Tomado del British Medical Journal Online "Debate del SIDA", agosto 2003
¿Debemos confiar realmente en el recuento de las células T?
By - Toni Watson
"El doctor le dijo que el resultado obtenido de su ultima analítica realizada cinco años antes había mostrado un recuento total de 26 CD4. Mi amiga se sintió muy molesta al escuchar el resultado, pues a pesar de las cifras ella no había enfermado en los cinco años posteriores desde que se realizó el conteo. Y siete años más tarde, ella todavía tiene buena salud”.
Ahora tiene 30 años, había consumido drogas en su adolescencia, pero en 1983 decidíó "limpiarse" por completo. Resultó positiva un par de años más tarde, ella pensó que su "infección" habría tenido lugar antes de haber dejado las drogas en 1983. Se negó a participar en cualquier ensayos de medicamentos contra el VIH, después de haber visto como todos sus amigos que si tomaron AZT, rápidamente enfermaban y morían.
Durante la década de 1990 se involucró en diversas terapias complementarias pero continuó teniendo los controles rutinarios de sangre, ya que su médico un especialista del VIH la presionaba insistentemente para que lo hiciera. También fue animada en todo momento para que formase parte en los ensayos de las nuevas drogas que se estaban ejecutando en ese momento, pero siempre se negó.
En 1996 decidió que la ansiedad y el estrés que le provocaba la asistencia a la clínica para hacerse los controles de sangre y la preocupación a la hora de recibir lo resultados podrían ser la causa que estaba dañando su salud. Así que le dijo a su doctor que ya no quería realizarse más controles de seguimiento y pidió que no se le informara de los resultados de su recuento sanguíneo - lo que demostró ser una decisión acertada.
Cinco años más tarde, se visitó con el mismo médico de nuevo, después de contraer una infección de poca importancia en el oído. Durante el tiempo que duró su consulta el doctor (a pesar de haberle pedido que no) le dijo que su recuento de CD4 anterior había sido del 26 CD4.Como los lectores pueden imaginar, mi amiga estaba muy alterada y asustada al oír esta noticia. El médico de nuevo trató de persuadirla para que comenzara a tomar los ARV, a pesar de que no había mostrado problemas de salud por más de cinco años tras realizarse la última analítica.
Después de pensarlo decidió pedir la opinión de su terapeuta, quien le explicó que no tenía de que preocuparse que estaba igual de saludable que el día anterior antes de recibir los resultados de una analítica que le habían realizado cinco años antes.
Ella declinó la oferta para tomar la terapia ARV y 18 meses después, se mantiene en buen estado de salud - casi siete años después que su recuento sanguíneo de 26 CD4 indicase que ella tenía sida (según la definición de los CDC) y 20 años después de que se convertirse en "infectada".
Por supuesto la experiencia de mi amiga plantea muchas cuestiones acerca de la utilidad del conteo de los linfocitos CD4, pero lo más importante, ilustra el peligro inherente de adoptar un punto de vista excesivamente estrecho hacia cómo y por qué se manifiesta la enfermedad en sí.
Un marcador indirecto puede que sea la mejor herramienta de la que disponen los médicos actualmente para evaluar el progreso del “VIH”, pero son validos para iniciar el tratamiento en ausencia de síntomas clínicos? sólo por tener un recuento bajo de CD4 ?
Un claro ejemplo que muestra la actitud predominante de los especialistas del VIH, así como la creencia inmutable de que un diagnóstico de VIH positivo significa una muerte segura.
Fuente:
http://www.aliveandwell.org/html/viral_load_tcell/can_we_count.html