director (2)

Introducción

 

Nadie debería extrañarse de esta burrada, pues haciendo un poco de memoria es exactamente de este tipo de mentalidad de donde surgió el punto de vista del VIH-SIDA, una teoría que desde el punto de vista médico o científico es una auténtica majadería.

Siempre pensé que desde el punto de vista de una medicina básica, es decir, desde la perspectiva de los principios que se estudian en una facultad de medicina, (hay quien piensa que aquí hay que ser un experto en retrovirus, como Duesberg, o biofísicos como la doctora Eleni Papadopulos, para cuestionar este engendro, pero lo cierto es que una vez estos científicos nos abrieron los ojos la cosa resultó bastante fácil, vista la cantidad de contradicciones y sinsentidos de esta teoría), el sida era obra de auténticos subnormales. Eso es al menos lo que nos han demostrado hasta ahora y nos da una idea de los extremos a los que se puede llegar cuando a unos auténticos zoquetes e ignorantes se les dota del poder suficiente como para influir y condicionar la vida de muchos millones de personas. Es como si tomas a un sargento, de esos sin mayores estudios que había antes en el ejército, que van ascendiendo por el riguroso turno de antigüedad, lo nombras general y lo haces ministro de sanidad.

Es así como se construyó el sida: recordemos que todo se inició en las publicaciones del CDC con la publicación de la idea de la posibilidad de un virus afectando a los homosexuales, (partiendo de unos problemas que se daban en una minoría de gays que tenían unos hábitos de lo más tóxicos), sin que existiera ningún dato o estudio que lo avalara, haciendo gala con ello de una grave imprudencia y de una franca homofobia.

Si algo no hay en la visión vih-sida es ciencia y sentido común, esta fantasiosa teoría sólo pudo salir de mentes ignorantes y llenas de prejuicios y el hecho de que esta mierda haya sido aceptada a nivel mundial como un hecho científico probado lo dice todo sobre la corrupción imperante a nivel de organismos médicos y sanitarios tanto nacionales como internacionales y de lo bajo que ha caído la ciencia de nuestros días.

Así que nadie se escandalice, porque de este tipo de "joyas" está plagado el CDC y esto no es cosa de ahora, ni de un individuo concreto del CDC, eso es así desde el principio de esta historia (y de toda la historia del CDC), no olvidemos la ola de pánico desencadenada en los primeros años en los EE UU, como consecuencia de la labor de agitación de estos dementes. Recordemos cómo en los primeros tiempos del sida se negaban incluso a aceptar en los hospitales a todo cuanto paciente fuera sospechoso de padecer la “nueva enfermedad”, cómo se acumulaban las bandejas de comida a las puertas de las habitaciones y cómo se rehuía todo tipo de contacto por temor al “contagio”. Recordemos también cómo se denominaba, por parte del mismo personal sanitario de los hospitales a principios de los años 80, a las patologías que pudieran tener estos pacientes, en su mayoría gays: La Cólera de Dios (The wrath of God), el castigo divino de los viciosos.

Pero tranquilos, no veréis a ninguna de esas oenegés, ni a ninguno de los numerosos grupos anti-sida, en especial los grupos gay y LGTB, protestar contra este tipo de aberraciones, al fin y al cabo la misma idea de crear grupos de borreguitos, pagados con el dinero público para difundir la idea de sida infeccioso, partió del mismo CDC. Tampoco veréis a ningún médico poner el grito en el cielo, ni a ningún infectólogo, están muy ocupados recetando quimioterapia del cáncer light camuflada bajo el nombre de antirretrovirales.

Os dejo con el flamante nuevo director del CDC y su modo de pensar.

M. Garrido.

 

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El nuevo director del Centro de Control de Enfermedad (CDC) piensa que el SIDA fue el “castigo de Dios” hacia los homosexuales

                                                                             (traducción Superando el sida)


El Dr. Robert Redfield trabajaba en el ejército en el momento álgido de la epidemia de SIDA de la década de 1980


Fuente: https://www.gaystarnews.com/article/new-director-of-the-center-for-disease-control-thinks-aids-was-gods-judgment-against-homosexuals/#gs.uiv.t9dztJ8

9288855469?profile=originalDr. Robert Redfield, el nuevo director del CDC

19 de mayo de 2018
Rafaella Gunz

 


El Dr. Robert Redfield es el nuevo director del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
En el pasado, Redfield dijo que la epidemia del SIDA era el 'castigo divino' contra los homosexuales. Él cree que su propagación a través de los Estados Unidos en la década de 1980 se debió a la falta de los valores tradicionales de la familia.


