Con el capitulo final, concluimos la traducción de “La invencion del Virus del Sida” de Peter Duesberg. En este ultimo capitulo nos menciona los infructuosos intentos de terminar con la “Guerra contra el Sida” por parte del Stablishment, demostrando que es una guerra que en realidad no ha llegado a ningún buen puerto. Pero el objetivo quizá no sea ganar la guerra, sino eternizarla y seguir vendiendo “armas”. Recordemos que este libro fué escrito en los años 90 y desde ese entonces ha corrido agua bajo el puente. Duesberg nos comenta ya en ese momento que los fracasos para encontrar una “cura definitiva” para el HIV solo se han multiplicado, lo que forzozamente deberia llevar a una revisión de los postulados fundamentales sobre la teoria, pero es justamente lo no se quiere hacer y la ciencia oficial continua evitando de cualquier manera.
Por tanto las novedades que se pueden continuar esperando desde ese lado - con la ilusión de que llegue el dia de la "cura definitiva” - serán la insistiencia en cócteles preventivos, vacunas que harán mas mal que bien o no darán resultado y sobre todo ahora con la propaganda de las vacunas de ultima generación y nuevas tecnologias genéticas. Pero ninguna de estas “esperanzas” en las que la gente pondra la fé, serán mas que señuelos para continuar con el negocio, pues el problema está mal planteado de entrada, ya que no hay un virus del SIDA.
Que la biopolítica necesita un sujeto dependiente, un eterno cliente-consumidor, no es ninguna novedad. Lo que ya parece ir demasiado lejos es esta propaganda cada vez mayor a que la solucion para todo sean fármacos, vacunas o tratamientos que suelen resultar peores que las enfermedades. El miedo es el ingrediente que no debe faltar para que el sujeto obedezca. Y es sobre esto que Duesberg se explaya hacia el final del libro.
“ El miedo a contraer enfermedades siempre ayudó a las autoridades médicas, haciendo que el público laico estuviera más dispuesto a ceder dinero y libertades por una respuesta al bien común”
Inculcar y hacer aceptar la idea de lo “incurable”, el ser etiquetado simbólicamente, con el oscuro resabio moral que tiene esto, el "estigma de ser “HIV positivo", el fantasma de que en cualquier momento “el virus se pueda activar”, ¿ No es esta la maniobra con la que se atrapa al sujeto y se lo mete en el mecanismo de una vez y para siempre? Lo cual es factor suficiente para arruinar la vida de cualquiera y todo a partir de un simple test inespecifico al que se cree obligado a recurrir cualquier persona que haya tenido “situaciones de riesgo”. Hay una carta que Duesberg publica en los parrafos finales y que describe perfectamente ese proceso infernal
Sin embargo, como diria Sabina, por mas que la mayoría lo crea, un bulo repetido mil veces no merece ser verdad. Como toda verdad que no puede taparse indefinidamente, para muchos mas tarde que temprano, aunque nunca es tarde, el debate sobre el sida ha atravezado el muro del silencio, impuesto por la confianza ciega en la "ciencia oficial".
Los hechos demuestran que ni las tasas de contagio, ni las estadisticas de expansión de esta supuesta epidemia han resultado lo que se anunciaba desde los años 80. Tampoco la transmisión heterosexual ha sido lo que se habia pronosticado con la propaganda del miedo, y esto no es por el uso del condón . El contagio sexual "sin protección" no solamente se ha demostrado altamente improbable, sino practicamente inexistente - ver los estudios de N. Padyan -. Mientras que hoy en día los gobiernos siguen aprobando a toda marcha nuevas medidas, leyes y campañas sobre el ViH, - lo cual parece será nuevamente el frente de batalla del Stablishment luego del Covid- nunca como en los últimos tiempos se ha tornado tan evidente que no solamente el "SIDA", sino la salud en si misma es una cuestion politica y un enorme negocio a nivel mundial.
Pero la disidencia ha ganado terreno, el fenomeno de Peter Duesberg y las otras voces que se han levantado sobre esta gran estafa ya no es algo que pueda ser ignorado. La confianza ciega en la autoridad médica institucionalizada tambien ha comenzado a quebrarse, abriendo un panorama nuevo en el campo de la salud con puntos de vista alternativos al relato oficial. Los hechos que vivimos los ultimos dos años han puesto en evidencia que hoy mas que nunca es necesario quitarse las anteojeras y saber en qué mundo realmente se vive. Esta verdad, como otros engaños y "errores" de la medicina, quedará cada vez mas expuesta, hasta el dia en que quienes lucran a sabiendas con las vidas humanas tengan que enfrentar su juicio.
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