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SIDA, un repaso a ciertos sucesos y hechos relevantes
En noviembre de 1997, a raíz de la publicación en algunos medios de ciertas informaciones polémicas que ponían en duda los actuales puntos de vista oficiales sobre el Sida, (desde la idoneidad de los tratamientos hasta la propia existencia del virus VIH), el diputado del BNG, Francisco Rodríguez Sánchez, dirigió una interpelación parlamentaria por escrito a la Mesa del Congreso de los Diputados para conocer la postura de las autoridades sanitarias españolas sobre el particular.
Ese mismo año, a iniciativa de una publicación española, se enviaron cartas a distintos organismos oficiales relacionados con la sanidad, (desde el propio Ministerio de Sanidad al Consejo General de Colegios Médicos), indagando por la existencia de pruebas sobre la existencia del VIH.
No hubo respuesta a dichas cartas y la respuesta dada al diputado del BNG consistió en una reafirmación en lo que es catecismo oficial de creyentes desde hace 25 años: “que el virus por supuesto existe”, que “se puede aislar de los enfermos”, “pudiéndose incluso medir su cantidad mediante ciertas técnicas”, que los tratamientos son “eficaces y recomendables”, etc., y que “no tenía sentido ningún debate público sobre estos hechos tan evidentes”.
Pero se da la casualidad de que, entre los que no parecen tener las cosas tan claras como las autoridades sanitarias, están precisamente las propias compañías farmacéuticas que fabrican y comercializan los tests con los que supuestamente se detecta la infección por VIH a las personas.
Estas compañías, como que deben saber muy bien las dificultades que entraña la detección de un virus sobre cuyo aislamiento existen importantes lagunas científicas, han decidido curarse en salud y lavarse las manos, nos imaginamos que ante posibles demandas judiciales, al extremo de advertir, en los prospectos de instrucciones de los tests, de la imprecisión de estos tests a la hora de detectar el VIH.
Pero es aún más interesante, por las importantes implicaciones que tiene, la explicación que dan para esta falta de sensibilidad de los tests de VIH.
Recordemos que los principales tests que se vienen usando para la detección del VIH son el test ELISA y el test Western Blot, que detectan supuestamente anticuerpos contra el VIH. Otro test usado muy frecuentemente es el test de “carga viral”, que mide supuestas cantidades de virus VIH.
Así, la compañía Abbott, uno de los fabricantes del test ELISA, declara: “La prueba ELISA sola no puede ser usada para diagnosticar Sida, incluso si la investigación propuesta con muestras reactivas sugiere una alta probabilidad de que los anticuerpos VIH-1 estén presentes” (Abbott 1997).
Por su parte el prospecto de uno de los kits de W. Blot, test considerado en España como el test de confirmación y prohibido en el Reino Unido por poco fiable, advierte:”No usar este test como única base para el diagnóstico de la infección por VIH” (Epitope Organon-Teknika).
De forma parecida, el prospecto que acompaña al tan frecuentemente usado test de “carga viral” advierte: “El Amplicor VIH-1 Monitor test no está previsto para ser usado como un test de exploración para el VIH ni como un test de diagnóstico para confirmar la presencia de infección por VIH” (Roche 2003).
Habrá quien piense que esas advertencias, por lo que respecta al test ELISA y al W. Blot, obedecen al hecho de que, en España y otros países, es necesario, para el diagnóstico de infección por VIH, dar positivo en ambos tests, sin embargo parece que los tiros no van por ahí, la explicación de Abbot va mucho más allá, estableciendo de forma clara e inequívoca: “En la actualidad no hay estándar reconocido para el establecimiento de la presencia o ausencia de anticuerpos anti VIH-1 en sangre humana. Por tanto la sensibilidad fue calculada basándose en los diagnósticos clínicos de Sida y la especificidad en donantes aleatorios” (Abbott 1997).
