médico (8)

Fuente: http://www.gofundme.com/pirzrc

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Hola, soy Bobby Russell y necesito desesperadamente tu ayuda.
En el año 2004 recibí un diagnóstico médico equivocado que arruinó mi vida.
Me diagnosticaron como VIH positivo, y por consejo de los médicos implicados tomé durante 8 años una medicación altamente tóxica.
Al pensar que era VIH positivo, corté los lazos con mi familia, amigos y no pude trabajar. No he sido capaz de tener hijos.
Durante casi una década mi vida ha sido increíblemente difícil.
Muchos de los artículos conocidos en formato video y audio, así como artículos impresos publicados pueden ser vistos en www.bobbywrussell.com

Dejé de tomar la medicación el 15 de octubre de 2013, y seis meses más tarde, repetí de nuevo el test, que volvió a dar negativo y he permanecido libre de medicación desde ese momento.
Desde que supe que nunca fui VIH positivo, he tratado desesperadamente de conseguir que mi caso sea escuchado a nivel judicial.
Quiero presentarme ante un jurado y que este decida si lo que los médicos y hospitales hicieron constituye un delito penal.
La lucha contra el sistema no va a ser fácil, soy como David frente al 'Goliat' de la industria médica.
Pero tengo fe en que puedo ganar si consigo que mi caso sea escuchado por un jurado en un juicio.  jurado.
He empleado mis ahorros junto con las contribuciones de las personas que me han querido ayudar, pero no ha sido ni de lejos suficiente.
Los gastos habituales, tasas, gastos de vida típicos han consumido todo el trabajo de mi vida. Necesito tratar de reconstruir mi vida y mi confianza. Mi relación terminó dando lugar a la división de la casa en la que residía y debido a ahorrar para el proceso, mi automóvil se ha vuelto inservible. Necesito lo que usted pueda compartir. En caso de que vd no pueda, lo entiendo y le agradezco por el hecho de pensar en mí.
Tengo necesidad también de ayuda para sanar mi cuerpo después de tomar durante años medicamentos que no necesitaba.
Les pido que por favor colaboren con esta campaña y contribuyan de alguna manera si pueden.

http://www.omsj.org/blogs/another-life-destroyed-by-hiv-diagnosis/2
http://www.dailymail.co.uk/news/article-2409391/Veteran-Bobby-Russell-wrongly-diagnosed-HIV-positive-9-YEARS-AGO-suing-hospital.html

Donación enlace de abajo:
http://www.bobbywrussell.com/contact  - donaciones  --- campaigns... o en www.paypal.com  y también aquí en www.gofundme.com/pirzrc

Para obtener más información, sean bienvenidos a mi sitio web en www.bobbywrussell.com

 

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Extractos del capítulo 18 "Case not Closed", p. 171-182 de su libro "Danza descarnada en el campo de la mente" (Dancing Naked in the Mind Field), Editorial Bloomsbury, Londres, 2000)

 (Traducción A.A.S, Superando el Sida)

 

Kary Mullis es Doctor en Bioquímica de la Universidad de Berkeley (California). En 1993 obtuvo el Premio Nobel de Química por haber inventado la PCR, Reacción en Cadena de la Polimerasa (en inglés, Polymerase Chain Reaction, o simplemente PCR), una técnica para amplificar material genético, (la PCR trabaja con ADN), es decir, de algo tan pequeño como un trozo de ADN se puede obtener, si se hace correctamente, hasta un millón de copias exactamente iguales, (es por eso que se la denominó “la Xerox –una conocida marca de fotocopiadoras- de la genética”). Esta técnica es usada, de un modo fraudulento según el propio Mullis, para medir la carga viral (en otras palabras, la "cantidad de presunto virus" en los supuestos portadores). Sin embargo, el propio Kary Mullis - sin duda uno de los disidentes más enérgicos - ha dicho hasta el cansancio que la PCR no sirve para medir cantidades de virus, y en un simposio en Colombia añadió que habría renunciado al Nobel si hubiera sabido el uso que se le iba a dar a su invención.

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Cuando en 1984 escuché por primera vez que Lluc Montagnier, del Instituto Pasteur de París, y Robert Gallo, del Instituto Nacional de Salud norteamericano (NIH), habían descubierto independientemente que el retrovirus más tarde llamado VIH - Virus de Inmunodeficiencia Humana - era la causa del SIDA, acepté el dato como cualquier otro hecho científico. El problema no tenía que ver del todo con mi sector, la bioquímica y, además ellos eran expertos en retrovirus.

Cuatro años más tarde, mientras trabajaba como asesor en la empresa Specialty Labs en Santa Mónica, estábamos buscando la manera de utilizar la PCR para detectar retrovirus en las miles de donaciones de sangre que la Cruz Roja recibe a diario. Yo estaba escribiendo un informe para el patrocinador del proyecto acerca de cómo se estaba desarrollando el trabajo, y comencé diciendo que "el VIH es la probable causa del SIDA".

Le pregunté a un virólogo de Specialty donde podría encontrar referencias que confirmaran que el VIH era la causa del SIDA. "No es necesario", me dijo. "Es algo que todo el mundo lo sabe". Pero añadí "Me gustaría citar algunos datos". Me sentí ridículo por no conocer la fuente de un descubrimiento tan importante. Parecía que todo el mundo la conocía. Me sugirió, "¿Por qué no mencionas el informe del CDC?" y me dio una copia del informe periódico sobre morbilidad y la mortalidad del Centro para el Control de Enfermedades. Lo leí, pero no era un artículo científico. Simplemente afirmaba que había sido identificado un organismo, pero no explicaba cómo. Instaba a los médicos a que informaran al Centro cada vez que se encontraran con pacientes con ciertos síntomas, y a que los sometieran a pruebas para detectar la presencia de anticuerpos frente a este organismo. El informe no hacía referencia a la investigación original, pero eso no me sorprendió, pues estaba destinado a los médicos que no necesitan conocer la fuente de información. Los médicos daban por sentado que si el CDC estaba convencido, entonces debía existir en algún lugar la prueba de que el VIH causaba el SIDA.

Normalmente se considera a un artículo como referencia adecuada, desde el punto de vista científico, si ha sido publicado en una revista científica fiable. Hoy en día las revistas se imprimen en papel brillante, están llenas de fotografías en sus portadas y de anuncios, además de contener muchos artículos escritos por periodistas profesionales, y también hay fotos de chicas que anuncian los productos que pueden venir bien para el laboratorio. Los que hacen la publicidad son las compañías que ofrecen productos a los científicos, y las que producen los fármacos que los médicos prescriben. En consecuencia, todos las revistas más importantes tienen alguna relación con las empresas.

Los científicos presentan los artículos que describen su investigación. Para la carrera de un científico es fundamental escribir artículos que describen su trabajo y ser capaces de publicarlos: no tener artículos publicados en las revistas más reconocidas significa perder prestigio. Sin embargo, no se pueden presentar artículos hasta que los experimentos que apoyan a las teorías presentadas no se hayan concluido y evaluado. Inclusive, las revistas más importantes exigen informar directamente, o a través de citas, de todos los detalles de los experimentos, para que otros investigadores puedan repetirlos exactamente y traten de lograr los mismos resultados. Si las cosas no salen así, se hace público, y al final se debe resolver el conflicto de manera que cuando la búsqueda se reanuda, se sepa con certeza desde qué punto se debe recomenzar.

Las revistas más calificadas tienen un sistema de revisión. Cuando se presenta un artículo para ser publicado, el director envía una copia a algunos colegas del autor para que lo revisen: son los llamados auditores. A los directores se les paga por su trabajo, pero no a los auditores, y aun así es un trabajo que les da poder, y que generalmente los satisface. Para tal fin, hice algunas búsquedas con el ordenador. Ni Montagnier ni Gallo, ni nadie más publicaron artículos que describieran los experimentos que llevaron a la conclusión de que, probablemente, el VIH causaba el SIDA. Leí los artículos publicados en "Science" que los habían hecho famosos como "médicos del SIDA", pero todo lo que estaba escrito allí era que habían encontrado en algunos pacientes con SIDA indicios de una infección previa causada por algo que probablemente era el VIH.

Habían descubierto anticuerpos. Sin embargo, los anticuerpos contra ciertos virus siempre se habían considerado un indicio de enfermedades anteriores, no de enfermedades actuales. Los anticuerpos indicaban que el virus había sido derrotado, y que el paciente estaba a salvo. En los artículos no se decía en absoluto que este virus causaba una enfermedad, ni tampoco se demostraba que todas las personas que tenían anticuerpos en su sangre estaban enfermas. De hecho, se encontraron anticuerpos en el organismo de algunos individuos sanos. Si Montagnier y Gallo no habían logrado encontrar dichas pruebas, ¿Por qué se publicaron sus artículos, y por qué estaban discutiendo tanto a quien se debía atribuir el merito del descubrimiento? Hubo un incidente internacional cuando Robert Gallo, del NIH, declaró que una muestra del VIH, que le había enviado Lluc Montagnier desde París, no se había desarrollado en su laboratorio. Sin embargo, sí se había desarrollado el virus procedente de otros especímenes recogidos por Gallo y sus colaboradores de supuestos pacientes de SIDA. Basándose en estas muestras Gallo patentó una prueba para el SIDA, y el Instituto Pasteur lo demandó. Al final, el tribunal dio la razón al instituto Pasteur, pero en 1989 la situación se encontraba aun en un punto muerto, y las dos instituciones seguían compartiendo los beneficios.

Yo dudaba en escribir que el “HIV es la causa probable del SIDA", pues antes quería las pruebas publicadas que lo confirmaran. Mi declaración fue lo más limitada posible: en mi informe sobre el desarrollo del trabajo no quería afirmar que el virus era indudablemente la causa del SIDA, sólo estaba tratando de decir que era probable que lo fuera, por razones conocidas. Decenas de miles de científicos e investigadores estaban gastando miles de millones de dólares todos los años en investigaciones que se basaban en esta idea. La razón de todo esto tenía que estar en alguna parte, pues de lo contrario todas estas personas no habrían permitido que sus investigaciones se centraran en una hipótesis tan limitada.

Yo en ese momento daba conferencias sobre la PCR en innumerables simposios. Y siempre había personas que hablaban del VIH. Les pregunté en qué se basaba la certeza de que este virus era la causa del SIDA. Todos daban algún tipo de respuesta, decían que la documentación estaba en sus hogares, en la oficina, o en algún cajón. Todo el mundo lo sabía, y me iban a enviar la información apenas regresaran a sus casas. Pero nunca me llegó nada, nunca nadie me envió una explicación de cómo el VIH causa el SIDA.

 

Finalmente, tuve la oportunidad de hacerle esta pregunta sobre las pruebas a Montagnier cuando se celebró una conferencia en San Diego, en la apertura del Centro de Investigación sobre Sida (UCSD), aun hoy dirigido por la ex esposa de Robert Gallo, la Dra. Flossie Wong-Staal. Esa iba a ser la última vez que hacía esta pregunta sin perder la paciencia. La respuesta de Montagnier fue una sugerencia: "¿Por qué no cita el informe del CDC?" "Lo he leído” -dije, “pero en realidad no responde a la pregunta de si el VIH es la causa probable del SIDA, ¿verdad?”Montagnier estuvo de acuerdo, pero yo estaba muy molesto. Si ni siquiera él conocía la respuesta, ¿Quién demonios habría sido capaz de conocerla?

Una noche estaba conduciendo mi coche desde Berkeley a La Jolla cuando escuché en la radio pública nacional una entrevista con Peter Duesberg, un virólogo famoso de Berkeley. Finalmente me di cuenta de por qué era tan difícil encontrar pruebas que relacionaran el VIH y el SIDA: Duesberg sostenía que dichas pruebas no existían. Nunca nadie había demostrado que el VIH causaba el SIDA. La entrevista duró aproximadamente una hora y detuve el coche para no perderme nada. Yo había oído hablar de Peter cuando cursaba mi especialización en Berkeley. Me lo habían descrito como un científico muy bueno, que había sido capaz de indicar la trayectoria de una mutación especial de un solo nucleótido en lo que entonces iba a ser definido como un oncogén. En los sesenta eso era algo muy difícil de lograr. Peter siguió adelante y desarrolló la teoría de que era posible que los virus introduzcan oncogenes en el organismo humano que causan cáncer. La idea tuvo éxito, y se convirtió en una base teórica de investigación seria que fue financiada y le dieron el nombre desafortunado de "guerra contra el cáncer". A Peter lo eligieron "Científico del año en California”.

Pero en lugar de dormirse en los laureles, les prendió fuego. Se las arregló para encontrar los puntos débiles en su propia teoría, y anunció a sus colegas, muy asombrados, que se estaban empeñando para encontrar la demostración experimental, de que era muy improbable que tuvieran éxito. Si querían luchar contra el cáncer, su investigación debía dirigirse en otra dirección. Pero ellos, o porque estaban más interesados en la lucha contra su propia pobreza que en la del cáncer, o simplemente porque no lograban encarar sus errores, continuaron trabajando durante diez años sin obtener ningún resultado de la hipótesis del oncogén viral. Y no lograron captar la ironía de la situación: cuanto más aumentaba su frustración, más reprendían a Duesberg por haber puesto en duda su propia teoría, y también por haber puesto de manifiesto la insensatez de ellos. La mayoría de ellos habían sido capacitados para obtener fondos del gobierno, contratar a gente para hacer investigaciones y escribir artículos en los que suelen terminar diciendo que se debe investigar más a fondo siguiendo las misma líneas de investigación, de preferencia por ellos, con el dinero de alguna otra persona. Uno de ellos era Bob Gallo.

Gallo había sido amigo de Peter. Los dos habían trabajado en el mismo departamento del Instituto Nacional del Cáncer (NCI). De los miles de científicos que se habían dedicado en vano a asignar a un virus un papel determinante en el desarrollo del cáncer, Bob (Gallo) había sido el único tan entusiasta que incluso llegó a decir que lo había logrado. Nadie le prestó atención al asunto, porque él había demostrado tan sólo una relación esporádica y muy débil entre los anticuerpos contra un retrovirus inofensivo que denominó HTLV-1 y un tipo de cáncer inusual que se lo encuentra principalmente en dos de las islas del sur de Japón. A pesar de que no tenía fama como científico, Gallo fue capaz de escalar fácilmente las jerarquías, mientras que Duesberg, a pesar de su capacidad, había descendido. Cuando apareció el SIDA, Margaret Heckler se dirigió a Gallo cuando el presidente Reagan decidió que no aguantaba más a los homosexuales que se manifestaban frente a la Casa Blanca. Heckler era Ministra de Educación, Salud y Bienestar Social, y por lo tanto jefe supremo del NIH. Bob Gallo tenía una muestra del “virus” que Montagnier había encontrado en un ganglio linfático de un gay parisino, diseñador de interiores, con SIDA. Montagnier había enviado la muestra a Gallo para que la evaluara, y Bob se había apoderado de ella con el fin de explotarla para su carrera profesional.

