enfermedades (5)

Introducción:

Continuando con la publicación de "La invención del virus del Sida" en Español, presentamos este extracto del Capítulo II, donde Duesberg continúa su racconto histórico sobre las enfermedades a las que erróneamente se le atribuyeron causas infecciosas. El miedo a la infección parece ser un trauma que acompaña al ser humano desde siempre, y este factor ha sido explotado tanto por los "cazadores de virus" como por cada gran campaña que se ha lanzado en las políticas de salud de los últimos tiempos. Abundaremos en este tema en los capítulos siguientes. Pero en primer lugar, ¿Cómo se distingue una enfermedad infecciosa de una no infecciosa ? Los postulados de Koch, un standard que lejos de haber sido abolido o superado,  siguen siendo un patrón básico. Aquí su historia.

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Extracto del Capítulo II "La gran cacería de las bacterias"- Peter Duesberg

"Las sociedades preindustriales fueron marcadas por epidemias frecuentes y mortales de todas las enfermedades infecciosas concebibles, desde gripes y neumonías hasta tuberculosis y viruela. Aunque las enfermedades infecciosas eran comunes en épocas anteriores, la gente estaba desconcertada por estas extrañas condiciones que podrían pasar de un individuo a otro. Así, durante los varios siglos en el que las infecciones dominaron la mortalidad humana, mitos que van desde la posesión de espíritus malignos hasta la inhalación de miasmas se ofrecieron como explicaciones.

No fue hasta el siglo XVII que una persona usó la tecnologìa de fabricación de lentes para descubrir la existencia de microbios. Antonio van Leeuwenhoek, un conserje holandés con vocación para construir microscopios en su tiempo libre, encontró un inmenso número de pequeños organismos unicelulares, ahora conocidos como bacterias en la saliva humana. Las pequeñas criaturas existian no solo en cuerpos de humanos y animales sino incluso en el agua de ríos y lagos. El descubrimiento de Leeuwenhoek atrajo la atención de científicos establecidos en aquel momento, pero nunca supusieron que estas bacterias podían causar enfermedades y las consideraron meras curiosidades. Tampoco tenían ningún motivo para culparlas de alguna enfermedad, porque todavía no existían las reglas lógicas para probar tales ideas.

Solo dos siglos después, el descubrimiento de Leeuwenhoek dio origen a la teoría de los gérmenes para las enfermedades. Un profesor de química francés llamado Louis Pasteur fué convocado por un grupo de cerveceros locales que le pidieron que determinara por qué algunos depósitos fermentaban y otros no. Aprendió a través de sus experimentos que la levadura, un tipo de hongo microbiano, era el organismo que producía el alcohol y que las bacterias podrían tanto prevenir la fermentación, como hacer que los alimentos contaminados se descompongan.

Médicos y científicos en toda Europa pronto hicieron la conexión lógica con las enfermedades, y la hipótesis de que tales gérmenes pudieran causarlas se convirtió en un tema generalizado de discusión. Joseph Lister, por ejemplo, ganó fama como el médico que popularizó las técnicas quirúrgicas antisépticas a raìz de la creciente fama de Pasteur. E Ignaz Semmelweis de la Universidad de Viena dedujo correctamente que las manos y las ropas lavadas libres de gérmenes, eliminaban la fiebre infantil en la cama.

Aún así, nadie había demostrado que una enfermedad infecciosa particular era causada por la bacteria correspondiente. Muchos doctores destacados de hecho, se negaban a creer que la enfermedad pudiera resultar de microbios transmisibles. Aunque finalmente resultaron estar equivocados, su saludable escepticismo, sin embargo, jugó un papel científico crítico, obligando a los primeros cazadores de microbios a formular estándares objetivos para acusar o culpar de cualquier enfermedad a un germen dado. La importancia de tal prueba no se puede subestimar: Muchas enfermedades no son infecciosas, pero algunas han sido falsamente atribuidas a inofensivos microbios pasajeros a lo largo de los siglos XIX y XX.