¿A qué se refiere la compañía Abbot cuando reconoce que “en la actualidad no hay estándar reconocido para el establecimiento de la presencia o ausencia de anticuerpos anti VIH-1 en sangre humana”? Abbot sencillamente está admitiendo la invalidez de los tests para detectar el VIH pues, al admitir que no existe estándar reconocido está reconociendo que falta el requisito indispensable para que estos tests sean mínimamente fiables Y es que en medicina clínica el único método válido para establecer la sensibilidad y especificidad –la validez en suma- de los tests virales indirectos, como es el caso de los tests de anticuerpos, es la comparación de los resultados del test con el estándar adecuado, que no es otro que la propia detección del virus en la sangre fresca, sin cultivar, de supuestos portadores o enfermos. Es decir, antes de usar en la población esos tests, debemos antes validarlos, asegurarnos de que son fiables, lo que implica que debemos comprobar que se encuentra el virus en un porcentaje significativo de las personas que han dado positivo a esos tests. De otro modo, ¿Cómo íbamos a poder asegurar que las personas que dan positivo a esos tests tienen el virus?
El único estándar válido, no solo para los tests de anticuerpos, sino para todos los tipos de tests virales indirectos, (sean tests que detectan antígenos –proteinas del virus- sean tests que detectan secuencias genéticas del virus, como el test de “carga viral”, o sean tests que detectan anticuerpos), es la identificación del propio virus VIH en la sangre de las personas.
El reconocimiento por parte de Abbott de que no hay estándar reconocido, o –lo que es lo mismo- el reconocimiento de que no se encuentra virus en la sangre fresca de las personas, (ni siquiera para poder hacer estas elementales comprobaciones de los tests con los que precisamente se le diagnostica a las personas la condición de “portador” o “infectado” por el VIH), supone algo inaudito en unos tests que se han venido usando durante más de 20 años para diagnosticarle infección por VIH a muchos miles de personas, algo que muy posiblemente abra la puerta a muchas demandas judiciales.
¿Y porqué no se encuentra el virus en las personas? ¿Tiene lógica que hablemos de un virus que se transmite por sangre pero que al mismo tiempo sea imposible encontrarlo en la sangre de las personas, con la tecnología actual, presupuestos millonarios y un ejército de investigadores en la labor?
Inevitablemente acude a la mente lo sucedido hace años durante la Conferencia Internacional de Sida de Ginebra, cuando el Dr. Ho, una de las eminencias mundiales del VIH, reconoció ante las preguntas del periodista Huw Christie que, después de más de 20 años, no existía una sola fotografía al microscopio electrónico del VIH, tomada a partir de la sangre fresca de enfermos o supuestos portadores.
Al no haberse hallado nunca el VIH en la sangre fresca de ningún ser humano, con o sin Sida, no sólo nos encontramos ante un argumento incontestable en contra de que este supuesto virus sea el causante de ningún proceso transmisible, (la primera condición de las enfermedades transmisibles es que el supuesto agente causal debe ser hallado en todos y cada uno de los casos de la enfermedad, en su sangre fresca o tejidos sin cultivar, se entiende), sino que nos encontramos ante un argumento muy sólido en contra de que este supuesto virus exista, (salvo que asumamos que es un virus invisible o que produzca la enfermedad por control remoto).
Y acude nuevamente a nuestra memoria otro suceso singular, del cual los medios de comunicación se cuidaron muy bien de no informarnos: el famoso “Juicio por la sangre contaminada”, de Gottingen, Alemania, que tuvo lugar en 1995-97. En ese juicio, el virólogo Stefan Lanka invitó al tribunal a que “encontrara un solo científico que fuera capaz de comparecer para declarar bajo juramento y simplemente demostrar que el VIH existía y causaba el Sida”. A pesar de que el juicio había sido anunciado por los medios a bombo y platillo, de repente cesó toda información. ¿Qué pasó? Pues que, como el tribunal tuvo ocasión de comprobar, tal científico, capaz de comparecer para declarar bajo juramento que el VIH existía y causaba el Sida, todavía no había nacido, a pesar de los miles de ellos que acuden a los congresos de Sida y de los miles que viven del cuento del VIH.