Margaret convocó a una conferencia de prensa y presentó al Dr. Robert Gallo, quien se quitó las gafas de sol lentamente y anunció a la prensa mundial: "Señores, hemos encontrado la causa del SIDA!". Y se acabó. Gallo y Heckler anunciaron que para dentro de un par de años iba a estar disponible una vacuna y una terapia. Nos hallábamos en 1984. Todos los ex cazadores virtieron en expertos de SIDA. Para empezar, Reagan asignó a la investigación alrededor de mil millones de dólares, y enseguida cualquiera que afirmara poseer una especialización científica y médica de cualquier tipo, y que se encontrara sin mucho que hacer en ese entonces, se hallaba con una oferta de empleo a tiempo completo, que mantiene en la actualidad.

El nombre de virus de inmunodeficiencia humana fue creado por un comité internacional, en un intento de resolver la disputa entre Gallo y Montagnier, que le habían dado nombres diferentes. Llamarlo VIH demostró que el comité tenía poca visión de futuro, además de un error que frustró cualquier intento de investigar la relación de causalidad entre el síndrome de inmunodeficiencia adquirida y el virus de inmunodeficiencia humana. Duesberg, desde un segundo plano, recalcó prudentemente en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias que no había pruebas fiables acerca de la participación del nuevo virus. Pero se lo ignoró completamente, sus artículos fueron rechazados, y los comités integrados por sus colegas comenzaron a dudar de que fuera necesario seguir financiando su investigación. Al final, en lo que debe considerarse un acto de increíble arrogancia y desprecio hacia el decoro científico, un comité del que formaba parte Flossie Wong-Staal, que entonces ya estaba abiertamente en contra de Duesberg, decidió no renovar a Peter el Premio al Investigador Distinguido, excluyéndolo así de los fondos destinados a la investigación. De esta manera, Duesberg era menos peligroso para el creciente establishment del SIDA, pues ya no iba a ser invitado más a hablar en conferencias en las que participaban sus antiguos colegas.

Vivimos rodeados de un número incalculable de retrovirus. Están en todas partes, y probablemente son al menos tan antiguos como la humanidad, debido a que forman parte de nuestro genoma. Recibimos algunos de nuestras madres bajo la forma de nuevos virus, de partículas de virus infecciosas que migran de la madre al feto. Otros los recibimos tanto de nuestras madres como de nuestros padres, junto con los genes. Algunas de las secuencias estables de nuestro genoma están formadas por retrovirus. Esto quiere decir que podemos producir, y en algunos casos de hecho producimos nuestras partículas retrovirales. Algunas de ellas puede que se parezcan al VIH, pero nunca nadie demostró que hayan matado a nadie. Debe haber una razón que justifica su existencia: una parte cuantificable de nuestro genoma contiene secuencias de retrovirus humanos endógenos. Algunos afirman que algunas porciones del ADN son inútiles, pero están equivocados. Si en nuestros genes hay algo, tiene que ser por alguna razón. Nuestro organismo no permite que se desarrollen elementos innecesarios. Traté de introducir secuencias de genes insignificantes en organismos tan simples como las bacterias, pero si no tienen razón de existir las bacterias se deshacen de ellas inmediatamente. Y supongo que mi organismo, cuando se trata del ADN, sea al menos tan inteligente como una bacteria.

El VIH no llegó de repente de la selva o de Haití. Simplemente, cayó en las manos de Bob Gallo justo cuando necesitaba empezar una nueva carrera. Pero el VIH siempre estuvo ahí: cuando se deja de buscarlo solamente en las calles de las grandes ciudades, uno se da cuenta de que el VIH se distribuye de forma sutil en todas partes. Si el VIH siempre hubiese estado allí, y si se transmitiese de madre a hijo, entonces no tendría sentido buscar anticuerpos en las madres de cualquiera que de positivo, especialmente si el individuo no muestra indicios de enfermedad. Imaginad a un joven en el corazón de los Estados Unidos, cuyo sueño es alistarse en la Fuerza Aérea después de la graduación y ser piloto. Nunca ha tomado drogas, y en toda la secundaria tuvo la misma novia, con quien tiene intención de casarse. Sin que él ni ninguna otra persona lo sepa, también tiene anticuerpos frente al VIH que heredó de su madre, que aun vive, cuando estaba en su vientre. Es un muchacho sano, y la cuestión nunca le creó ningún problema, pero cuando la Fuerza Aérea lo sometió a pruebas de rutina del VIH, sus esperanzas y sueños se desmoronaron. No sólo rechazan su solicitud de inscripción, sino que también pesa sobre él una sentencia de muerte.

El CDC definió al SIDA como una, de más de treinta enfermedades, relacionadas con un resultado positivo en las pruebas para detectar anticuerpos frente al VIH. Sin embargo, si no se identifican los anticuerpos, a estas mismas enfermedades no se las definen como SIDA. Si una mujer VIH-positiva desarrolla cáncer de cuello uterino, por ejemplo, se la considera enferma de SIDA. Si no es VIH-positiva, sólo se la considera enferma de cáncer. Un hombre VIH-positivo con tuberculosis tiene SIDA, pero si el resultado de la prueba es negativo sólo tiene tuberculosis. Si vive en Kenya o Colombia, donde la prueba del VIH es demasiado cara, simplemente se presume que tiene anticuerpos, y por lo tanto SIDA. De esta manera, puede ser tratado en una clínica de la OMS, que en algunos lugares constituye la única forma de atención médica disponible. Es gratis, ya que los países que financian a la OMS le tienen miedo al SIDA. Si consideramos esto como una oportunidad para difundir la atención médica en las zonas donde viven los pobres, la llegada del SIDA se la puede ver como una gran ayuda. No los envenenamos con AZT como lo hacemos con nuestros conciudadanos, porque costaría demasiado. Lo que hacemos es proporcionarles tratamiento para una herida de machete en la rodilla izquierda, y la llamamos SIDA.

El CDC sigue añadiendo nuevas enfermedades a la definición general del SIDA: prácticamente han manipulado las estadísticas para hacer ver que la enfermedad sigue difundiéndose. En 1993, por ejemplo, el CDC amplió enormemente la definición de SIDA. Una elección que las autoridades sanitarias locales agradecen, pues gracias a la Ryan White Act, (n.d.t.: una ley aprobada en 1990 que garantiza asistencia a los enfermos de SIDA), reciben del Estado 2.500 dólares al año por cada caso de SIDA declarado.

En 1634 se condenó a Galileo a pasar los últimos ocho años de su vida arrestado en su domicilio por haber escrito que la tierra no era el centro del universo sino que, por el contrario, gira alrededor del sol. Se lo acusó de herejía porque afirmaba que un dato científico no debería tener nada que ver con la fe. Dentro de algunos años, el hecho de haber aceptado la teoría según la cual el VIH es la causa del Sida, nos parecerá una estupidez, tal como a nosotros nos parecen estúpidas las autoridades que excomulgaron a Galileo. Tal como se practica la ciencia hoy en día, tiene poco de científico. Probablemente, lo que la gente llama ciencia, no difiere de aquello que se llamaba ciencia en 1634. A Galileo le pidieron que se retractara de sus conclusiones, caso contrario sería excomulgado. Y a los que rechazan aceptar los mandamientos impuestos por el establishment del Sida se les dice fundamentalmente lo mismo: “Si no aceptas nuestro punto de vista, te quedas afuera”. Para mí fue una desilusión ver que tantos científicos hayan rechazado totalmente examinar los datos disponibles de manera objetiva y desapasionada. Varias revistas científicas respetadas rechazaron publicar una declaración mediante la cual el Grupo para el Replanteamiento Científico de la Hipótesis del VIH/Sida se limitaba a solicitar “una verificación detallada de los datos disponibles a favor o en contra de esta hipótesis”.

Abordé públicamente este tema por primera vez en San Diego, durante una reunión de la Asociación Norteamericana de Químicos Clínicos. Sabía que iba a estar entre amigos, y dediqué al Sida una pequeña parte de mi largo discurso, no más de quince minutos. Dije que mi incapacidad para encontrar pruebas había estimulado mi curiosidad. Cuanto más sabía, más franco me volvía. No podía quedarme en silencio, pues yo era un científico responsable, y estaba convencido de que había personas a quienes las estaban matando fármacos innecesarios. Las respuestas que recibía por parte de mis colegas iban desde una ligera aceptación hasta un rencor explícito.

Cuando fui invitado a Toledo, en España, por la Federación Europea de Investigación Clínica para hablar de la PCR les dije que yo prefería hablar sobre el VIH y el SIDA. Creo que cuando aceptaron no sabían exactamente en lo que se metían. Cuando había llegado a la mitad de mi discurso, el presidente de la conferencia me interrumpió de manera abrupta, sugiriéndome que respondiese las preguntas de la audiencia. Su actitud me pareció muy grosera y total-mente inadecuada, pero ¡Qué diablos! yo iba a responder las preguntas. Él abrió el debate, y después decidió que él iba a hacer la primera pregunta: ¿Me estaba yo dando cuenta de que estaba actuando de manera irresponsable? ¿Que la gente que me oía hablar probablemente iba a dejar de usar los condones? Yo le respondí que había estadísticas, bastante fiables, realizadas por el CDC que ponían de manifiesto que, al menos en los Estados Unidos, los casos declarados de enfermedades venéreas conocidas eran los únicos en aumento, lo que demostraba que la gente no usaba condones, mientras que los casos de SIDA declarados, si nos atenemos a la definición de la enfermedad, estaban disminuyendo. Así que no, yo no pensaba que era un irresponsable. El presidente decidió que ya era suficiente, y terminó abruptamente la reunión.

Cada vez que abordo esta cuestión, la pregunta que me hacen es siempre la misma: "Si el VIH no causa el SIDA, ¿entonces qué lo causa?" La respuesta es que no puedo responder esta pregunta, como tampoco lo pueden hacer Gallo o Montagnier. El hecho de que sepa que no hay pruebas de que el VIH causa el SIDA no me convierte en una autoridad sobre las verdaderas causas de la enfermedad. Es indiscutible que si una persona tiene contactos muy íntimos con un gran número de individuos, su sistema inmunológico está destinado a entrar en contacto con un gran número de agentes infecciosos. Si una persona tiene trescientas relaciones sexuales por año - con personas que a su vez tienen trescientas relaciones sexuales por año - esto significa que tiene noventa mil posibilidades más de contraer una infección que una persona que tiene una relación monógama.

Imaginad al sistema inmunológico como si fuera un camello, si se lo carga demasiado, se desmorona. En los setenta hubo un número significativo de hombres que viajaba con frecuencia y tenía un estilo de vida promiscua, intercambiaban fluidos corporales, compartían drogas y llevaban una vida alocada. Un homosexual que vivía en una gran ciudad podría haber estado expuesto a casi cualquier agente infeccioso que haya vivido en un organismo humano. De hecho, si uno tuviese que organizar un plan para recoger todos los agentes infecciosos del planeta, se podrían construir baños turcos e invitar a la gente muy sociable a utilizarlos. El sistema inmunológico va a reaccionar, pero el número de oponentes lo va a menoscabar. Aquí el problema científico se mezcla con el problema moral, pero lo que estoy diciendo no tiene nada que ver con la moral. No hablo de “castigo divino” o de otras cosas absurdas. Una parte de nuestra sociedad estaba siguiendo un cierto estilo de vida, y las cosas no salieron tal como se preveía, pues se enfermaron.

Otra parte de nuestra sociedad, que es tan pluralista, a quienes podemos llamar médicos-científicos veteranos de la guerra que se perdió contra el cáncer, o simplemente chacales profesionales, descubrieron que la cosa funcionaba, es decir, funcionaba para ellos. Aun están pagando sus BMW nuevos con nuestro dinero.

 

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Esta entrevista vía Skype, se realizó el mes de enero de 2015, poco antes de la presentación en Londres de la 16ª edición del libro Positivamente Falso (Positively False), de Joan Shenton, junto con el documental Infierno Positivo (Positive Hell), de la misma autora y el realizador Andy Reiss, a quienes estamos muy agradecidos por su trabajo.

 

La entrevista se publicó en la página de David Crowe el 11 de febrero, donde se puede escuchar en español en el enlace:  http://howpositiveareyou.com/feed/downloads/HPAY-096-Manolo_Garrido-SP.mp3

 

La versión en inglés, publicada también en la página howpositiveareyou http://howpositiveareyou.com,  puede escucharse en el enlace: http://www.howpositiveareyou.com/2015/02/01/hpay-096-manolo_garrido/

Agradecemos a Elizabeth Ely, que llevó a cabo la entrevista, así como a David Crowe, presidente de Rethinkinaids, por la realización y difusión de esta entrevista.

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Transcripción de la entrevista a Manuel Garrido Sotelo, (médico, diagnosticado VIH+ en 1987

 

1. ¿Cuándo, en qué año resultaste “VIH” positivo y cuál fue tu reacción? ¿Creíste en ese momento en el resultado del test?

Fue en junio de 1987, mi reacción no fue en nada distinta a la de todas las personas de las que tengo noticia, es decir, me creí ese resultado, con la consiguiente desesperación y depresión.

 

2.  ¿Cuánto tiempo crees que te quedaba de vida? ¿Qué tipos de cambios hiciste en tu vida, para hacer frente a esa aparente realidad?

En aquel momento se decía que nos moriríamos en un plazo de cinco años. No hice en aquel momento ningún cambio en mi vida, todo lo contrario, mi desesperación me llevó a cinco años de vida totalmente destructiva, hasta el año 1992. No sabía nada de la disidencia pero pensé  que,  con la vida que estaba llevando, ya no era necesario que me matara un virus pues ya me estaba matando yo, así que dejé radicalmente el alcohol, mejoré mi alimentación, recuperé el interés por mi trabajo,  y cuando ya llevaba nueve meses haciendo esa nueva  vida, cayó casualmente en mis manos información sobre Duesberg y la disidencia.