La historia de Redfield


Durante los años 80 y 90, en el momento álgido de la epidemia de SIDA, Redfield trabajaba como comandante de la Armada e investigador de vacunas del Ejército de los Estados Unidos en el Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed en Maryland. En este momento, Redfield lideró la respuesta de salud pública del ejército al virus y trabajó para encontrar una vacuna. Sin embargo, sus decisiones en ambos cometidos fueron objeto de polémica.
Para el Departamento de Defensa, Redfield ordenó pruebas de VIH obligatorias para todas las tropas sin confidencialidad. Esto comenzó en octubre de 1985. Cualquier soldado, marinero, piloto o marino con VIH fue alertado de su estado solo después de que toda su cadena de mando lo supiera. Los reclutas también fueron testados y a cualquier persona con un estado positivo se le prohibía servir en el ejército.
El personal en servicio activo también fue testado. Si sus resultados resultaban positivos, eran maltratados y degradados. A los jóvenes soldados se les ponía en cuarentena en la base militar de Fort Hood en Texas. A menudo se la conocía como el "hotel VIH" o la "colonia de leprosos". Fueron tratados como prisioneros hasta que fueron dados de baja honorablemente o desarrollaron SIDA.
"Alrededor de 5 millones de soldados y reclutas fueron evaluados en 1989, y 6,000 de ellos resultaron VIH positivos", escribe Laurie Garrett para Foreign Policy.

"A modo de anécdota, muchos de estos jóvenes se suicidaron y la mayoría fueron expulsados del ejército sin cobertura médica, muriendo arruinados debido a su enfermedad del SIDA...Nunca se llegó a documentar públicamente lo sucedido a los miles de militares después de ser dados de alta en el ejército.


Fe cristiana

Redfield es también un devoto católico romano. Fuera de su trabajo para el ejército, estuvo involucrado con otros estadounidenses en una política sólida sobre SIDA / VIH (ASAP). ASAP es una organización cristiana dirigida por W. Shepherd Smith Jr. que promueve los test de VIH obligatorios y pone en cuarentena a las personas VIH positivas.
Redfield escribió la introducción al libro de Shepherd de 1990, Christians in the Age of AIDS. El escribio:

'Es hora de rechazar la tentación de la negación de la crisis del SIDA / VIH; rechazar a los falsos profetas que predican estrategias rápidas de preservativos y agujas gratuitas; rechazar a aquellos que predican prejuicios; y rechazar a aquellos que intentan reemplazar a Dios como juez. Ha llegado el momento de que la comunidad cristiana, miembros y líderes por igual, se enfrenten la epidemia ".

A principios de la década de 1990, ASAP y Redfield apoyaron el H.R.2788, un proyecto de ley del ultra conservador William Dannemeyer. Este proyecto de ley pretendía someter a las personas a pruebas de VIH obligatorias y la pérdida de licencias profesionales si los resultados fueran positivos. El proyecto de ley nunca fue aprobado.

En la década de 2000, Redfield fue un gran defensor del "ABC del SIDA para África". Este programa promueve la abstinencia sexual y la monogamia para prevenir la infección por el VIH y así como que los condones sólo se usen como último recurso.

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Artículos relacionados con este tema altamente recomendables

- Disparates de antología para la historia, ¿Cómo construyó el CDC el mito de la transmisión del sida?

http://superandoelsida.ning.com/profiles/blogs/disparates-de-antologia-para-la-historia-como-construyo-el-cdc-el

- Sobre la construcción del mito del sida infeccioso:

http://superandoelsida.ning.com/profiles/blogs/la-construccion-del-mito-del (1ª parte)

http://superandoelsida.ning.com/profiles/blogs/construyendo-el-mito-del-sida (2ª parte)

 