Tales errores se pueden evitar fácilmente solo cuando los científicos aplican cuidadosamente los estándares lógicos. Para 1840, Jakob Henle, profesor de la Universidad Goettingen de Alemania, sugirió públicamente que las enfermedades infecciosas serían resultado de algún organismo vivo invisible que podía ser transmitido de persona a persona. El problema, como Henle había observado, era que para demostrar que el "contagio" causaba la enfermedad, este organismo tendría que ser aislado y cultivado fuera del cuerpo humano.

En la Universidad de Praga, otro profesor de alemán llamado Edwin Klebs llevó este razonamiento un paso más allá durante la década de 1870. No solo se debía extraer y cultivar el microbio fuera del cuerpo enfermo, sino que debería ser capaz de causar la misma enfermedad cuando se inyecta en otro animal. Para muchos médicos europeos, esta propuesta ciertamente tenía sentido lógico. Pero sin ningún ejemplo probado por algun experimento, la mayoría de los médicos prefirieron suspender su juicio sobre la teoría de los gérmenes.

En este punto, un médico alemán llamado Robert Koch, entró en la refriega. Fundó su investigación sobre los resultados de Casimir Joseph Davaine de Francia, que había demostrado que la sangre de las vacas con ántrax podía transferir la enfermedad a otras vacas si eran inyectadas con la misma sangre.

Al estudiar la cepa de bacteria que se encuentra más fácilmente en el ganado con ántrax, Koch quería probar la tesis de que los microbios pueden propagar enfermedades. Por lo tanto, se vio obligado a encontrar alguna forma de cultivarlos bajo su microscopio. Desarrolló así un método de crecimiento de bacterias en el líquido ocular de ganado sacrificado y rápidamente demostró su punto.

Koch inoculó ratones con estos cultivos bacterianos y descubrió que enfermaban mientras sus cuerpos se llenaban de bacterias mortales. Habiendo planeado inicialmente estudiar las bacterias simplemente por su propia naturaleza, Koch en cambio publicó un artículo en 1876 anunciando audazmente que había demostrado que un bacilo era la causa del ántrax. Koch se convirtió así en la primera persona en cumplir los criterios de Edwin Klebs. Las bacterias del ántrax eran grandes, fáciles de aislar, y generalmente causaban enfermedades en animales en lugar de los humanos. Entonces su creciente interés siguió en el campo de la enfermedad humana y comenzó su trabajo con el estudio de las infecciones en heridas abiertas. Observando muestras de varios animales y personas, informó que apenas se podían encontrar bacterias en organismos sanos, mientras èstos abundaban en la sangre de los animales enfermos. Los resultados de Koch lo llevaron a agregar ahora una tercera condición clave a los otros puntos propuestos por Klebs:

“Para probar que las bacterias son la causa de las enfermedades infecciosas, sería absolutamente necesario demostrar que las bacterias esten presentes sin excepción y que su número y distribución sean tales que los síntomas de la enfermedad se expliquen completamente” [cursiva en el original].

En otras palabras, un microbio no puede ser comprobado científicamente como el culpable de causar una enfermedad, a menos que cada individuo enfermo tenga grandes cantidades de ese germen creciendo en los tejidos dañados de su cuerpo. Una sola excepción a esa regla sería suficiente para proclamar al microbio inocente de crear tal enfermedad.

Un problema importante con el cumplimiento de tales estándares de prueba radica en la dificultad de cultivar preparados puros de cualquier especie de bacteria. En el libro de Koch de 1878 sobre sus experimentos de infección en heridas, se describen sus intentos de purificar los cultivos para que otras bacterias contaminantes no fueran culpadas de causar la enfermedad. Recién en 1881 Koch finalmente publicó un artículo describiendo una nueva técnica para el cultivo puro de bacterias. El método utilizaba un plato, que luego mejoró y nombró “placa de Petri”, en honor a su asistente, que permitía a los científicos separar o "clonar" bacterias individuales fácilmente haciendolas crecer aparte unas de otras. Finalmente, las herramientas de la caza de microbios, tanto experimentales como lógicas, estaban en su lugar.