Estos hechos no hacen más que corroborar los datos y argumentaciones que desde hace años se vienen presentando contra la Hipótesis VIH-Sida por parte de investigadores de mucho prestigio, como el retrovirólogo Peter Duesberg, (quien ya planteó en 1987 el carácter no infeccioso del Sida), o el epidemiólogo Gordon Stewart, (quien señaló hace años que la epidemiología del Sida no correspondía a la de ninguna epidemia infecciosa), o la biofísica australiana Eleni Papadopulos-Eleopulos, (quien llamó la atención en varias ocasiones –la primera en 1988- acerca de que el supuesto virus VIH no había sido aislado), o el Premio Nobel de Química de 1993 e inventor de la PCR, el bioquímico Kary Mullis, (quien denunció la imposibilidad de encontrar las simples referencias científicas de los supuestos trabajos que demuestran que el VIH causa el Sida). Y más de 2000 investigadores que, desde hace más de 15 años, piden un debate científico sobre el tema.
Pero he aquí que ya no son sólo estos científicos, llamados “disidentes”, sino las propias compañías farmacéuticas que fabrican y venden los tests que determinan la condición de VIH+ o “infectado”, las cuales vienen decirnos también, en su propio lenguaje y desde su propio ángulo”, que todo esto del virus del Sida nunca estuvo más en el aire.
YO TAMBIEN SOY SEROPOSITIVO
En medio de este vergonzoso panorama, la decisión de las autoridades sanitarias españolas de proceder a la realización de registros, (Registro Nacional de Sida y Registro Nacional de VIH), donde se incluyan por ley tanto a las personas considerados “enfermas de Sida” como a las supuestamente “infectadas por el VIH”, en los que se incluyen datos personales sin garantías de secreto o anonimato, supone ya el toque final en cuanto a violación de derechos elementales de las personas se refiere.
Y si bien consideramos a la mayoría de la sociedad como una víctima de la manipulación informativa, somos conscientes de que tuvo también su parte a la hora de que lo que constituyen una serie de prejuicios morales y sociales disfrazados de ciencia fuesen rápidamente aceptados como hechos incuestionables. La sociedad tragó muy rápidamente con la idea de un virus afectando sobre todo a ciertos colectivos de personas porque esos colectivos ya no eran bien vistos y en una época en que el ejercicio de la medicina debería regirse por principios científicos, por el respeto a las personas, por el humanismo en suma, hemos resucitado la figura del “apestado bíblico”, lo cual supone un retroceso de siglos.
Basta por tanto de caras largas y de lacitos rojos, basta de velitas y de hipocresía, la realidad es que la etiqueta de VIH+ está llevando a la muerte, por una gran variedad de caminos que no tienen nada que ver con estar infectado por un virus, a millares de personas.
Es ahora cuando reclamamos solidaridad auténtica y apoyo decidido por parte de la sociedad, ahora en que está en juego también su salud y su bienestar: el conjunto de prácticas ilícitas, manipulación informativa, sobornos y corrupción en distintos estamentos sanitarios que hacen posible que el Sida exista, son un auténtico peligro para todos. El Sida no es más que la punta del iceberg de la corrupción imperante hoy en día en las instituciones que tienen que ver con la salud y que ocasiona no sólo que no se busquen auténticas soluciones a la mayoría de los problemas que nos aquejan, (desde el cáncer a las alergias), sino que se creen nuevos problemas de salud con la propia actuación médica, al tiempo que se inventan nuevos peligros y amenazas.
Nuevas guías de la OMS instan a abandonar un fármaco para el VIH
lunes 30 de noviembre de 2009 19:21 CET GINEBRA (Reuters) -
Los países deberían abandonar paulatinamente el uso de estavudina, que es el antirretroviral de uso más extendido, debido a sus efectos colaterales "irreversibles a largo plazo" sobre los pacientes con VIH, dijo el lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre esos efectos secundarios perjudiciales se destaca un desorden nervioso discapacitante.
A través de cambios drásticos en sus guías, la OMS también recomendó que las personas con VIH, incluidas las mujeres embarazadas, deberían comenzar a tomar medicinas antirretrovirales antes para tener una vida más saludable y prolongada. Por primera vez, aconsejó que las mujeres VIH positivo y sus bebés consuman los medicamentos mientras están en el período de lactancia, para prevenir la transmisión de madre a hijo del virus que causa el sida.
