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Fuente: Editorial diario La Página, Marvin Aguilar

Medicinas tóxicas: el SIDA

Última actualización: 20 DE JULIO DE 2015 15:24 | por Marvin Aguilar

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La Sala de lo Constitucional salvadoreña declaró que se ha vulnerado el derecho a la salud de 129 recién nacidos al haberles suministrado un medicamento que les pudo causar serios daños neurológicos e incluso la muerte.

Pero ese es solo la punta del iceberg. Los medicamentos retrovirales recetados a pacientes etiquetados como VIH pueden estar matando personas por la misma actitud que deja en evidencia la sentencia de la Sala por el caso del medicamento midazolam: desidia

Pesar de la versión oficial hemos dicho en anteriores artículos que no está científicamente demostrado que eso que llaman VIH exista. Menos que el SIDA o el conjunto de 30 enfermedades que lo componen sean causadas por ese virus. 

Estas dudas que podría en otros casos ser motivo de reservas por parte de los doctores al momento de aplicar un protocolo o normativa médica con serios efectos secundarios, en el caso de los retrovirales se implementan bajo el ahora inconstitucional razonamiento que es justificado ya que es la norma reglamentaria dada por los organismos de salud. 

Incluso para su uso se llega a presión moral y sicológica contra afligidos pacientes portadores de una supuesta enfermedad terminal y estigmatizada.

Dentro de los habituales goteos de reportes que de la enfermedad se realizan, nunca se dice de la parte oficial y menos los periodistas preguntan sobre las causas inmediatas de muerte de las personas etiquetadas VIH.

Durante la filmación del documental POSITIVO pudimos identificar tres: drogas, suicidio e insuficiencia renal o problemas hepáticos a causa de los medicamentos. La ausencia del virus en las muertes nos llamó la atención y, si, dejamos para otro análisis las dos primeras que pueden estar relacionadas a problemas de resiliencia por parte del paciente la única salida viable que recibirá un diagnosticado que posee salud mental y vida sana lo puede llevar a la muerte. 

Por eso, los más veteranos en el manejo de las medicinas VIH pasan –sin que lo confiesen- periodos sin tomarlas porque dejándolas sienten mejoría. 

En realidad, luego supimos que esto de los medicamentos VIH es un negocio millonario que puede sobrepasar los 60 millones de dólares anuales en El Salvador y eso es lo que lleva incluso a algunos promotores del SIDA a presionar su consumo haciéndoles en casos firmar un documento de compromiso a pacientes VIH que incluye la amenaza al mejor estilo nazi de acudir a sus hogares a supervisar su adherencia. 

Supimos que en el occidente del país una señora etiquetada VIH antes de tomar retrovirales no padecía enfermedad alguna del corazón. Luego de tiempo siguiendo las instrucciones médicas necesitó una intervención quirúrgica coronaria que ninguna ONG del SIDA se intereso en costear. Ignoramos el final de aquella mujer.

Igualmente descubrimos que en la práctica privada los criterios son distintos al momento de aplicar retrovirales. En este caso se tratan las enfermedades oportunistas como a una persona seronegativo y se deja, para caso extremo medicamentos.

Esto es así porque en realidad los retrovirales son quimioterapia. Y si usted pregunta a un oncólogo si aplicaría quimio diariamente de por vida a un paciente, contestará que en ese caso es probable que la persona muera rápido.

En Usulután un promotor del SIDA al ser preguntado sobre el protocolo de riesgo no ocupacional que aconseja tratarse y curarse lo supuestamente incurable con retrovirales por un mes inmediatamente de una relación de riesgo alto de contagio o seguridad de poseer VIH nos contestó que de publicitarse ese tratamiento siendo el salvadoreño tan descuidado la fila de solicitantes sería interminable. Lo mejor es no advertirle a nadie.

Son todas esas contradicciones que rodean la construcción VIH-SIDA lo que hace que el movimiento disidente o negacionista no desaparezca pesar del paso de los años y el excelente manejo publicitario del tema que hacen a nivel mundial de ese virus misterioso y su tóxico medicamento los organismos encargados de la salud.

Corolario:

Cuba logró la erradicación de la transmisión del VIH de madre-hijo no gracias al uso enloquecido o dictadura de retrovirales sino a que posee un sistema de salud universal y asequible. Esto incluso se extendió a la sífilis. 