 

3.  ¿Cuándo y por qué empezaste a cuestionar el diagnóstico con base en esa prueba? ¿Hiciste tus propias investigaciones para llegar a esa conclusión?

Empecé a poner en duda todo esto hacia finales de 1993, año en que, como dije, cayó en mis manos una serie de artículos de Peter Duesberg, publicados por la AMC de Alfredo Embid, a la que seguirían otras lecturas de científicos disidentes a lo largo de los años 90. Fue fundamental el ver cómo iban cayendo en aquella época muchas personas con el AZT y otros fármacos similares.

 

4. ¿Como reaccionaste después de ese diagnóstico?

Mi reacción fue de desesperanza y desolación. Quiero aclarar que, por otras razones, yo no estaba en un buen momento psicológico.

 

5.  ¿Y los otros – cuanto tiempo demoraron en darse cuenta que se les habia engañado? Como reaccionaron?

En unos casos, como el de Suso, tuvieron la suerte de tener a alguien, en su caso un médico,  que al poco tiempo de ser etiquetado como VIH+ le dijo que no hiciera caso, otros, en el caso de Raquel o de Manoel, supieron de la disidencia al cabo de bastantes años. Creo que en todos los casos la reacción, al enterarse de que todo esto era un fraude, fue de indignación.

 

6.  En la película, Suso, que fallecería más tarde y de lo que trataremos más adelante, comentó que había observado en otras personas efectos psicológicos severos después de ser diagnosticados,  y que eso en sí mismo, probablemente, los enfermó. ¿Tú también has observado esto? ¿Tú y los otros (en la pelicula) tuvísteis la misma experiencia?

En mi caso particular, los problemas de salud que tuve,  fueron consecuencia directa de mis hábitos de vida, por ejemplo, en el 1989 tuve una anemia por hemorragia digestiva  debida al alcohol, es decir, los efectos físicos del diagnóstico en mi caso son indistinguibles de los efectos de mi desastroso modo de vida. En el caso de los demás, no lo sé, pues cuando yo los conocí ya habían pasado bastantes años del diagnóstico, pero imagino que su caso fue similar al mío, pues todos ellos tenían problemas con las drogas.

 

7.  En el documental algunos se ustedes hablan de problemas con las drogas o adicción al alcohol antes de dar positivo. El alcohol, en particular, tú dices que era tu problema; bebías hasta caerte. ¿Crees tu que esto podría haber influido tus resultados, y los de los otros, a la prueba de VIH?

Es posible, los problemas de hígado están documentados como causa de resultados positivos en el mal llamado test de vih, en mi caso, había pasado también por una infección, dos meses antes, que traté con antibióticos. En el caso de las drogas intravenosas, debido a todo el material extraño que incluyen, o a las mismas infecciones que posibilita su administración, se produce un aumento en la tasa de anticuerpos en sangre,  que condicionarán los resultados positivos del test.

 

8.  ¿Al enterarte que habías dado positivo decidiste reformar tu vida o caíste cada vez mas en al alcoholismo?

Como ya dije, el diagnóstico motivó cinco años de vida totalmente desordenada, y en efecto, se agudizaron mis problemas con el alcohol, hasta que al cabo de cinco años, como dije, de motu propio, y sin saber nada de la disidencia, decidí dar un cambio en mi vida.

 

9.  ¿La gente te dice que tú estás involucrado en una ilusión, en una negación? ¿Qué se suele decir de gente como tú, que hace caso omiso de este diagnóstico, ¿Cómo respondes a esa opinión?

La mayoría de las personas que saben de mi “condición” piensa eso, en efecto, que eres un iluso, que acabarás enfermando, de hecho, cuando te ven al cabo del tiempo no hacen más que preguntarte por tu salud. Está el caso de los que te conocen mejor, (que suele ser el caso de los mejores amigos que tengo), y que ven que con los años no enfermas, esos son los que con el paso del tiempo acaban diciéndote que quizás estés en lo cierto.

 

10  ¿Has sufrido tu (o los otros) enfermedades que podrían definirse como "SIDA"? Si es así,  te ha hecho dudar que hayas sido demasiado optimista? ¿Cómo lidiaste con esas dudas?

Además de gripes y algún que otro flemón por causa de las muelas, tuve una tuberculosis en el año 1997, que  no me hizo dudar mucho pues enseguida entendí que era resultado del modo de vida que llevaba, es decir, que me había descuidado un poco, fumaba mucho y no comía muy bien, me pasaba las noches en vela y los días durmiendo, fue una época en que me había quedado sin trabajo. En diciembre de 2006 tuve una temporada de intenso estrés, tanto por el exceso de trabajo y falta de descanso, como por la situación de gravedad de mi padre, que falleció por esas fechas, y tuve un principio de neumonía que se resolvió en unas semanas de tratamiento y con del debido descanso.

 

11.  Suso falleció a principios de este año, en enero de 2014. Tenía 54 años y había sido diagnosticado 27 años antes. Deberían nuestros oyentes ser escépticos de tu posición, a la luz de esta muerte? ¿Por qué si, o por qué no?

[Nótese que Suso dijo que, de todas las personas que fueron tratadas en su grupo de seguimiento que el llamaba "la unidad", él era el único que seguia con vida.]

[Notese que segun sus notas hospitalarias Suso habia sido diagnosticado VIH positivo,  sufria enfermedad pulmonar crónica, desnutrición aguda causada por úlcera gástrica,  fumaba durante décadas, el usaba drogas intravenosas durante muchos años (Vease la entrevista con Dr Christian Fiala en el documental)]

Estuve en estrecho contacto con Suso en sus últimos tiempos y aunque en los últimos tiempos Suso no hacía uso ya de drogas, sí las usó durante bastantes años y, además del severo problema pulmonar que arrastraba ya de muchos años atrás, en los últimos 6-8 meses desarrolló una anemia, a eso se añadió, en los últimos meses, que comía muy poco, (en el hospital se le diagnosticó una úlcera de esófago). Para mí no tiene nada de extraño que, en el estado de extrema debilidad en que se encontraba, desarrollara cualquier cosa o que se muriera.

 

12.  Y los otros - Raquel, Pablo, Manoel, Suso… - Son, o eran, sus pacientes médicos, que vinieron a buscarte años después de su diagnóstico? ¿Cómo podrían haber sobrevivido sin tu apoyo profesional y tu protección como un médico con licencia?

Con la excepción de Pablo, todos ellos, en un momento determinado, fueron mis pacientes, yo no sé si habrían podido sobrevivir sin mi apoyo, es muy posible, lo único que puedo decir es que mi apoyo les ha ayudado.

 

13.  ¿Ofreces tus servicios médicos a otros que han dado positivo? ¿Hay muchos que buscan tu ayuda o prefieren mantener su distancia?

Por supuesto, se lo brindo a todos quienes me lo piden, (pasan de mil los que he atendido a través de la red, atendí antes a otros, pero bastantes menos). Son muchos también los que prefieren guiarse por lo que les dicen los especialistas del vih.

 

14.  ¿Alguna vez has sido amenazado con la pérdida de tu licencia médica o tus opiniones en contra de la ortodoxia?

Nunca, ni tampoco he tenido ningún tipo de discriminación, al menos de una forma abierta, por parte de los compañeros en el trabajo, a pesar de que la mayoría de ellos conocían mi condición, (el cotilleo en los medios sanitarios es de lo más activo).

 

15.  Tú y los que aparecen en este documental han sobrevivido 26 años y más después de haber sido diagnosticados.  En comparación, cuanto tiempo, mas o menos, en tu zona geográfica, sobreviven los que dan positivo y deciden optar por tratamientos antivirales tradicionales?

Evidentemente los fármacos usados en la actualidad, aunque son bastante tóxicos, no tienen la toxicidad que tenía el AZT, que no dejó prácticamente supervivientes, de hecho es fácil encontrar bastantes personas que llevan 10 años, incluso 15, tomándolos, (eso sí, sufriendo una serie de efectos secundarios). Ahora bien, lo que sí puedo decir es que las personas que más tiempo sobreviven, y en mejores condiciones, son personas que no tomamos fármacos en la práctica totalidad de los casos.

 

16.  ¿Han tratado de estudiarte a ti y a los otros para averiguar si tienen un gen especial que os hace resistente a desarrollar enfermedades incluidas en la definición de "SIDA"? ¿Se han ofrecido otras explicaciones?

Una de las características (entre otras) que tenemos la práctica totalidad de las personas que más tiempo sobrevivimos, y en mejores condiciones físicas, es la de no haber tomado en su día (cuando se dio en altas dosis y de un modo masivo) el AZT. En mi caso, fue una decisión dictada por el sentido común, por lo que tengo que decir que si aquí hay un gen especial, ese es el gen del sentido común.  

 

17.  ¿A qué atribuyes la relativa buena salud que tu y los otros en el documental disfrutan (con la excepcion de Suso) ¿La psicología juega un papel en eso?

Por supuesto, el saber que no tienes un virus con propiedades milagrosas que te va a destruir o, por el contrario, el creértelo, es una diferencia esencial. El cuidarte normalmente con los medios a tu alcance, alimentándote bien, sin obsesiones y llevando un estilo de vida que evite los factores conocidos que provocan inmunodeficiencia, es fundamental.

 

18.  ¿Ustedes se hacen pruebas de CD4 (o de células T) y de “carga viral”? ¿Por qué si o por qué no?

Desde junio de 1987 en que fui  “diagnosticado” como VIH+ nunca me hice ninguna prueba de “carga viral”. En cuanto a los recuentos de CD4, el último que hice fue en 1993, es decir, hace 21 años, (me había hecho otro en el año 1987). Sólo puedo decir que no he necesitado este tipo de controles para estar sano. Creo que deberíamos recuperar el sentido común, valorar la salud por cómo nos encontramos, y luego, si existen dudas, pues te haces una analítica normal del médico de cabecera. Si tú estás bien y la analítica está bien, ¿Para qué quieres saber más?

 

20.  Que quisieras decirles a otros que han dado VIH positivos y que puedan tener dudas sobre el ignorar la atención medica ortodoxa, el dejar de hacerse la prueba del recuento de células T CD4 y la "carga viral", y el tratar de mantener o mejorar su salud por otros medios?

Creo que lo primero que deben hacer las personas que han dado positivo en ese fraude de test es informarse de por qué las cosas no son como nos han dicho. Y en cuanto a lo de ir periódicamente al hospital para mirarte los cd4 y la carga viral, es como ponerte el termómetro todos los días para ver si tienes fiebre, ese mismo hecho ya está creando en tu mente las expectativas de enfermar, es decir, es algo totalmente insano desde el punto de vista psicológico. Las personas, por el simple hecho de haber dado positivo en ese test, ni están enfermas, ni tienen a mi juicio más probabilidades de enfermar que otras que dan negativo, salvo si se lo creen. Ahora bien, es bueno cuidarse, sin obsesiones y evitar los factores conocidos que provocan inmunodeficiencia, no porque uno tenga algo que precise ser tratado con nada, sino porque se encontrará mejor y tendrá que recurrir menos a los médicos, que es donde residen los principales peligros para una persona etiquetada como vih+.

 

21.  ¿Estás dispuesto a aceptar que las llamadas "pruebas de VIH" significan algo, ya que no la infección por un virus específico? ¿Crees que las personas que dan positivo deberían hacer algo inmediatamente para aumentar sus "sistemas inmunes," cualquiera que sean?

[Enlace a la lista de más de 70 condiciones de Christine Johnson - piensa que su "prueba del VIH" puede significar algo? Aquí está la lista!]

Al parecer, estas pruebas, (me refiero a los tests de anticuerpos, ELISA y W. Blot), detectan un aumento de las globulinas, (más propiamente de gammaglobulinas), por lo que de entrada el valor que se le debe dar, a mi juicio, está en función de la existencia o no de otros datos médicos, en cuya ausencia no se le debería dar mayor importancia por parte de las personas que den positivo en esos tests.

 

22.  ¿Estás dispuesto a aceptar que los recuentos de células T y las pruebas de "carga viral" puedan tener algún significado o utilidad?

En cuanto a la carga viral, creo sencillamente que es un timo, y por lo que se refiere a los cd4, creo que no son un buen parámetro para valorar el estado del sistema inmune. Podría responder también a esto de la forma que sugería Alfredo Embid, de muy grato recuerdo para todos nosotros: “Y si los CD4 son tan importantes, ¿Por qué no se los miden a su madre?”Pero creo que sobre esos dos parámetros hay ya bastante literatura médica que desmiente su valor.

 

23.  ¿Has hecho alguna investigación más a fondo por tu cuenta sobre el VIH y el SIDA y se han publicado estos hallazgos? Si es así, pueden encontrar nuestros oyentes estos escritos? ¿Están traducidos al Inglés u otro idioma?

Durante todos estos años mi tarea principal ha sido: 1º , la de informarme bien a fondo de todo esto, viéndolo desde todos los puntos de vista posibles, para entenderlo bien y poder explicárselo a las personas; 2º, orientar a las personas, viendo lo que hacen, o no hacen, los que se mantienen sanos y lo que hacen, o no hacen, quienes enferman. Los trabajos que he hecho fueron trabajos hechos para divulgación, tanto de los aspectos científicos como de aspectos a tener en cuenta en relación al manejo práctico de esta situación. Todos los trabajos hechos por mí a lo largo de estos últimos 20 años se pueden encontrar en nuestra página de Superando el Sida, www.superandoelsida.ning.com

 

24.  Si alguno de nuestros oyentes quiere ponerse en contacto contigo para un tratamiento o consejo, cómo pueden hacerlo? [Vamos a publicar esta información en nuestro sitio web.]

Pueden contactar conmigo a través del correo mgsot@yahoo.com o también en el de superandoelsida@gmail.com

 

25. ¿Asistirás al estreno en Londres de esta película, el 5 de febrero?

Me gustaría mucho, pero no sé si podré hacerlo.