Sin embargo, el atractivo de encontrar microbios individuales en un paciente con el nuevo método de Koch resultó ser una bendición mixta. Muchos de sus seguidores triunfalmente afirmaron como bacterianas muchas enfermedades que no lo eran – e incluso algunas no eran infecciosas - sin nunca verificar el título o la cantidad de bacterias en estas enfermedades. Muchos de estos supuestos patógenos microbianos luego demostraron ser inofensivos - parásitos normales tanto de personas sanas o enfermas – al someterse a los postulados de Koch para distinguir microbios inofensivos de patógenos. El problema de confundir microbios inofensivos con patógenos alcanzó proporciones epidémicas en la historia reciente, ya que las técnicas moleculares hipersensibles que se han inventado, permiten la detección de virus y microbios latentes, muertos e incluso defectuosos que han sido catalogados como culpables. (Ver capítulo 6.)

Koch centró su atención en la tuberculosis, el principal asesino infeccioso de humanos en aquel momento. En unos meses, consiguiò aislar y cultivar un bacilo de los pacientes con tuberculosis. De acuerdo con su investigación :

“En todos los tejidos en los que el proceso de tuberculosis hubiera sido recientemente desarrollado y estuviera progresando más rápidamente, estos bacilos deben ser encontrados en grandes cantidades ... Tan pronto como el pico de la erupción del tubérculo haya pasado, los bacilos se vuelven más raros.”

Habiendo cumplido las dos primeras condiciones de prueba, pasó a mostrar que los conejillos de indias inyectados con bacterias purificadas se enfermaban de tuberculosis. Cuando completó la prueba, publicó su histórico artículo de 1882 donde describe los experimentos.

En 1884, Koch escribió su artículo clave sobre tuberculosis, en el que expuso los tres criterios para probar que un microbio es culpable de causar una enfermedad especifica:

 - Primero, el mismo germen debe encontrarse creciendo abundantemente en cada tejido enfermo de cada paciente.
 - Segundo, el germen debe aislarse y cultivarse en el laboratorio.
 - Tercero, el germen purificado debe causar la enfermedad nuevamente en otro anfitrión.

Estas tres reglas juntas se conocen como los postulados de Koch

La fama siguió rápidamente el trabajo de Koch, todos los científicos y médicos se subieron a su carro. Durante las próximas dos décadas, se encontraron varias nuevas bacterias y se demostró su culpabilidad de inducir más de una docena de enfermedades importantes, incluyendo difteria, tétanos, intoxicación alimentaria, algunos tipos de neumonía y sífilis. Pero en la prisa y popularidad de esta nueva caza de microbios, el descuido científico llevó a muchos investigadores a culpar prematuramente a bacterias recién descubiertas, que no satisfacían estos postulados ahora universalmente aceptados.

Incluso el propio Koch era parcialmente culpable de esto, porque él también mantenía una ambición demasiado entusiasta en encontrar bacterias para casi todas las enfermedades. En su estudio del cólera, por ejemplo, aisló la bacteria correcta, pero no pudo encontrar un animal que se enfermara cuando se le inyectaba el microbio. Sin embargo, lo declaró la causa del cólera utilizando correlaciones estadísticas, en lugar de probar con otras especies animales para cumplir con el tercer postulado.

Incapaz de distinguir en ese entonces un animal que estaba vacunado por infección natural , de uno que era susceptible de infectarse, Koch pudo haber testeado su bacteria del cólera en animales inmunes. En este momento, los cazadores de microbios apenas empezaban a entender cómo funcionaba la vacunación.

Ya que la inmunología estaba en su infancia, Koch nunca usó la vacuna artificial como un medio inverso para realizar su prueba (por ejemplo, renderizando un animal resistente a un microbio por vacunación). Resulta que los científicos desde entonces han producido cólera en conejos, perros y conejillos de india, mientras estos animales fueran no inmunizados. Mientras que Koch tuvo suerte en sus primeros logros tanto él como otros pronto cometieron numerosos errores al acusar o identificar bacterias que causaban enfermedades.