Ante todo no hacer daño. Ese lema antiguo de los médicos es paja cuando se aplica retrovirales antes de agotar otros medicamentos en personas ignorando que la práctica demuestra que incluso personalizando las dosis termina violándose el derecho constitucional de conservación y restablecimiento de la salud.

Si se hiciese un pericia similar a la que precedió la sentencia contra el uso de midazolam pesar de las bondades que se argumentan del TAR ante la tan sola idea –usando el texto de la sentencia- de exponer a peligro inminente a cualquier paciente por un tratamiento farmacológico que causa graves efectos adversos y alto riesgo en la salud debiese ser motivo para buscar medicación alternativa como el fortalecimiento del sistema inmunológico como se ha anunciado el lunes en Vancouver sucedió con una adolescente francesa que controló la enfermedad tras dejar la medicación además de combatir la oscuridad en la que viven la mayoría de personas etiquetadas VIH, que para sorpresa en El Salvador, suelen ser pobres o marginados y como eso, son tratados en el sistema de salud nacional. 

 

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Fuente: https://es.tendencias.yahoo.com/una-madre-defiende-su-derecho-a-no-decir-a-nadie-que-su-hija-tiene-vih-124317063.html

WTB – lun, 22 sep 2014 14:43 CEST

 “Mi hija tiene VIH, juega con tus hijos y tú no lo sabes”. De esta manera tan directa empieza el texto que una madre norteamericana ha publicado en la web Scary Mommy y que se ha hecho viral: 37.000 personas lo han compartido y muchas de ellas están discutiendo en Facebook si esta mamá tiene razón o está cometiendo un error.

Jen Mosher, así es como ha firmado el texto, aunque es un pseudónimo- ha decidió no contar a nadie que su hija sufre este problema. Como asegura, “Ella se ha divertido con vuestros hijos en preescolar, se ha bañando con ellos en las clases de natación, y hace cola detrás de tu pequeño en gimnasia”. Argumenta que “Mi hija tiene protección legal que hace que no tengamos que decirle a nadie -ni al colegio, ni a los organizadores de un campamento de verano, ni a los padres de ningún otro chaval- que tiene VIH. Solo se lo tenemos que decir a los médicos y al dentista”.

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Jen Mosher


Con esta acción, Jen quiere mostrar al mundo lo normal que es la vida de su hija y la de los demás pequeños que la rodean. No hay peligro, no hay ninguna sensación de alarma, y nadie margina a la niña.

Adoptó tras realizar un reportaje
Jen es una fotoperiodista que quedó conmocionada tras fotografiar un albergue en África repleto de huérfanos con VIH. Tras esta experiencia, decidió adoptar a una niña que tuviera esta enfermedad. Aunque ella y su pareja tenían mucho miedo: tres de sus amigos habían muerto por trastornos relacionadas con el VIH. No se amilanaron y adoptaron a una pequeña china. Según aseguran a Buzzfeed, "La educación y los hechos superaron nuestra ignorancia y miedos”.

“Puede que en el futuro mi hija salga con tu hijo, cuando sean adolescentes. Y puede que se case con él y que tengan hijos VIH negativos (que no tengan el virus). Por favor, mamás, el VIH no es algo de lo que asustarse”, escribe la madre. Para ella, lo más difícil de criar a una hija con VIH es el estigma social, que alguien la margine por tenerlo.

Pero aunque sus padres guardan el secreto, la niña sabe más o menos lo que le pasa, y a veces se le ha escapado… a su manera.  Como cuenta la madre en primera persona, su hija le dijo a una compañera del colegio, “Natalie, ¿sabes qué? Tengo un dragón en mi sangre. He nacido con él, y mi mamá de China también lo tiene. Cuando tomo mis medicinas, el dragón se duerme”.

Según Jen, ni la amiga ni los demás niños de la clase quedaron muy satisfechos con la historia “Otro de sus compañeros le dijo, “Yo también vengo de China, así que también tengo el dragón en las venas”. Le tuve que decir a mi hija que tuviera paciencia, que ese niño todavía no conocía la historia completa”.

¿Error o reivindicación?


37.000 personas han compartido en Facebook la historia de Jenn y de su hija. Algunas de ellas no han sido muy agradables con la madre, a la que acusan de esconder un peligroso secreto a los compañeros de clase de la niña. Pero la gran mayoría de comentarios son positivos, e incluso hay un montón de madres las han invitado a sus casas para que jueguen con sus vástagos. “Esos comentarios positivos hacen que podamos seguir adelante, nos dan seguridad”, defiende Jen en Buzzfeed.

 

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