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EL ESTAMENTO MÉDICO CONTRA LA VERDAD (Dr Kary Mullis)

EL ESTABLISHMENT MÉDICO CONTRA LA VERDAD

(Extractos del capítulo 18 "Case not Closed", p. 171-182 de su libro "Danza descarnada en el campo de la mente" (Dancing Naked in the Mind Field), Editorial Bloomsbury, Londres, 2000, 222 p.)

por Kary Mullis, Premio Nobel de Química 1993

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Kary Mullis es Doctor en Bioquímica de la Universidad de Berkeley (California). En 1993 obtuvo el Premio Nobel de Química por haber inventado la PCR, Reacción en Cadena de la Polimerasa (en inglés, Polymerase Chain Reaction, o simplemente PCR), una técnica para amplificar material genético, (la PCR trabaja con ADN), es decir, de algo tan pequeño como un trozo de ADN puede obtener, si se hace correctamente, hasta un millón de copias exactamente iguales, (es por eso que se la denominó “la Xerox –una conocida marca de fotocopiadoras- de la genética”). Esta técnica es usada, de un modo fraudulento según el propio Mullis, para medir la carga viral (en otras palabras, la "cantidad de presunto virus") en los supuestos portadores. Sin embargo, el propio Kary Mullis - sin duda uno de los disidentes más enérgicos - ha dicho hasta el cansancio que la PCR no sirve para medir cantidades de virus y en un simposio en Colombia hace años añadió que habría renunciado al Nobel si hubiera sabido el uso que se le iba a dar a su invención.

Cuando en 1984 escuché por primera vez que Luc Montagnier, del Instituto Pasteur francés, y Robert Gallo, del Instituto nacional de salud norteamericano, habían descubierto independientemente que el retrovirus VIH - Virus de Inmunodeficiencia Humana -- era la causa del SIDA, acepté el dato como cualquier otro hecho científico. El problema no tenía que ver del todo con mi sector, la bioquímica, y, además ellos eran expertos en retrovirus. 

Cuatro años más tarde, mientras trabajaba como asesor en la empresa Specialty Labs en Santa Mónica, estábamos buscando la manera de utilizar la PCR para detectar retrovirus en las miles de donaciones de sangre que la Cruz Roja recibe a diario. Yo estaba escribiendo un informe para el patrocinador del proyecto acerca de cómo se estaba desarrollando el trabajo, y comencé diciendo que "el VIH es la probable causa del SIDA".

Le pregunté a un virólogo de Specialty donde podría encontrar referencias que confirmaran que el VIH era la causa del SIDA. "No es necesario", me dijo. "Es algo que todo el mundo lo sabe". Pero añadí "Me gustaría citar algunos datos". Me sentí ridículo por no conocer la fuente de un descubrimiento tan importante. Parecía que todo el mundo la conocía. Me sugirió, "¿Por qué no mencionas el informe del CDC? y me dio una copia del informe periódico sobre la morbilidad y la mortalidad del Centro para el Control de Enfermedades. Lo leí, pero no era un artículo científico. Simplemente afirmaba que había sido identificado un organismo, pero no explicaba cómo. Instaba a los médicos a que informaran al Centro cada vez que se encontraran con pacientes con ciertos síntomas, y a que los sometieran a pruebas para detectar la presencia de anticuerpos frente a este organismo. El informe no hacía referencia a la investigación original, pero eso no me sorprendió, pues estaba destinado a los médicos que no necesitan conocer la fuente de información. Los medicos daban por sentado que si estaba convencido el CDC, debía existir, en algún lugar, la prueba de que el VIH causaba el SIDA.

Normalmente se considera a un artículo como referencia adecuada desde el punto de vista científico, si ha sido publicado en una revista científica fiable. Hoy en día las revistas se imprimen en papel brillante, están llenas de fotografías en su portadas y de anuncios, además de contener muchos artículos escritos por periodistas profesionales, y también hay fotos de chicas que anuncian los productos que pueden venir bien para el laboratorio. Los que hacen la publicidad son las compañías que ofrecen productos a los científicos, y las que producen los fármacos que los médicos prescriben. En consecuencia, todos los periodicos más importantes tienen alguna relación con las empresas. 

Los científicos presentan los artículos que describen su investigación. Para la carrera de un científico es fundamental escribir artículos que describen su trabajo y ser capaces de publicarlos: no tener artículos publicados en las revistas más reconocidas significa perder prestigio. Sin embargo, no se pueden presentar artículos hasta que los experimentos que apoyan a las teorías presentadas no se hayan concluido y evaluado. Inclusive las revistas más importantes exigen informar directamente, o a través de citas, de todos los detalles de los experimentos, para que otros investigadores puedan repetirlos exactamente y traten de lograr los mismos resultados. Si las cosas no salen así, se lo hace público, y al final se debe resolver el conflicto de manera que cuando la búsqueda se reanuda, se sepa con certeza desde qué punto se debe recomenzar.

Las revistas más calificadas tienen un sistema de revisión. Cuando se presenta un artículo para ser publicado, el director envía una copia a algunos colegas del autor para que lo revisen: son los llamados auditores. A los directores se les paga por su trabajo, pero no a los auditores, y aun así es un trabajo que les da poder, y que generalmente los satisface. 

Para tal fin, hice algunas búsquedas con el ordenador. Ni Montagnier ni Gallo ni nadie más publicaron artículos que describen los experimentos que llevaron a la conclusión de que, probablemente, el VIH causaba el SIDA.

Leí los artículos publicados en "Science", que los habían hecho famosos como "médicos del SIDA", pero todo lo que estaba escrito allí era que habían encontrado en algunos pacientes con SIDA indicios de una infección previa causada por algo que probablemente era el VIH.

Habían descubierto anticuerpos. Sin embargo, los anticuerpos contra ciertos virus siempre se habían considerado un indicio de enfermedades anteriores, no de enfermedades actuales.

Los anticuerpos indicaban que el virus había sido derrotado, y que el paciente estaba a salvo.En los artículos no se decía en absoluto que este virus causaba una enfermedad, ni tampoco se demostraba que todas las personas que tenían anticuerpos en su sangre estaban enfermas. De hecho, se encontraron anticuerpos en el organismo de algunos individuos sanos.

Si Montagnier y Gallo no habían logrado encontrar dichas pruebas, por qué se publicaron sus artículos, y por qué estaban discutiendo tanto a quien se debía atribuir el merito del descubrimiento? Hubo un incidente internacional cuando Robert Gallo del NIH declaró que una muestra del VIH que le había enviado Luc Montagnier desde París, no se había desarrollado en su laboratorio. Sin embargo, sí se había desarrollado el virus procedente de otros especímenes recogidos por Gallo y sus colaboradores de supuestos pacientes de SIDA. Basándose en estas muestras Gallo patentó una prueba para el SIDA, y el Instituto Pasteur lo demandó. Al final, el tribunal dio la razón al instituto Pasteur, pero en 1989 la situación se encontraba aun en un punto muerto, y las dos instituciones seguían compartiendo los beneficios.

Yo dudaba en escribir que el “'HIV es la causa probable del SIDA", pues antes quería las pruebas publicadas que lo confirmaran. Mi declaración fue lo más limitada posible: en mi informe sobre el desarrollo del trabajo no quería afirmar que el virus era indudablemente la causa del SIDA, sólo estaba tratando de decir que era probable que lo fuera, por razones conocidas. Decenas de miles de científicos e investigadores estaban gastando miles de millones de dólares todos los años en investigaciones que se basaban en esta idea. La razón de todo esto tenía que estar en alguna parte, pues de lo contrario todas estas personas no habrían permitido que sus investigaciones se centraran en una hipótesis tan limitada. 

Yo en ese momento daba conferencias sobre la PCR en innumerables simposios. Y siempre había personas que hablaban del VIH. Les pregunté en qué se basaba la certeza de que este virus era la causa del SIDA. Todos daban algún tipo de respuesta, decían que la documentación estaba en sus hogares, en la oficina, o en algún cajón. Todo el mundo lo sabía, y me iban a enviar la información apenas regresaran a sus casas. Pero nunca me llegó nada, nunca nadie me envió una explicación de cómo el VIH causa el SIDA.

Finalmente, tuve la oportunidad de hacerle esta pregunta sobre las pruebas a Montagnier, cuando se celebró una conferencia en San Diego, en la apertura del Centro de Investigación sobre Sida (UCSD), aun hoy dirigido por la ex esposa de Robert Gallo, la Dra. Flossie Wong-Staal. Esa iba a ser la última vez que hacía esta pregunta sin perder la paciencia. La respuesta de Montagnier fue una sugerencia: "¿Por qué no cita el informe del CDC?" "Lo he leído -dije-, “pero en realidad no responde a la pregunta de si el VIH es la causa probable del SIDA, ¿verdad?” Montagnier estuvo de acuerdo, pero yo estaba muy molesto. Si ni siquiera él conocía la respuesta, ¿quién demonios habría sido capaz de conocerla?

Una noche estaba conduciendo mi coche desde Berkeley a La Jolla cuando escuché en la radio pública nacional una entrevista con Peter Duesberg, un virólogo famoso de Berkeley. Finalmente me di cuenta de por qué era tan difícil encontrar pruebas que relacionaban el VIH y el SIDA: Duesberg sostenía que dichas pruebas no existen. Nunca nadie había demostrado que el VIH causa el SIDA.

La entrevista duró aproximadamente una hora y detuve el coche para no perderme nada. Yo había oído hablar de Peter cuando cursaba mi especialización en Berkeley. Me lo habían descrito como un muy buen científico, que había sido capaz de indicar la trayectoria de una mutación especial de un solo nucleótido en lo que entonces iba a ser definido como un oncogén. En los sesenta eso era algo muy difícil de lograr. Peter siguió adelante y desarrolló la teoría de que era posible que los virus introduzcan oncogenes en el organismo humano que causan cáncer. La idea tuvo éxito, y se convirtió en una base teórica de investigación seria que fue financiada y le dieron el nombre desafortunado de "guerra contra el cáncer". A Peter lo eligieron "Científico del año de California”.

Pero en lugar de dormirse en los laureles, les prendió fuego. Se las arregló para encontrar los puntos débiles en su propia teoría, y anunció a sus colegas, muy asombrados, que se estaban empeñando para encontrar la demostración experimental, de que era muy improbable que tuvieran éxito. Si querían luchar contra el cáncer, su investigación debía dirigirse en otra dirección. Pero ellos, o porque estaban más interesados en la lucha contra su propia pobreza que en la del cáncer, o simplemente porque no lograban encarar sus errores, continuaron trabajando durante diez años sin obtener ningún resultado de la hipótesis del oncogén viral. Y no lograron captar la ironía de la situación: cuanto más aumentaba su frustración, más reprendían a Duesberg por haber puesto en duda su propia teoría, y también por haber puesto de manifiesto la insensatez de ellos. La mayoría de ellos habían sido capacitados para obtener fondos del gobierno, contratar a gente para hacer investigaciones y escribir artículos en los que suelen terminar diciendo que se debe investigar más a fondo siguiendo las misma líneas de investigación, de preferencia por ellos, con el dinero de alguna otra persona. Uno de ellos era Bob Gallo.

Gallo había sido amigo de Peter. Los dos habían trabajado en el mismo departamento del Instituto nacional del cáncer. De los miles de científicos que se habían dedicado en vano a asignar a un virus un papel determinante en el desarrollo del cáncer, Bob había sido el único tan entusiasta que incluso llegó a decir que lo había logrado. Nadie le prestó atención al asunto, porque él había demostrado tan sólo una relación esporádica y muy débil entre los anticuerpos contra un retrovirus inofensivo que denominó HTLV-1 y un tipo de cáncer inusual que se lo encuentra principalmente en dos de las islas del sur de Japón.

A pesar de que no tenía fama como científico, Gallo fue capaz de escalar fácilmente las jerarquías, mientras que Duesberg, a pesar de su capacidad, había descendido. Cuando apareció el SIDA, Margaret Heckler se dirigió a Gallo cuando el presidente Reagan decidió que no aguantaba más a los homosexuales que se manifestaban frente a la Casa Blanca. Heckler era Ministro de Educación, Salud y Bienestar Social, y por lo tanto jefe supremo del NIH. Bob Gallo tenía una muestra de virus que Montagnier había encontrado en un ganglio linfático de un gay parisino diseñador de interiores con SIDA. Montagnier había enviado la muestra a Gallo para que la evaluara, y Bob se había apoderado de ella con el fin de explotarla para su carrera profesional.

Margaret convocó a una conferencia de prensa y presentó al Dr. Robert Gallo, quien se quitó las gafas de sol lentamente y anunció a la prensa mundial: "Señores, hemos encontrado la causa del SIDA!" Y se acabó. Gallo y Heckler anunciaron que dentro de un par de años iba a estar disponible una vacuna y una terapia. Nos hallábamos en 1984

Todos los ex cazadores de virus del Instituto nacional de cáncer cambiaron las placas en las puertas de sus laboratorios y se convirtieron en expertos de SIDA.Para empezar, Reagan asignó a la investigación alrededor de mil millones de dólares, y enseguida cualquiera que afirmara poseer una especialización científica y médica de cualquier tipo, y que se encontrara sin mucho que hacer en ese entonces, se hallaba con una oferta de empleo a tiempo completo, que mantienen en la actualidad.

El nombre de virus de inmunodeficiencia humana fue creado por un comité internacional, en un intento de resolver la disputa entre Gallo y Montagnier, que le habían dado nombres diferentes. Llamarlo VIH demostró que el comité tenía poca visión de futuro, además de un error que frustró cualquier intento de investigar la relación de causalidad entre el síndrome de inmunodeficiencia adquirida y el virus de inmunodeficiencia humana.

Duesberg, desde un segundo plano, recalcó prudentemente en las Actas de la Academia nacional de ciencias que no había pruebas fiables acerca de la participación del nuevo virus. Pero se lo ignoró completamente, sus artículos fueron rechazados, y los comités integrados por sus colegas comenzaron a dudar de que fuera necesario seguir financiando su investigación. Al final, en lo que debe considerarse un acto de increíble arrogancia y desprecio hacia el decoro científico, un comité del que formaba parte Flossie Wong-Staal, que entonces ya estaba abiertamente en contra de Duesberg, decidió no renovar a Peter el premio de investigador distinguido, excluyéndolo así de los fondos destinados a la investigación. De esta manera, Duesberg era menos peligroso para el creciente establishment del SIDA, pues ya no iba a ser invitado más a hablar en conferencias en las que participaban sus antiguos colegas.