La estavudina, también conocida como d4T, es comercializada como Zerit por el laboratorio estadounidense Bristol-Myers Squibb Co. Cipla Ltd, Aurobindo Pharma Ltd y Strides Arcolab Ltd, todas compañías de India, que fabrican versiones genéricas.
La medicina, ampliamente disponible en los países en desarrollo como terapia de primera línea, es relativamente económica y fácil de usar, según la agencia de Naciones Unidas. Pero provoca un desorden nervioso que causa entumecimiento y ardor en las manos y pies y una pérdida de grasa corporal denominada lipoatrofia, condiciones que generan "discapacidad y desfiguran" al paciente, indicó la OMS.
ALTERNATIVAS MENOS TÓXICAS
La OMS recomendó "que los países progresivamente abandonen el uso de estavudina como opción terapéutica preferida de primera línea y pasen a alternativas menos tóxicas como la zidovudina (AZT) o el tenofivir (TDF)", que son "igualmente efectivas".
La zidovudina fue inicialmente fabricada por GlaxoSmithKline Plc y su patente expiró en el 2005. Los laboratorios indios Aurobindo y Ranbaxy se encuentran entre los que desarrollan la versión genérica.
Tenofovir es comercializado por Gilead Sciences (de nuestro amigo Rumsfeld) bajo la marca Viread. Actualmente hay en el mercado alrededor de 20 medicamentos para tratar el VIH, muchos elaborados a partir de combinaciones que los pacientes pueden tomar como cóctel en una única tableta. Los médicos solían demorar su administración por temores sobre sus efectos colaterales tóxicos y debido a que el virus de inmunodeficiencia humana que causa el sida puede desarrollar fácilmente resistencia a los fármacos. Varios estudios recientes demostraron que el tratamiento temprano puede mantener a los pacientes saludables.
De los más de 4 millones de personas que en todo el mundo consume antirretrovirales, alrededor de la mitad se encuentran bajo un régimen con estavudina, una cifra inferior al 80 por ciento del 2006, cuando la OMS dijo por primera vez que los estados debían comenzar a cambiar el fármaco debido a sus efectos a largo plazo, señaló la doctora Siobhan Crowley. "Es (el antirretroviral) más ampliamente usado. Hay una tendencia a abandonarlo. Creemos que llevará algún tiempo", dijo a Reuters la funcionaria del Departamento de VIH/sida de la OMS.
Un comienzo más temprano del tratamiento en los adultos y adolescentes infectados con VIH con antirretrovirales reduce la carga viral mucho más rápido y, por lo tanto, disminuye el riesgo de que se expanda, según la agencia de la ONU.
"Las nuevas recomendaciones se basaron en un cuerpo sólido de evidencia que indica que las tasas de muerte, morbilidad y transmisión de VIH y tuberculosis se reducen por el inicio más temprano del tratamiento.
Esto prolonga y mejora la calidad de vida", añadió la OMS. La semana pasada, un informe de Naciones Unidas informó que alrededor de 33,4 millones de personas están infectadas con el virus del sida a nivel global y que dos tercios de ellas viven en Africa subsahariana.