Sin embargo los éxitos condujeron a una variedad de avances y desarrollos tecnológicos en medicina, incluidos el descubrimiento de los antibióticos para matar bacterias, el desarrollo de nuevas vacunas contra varios microbios, y un mayor énfasis en la higiene. Los gobiernos comenzaron a aplicar medidas de saneamiento público y vacunación, - principalmente después del nombramiento de Koch en la Oficina Imperial de Políticas de Salud de Alemania -, que pronto se extendieron por todo el mundo industrializado. La nutrición y el nivel de vida también mejoraron entre las naciones industriales durante el mismo período de tiempo. El hecho es que mientras existen aún controversias sobre la importancia de cada condición para detener epidemias particulares, las epidemias como tales han desaparecido en gran medida, y la intervención médica contra los microbios es ampliamente reconocida por esto. De hecho, ningún otro descubrimiento médico ha tenido o logrado tanta aclamación históricamente.

Naturalmente, entonces, los científicos han mantenido un ojo ambicioso en hallar nuevos microbios, con la esperanza de encontrar las causas de enfermedades inexplicables, lo cual es a menudo, el boleto a la fama y la fortuna. Pero cuando los estándares científicos como los postulados de Koch son dejados de lado en la carrera por el reconocimiento, los desastres médicos generalmente alcanzan un alto impacto.

Humanos y animales, ya sean sanos o enfermos, son anfitriones de varios cientos de microbios, la gran mayoría de los cuales no causan daño alguno. Algunos incluso pueden ser beneficiosos, como la E. Coli y otras bacterias que pueblan los intestinos y ayudan a la digestión. Pero sin utilizar el rigor del método científico, un investigador puede, como veremos a continuaciòn, aislar fácilmente cualquiera de estos microbios inofensivos y culparlo erròneamente de una enfermedad, incluso si la enfermedad no es infecciosa".

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Jon Rappoport es un lúcido y competente periodista de investigación internacionalmente conocido, que ha escrito sobre distintos temas de política, ciencia y asuntos que se refieren a la ecología y el medio ambiente. Sus artículos han sido publicados en revistas como Stern, Weekly Environement Action, The Times, y en numerosos periódicos de EE UU y Europa. También fue de los periodistas pioneros a la hora de destapar el Fraude del SIDA, junto con Joan Shenton, Crewdson, Janine Roberts, Celia Farber y otros.

Rappoport publicó, en 1988, el libro AIDS INC. Scandal of the Century (SIDA S.A., Escándalo del Siglo), un relato detallado de las principales mentiras con las que se nos alimenta a propósito del SIDA.

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Cómo los médicos diagnostican falsamente enfermedades

(Traducción Superando el sida)

 

Fuente: https://jonrappoport.wordpress.com/2014/03/17/how-doctors-make-fake-diagnoses-for-diseases/


De Jon Rappoport


17 de marzo de 2014

www.nomorefakenews.com


Nunca me canso de explicar este asunto, porque la gente me escribe dando por sentado que entiende el diagnóstico de la enfermedad. Y no es así. No es que se desvíe un poquito. Se desvía una milla.


Dos de las pruebas más frecuentes para diagnosticar enfermedades son las pruebas de anticuerpos y lo que se denomina PCR.


Antes de 1984, era bien entendido por la mayoría de los médicos que la presencia de anticuerpos específicos de un germen determinado significaba: el cuerpo del paciente había tomado contacto y expulsado con éxito al germen.


Los anticuerpos son una especie de exploradores del sistema inmunológico. Ellos "van a la caza" de los invasores de gérmenes y los identifican, para que otras tropas pueden eliminarlos. Esa es la visión convencional.


Por lo tanto, si una prueba demuestra que los anticuerpos están presentes, esto se considera que significa una cosa: la victoria sobre el germen. El cuerpo identificó y rechazó el germen en cuestión.


A mediados de la década de los ochenta, esa visión se volvió del revés. De repente, la presencia de anticuerpos significaba: el paciente estaba enfermo o enfermaría.


