicina es necesaria la sensatez, la humildad y la piedad, para poder ofrecer lo mejor sin hacer daño.
Como explica el médico y colaborador habitual de este blog, Juan Gérvas:
La “Medicina sin Límites” produce daños sin límite a los pacientes, familias, comunidades, profesionales y sociedad. La Medicina puede ofrecer mucho, desde prevenir a curar, desde consolar y ayudar a bien morir, desde eliminar dolores a acompañar en el sufrimiento. Pero en la búsqueda de un imposible (“una píldora para cada mal”) puede hacer mucho daño.
Y de hecho, la Medicina sin Límites es la que predomina, la que se está convirtiendo en un peligro, la que es dañina.
En este texto y conferencia se analiza a fondo la cuestión y algunas soluciones,