Vivimos rodeados de un número incalculable de retrovirus. Están en todas partes, y probablemente son al menos tan antiguos como la humanidad, debido a que forman parte de nuestro genoma. Recibimos algunos de nuestras madres bajo la forma de nuevos virus, de partículas de virus infecciosas que migran de la madre al feto. Otros los recibimos tanto de nuestras madres como de nuestros padres, junto con los genes. Algunas de las secuencias estables de nuestro genoma están formadas por retrovirus. Esto quiere decir que podemos producir, y en algunos casos de hecho producimos nuestras partículas retrovirales. Algunas de ellas puede que se parezcan al VIH, pero nunca nadie demostró que hayan matado a nadie.

Debe haber una razón que justifica su existencia: una parte cuantificable de nuestro genoma contiene secuencias de retrovirus humanos endógenos. Algunos afirman que algunas porciones del ADN son inútiles, pero están equivocados. Si en nuestros genes hay algo , tiene que ser por alguna razón. Nuestro organismo no permite que se desarrollen elementos innecesarios. Traté de introducir secuencias de genes insignificantes en organismos tan simples como las bacterias, pero si no tienen razón de existir las bacterias se deshacen de ellas inmediatamente. Y suppongo que mi organismo, cuando se trata del ADN, sea al menos tan inteligente como una bacteria.

El VIH no llegó de repente de la selva o Haití. Simplemente, cayó en las manos de Bob Gallo, justo cuando necesitaba empezar una nueva carrera. Pero el VIH siempre estuvo ahí: cuando se deja de buscarlo solamente en las calles de las grandes ciudades, uno se da cuenta de que el VIH se distribuye de forma sutil en todas partes. Si el VIH siempre hubiese estado allí, y si se transmitiese de madre a hijo, entonces no tendría sentido buscar anticuerpos en las madres de cualquiera que de positivo, especialmente si el individuo no muestra indicios de enfermedad?

Imaginad a un joven en el corazón de los Estados Unidos, cuyo sueño es alistarse en la Fuerza Aérea después de la graduación y ser piloto. Nunca ha tomado drogas, y en toda la secundaria tuvo la misma novia, con quien tiene intención de casarse. Sin que él ni ninguna otra persona lo sepa, también tiene anticuerpos frente al VIH que heredó de su madre, que aun vive, cuando estaba en su vientre. Es un muchacho sano, y la cuestión nunca le creó ningún problema, pero cuando la Fuerza Aérea lo sometió a pruebas de rutina del VIH, sus esperanzas y sueños se desmoronaron. No sólo rechazan su solicitud de inscripción, sino que también le pesa una sentencia de muerte.

El CDC definió al SIDA como una de las más de treinta enfermedades relacionadas con un resultado positivo en las pruebas para detectar anticuerpos frente al VIH. Sin embargo, si no se identifican los anticuerpos, a estas mismas enfermedades no se las definen como SIDA. Si una mujer VIH-positiva desarrolla cáncer de cuello uterino, por ejemplo, se la considera enferma de SIDA. Si no es VIH-positiva, solo se la considera enferma de cancer. Un hombre VIH-positivo con tuberculosis tiene SIDA, pero si el resultado de la prueba es negativo sólo tiene tuberculosis.

Si vive en Kenya o Colombia, donde la prueba del VIH es demasiado cara, simplemente se presume que tiene anticuerpos, y por lo tanto SIDA. De esta manera, puede ser tratado en una clínica de la OMS, que en algunos lugares constituye la única forma de atención médica disponible. Es gratis, ya que los países que financian a la OMS le tienen miedo al SIDA. Si consideramos esto como una oportunidad para difundir la atención médica en las zonas donde viven los pobres, la llegada del Sida se la puede ver como una gran ayuda. No los envenenamos con AZT como lo hacemos con nuestros conciudadanos, porque costaría demasiado. Lo que hacemos es proporcionarles tratamiento para una herida de machete en la rodilla izquierda, y la llamamos SIDA.

El CDC sigue añadiendo nuevas enfermedades a la definición general del Sida:prácticamente han manipulado las estadísticas para hacer ver que la enfermedad sigue difundiéndose. En 1993, por ejemplo, el CDC ha amplió enormemente la definición de SIDA. Una elección que las autoridades sanitarias locales agradecen, pues gracias al Ryan White Act (n.d.t.: una ley aprobada en 1990 que garantiza asistencia a los enfermos de SIDA) reciben del Estado 2,500 dólares por año por cada caso de SIDA declarado.

En 1634 se lo condenó a Galileo a pasar los últimos ocho años de su vida arrestado en su domicilio por haber escrito que la tierra no era el centro del universo, sino que, por el contrario, gira alrededor del sol. Se lo acusó de herejía porque afirmaba que un dato científico no debería tener nada que ver con la fe. Dentro de algunos años, el hecho de haber aceptado la teoría según la cual el VIH es la causa del Sida, nos parecerá una estupidez, tal como a nosotros nos parecen estúpidas las autoridades que excomulgaron a Galileo. Tal como se practica la ciencia hoy en día, tiene poco de científico. Probablemente, lo que la gente llama ciencia, no difiere de aquello que se llamaba ciencia en 1634. A Galileo le pidieron que retracte sus convicciones, caso contrario iba a ser excomulgado. Y a los que rechazan aceptar los mandamientos impuestos por el establishment del Sida se les dice fundamentalmente lo mismo: “Si no aceptas nuestro punto de vista, te quedas afuera”.

Para mi fue una desilusión ver que tantos científicos hayan rechazado totalmente examinar los datos disponibles de manera objetiva y desapasionada. Varias revistas científicas respetadas rechazaron publicar una declaración mediante la cual el Grupo para el replanteamiento científico de la hipótesis del VIH/Sida se limitaba a solicitar “una verificación detallada de los datos disponibles a favor o en contra de esta hipótesis”.

Abordé públicamente este tema por primera vez en San Diego, durante una reunión de la Asociación norteamericana de químicos clínicos. Sabía que iba a estar entre amigos, y dediqué al Sida una pequeña parte de mi largo discurso, no más de quince minutos. Dije que mi incapacidad para encontrar pruebas había estimulado mi curiosidad. Cuanto más sabía, más franco me volvía. No podía quedarme en silencio, pues yo era un científico responsable, y estaba convencido de que había personas a quienes las estaban matando fármacos innecesarios. Las respuestas que recibía por parte de mis colegas iban desde una ligera aceptación hasta un rencor explícito.

Cuando fui invitado a Toledo, en España, por la Federación europea de investigación clínica para hablar de la PCR, les dije que yo prefería hablar sobre el VIH y el SIDA. Creo que cuando aceptaron no sabían exactamente en lo que se metían. Cuando había llegado a la mitad de mi discurso, el presidente de la compañía me interrumpió de manera abrupta, sugiriéndome que respondiese las preguntas de la audiencia. Su actitud me pareció muy grosera y totalmente inadecuada, pero ¿qué diablos! yo iba a responder las preguntas. Él abrió el debate, y después decidió que él iba a hacer la primera pregunta: Yo me estaba dando cuenta de que estaba actuando de manera irresponsable? Que la gente que me oía hablar probablemente iba a dejar de usar los condones? Yo le respondí que había estadísticas, bastante fiables, realizadas por el CDC que pusieron de manifiesto que, al menos en los Estados Unidos, los casos declarados de enfermedades venéreas conocidas eran los únicos en aumento, lo que demostraba que la gente no usaba condones, mientras que los casos de SIDA declarados, si nos atenemos a la definición original de la enfermedad, estaban disminuyendo. Así que no, yo no pensaba que era un irresponsable. El presidente decidió que ya era suficiente, y terminó abruptamente la reunión.

Cada vez que abordo esta cuestión, la pregunta que me hacen es siempre la misma: "Si el VIH no causa el SIDA, ¿entonces qué lo causa?" La respuesta es que no puedo responder esta pregunta, como tampoco lo pueden hacer Gallo o Montagnier. El hecho de que sepa que no hay pruebas de que el VIH causa el SIDA no me convierte en una autoridad sobre las verdaderas causas de la enfermedad. Es indiscutible que si una persona tiene contactos muy íntimos con un gran número de individuos, su sistema inmunológico está destinado a entrar en contacto con un gran número de agentes infecciosos. Si una persona tiene trescientas relaciones sexuales por año - con personas que a su vez tienen trescientas relaciones sexuales por año - esto significa que tiene noventa mil posibilidades más de contraer una infección que una persona que tiene una relación monógama.

Imaginad al sistema inmunológico como si fuera un camello, si se lo carga demasiado, se desmorona. En los setenta hubo un número significativo de hombres que viajaba con frecuencia y tenía un estilo de vida promiscua, intercambiaban fluidos corporales, compartían drogas y llevaban una vida alocada. Un homosexual que vivía en una gran ciudad podría haber estado expuesto a casi cualquier agente infeccioso que haya vivido en un organismo humano. De hecho, si uno tuviese que organizar un plan para recoger todos los agentes infecciosos del planeta, se podrían construir baños turcos e invitar a la gente muy sociable a utilizarlos. El sistema inmunológico va a reaccionar, pero el número de oponentes lo va a menoscabar. Aquí el problema científico se mezcla con el problema moral, pero lo que estoy diciendo no tiene nada que ver con la moral. No hablo de “castigo divino” o de otras cosas absurdas. Una parte de nuestra sociedad estaba siguiendo un cierto estilo de vida, y las cosas no salieron tal como se preveía, pues se enfermaron.

Otra parte de nuestra sociedad, que es tan pluralista, a quienes podemos llamar médicos-científicos veteranos de la guerra que se perdió contra el cáncer, o simplemente chacales profesionales, descubrieron que la cosa funcionaba, es decir, funcionaba para ellos. Aun están pagando sus BMW nuevos con nuestro dinero.

 

 

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Fuente: http://whitewraithe.wordpress.com/2014/08/04/breaking-news-anonymous-doctor-releases-treatment-for-the-ebola-virus/

Posted on August 4, 2014 by Whitewraithe

9288833465?profile=originalNo tenemos forma de comprobar la veracidad de esta noticia, si bien parece del todo verosímil. Al parecer, un médico que trabajó en los últimos 5 años con enfermos de Ébola en Sierra Leona, informó a la página Breaking News, sobre un tratamiento para el virus Ébola,

Del médico anónimo:

Resumen:

"Los primeros síntomas del ébola son exactamente los mismos que el escorbuto, causado por falta de vitamina C. Aunque el escorbuto rara vez es fatal como condición primaria, el escorbuto también representa sólo una deficiencia parcial de la vitamina C, el organismo todavía tiene un montón de vitamina C si se lo compara con su nivel cero, que es lo que el Ébola provoca. En total ausencia de vitamina C, los vasos sanguíneos se vuelven muy frágiles y comienzan a perder sangre, y las plaquetas se vuelven ineficaces e incapaces de la formación de coágulos. Así, la muerte por Ébola se produce por una hemorragia interna masiva y pérdida de sangre, lo que se puede detener simplemente tomando enormes dosis de vitamina C hasta que el sistema inmune tenga éxito en destruir el virus".

Comienzo del texto:

El Ébola es probablemente el más conocido de un tipo de virus conocidos como virus de la fiebre hemorrágica. De hecho, el virus Ébola fue reconocido inicialmente en 1976. Otros síndromes virales menos conocidos pero relacionadas incluyen la fiebre amarilla, la fiebre hemorrágica del dengue, la fiebre del Valle del Rift, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, enfermedad Kyasanur Bosque, fiebre hemorrágica de Omsk, la fiebre hemorrágica con síndrome renal, El síndrome pulmonar por hantavirus, fiebre hemorrágica venezolana, la fiebre hemorrágica de Brasil, la fiebre hemorrágica argentina, la fiebre hemorrágica boliviana, y la fiebre de Lassa. La infección por el virus del Ébola, también conocida como fiebre hemorrágica africana, tiene la característica de tener la tasa de letalidad más alta de las infecciones virales se han señalado, que van desde 53% a 88%.
Estos síndromes de fiebre hemorrágica viral comparten ciertas características clínicas. El Cecil Textbook of Medicine señala que estas enfermedades se caracterizan por la fragilidad capilar, lo que se traduce a un sangrado fácil, que con frecuencia puede llevar a un shock grave y la muerte. Estas enfermedades también tienden a consumir y/o destruir las plaquetas, las cuales juegan un papel fundamental en la coagulación de la sangre. La manifestación clínica de estas enfermedades virales es similar al escorbuto, que también se caracteriza por la fragilidad capilar y una tendencia a sangrar con facilidad. Se van a desarrollar lesiones cutáneas características, que son en realidad múltiples áreas pequeñas de sangrado dentro de la piel que rodean los folículos pilosos, algunos casos incluso incluyen sangrado de cicatrices ya curadas.


En la forma clásica de escorbuto que evoluciona muy lentamente de modo paralelo al agotamiento gradual de las reservas corporales de vitamina C…El virus Ébola y otras fiebres hemorrágicas virales son mucho más propensas a causar hemorragia antes de que cualquier otra infección mortal tenga la oportunidad de instaurarse. Esto es debido a que el virus, metaboliza y consume toda la vitamina C disponible en los cuerpos de las víctimas de un modo más rápido que se produce en una etapa avanzada del escorbuto, literalmente, a los pocos días de la enfermedad.
El cuadro de escorbuto es tan intenso que los vasos sanguíneos en general no pueden evitar una hemorragia con el tiempo suficiente para que pueda desarrollarse una complicación infecciosa.. Además, las fiebres hemorrágicas virales normalmente sólo se adquieren y alcanzan proporciones epidémicas en poblaciones que ya se espera que tengan bajas reservas corporales de vitamina C, como se da en muchos de los africanos con desnutrición severa. En estos individuos, la infección con un virus hemorrágico acabará a menudo con cualquier resto de las reservas de vitamina C antes de que los sistemas inmunes pueden tomar la delantera e iniciar la recuperación. Cuando los depósitos de vitamina C se agotan rápidamente por grandes dosis infectantes de un virus agresivo, el sistema inmune se agote también de manera similar y comprometida…


Hasta la fecha, ninguna infección viral ha demostrado ser resistente a la dosificación adecuada de vitamina C como clásicamente fue demostrado por Klenner…La infección viral de Ébola y otras fiebres hemorrágicas virales agudas parecen ser enfermedades que entran en esta categoría. Debido a la capacidad aparentemente excepcional de estos virus de agotar rápidamente las reservas de vitamina C, probablemente serían necesarias dosis aún más grandes de vitamina C con el fin de revertir eficazmente y eventualmente curar infecciones causadas por estos virus.
Cathcart (1981), que introdujo el concepto de la tolerancia intestinal de la vitamina C apuntó anteriormente la hipótesis de que el Ébola y otras fiebres hemorrágicas virales agudas pueden también requerir 500,000 mg de vitamina C al día para alcanzar la tolerancia intestinal! Si esta estimación es correcta, parece claro que, como lo demuestran las manifestaciones clínicas como el escorbuto de estas infecciones, la dosificación de vitamina C debe ser vigorosa y administrarse en dosis extremadamente altas. Si la enfermedad parece estar ganando, se debe administrar incluso más vitamina C hasta que los síntomas comiencen a disminuir. Obviamente, se trata de enfermedades virales que absolutamente requieren altas dosis de vitamina C por vía intravenosa como tratamiento inicial. La administración oral debe comenzar simultáneamente, pero la vía intravenosa no debe ser abandonada hasta que la respuesta clínica se ha completado. La muerte se produce demasiado rápido con las fiebres hemorrágicas cuando se es conservador con la dosis de vitamina C (tomado de “Vitamin C, Infectious Diseases, and Toxins: Curing the Incurable by Thomas E. Levy MD JD).