En realidad, la presencia de anticuerpos simplemente indica que el sistema inmunológico del cuerpo entró en contacto con el germen en cuestión. Eso es todo lo que significa.


Decir que una prueba positiva de anticuerpos significa que un paciente tiene cierta enfermedad es estúpido, incorrecto y absurdo. Sin embargo, eso es lo que hacen los médicos todos los días.


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La prueba de diagnóstico por PCR toma pequeños fragmentos genéticos de lo que se supone (pero no siempre se demuestra) que son gérmenes y los amplía, los amplifica, para que puedan ser observados.
Ese mismo hecho ya indica por qué la prueba es inútil para diagnosticar la enfermedad. Incluso para los estándares médicos convencionales, usted necesita cantidades y cantidades y cantidades de un germen determinado en el cuerpo incluso para comenzar a asumir que el germen está causando cualquier tipo de daño al paciente.
Y la prueba de PCR se basa en la idea de que hay tan poco del germen disponible que usted necesita amplificarlo de un modo fantástico, sólo para poder verlo.
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Hay un término médico que se refiere a la cantidad de un determinado germen en el organismo: el título. Generalmente se ignora en la "ciencia" médica de hoy en día. Pero es vital.


Decir que un germen está presente en el cuerpo es irrelevante a la hora de causar enfermedad, a menos que se pueda demostrar que hay cantidades y cantidades de esos gérmenes haciendo daño.


Cuando los investigadores dicen, "encontramos el germen X en el paciente", la gente tiende a asumir que significa que el germen está causando la enfermedad, pero esto no es necesariamente así.


Cuando los investigadores están tratando de descubrir si hay una nueva enfermedad que no han visto antes, deben aislar el germen previamente desconocido como el primer paso. Esto no se hace indirectamente por anticuerpos o PCR.


Por ejemplo, en mi último artículo sobre la hepatitis C, mencioné a Nick Regush, el reportero médico de ABC News, y su descubrimiento de que el llamado virus que se cree que causaba hepatitis C nunca había sido aislado correctamente.


Y si no está correctamente aislado = no se ha descubierto nunca en realidad.


Los médicos e investigadores, en una impresionante muestra de incompetencia y / o deshonestidad, están diagnosticando mal a los pacientes a cada momento de cada día. Están usando pruebas que no funcionan. Ellos están malinterpretando el significado de las pruebas que ejecutan. Están mintiendo.


Y el público general acepta alegremente estos falsos diagnósticos.


Y como guinda del pastel, que se suma a todo lo que he escrito aquí, en realidad es el sistema inmunológico del individuo quien determina si un germen va a causar enfermedad. No es el germen por sí solo. El estamento médico lo entiende al revés.


Puede haber excepciones a esta regla, como en el caso de ciertos gérmenes de bioingeniería. Pero para la amplia gama de enfermedades típicas que se dicen que son la peste de la humanidad, todo se trata de sistemas inmunes, y si son fuertes o débiles.


Y eso no es un problema médico. Es un tema que involucra nutrición, toxinas ambientales, pobreza, saneamiento, hacinamiento.


Ningún doctor convencional pone en marcha pruebas para evaluar estos factores vitales, no tiene fármacos para tratarlos.


El diagnóstico falso de la enfermedad es un problema enorme y un gran engaño.


Jon Rappoport

 

 

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Fuente: http://www4.dr-rath-foundation.org/open_letters/pharma_laws_history.html

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Las Leyes del negocio farmacéutico con la enfermedad.


Algunas personas pueden decir que la industria farmacéutica no puede ser tan mala. Por desgracia, lo es. Afortunadamente, sin embargo, es muy fácil para todos entender por qué esta industria tiene un efecto tan perjudicial en millones de vidas humanas.
No se trata de fármacos individuales o compañías individuales. Se trata de los principios o las leyes del  « negocio farmacéutico de la enfermedad ».

Las leyes más importantes se pueden resumir así:

 
1.  La industria farmacéutica no es una " industria de salud", sino un "negocio de inversión" que se nutre de la continuación y expansión de la enfermedad.


