En los experimentos, liderados por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos en la administración de Harry S. Truman (1945-1953), se estudiaba el desarrollo de las enfermedades en periodos prolongados de tiempo, sin ofrecer tratamiento alguno a los infectados.
Las prácticas han salido a la luz gracias a un estudio de la investigadora de la Universidad de Wellesley Susan Reverby, que afirma que infectaron a 696 personas, muchas de ellas pacientes internados en instituciones para enfermos mentales.