(más información en la página http://whitewraithe.wordpress.com/2014/08/04/breaking-news-anonymous-doctor-releases-treatment-for-the-ebola-virus/)

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Historia de una resistencia

Amigos del foro:
En agosto del 2010, sobre la base de mi negatoria absoluta de administrar antiretrovirales a mi hijo, comenzó un juicio en mi contra, por "negligencia médica". Resistí todo lo que pude, hasta que mi hijo fue secuestrado por el resto de los integrantes de mi familia de origen, para internarlo y medicarlo por la fuerza, tal como lo refleja el diario local "Diario de Madryn" en el siguiente enlace: http://www.diariodemadryn.com/vernoti.php?ID=129374

Decidí, por lo tanto, buscar apoyo para fundamentar el rechazo a la acusación de negligencia con pruebas de base científica. Escribí al Dr. Roberto Giraldo, en busca de ayuda. Aquí se encuentra el contenido de dicho diálogo epistolar. 

Primera carta a Roberto Giraldo:

Dr. ¡Necesito su ayuda!

Quieren matar a mi hijo en nombre del protocolo médico

de Pablo Hualpa, el Viernes, 04 de marzo de 2011 a las 19:56

Dios mío, necesito ayuda... se llevaron a mi hijo, para medicarlo a la fuerza, lo quieren enfermo, me obligan a probar que está sano, invierten la carga de la prueba; me obligan a lograr un objetivo imposible para salvar su vida, la jueza Gladys Rodriguez avaló el secuestro de mi hijo por parte de su abuela y su tío, obligando a mi hija a mentirme. Me negaron información sobre su paradero. Lo llevaron al hospital y lo internaron a pesar de mi expresa prohibición. Necesito un psicólogo de parte y un médico que sustente la hipótesis disidente sobre el HIV-SIDA.

 

Reitero lo escrito en otra ocasión, para quien quiera oírlo:

 

Se llevaron puesta mi vida cuando difundieron la historia clínica de la mamá de mis hijos en el Hospital de Trelew; se lo dijeron a mi madre, en un pasillo. Arruinaron la salud de mi hijo sosteniendo una hipótesis antojadiza y falsa. Lo envenenaron durante años con drogas que matan y cuando decido creer en su vida y mi derecho como padre a elegir el rumbo, me enjuician por negligencia médica: ¿justicia?

 

Esa difusión ilegal de datos sensibles y privados me costó la paternidad de mi primer hijo, Imanol; la persona que difundió el examen HIV positivo de la mamá de mis hijos es la abuela de ese hijo. Nunca me dejaron incorporarlo a mi vida. Como hoy, tengo que estar controlado por los discriminadores. Lo perdí, nunca pude defenderme contra la corporacion médica.

 

Lo medicaron de acuerdo al protocolo vigente y casi muere el año antepasado, en pleno tratamiento prescrito por la médica.

 

Tomé entonces la decisión de que abandonara la medicación. Lo hice conscientemente, después de haber consultado muchas veces a mi hijo.

 

Hoy está en perfecto estado de salud.

 

Lo quieren volver a medicar, desoyendo su propia opinión y decisión y la mía. Una médica, la Dra Flores Sahagún, que no era en ese entonces infectóloga, inmunóloga o viróloga, lo diagnosticó de SIDA forzando varios elementos del diagnóstico. En particular, una ecografía en la que veía una hepatomegalia que el ecografista me informó que no existía.

 

No quiso firmar cuando se lo pedí un documento que decía que si el diagnóstico o el tratamiento del SIDA eran descubiertos como erróneos se haría cargo de las consecuencias legales. Se negó, aduciendo que la Medicina no es una ciencia exacta.

 

Para mi si lo es, porque me obligan a realizarle controles vejatorios, controles epidemiológicos a un chico de once años. La Dra. Gladys Rodríguez, por pedido de los asesores de familia de Trelew, me está enjuiciando por negligente; negligentes son los que apoyan al sistema corrupto de salud, negocio de los laboratorios. Negligentes fueron las autoridades del Hospital Zonal de Trelew cuando incumplieron la ley y no protegieron a mi hijo.

 

Me van a hacer mierda: me van a obligar a envenenar a mi hijo, que está totalmente sano, pero sufre de un estigma: la mentira del SIDA, su perverso negocio, su oscura trama.

 

Hace poco vi a mi hijo, Imanol. El dolor volvió como en marejadas, recordé que tuve que elegir entre destruir a su familia y perderlo.

 

Yo lo amo desde el primer momento en que lo vi, pero tuve que elegir entre opciones demasiado jodidas. No tengo odio, pero me muero de dolor, y la oscuridad de mi pena no encuentra consuelo ni creo que pueda ganar sino perder ante la corporación judicial, médica y luego estatal. En momentos como este, en que enfrento las consecuencias de no aceptar la soberbia de la pretendida "ciencia médica", pienso si realmente habrá justicia o tendré que seguir luchando toda la vida para que nos dejen vivir los autoritarios de sotana, toga, túnica y levita, los nuevos "galeritas", los fariseos de la modernidad.

 

El tiempo dirá si estaba equivocado, o una nueva y más evolucionada ciencia de la salud (no ciencia de la farmacopea) comprenderá a la salud como el resultado de un proceso biológico, sicológico y social, como dice la OMS y no la "doctrina de la situación irregular" o la "teoría del origen monocausal de las enfermedades" una infección intelectual que tiene entre sus autores a Pasteur, Koch, Lind, Jenner, Finlay... etc. Hoy, la medicina del siglo XXI rechaza mayoritariamente esta tendencia, asignando poco crédito a la idea de un solo factor etiológico.

 

Se considera en la actualidad que un agente es causa necesaria pero no suficiente, ya que deben darse una serie de condiciones apropiadas en el sujeto y el medio para que se produzca la enfermedad.

 

Posteriormente a los trabajos de Goldbeger en 1915, sobre la pelagra y la relación con la nutrición, comenzó a cambiar esa tendencia doctrinaria, lo que posibilita a la epidemiología comenzar a hablar de prevención.

 

Luego y en función de la relevancia que los factores sicológicos empiezan a adquirir en los estudios sobre salud y enfermedad, así como las concepciones profundamente ambientalistas que la sicología científica aporta a las ciencias de la salud, estos comienzan a incorporarse a la epidemiología como una de las condiciones "suficientes" más importantes.

 

El tiempo dirá. Mañana, dirá la jueza; no espero ser escuchado. Mañana les cuento.

 

Esto recién empieza: no saben con quien se meten.

 

Primera respuesta de Roberto Giraldo:

Senor Pablo:

No se si su mensaje era para mi. No explica quien es usted, donde vive, que hace...... Le pido que por favor se calme para que si lo desa de verdad pueda ayudarle,

Cordialmente,

Roberto Giraldo, M.D.
Pesquisador Independente da AIDS
Conselheiro para a Saúde Natural
Psicanalista pela
Sociedade Internacional de Trilogia Analítica - SITA
Departamento de Medicina Psicossomática Integral
Associação Stop a Destruição do Mundo
Av. Rebouças, 3819 - 05401-450
São Paulo - SP, Brasil
Tel: +55 11 3032-3616
www.robertogiraldo.com
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www.trilogiaanalitica.org
www.stop.org.br

 

A esta altura, quince días más tarde, decidí tomar acciones más directas, entre ellas, iniciar una huelga de hambre frente al Juzgado de Familia de Trelew, Chubut, tal y como lo refleja otro artículo del El DIARIO de Madryn: http://www.diariodemadryn.com/vernoti.php?ID=129620. También reescribí mi carta al Dr. Giraldo.

 
Segunda carta a Roberto Giraldo:

Señor Roberto Giraldo, soy Pablo Hualpa, DNI 20828003, tengo cuarenta y dos años, soy el papá de un niño diagnosticado con HIV en 1999, estoy -entre otras cosas- resistiendo judicialmente la demanda de negligencia médica en mi contra por parte del Hospital Zonal de Trelew, Chubut, República Argentina, por oponerme al uso de antiretrovirales para tratar el SIDA como cuadro de estrés tóxico nutricional. Mi historia es muy larga y se la voy a enviar a la brevedad, pero es para mi emocionante recibir su comunicación, porque soy un ardiente defensor y un caso testigo en el mundo de discriminación, persecución judicial y de la corporación médica, por mí publica resistencia a:
  • La existencia del VIH
  • La medicación con antiretrovirales.
  • La condición infectocontagiosa de la enfermedad.
He perdido mucho en estos once años de lucha: la madre de los niños, autonomía y patria potestad, mi intimidad y privacidad, mi primer hijo de un matrimonio anterior por discriminación al que no he podido ver en más de diez años, al ser yo una persona peligrosa para la mentalidad de la madre del mencionado niño, porque me obligan a probar mis convicciones médicas y yo no soy un científico. A mi segundo hijo me lo sacaron y se lo dieron a la abuela por mi negativa a administrarle antiretrovirales. Van por la declaración de mi insanía y por quitarme a mi tercera hija.
Estoy actualmente en huelga de hambre y sé que tengo razón en lo que planteo. El HIV-SIDA no existe, no se trata con antiretrovirales y no es una enfermedad monocausal infectocontagiosa. No solamente me interesa que me devuelvan a mi hijo, sino que se respete mi convicción y elección como padre y que mi hijo no sea condenado por un estigma falso e injusto para él.
Los médicos locales me acusan de negligente, pero un padre negligente no hubiera investigado once años sobre un tema de salud. Yo he leído sus trabajos, los de Stefan Lanka, Peter Duesberg, Kari Mullis y recientemente, he quedado estupefacto ante las declaraciones del Dr. Luc Montagnier, quien ha dado un vuelco -conveniente y casi tardío- espectacular.
Necesito poder apoyar en mi apelación por la resolución de la jueza con conocimientos de nivel científico mi postura como padre: usted es la persona que dentro del marco del replanteamiento de los supuestos del SIDA, más influencia y convicción ha generado en mi sobre los pasos a seguir. Pero estoy enfrentado con el stablishment local médico, del servicio social y judicial, por lo que su ayuda y experticia es decisiva para respaldar mis afirmaciones y ayudarme a recuperar a mi hijo, sentar un precedente y ayudar a muchos más a comprender y terminar con la estafa de Gallo, Montagnier y la Glaxo Wellcome.
Me emociona su comunicación, siempre le he tenido como un referente primordial en mis ideas sobre salud comunitaria, de las cuales tengo un desarrollo hecho, pero además, como padre, siempre he imaginado que usted tendría algo que ver en salvar la vida de mi hijo del envenenamiento y el estigma del VIH.
Entiendo todo lo que involucra mi caso, no hay antecedentes en la jurisprudencia argentina sobre padres que se nieguen a la administración de antiretrovirales y sé que podemos hacer un gran bien a la Humanidad llamando a las cosas por su nombre: hambre, stress psicológico y social, faltas a la ética médica, negocio farmacéutico por encima de la vida y la salud. Infinitamente agradecido. Yo soy "no reactivo", mi segunda hija con la misma madre de Jeremías (el niño que me quitaron por negligente médico) es también "no reactiva", he estado con varias mujeres supuestamente infectadas sin protección y nunca di un positivo. No creo en la teoría del origen monocausal de las enfermedades y mi experiencia puede ayudar a detener el genocidio del AZT: estoy dispuesto a dar la vida por eso, ya llevo cinco días de huelga de hambre y de aquí no me voy a mover.
Pablo Hualpa 
Mi teléfono es el 154-02965-15396862. Localmente, lo uso como 2965396862. Vivo en 28 de julio 990, Trelew, CHubut, Argentina.
Espero novedades e iré ampliando el relato a medida que sea necesario.
Gracias por su interés!!!!!!

Segunda respuesta de Roberto Giraldo:
Estimado Señor Pablo Hualpa:

Muchas gracias por su mensaje y la informacion.

Su mensaje da a entender que la verdad por el hecho de ser verdad va a triunfar en las ACTUALES CIRCUNSTANCIAS......... De ninguna manera! Eso es imposible.... No se da cuenta todo lo que le han quitado a pesar de poseer usted la verdad? Con un cariño inmenso quiero que piense un minuto, no lo tiene que publicar, que su forma de luchar es suicida. Porque? Porque estamos enfrentados a un enemigo poderoso, supercorrupto y el sistema de justicia de Argentina no creo que sea una excepcion..... Conozco a muchas otras personas que han realizado luchas con formas muy similares a las suyas y todas absulutamente todas perdieron......... Que yo sepa, en ningun caso juridico relacionado con la disidencia del SIDA, ha triunfado la verdad..... Siempre han salido victoriosos los defensores del VIH.......

Su pelea no es una pelea tecnica, ni cientifica, es un asunto politico muy delicado, pues el establecimiento medico y juridico argentino por ningun motivo van a permitir que un padre como usted triunfe. Su lucha solo sera posible ganarla cuando tengamos cientos de miles de personas de nuestro lado, miles de periodistas, de artistas, de obreros, de academicos, de universitarios, de maestros de nuestro lado. Pero usted solito, si continua peleando contra el sistema va a continuar perdiendo hasta que ya no tenga nada mas que perder....... Se va a sentir mucho mas frustrado que ahora.....

Entonces que hacer?

1) Aceptar la realidad de nuestra correlacion de fuerzas en general y la suya en particular.

2) Tratar de unirse a muchas ONGs y otras organizaciones disidentes de muchos paises para que en un momento dado, necesario y POSIBLE, todas juntas puedan ayudar.