2.  La industria farmacéutica obtiene más de 500.000 millones de dólares en ganancias cada año, pero sólo el tiempo que dura el mercado de la enfermedad.


3.  La industria farmacéutica ha construido el mayor negocio fraudulento en la historia humana: que promete la salud a millones de personas, pero - en lugar de proporcionar la salud - la industria farmacéutica ofrece cada vez más enfermedades, porque las enfermedades son la base económica para la existencia de este negocio.


4. Con el fin de proteger el multimillonario mercado de la enfermedades, con los problemas cardiovasculares, el cáncer, el SIDA y otras enfermedades, la industria farmacéutica hace lo posible para para mantener estas enfermedades y evitar su erradicación.


5. La "mercancía" multimillonaria de la industria farmacéutica son las drogas sintéticas que están patentados, a fin de de garantizar las enormes ganancias de los derechos de patente. Sólo pueden ser patentadas las moléculas sintéticas recientemente inventadas pueden, lo que explica la tasa de toxicidad y muerte en las personas que toman estos medicamentos.


6. Edificando este "negocio de la enfermedad» durante el pasado siglo pasado, la industria farmacéutica ha ganado tanto dinero con este fraude organizado, que se ha convertido en una de las industrias más grandes y rentables en nuestro planeta hoy en día.


7. La industria farmacéutica invierte estratégicamente los multimillonarios beneficios de su negocio fraudulento global en infiltrarse en todos los sectores de la sociedad e influir en la opinión pública de todo el mundo.


8. Para encubrir la dimensión genocida de su negocio fraudulento, la industria farmacéutica gasta el doble de lo que gasta en la investigación con el fin de manipular a la opinión pública y para encubrir su "negocio de la enfermedad» mediante la difusión de la falsa promesa de drogas saludables.

 

9. Vitaminas, micronutrientes y otros métodos naturales de la salud son los archienemigos de la industria farmacéutica, ya que no son patentables. Aún más importante es que efectivamente ayudan a prevenir y controlar las enfermedades, pues reparan el deterioro de millones de células en nuestro cuerpo como causa primaria de la enfermedad. Se han concedido media docena de premios Nobel por avances científicos en la investigación de las vitaminas - sin embargo, se ha prohibido la aplicación a la medicina de todo este conocimiento en favor de la empresa de inversión multimillonaria con medicamentos patentados.


10. Cada país tiene que decidir si quiere mantener un sistema de salud orientado farmacéuticamente a la expansión de las enfermedades - o si quiere desarrollar un nuevo sistema de salud basado en la salud natural y eficaz con el objetivo de prevenir y erradicar con el tiempo las enfermedades.

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Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/08/14/noticias/1376504482.html

Sabíamos que las farmacéuticas influyen en el tratamiento de las enfermedades, nos imaginábamos que esto sucedía también a nivel de diagnósticos, este estudio, publicado en la revista PLOS Medicine, lo confirma.

Este es el artículo publicado en diaro El Mundo:

La influencia de las farmacéuticas altera el diagnóstico de enfermedades...

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Joan-Ramon Laporte, jefe del servicio de farmacología en Valle Hebrón

Fuente: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20110124/54105214595/las-medicinas-curan-o-causan-cualquier-enfermedad.html

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¿Analiza fármacos que ya están en el mercado?
Sí, porque cuando un fármaco sale al mercado ha sido probado por unos pocos miles de voluntarios, pero al comercializarse en todo el mundo es tomado por millones de personas y es entonces cuando pueden aparecer efectos indeseados, en ocasiones con desenlace mortal.

¿Cuál es el medicamento que más gente ha matado?
La aspirina, porque es el medicamento que más gente ha tomado y la  percepción de su riesgo está distorsionada. A dosis bajas -cien miligramos al  día- es un excelente protector cardiovascular, pero a dosis analgésicas -un gramo- puede producir hemorragia gastrointestinal.