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Estimado director: Leído el artículo citado, tengo algunos comentarios que hacerle, pues aún entendiendo que con la más buena fe (¿) publican ustedes todos estos datos ya conocidos, creo necesario puntualizarle otros, quizá más importantes directamente relacionados y que parecen destinados a no ver la luz pública. Tengo 43 años y se me considera sero+ desde hace casi 24. Como ve soy ya veterana, pero ni me ataca la lipodistrofia, ni mi hígado padece una degradación flagrante, ni me aqueja ninguna de aquellas enfermedades llamadas sida que muy acertadamente algunos medios de comunicación, han dado en llamar enfermedades de los antiretrovirales. Y es que señor director, yo jamás he consumido esos fármacos, lo que a mi entender me ha mantenido en un estado de salud envidiable incluso para un alto porcentaje de gente llamada sero-. Mi denuncia, señor director, es por la “ausencia” de este tipo de datos. Y en su favor le diré que no es usted enteramente responsable de esto, ya que ni siquiera la propia administración pública sanitaria, reconoce que existen personas que como yo, pensamos que intentar curarnos con venenos era la más absurda de las locuras, y nos decantamos por un camino, que por lo extraoficial, se ha ido convirtiendo en personal, sin ningún apoyo médico porque nadie se atreve a apoyarnos. Puntualizo que he intentado hacer llegar esta misma denuncia al propio Palacio de la Moncloa instándoles a efectuar un estudio íntegro sobre casos como el mío, que los hay, aquí en España y en el resto del mundo. Les he pedido que se nos reconozca públicamente y se nos respete en nuestra decisión, más aún cuando el tiempo ha venido ha demostrar que fue y es una decisión adecuada. Se nos viene a llamar disidentes, como si el estar en contra de lo oficialmente establecido, fuera una tara que a priori nos dejase fuera del entendimiento y la razón. Pero no disentimos, sólo escogimos el camino que consideramos correcto y aún cuando el tiempo nos ha demostrado que fue acertada nuestra decisión, la sociedad, los medios de comunicación y los propios gobiernos, parecen no estar de acuerdo que estar sanos y vivos sin las medicaciones mortales y después de más de dos décadas, sea motivo suficiente para iniciar un estudio científico riguroso sobre el tema y ver qué es lo que está ocurriendo realmente. Creo, que si bien los gobiernos y el sistema sanitario en su conjunto, por interés político, económico o lo que sea, no se atreven a reconocer que existimos, creo insisto, que los medios de comunicación sí tienen una responsabilidad como últimos representantes de “la verdad” que todos los ciudadanos nos merecemos. Ni un solo artículo en los medios de comunicación, ni en la televisión ni en la prensa, jamás se nos ha mencionado. Creo una crueldad inmoral que se oculte en las salas de virología, la existencia de personas que llevamos una vida perfectamente normal, sin desintegrarnos poco a poco con los efectos secundarios de esos fármacos mortales. Y una irresponsabilidad cómplice, que se oculte en los medios de comunicación, pues es el último eslabón que queda para que la sociedad “sepa”, especialmente aquellos a quienes afectaría directamente esta información. Las personas diagnosticadas que optamos por prescindir de los fármacos, somos una prueba viviente que el límite de conteo de cd4 que se utiliza para iniciar los tratamientos farmacológicos mortalmente nocivos, son una locura. Si hubiese seguido las prescripciones oficiales, yo hubiera debido empezar a medicarme desde el principio, y le garantizo, que hoy por estaría muerta y enterrada. Debe usted tener en cuenta, que estos tratamientos fueron descubiertos a partir de la investigación del cáncer, y que desde un principio se desestimó por lo altamente tóxico y perjudicial. Después el sida, con sus “colectivos prescindibles”, abrió la puerta incondicional a su uso. Estoy de acuerdo en cualquier caso, que estos fármacos que con el tiempo dicen, son menos perjudiciales, seguro han salvado la vida en muchas ocasiones, en personas tanto sero- como sero+, y es que su efecto es como una bomba que “levanta a un muerto”. Sin embargo, mientras que en una persona sero-, el tratamiento tiene un principio y un fin, lo que da al cuerpo la oportunidad de recuperarse en el tiempo, en un sero+ no acaba nunca, acabando por desarrollar todas esas enfermedades llamadas sida. Confieso que estoy escribiendo esto aún a sabiendas que todo quedará en otro intento fallido, o cuento menos con la sospecha. Debe perdonarme este absurdo, es este afán mío de dejar de ser otro fantasma del que los virólogos huyen y al que los mass media y el gobierno ignoran. Sin más me despido deseándole que tenga usted mañana martes, un buen Día Mundial del Sida. Atentamente, Núria Gil Valéncia a 19 de mayo de 2008 Nuria Gil es la presidenta de la Asociación AVES, (Asociación de Vencedores de las Etiquetas del Sida), Valencia.
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