3) trabajar PACIENTE y humildemente para mejorar la correlacion de fuerzas. Esto es lo que hacemos todos nosotros, dia y noche con paciencia, con perseverancia pero con humildad. Ni usted ni nosotros somos superhombres.

4) Escribir un libro con todos esos capitulos injustos que le ha tocado vivir hasta ahora. Esto va a educar a las personas que aun creen en el establecimiento medico, en el cientifico y en el juridico. Esto va a ser muy importante para mejorar la correlacion de fuerzas.

Muy cordialmente,
Roberto Giraldo, M.D.
Pesquisador Independente da AIDS
Conselheiro para a Saúde Natural
Psicanalista pela
Sociedade Internacional de Trilogia Analítica - SITA
Departamento de Medicina Psicossomática Integral
Associação Stop a Destruição do Mundo
Av. Rebouças, 3819 - 05401-450
São Paulo - SP, Brasil
Tel: +55 11 3032-3616
www.robertogiraldo.com
www.trilogia.ws
www.trilogiaanalitica.org
www.stop.org.br
 
Para cerrar este posteo, la tercera carta que envié, algunos días más tarde, en plena huelga de hambre, en respuesta a la comunicación anterior con el eminente y muy respetado disidente colombiano.

 

Tercera carta al Dr. Roberto Giraldo

 

Estimado doctor Roberto Giraldo:

Arropado, con mucho frío bajo un cobertizo improvisado de polietileno en mitad de la vereda de los tribunales de Trelew, tras los primeros nueve días de huelga de hambre, solo me pregunto qué esperaba recibir por respuesta de los tribunales. 
Y acuerdo con usted, solo esperaba una derrota. No son tantos ni tan poderosos: son apenas un puñado de médicos y jueces o abogados de pueblo con mucho menos que convicción y más que nada la obligación de defender un protocolo en el que nadie cree ni tampoco le importa creer. 
Reconozco el afecto en sus palabras, doctor: creo que hay una lucha de toda la vida detrás del peso específico de cada recomendación, de cada imagen y de cada palabra. 
Ocurre que la pelea por mi hijo supera a todas las demás: no intento ganar yo solo la pelea contra el HIV, ni pretendo suplantar a la masa crítica mundial, pero no tengo tiempo para esperar todo ese avance, porque el que está siendo inoculado es mi hijo, mi pequeño niño al que tanto me ha costado mantener apartado de estos salvajes, al que con tanto amor y solo, sin la madre, he tenido que cuidar para que él mismo no crea una mentira que mató a su madre más que la TBC, más que la candidiasis, más que el mismo SIDA.
Son once años de discriminación y marginalización, de violación de nuestra intimidad, de actos de fascismo. Son once años de intromisiones y arbitrariedades que estoy tolerando en mi propio país, un país que amo y cultivo con militancia amorosa desde siempre.
No puedo tolerar que me quiten a mi hijo, simplemente porque nadie quiere escuchar las declaraciones recientes de Luc Montagnier, quién más allá de cualquier responsabilidad de los sucesos trágicos y lamentables en la trama de construcción del HIV, ha debido ser acallado con un Nobel para evitar que haga un acto acrobático de constricción y termine recomendando la homeopatía a todos.
Cuando un protocolo médico supera los efectos de la aplicación de todas las demás leyes, incluyendo pactos internacionales y a la propia Constitución, no hay garantías para nadie. No soy un creyente en el sistema democrático, pero entiendo que todo sistema tiene reglas y que la garantía de su aceptación es la sumisión, especialmente por sus defensores, a las reglas establecidas.
Mi forma de lucha no pretende demostrar al mundo las verdades del SIDA, sino evitar que la opinión pública quede indiferente ante mi problema: la falta de abogados que busquen justicia, la falta de jueces que la administren, la falta de comités de bioética que analicen los casos presentados y la total y completa pérdida de vocación y amor por el ser humano en el mundo médico.
Nadie tiene, en realidad, inconvenientes en ver la factibilidad y coherencia de mis razonamientos y planteos, que no solo se resumen en los argumentos ya conocidos sobre la inoperancia y nocividad de los antiretrovirales, sino en toda una descripción en detalle de como la realidad supera a la ficción y se construye sobre mi hijo y sobre mi una irreversible trampa que culmina con la mayor iniquidad: mi supuesta "negligencia médica" y nuestra separación.
Un padre negligente jamás habría logrado trasponer los límites de un paradigma que solo hoy hace agua por toda su superficie, pero no tanto hace diez años; ni hubiera logrado conocer los detalles de una verdadera construcción colectiva de mitos y mentiras como las que rodean mi caso.
Claro que puedo unirme a la lucha POSIBLE del SIDA, pero ¿puede esa lucha salvar a mi hijo? A veces, salvar el mundo equivale a salvar a un solo niño. Y a mi me interesa salvar al mundo, pero a nadie parece interesar salvar a mi niño, quien producto de la ignorancia y el autoritarismo debe soportar en silencio y contra un mundo de adultos las vejaciones que se le han de imponer.
Pero él me tiene a mi, que voy a dar la vida por él, no por el SIDA ni por un instinto suicida. Agradezco de corazón que tenga usted la amabilidad de haber respondido a mi pedido de ayuda, le reitero mi respeto y admiración por su trabajo y le confieso que en sus palabras encuentro, a pesar de todo, mayor inspiración y estímulo, no porque acuerde usted conmigo, sino precisamente porque no lo hace, porque me advierte usted de los peligros que enfrento. No soy un superhombre, pero si un hombre, y como tal, libre en dignidad y derechos, solo tengo la vida.
Cuando hace muchos años le pedí a la misma pediatra que me ha procesado ahora que me firme un papel asumiendo responsabilidad legal en caso de que el HIV, su diagnóstico o tratamiento resultaran falsos o perjudiciales, ella me dijo que no lo haría; lo que marcó una clara diferencia entre ambos. Mientras ella no está dispuesta a poner ni siquiera su matrícula en riesgo por la vida de mi hijo, yo doy la propia con gusto, quizás para que nadie más deba sufrir lo que ha sufrido mi niño -o incluso yo mismo-, en el futuro. Quizás así aparezca la masa crítica que -por el momento- solo veo aparecer tímidamente, como detrás de un velo, Pocos advierten que es la vida humana lo que se pone en juego y la libertad lo que se arriesga a cada paso, inexorablemente, mientras creemos que preparamos otra cosa, otras estrategias. La libertad no se conquista, se ejerce; incluso la libertad de morir cuando no hay más opciones que la esclavitud o la muerte. 
Suyo,
Pablo Hualpa.

 

Mi derrota fue completa, aunque siempre breve: un estimulo que mueve la vocación de mi guerra.

Gracias por este espacio. 

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“La salud no es una receta; es una disciplina”.

Tratamiento alternativo en 200 pacientes VIH positivos de diferentes países.

Juan José Flores. M.D., Ph.D.

Mohamed Al-Bayati Ph.D., D.A.B.T.

Christine Maggiore, Directora Alive and Well, Los Angeles, USA.

Alejandro Flores, Cofundador Vivo y Sano México.

Introducción.

Este trabajo NO fue escrito con la intención de solo presentar resultados obtenidos a nivel de laboratorio o a nivel de tratamiento clínico. Éste fue escrito con la intención específica de que el paciente diagnosticado como “cero-positivo” tenga un arma con la cual defenderse del ataque que día a día sufre por parte de las compañías farmacéuticas, por parte del 'establishment' médico mundial y por parte de todos aquellos farsantes que quieren hacer pasar sus balbuceos y tartamudeos por discurso científico.

Si hay una lección que he aprendido desde que el “Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida” fue prácticamente inventado hace ya 20 años, es que los días en los que el paciente esperaba de forma pasiva las órdenes del médico todo poderoso se han ido para siempre. Me ha sucedido a mí, a mi familia y le sucede día a día a mis pacientes: creer con fe ciega en tu médico te puede llevar a la muerte.

Tampoco yo soy el único autor de este trabajo. Este documento fue escrito por todos mis pacientes y todos los activistas y científicos que a nivel mundial han colaborado con sus historias y su labor desinteresada. Es por esta razón que Christine Maggiore y Alejandro Flores figuran como coautores de esta investigación; el trabajo de divulgación y coordinación de pacientes que ellos han realizado ha sido de crucial importancia para esta investigación. Por primera vez en mi vida como investigador, las opiniones de gente completamente fuera del campo de la medicina eran tan importantes o más, que las de mis colegas y por primera vez en mi vida profesional como médico, lo que decidía el paciente era mucho más importante de lo que yo podía decidir por ella o por él.

Es de gran importancia que el paciente asuma un rol activo en el manejo de su salud. No basta con señalar a los supuestos culpables de este inmenso malentendido. Este acto de flacitud intelectual nos libera de asumir la responsabilidad sobre todo lo concerniente a nuestra salud. Digo esto basándome en mi experiencia como médico tratando a pacientes “cero-positivos” desde el año de 1987: aquellos que entendieron que la salud no es sólo una receta sino una disciplina sobrevivieron; los que sustituyeron el AZT y los famosos “cokteles” con rituales y otro tipo de pastillas por lo general mueren o viven en un estado de perpetua enfermedad. En lo que se refiere a nuestra salud no hay salidas fáciles.

II. Antecedentes Históricos de Vivo y Sano México.

En el año de 1987, en el estado de Veracruz México, se fundo “El Patronato Veracruzano de Lucha Contra el SIDA”. Esta organización no gubernamental fue creada con la intención de monitorear las acciones que los gobiernos a nivel estatal y federal, desplegaban para resolver el problema del SIDA. En aquél entonces trabajábamos utilizando la información que nos era suministrada por la Organización Mundial de la Salud. Este organismo pronosticaba que para finales de siglo XX el SIDA alcanzaría el grado de pandemia. Obviamente nuestro estado era de alarma. Pero curiosamente, la cifra de gente que había muerto a causa de este supuesto retrovirus VIH se mantuvo estable durante años. La discrepancia entre los pronósticos estadísticos que nos ofrecía la OMS y la cifra real de muertos por el VIH que nos brindaba el gobierno veracruzano era inmensa. Irónicamente, la Secretaría de Salud del Estado de Veracruz, a la cual se supone debíamos monitorear, estaba manejando las cifras correctas. Desde el comienzo debimos monitorear a la Organización Mundial de la Salud, a la CDC (Center for Disease Control) y al NIH (National Institute of Health); fueron estas instituciones las que desde el principio se dedicaron a manipular las estadísticas con el fin de hacer que estas coincidieran con sus predicciones apocalípticas.

Mi desasosiego crecía al ver como mis pacientes iban muriendo, uno a una, al ser estos introducidos al tratamiento con el AZT. Pero entre tanta muerte comencé a observar que mis pacientes con los recursos económicos para comprar los anti-retrovirales morían, mientras que los pacientes que provenían de zonas rurales paupérrimas de manera misteriosa, sobrevivían: 2+2 siempre me daba 5 y poco a poco mi escepticismo también crecía. En 1997 mi hijo Alejandro me mando desde Los Ángeles “Inventing the AIDS Virus” del Dr. Peter Duesberg: “Por favor estúdialo y dime que piensas” me dijo con tono preocupado. No me tomó mucho tiempo comprobar de manera retrospectiva los resultados en las investigaciones del Dr. Duesberg. Observé que en efecto, en la mayoría de los casos, los pacientes expuestos a la toxicidad de los anti-retrovirales morían. A finales de ese mismo año di una conferencia de prensa en El Diario de Xalapa del Estado de Veracruz en donde de manera definitiva me distanciaba de la teoría de que el síndrome de inmunodeficiencia es adquirido mediante el supuesto retrovirus VIH. En 1997 se estableció contacto con Christine Maggiore en Los Ángeles y con el Dr. Roberto Giraldo en Nueva York y se fundó HEAL México, que en el año 2000 se convertiría en Vivo y Sano México.

Esta investigación es el resultado de ese contacto inicial. Christine Maggiore me comenzó a referir cientos de pacientes diagnosticados como “cero-positivos”. Todos ellos y ellas pensaban que iban a morir. Al observar cuanto dolor y muerte una hipótesis científica equivocada había causado, no pude evitar sino sentir rabia. Del año de 1998 al 2001 traté a docenas de pacientes en México, provenientes de todo el mundo, sin tomar en consideración su estatus como “cero-positivos”. Regresé a la medicina que mi padre practicaba; una medicina que se concentra en los síntomas específicos del paciente: si los síntomas indicaban malaria trataba la malaria, si los síntomas indicaban desnutrición, trataba desnutrición. De manera sorpresiva, observé como la mayoría de mis pacientes se recuperaban. No pasó mucho tiempo para que nos diéramos cuenta en Vivo y Sano México y en Alive and Well Los Ángeles, que un estudio sistemático que se basara en estos resultados clínicos era absolutamente necesario.

Fue entonces cuando Vivo y Sano México estableció contacto con el Dr. Mohamed Al-Bayati. Junto con él, Christine Maggiore y la Dra. Lisa M. Hosbein en Sacramento California, se elaboró un protocolo de investigación al cual se tituló: Clinical Trials in AIDS Patients. Los antecedentes y la metodología que establece este protocolo son la base de Tratamiento Alternativo de 200 Pacientes VIH Positivos de Distintos Países. Como mencioné al principio de este escrito: esta investigación se realiza con el objetivo principal de unir los resultados a nivel de laboratorio obtenidos por el Dr. Peter Duesberg, el Dr. Roberto Giraldo, el Dr. Mohamed Al-Bayati et al, con los resultados a nivel de tratamiento clínico que he venido obteniendo desde 1998, para que el paciente tenga un documento en sus manos que fundamente su posición como disidente y para poder establecer precedentes que puedan ser utilizados en corte en caso de que el paciente se vea en la necesidad de defenderse a nivel judicial. Este documento debe ser visto como un arma que aquella persona diagnosticada como “cero-positiva” podría utilizar para defender su derecho inalienable de decidir por si misma todo aquello que concierne a su salud.