¿Hay datos?
En Catalunya se producen unos 3000 casos anuales de hemorragia  gastrointestinal de los que un 40% son atribuibles a la aspirina y a otros antiinflamatorios. En EE.UU. mueren al año por hemorragia gastrointestinal por antiinflamatorio unas 15.000 personas; mientras que de sida mueren  12.000.

Impactante.
Cualquier enfermedad puede ser producida por un medicamento: un infarto de miocardio por un antiinflamatorio y por muchos otros fármacos; una  neumonía, cualquier enfermedad neurológica o patología psiquiátrica puede ser favorecida por medicamentos.

Veo que lo de los efectos secundarios va en serio.
Muchos causan depresión, como algunos que tratan la presión arterial o los diuréticos en personas de edad avanzada. Los medicamentos para el insomnio pueden provocar crisis de agresividad, muchos casos de irritabilidad al levantarse se debe a medicamentos de este tipo, como las benzodiacepinas u otros hipnóticos de acción corta.

¿Estamos hipermedicados?
Sí, llegamos al punto de que cuando una persona está triste se dice  coloquialmente que esta depre. Los antidepresivos solo sirven para una depresión profunda, y la tristeza no es una enfermedad, es una reacción saludable.

¿No hay medicamento sin efectos indeseados?
No, cada medicamento tiene su peaje. La Agencia Europea del Medicamento calcula que cada año fallecen en Europa 197.000  personas a causa de efectos adversos. En EE.UU. los efectos adversos son la cuarta causa de muerte, detrás del infarto de miocardio, el ictus y el cáncer; y por encima de la diabetes, las enfermedades pulmonares y los accidentes de tráfico.

¿Es una lotería?
No, si la toma o la prescripción del medicamento fuera más atenta a los  riesgos que conlleva se calcula que se podría evitar entre un 65% y un 75% de estas muertes.

Anunciar fármacos por televisión debería estar prohibido.
Opino lo mismo. En España solo se pueden anunciar los que no financia la Seguridad Social, sino la arruinarían. Somos el país de Europa que en relación al PIB, más medicamentos consume.

Hablemos de sus precios.
Son arbitrarios. Fabricar el medicamento más caro, de cien a quinientos  euros, no cuesta más de dos euros incluyendo el envase. Supuestamente pagamos el esfuerzo de investigación. Pero entre un 30% y un 40% del gasto medio de los laboratorios se destina a la promoción comercial.

El precio lo negocia el Gobierno.
Sí, pero con poco éxito. En España el precio del medicamento está  alcanzando el de Alemania que nos duplica la renta per cápita.

Qué gran negocio.
Según el informe de desarrollo de la ONU es el tercer sector económico detrás de la industria armamentística y el narcotráfico.

Dicen que se inventan cada año nuevas enfermedades.
Sí, sobre todo en relación con la mente y el sexo. Convierten la timidez en enfermedad y la medicalizan. Ahora se han inventado la disfunción sexual femenina: “Padeces disfunción sexual femenina..., no se ría...

De acuerdo.
…Si en los úlitmos seis meses has rechazado una proposión de relación sexual o no has tenido una con satisfacción plena”. Cada vez que se reúne uno de los comités de hipertensión arterial (el estadounidense, el europeo, o el de la OMS) bajan el nivel de presión arterial considerado normal, y lo mismo ocurre con el colesterol.

Explíqueme.
En pocos años se ha disminuido de tal manera el límite de normalidad del colesterol que cada vez hay más población que debe tratarse. En EE.UU. ha aumentado de 3 millones de personas a 25 en 10 años.

Asombroso.
La industria farmacéutica dedica el doble (en España el triple) de su  presupuesto a promoción comercial que a investigación. Una visita del  representante comercial viene a generar unas 35 nuevas recetas del  medicamento. Lo asombroso es que no haya en Sanidad una especie de central de compras de medicamentos con gente formada.

¿Quién se ocupa de la formación continuada del personal sanitario?
Los laboratorios, así que es muy difícil asegurar que no haya una influencia de intereses comerciales.

"La diferencia entre un medicamento y un veneno radica en la dosis"

 

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