III. Protocolo de Investigación.

Antes de introducir los casos clínicos más relevantes para este estudio, quisiera incluir la traducción de una síntesis del protocolo de investigación Clinical Trials in AIDS Patients. Hago esto con la intención de que se entienda la relación directa que existe entre este protocolo, terminado en el mes de marzo del 2000 y Tratamiento Alternativo de 200 Pacientes VIH Positivos de Distintos Países. En el primero se establecen los antecedentes teóricos y la metodología que se siguieron en el segundo. Tanto en el protocolo como en esta investigación, el Dr. Juan José Flores M.D., Ph.D. y el Dr. Mohamed Al-Bayati Ph.D, D.A.B.T. figuran como autores.

Antecedentes y Planteamiento del Problema.

La hipótesis-VIH establece que el VIH causa el SIDA por el hecho de que mata las células CD4+T directamente o indirectamente después de un largo periodo de incubación (aproximadamente 10 años). El número de estas células puede alcanzar niveles muy bajos que pueden llevar a originar una severa deficiencia inmunológica. Pacientes con una severa deficiencia inmunológica (CD4 + Células T <>

Al-Bayati, 1999 y Duesberg, 1992 revisaron la epidemiología y patogénesis del SIDA a nivel mundial y no encontraron ningún hecho médico que estableciera al VIH como la causa del SIDA. Aproximadamente el 90% de los casos de SIDA en los Estados Unidos y Europa se observaban en hombres homosexuales y personas adictas a las drogas. Los usos crónicos de alcohol, heroína, cocaína, metamfetaminas y nitratos de akyl causan problemas crónicos de salud en el sistema nervioso, en el sistema respiratorio, en el sistema cardiovascular, en los riñones y otros tejidos. La mayoría de estos problemas de salud son diagnosticados como idiopáticos, y son tratados con altas dosis de glucocorticoides y/o drogas cytóxicas. Hombres homosexuales con vida sexual activa por lo general usan drogas ilícitas, alcohol y glucocorticoides rectales. El tratamiento de un paciente con prednisone a 60 mg al día puede desarrollar SIDA en un periodo de 3 meses. Esta dosis regularmente se le administra a pacientes con fibrosis en el pulmón, thrombocyptopenia y otras enfermedades crónicas inducidas químicamente.

Fauci et al, en su libro nos provee con evidencia médica extensiva que indica que el SIDA en Europa y Estados Unidos es causado por: 1) el uso de drogas ilícitas y el abuso de alcohol y 2) por el uso extensivo de medicamentos (especialmente glucocorticoides) para tratar estas enfermedades que resultan del abuso de estas drogas. También en este mismo estudio, Fauci et al, nos otorgan la evidencia de que el SIDA en África es causado por hambruna y desnutrición. Aún así, no mencionaron una sola palabra en su extenso capítulo sobre el SIDA (pp. 1791 – 1856) o en alguna otra página de este libro, que muestre que el VIH puede matar una célula. Tampoco pudieron explicar las razones que causan los síntomas de los pacientes con SIDA.

Los resultados de los casos clínicos en los cuatro estudios mas importantes sobre el AZT que llevaron a la aprobación de esta droga por la FDA de los Estados Unidos para tratar pacientes infectados con el VIH, muestran que al menos el 77% de los 2, 349 pacientes que participaron en estos estudios eran VIH – negativos antes de haber sido tratados con AZT. Los resultados de estos estudios claramente demuestran que la hipótesis – VIH es completamente falsa porque el SIDA en el 77% de estos pacientes fue causado por agentes y procesos distintos del VIH. Los pacientes con SIDA que son VIH – negativos y que son considerados por Fauci et al como pacientes que sufren de “lymphocyptopenia Idiopática en las células CD4+ T” son un ejemplo más del porqué el VIH no es la causa del SIDA.

Sumando a esto, hasta el primero de enero de 1997, existían 28, 690 casos de gente infectada con el VIH viviendo en los Estados Unidos, sin que ninguno de ellos sufriera de problemas de salud, algunos de ellos con mas de 10 años de haber sido diagnosticados como VIH - positivos. Este grupo es llamado por Fauci y sus colegas como “long-term nonprogressors” (no-progresores a largo plazo). Esto también es evidencia directa de que el VIH es un virus inofensivo.

Al-Bayati menciona que la aparición del SIDA en los Estados Unidos y Europa entre adictos a las drogas y homosexuales a finales de los años setenta y principios de los 80 coincide con otros varios factores. Estos factores incluyen la epidemia en el uso de drogas ilícitas, principalmente por medio de la cocaína crack y de la heroína en los años setenta; la aprobación de los glucorticoides en aerosol por la FDA de E.U. en 1976; el amplio uso de inhalantes con glucocorticoides recetados para tratar enfermedades respiratorias crónicas que resultaban de la inhalación de la cocaína y la heroína; el uso extensivo de los nitratos de akyl por homosexuales para facilitar el sexo anal (1970’s); y el amplio uso de esteroides para tratar enfermedades crónicas en el ducto gastrointestinal en homosexuales. La aprobación por parte de la FDA en E.U. de los esteroides y de las drogas antivirales (AZT e inhibidores de proteasas) para tratar a pacientes con SIDA y a pacientes asintomáticos infectados con el VIH solo ha empeorado esta situación.

El estudio de Fauci et al en Tanzania demostró que el daño causado al sistema inmunológico de 1, 075 mujeres infectadas con el VIH fue posible revertirlo cuando ellas fueron puestas bajo un régimen dietético balanceado. El estudio que el Dr. Flores viene realizando desde 1998 en México, muestra como pacientes VIH – positivos se recuperan cuando se les somete a un régimen de dieta balanceada con complementos de ácido lipóico y se les retira del tratamiento con antivirales.

Objetivos del Estudio.

Los objetivos principales de este estudio son:

1. Salvar las vidas de pacientes con SIDA quienes se verían involucrados en este estudio y a los cuales se les daría tratamiento médico basado en hechos científicos y no en asunciones e hipótesis no comprobadas. La evidencia médica presentada anteriormente y la literatura ya publicada al respecto, demuestran claramente que la hipótesis – VIH es falsa y que las drogas antivirales y los corticoesteroides que son actualmente utilizados para el tratamiento de pacientes VIH – positivos y de pacientes con SIDA están causando la muerte y enfermedades muy serias. Esta perspectiva clínica debe ser suspendida de una vez por todas. El tratamiento correcto que se debe de aplicar para curar el SIDA y otros problemas médicos complicados es el de evaluar la evidencia médica que concierne a cada grupo de riesgo. Se planea utilizar esta metodología para tratar cada caso futuro y así identificar las causas de la depresión inmunológica en cada paciente y cada paciente será tratado basándose en un protocolo científico que se concentre en revertir la enfermedad.

2. Proveer evidencia de que el SIDA no es causado por el VIH. Esto se logrará mediante el hecho de revertir el daño al sistema inmunológico en los pacientes VIH – positivos con el uso de una dieta adecuada, vitaminas, antioxidantes y otras terapias de soporte al paciente, pero sobre todo con el abandono total de toda medicina antiviral.

3. Los resultados de esta investigación deberán ser publicados en los periódicos científicos apropiados.

4. Terminar de una vez por todas con el mito de la hipótesis - VIH, salvar millones de vidas y billones de dólares, que bien pueden ser utilizados en realmente resolver los problemas de salud que afligen a la mayor parte de la población mundial.

5. La utilización de este documento como un arma legal en caso de que el paciente lo quiera utilizar para defenderse del acoso que sufre por parte de las compañías farmacéuticas, las instituciones de salud internacionales y su médico personal.

Métodos y Diseño del Estudio.

El Dr. Flores ha tratado a más de 200 pacientes que sufren de SIDA. La mayoría de estos pacientes han sido cero-positivos. En todos estos casos se consideraron los aspectos de record médico, historia de la enfermedad, historia de uso de alcohol y drogas, historia de uso de medicamentos, toxicidad en los medicamentos e historia de usos de químicos en el lugar de trabajo. Para el tratamiento del paciente se hizo de manera individualizada una descripción del caso, una descripción de la enfermedad y del órgano que se ve afectado y recomendaciones para pruebas clínicas y tratamiento.

IV. Casos Clínicos.

Para llegar a este momento histórico en el cual es posible tratar a pacientes diagnosticados como “cero-positivos” sin tomar en consideración la hipótesis - VIH, se tuvo que haber realizado mucha investigación y vivir en un país en donde el médico que lo hiciera no corriera el riesgo de perder su licencia. La metodología clínica y la terapia aplicada a cada paciente se basan en los resultados obtenidos por estos investigadores. En este trabajo sobre todo se aplican los resultados obtenidos por el Dr. Roberto Giraldo con su investigación que explica la función inmunodepresora de los distintos tipos de estresores inmunológicos (químicos, físicos, biológicos, mentales y nutricionales) y de las causas multifactoriales del Síndrome de Inmunodeficiencia. También se aplican los resultados obtenidos por el Dr. Mohamed Al-Bayati en su estudio sobre las propiedades inmunodepresoras de los glucocorticoesteroides y de las drogas ilícitas. Está de mas mencionar que los resultados obtenidos por el Dr. Peter Duesberg son también de crucial importancia para este trabajo con su investigación sobre los altos grados de toxicidad y facultades inmunodepresoras en los medicamentos anti-retrovirales y en las drogas ilícitas.

Antecedentes. De enero de 1998 a agosto del 2001 se trataron a poco más de 200 pacientes provenientes de Estados Unidos, Canadá, México, Ecuador, Colombia, Venezuela, Argentina, Brasil, Puerto Rico, España, Francia, Inglaterra, Italia, Nigeria, India y Japón. Correspondió al continente americano el 84% de los pacientes, a Europa el 10%, a África el 4% y a Asia el 2%. El 95% correspondió al sexo masculino y el 5% al femenino. Las edades de los pacientes abarcaron de recién nacidos a 50 años, con el mayor porcentaje de pacientes concentrándose de los 30 a los 40 años. En lo que se refiere a tendencia sexual, el 60% de mis pacientes son homosexuales, el 30% bisexuales y el 10% heterosexuales. La comunicación con los pacientes se dio 70% a través del internet, 25% a nivel personal y 5% por vía telefónica.

Durante el primer contacto, los pacientes por lo general preguntaban las consecuencias que sufrirían por el hecho de estar infectados por el VIH, si en realidad el VIH produce SIDA, si las pruebas de ELISA y Western Blot tienen alguna validez, también preguntaban sobre la relación que existe entre el VIH y la carga viral, CD4/CD8, sobre las consecuencias de tomar medicamentos anti-retroviarales, que sucede si se suspenden estos medicamentos, si en realidad existe el retrovirus VIH, que beneficios podría tener la medicina alternativa en un paciente VIH – positivo asintomático, que beneficios puede tener esta misma en un paciente VIH – positivo sintomático sometido a tratamiento con anti-retrovirales, cual es la relación entre el uso de drogas recreativas y el VIH, cual es la relación entre las relaciones sexuales y el VIH y por último, los pacientes por lo general preguntaban como podrían ampliar su conocimiento sobre la hipótesis de que las causas del Síndrome de Inmunodeficiencia no son virales.

Si se daba un segundo contacto, se le preguntaba al paciente si estaría interesado en participar en esta investigación, también se le hacían preguntas relativas a su perfil psicológico, a su tendencia sexual, preguntas relativas a su situación familiar y laboral, a su situación de pareja y por último, se le preguntaba al paciente cual era su actitud hacia la muerte y si había habido intentos de suicidio (no en todos los casos).

Metodología Clínica.

Para esta parte del estudio se formaron dos grupos de pacientes:

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Grupo A: Pacientes VIH – positivos y sintomáticos recibiendo tratamiento anti-retroviral

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Grupo B: Pacientes VIH – positivos asintomáticos sin recibir tratamiento anti-retroviral.

En ambos grupos se efectuó:

1. Historia clínica.

2. Exámenes de laboratorio clínico y exámenes radiológicos.

3. Investigación sobre el agente o los agentes inmunodepresores.

4. Valoración de estilo de vida, condiciones de la vivienda y del área laboral y de las rutinas diarias del paciente.

5. Análisis de los medicamentos prescritos previamente y en uso actual, tipo de medicamento, dosis y duración del tratamiento así como los efectos colaterales ocasionados por este.

6. Historia de vacunas y análisis de si el paciente había recurrido a la herbolaria o la medicina homeopática.

7. Valoración de los hábitos alimenticios del paciente.

8. Valoración del perfil psicológico del paciente.

La mayor parte de los poco más de 200 casos considerados para este estudio cumplieron con las propuestas y demandas que esta nueva alternativa de tratamiento les exigía:

1. Cambio en el régimen alimenticio del paciente.

2. Cambio hacia una actitud psicológica positiva ante las posibilidades de recuperación ofrecidas por el nuevo tratamiento.

3. Suspensión del tratamiento con anti-retrovirales.

4. El paciente VIH – positivo aclaraba sus dudas acerca de la alta toxicidad y facultades inmunodepresoras de los medicamentos anti-retrovirales.

5. Inicio en el uso diario de antioxidantes (ácido lipoico).

6. Acondicionamiento físico.

7. Sugerencia de un reordenamiento de la vida sexual del paciente (sin hacer ninguna valoración moral de la misma).

8. Reincorporación a las áreas laborales y vida familiar.

9. En el caso de ser detectadas, tratamiento específico de enfermedades infecciosas.

Durante el estudio a ningún paciente se le solicitó la prueba de ELISA o el Western Blot. Las pruebas de CD4, CD8 y Carga Viral se solicitaron en algunos casos pero en relación al estudio de enfermedades infecciosas y en ningún caso en relación con el VIH. El Perfil Torch se le solicitó al 80% de los pacientes. Uno de los hallazgos más significativos obtenido en este estudio es que se encontró que en el 60% de los casos, los pacientes estaban infectados por algún tipo de Herpes, factor que tal vez haya influido en el resultado positivo que el paciente obtuvo por medio de las pruebas de ELISA y el Western Blot.

También es importante señalar la diferencia en las perspectivas clínicas y de tratamiento entre la teoría viral y la no viral. En esencia, la diferencia es esta: Si el médico considera que el Síndrome de Inmunodeficiencia se adquiere mediante el retrovirus VIH, entonces este seguirá un protocolo de tratamiento definido por esta supuesta infección; este tipo de perspectiva no toma en cuenta la historia clínica del paciente, su sintomatología, su perfil psicológico, etc. En el caso de que el médico considere que el Síndrome de inmunodeficiencia NO es adquirido mediante el supuesto retrovirus VIH, entonces al paciente se le trata de manera individualizada, considerando todos los factores arriba mencionados y sin tomar en cuenta para nada su estatus como cero-positivo.

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