Comentario: No se entiende cómo se puede hablar de “calidad de vida” cuando la mitad de las personas en todo el mundo consume un fármaco que causa, como se dice más arriba un “desorden nervioso discapacitante”, está claro que estamos ante una perversión del lenguaje, en virtud de la cual: “El tratamiento, un éxito, el paciente se murió”. “El paciente se murió, pero el tratamiento un éxito” “El paciente se murió con una buena cifra de CD4 y carga viral indetectable” “El paciente, que tenía una “buena calidad de vida”, se murió”
EN RECUERDO DE NUESTRA COMPAÑERA ISABEL, Impulsora del blog, www.replantearsida.blogspot.com, fallecida a mediados de este mes de julio en Madrid
(Esta carta de Isabel había sido publicada en el blog replantearsida, el 30 de noviembre de 2008)
VIVA Y SANA... CARTA INMPUBLICABLE
Me dirijo a Ud. con la pretensión de que se haga eco de un movimiento social, cada vez más extendido, que se opone a la corriente oficial sobre el VIH/SIDA. Me diagnosticaron SIDA hace 18 años. Solo hace 3 que dejé de tomar los fármacos antiretrovirales en contra de médicos y familiares. Desde entonces, puedo decir que he recuperado la salud. Los fármacos antiretrovirales me postraron en un sofá durante más de una década. Los efectos secundarios me impedían realizarme como persona, tener una vida normal, además de acarrear un estigma físico que padecemos la mayoría de los seropositivos, en nuestros rostros desvastados no por la enfermededad sino por los efectos de la medicación derivados de el envenenamiento que producen. Sé que mi declaración suena a herejía y a otras cosas pero sólo yo puedo expresar acertadamente el bienestar o malestar físicos que médicos y analíticas pretenden medir. Me dijeron que si dejaba de tomar los fármacos no tendría muchas probabilidades de vivir. Pues bien, han transcurrido 3 años y aqui sigo, sin ningún síntoma de enfermedad ni muerte, he ganado algunos kilos, mi mente funciona mejor que nunca y ya no vivo postrada en el sofá. Eso significa que tengo salud. Ud. se dirá... pobre mujer, qué engañada está: morirá cualquier día de estos. Es posible que muera pero no de SIDA. No soy la única que se adhiere a este movimiento de desobedencia civil contra la farmaindustria y sus acólitos. Somos ya un ejército mundial los que negamos la teoría oficial y renegamos de un diagnóstico fatal y preferimos vivir bien al margen del bombardeo alarmista de los medios en estos días de recuerdo de los muertos por SIDA (también son mis muertos). Somos muchos los que nos negamos a vivir prisioneros del envenenamiento cotidiano. En todos estos años de adherencia a un tratamiento antiretroviral, a consultas médicas y analíticas mensuales, observaba hechos, razonamientos y situaciones que no me encajaban pero me prohibí a mi misma cualquier cuestionamiento: las cifras de muertos cantaban. Sin embargo, solo me hizo falta elegir la opción de no tomar los fármacos y empezar a vivir para que se abriera ante mi la verdad con todas sus tenebrosas consecuencias. Desde entonces, no he tenido ningún signo de enfermedad relacionada con el VIH/SIDA y sí todos los síntomas de una revelación. Ahora lucho con todas mis fuerzas por difundir la verdad que a mi me negaron: los antiretrovirales provocan SIDA, la industria farmacéutica vendería a su madre con tal de ganar dinero y el SIDA mueve mucho dinero, también en cuanto a subvenciones de los estados en detrimento de otras enfermedades más reales. Por el mundo circula otra información censurada y soterrada que está realmente salvando vidas, la verdadera vacuna contra el SIDA es la información y gracias a internet y otros formatos de difusión, podemos acceder a datos y razonamientos que testimonian otra realidad antes relegada a circuitos científicos, a bibliotecas de dificil acceso para nosotros. Surge, así, de manera aplastante, otra realidad más lógica y benigna, avalada por científicos, periodistas de investigación, afectados como yo misma, médicos que leen algo más que los temarios de oposiciones o protocolos... una realidad más acorde con el mundo que vivimos, una verdad libre de intereses económicos y políticos. Le invito a Ud a que se siente sólo una hora ante internet y teclee las pálabras mágicas: LA MENTIRA DEL SIDA y se encontrará con cientos de miles de entradas sólo en español (muchas más en inglés) Sea todo esto verdad o mentira es su obligación como periodista discernir, pero cerrar los ojos a esto que está ocurriendo es como cerrar los ojos a otras noticias de primera plana. El tema es de por sí muy interesante: no está en la categoria de OVNIS ni conspiranoias, se expone una opción perfectamente razonada avalada por científicos de renombre mundial, incluso algún premio Nobel. Si profundizamos más en la historia del SIDA, es posible que nos encontremos con datos terribles que no desmerecen la realidad que hizo necesario el Juicio de Nüremberg (que con todo su transfondo de corrupción, fue concebido para crear una norma de conducta humana e impedir futuras tragedias) . .... No doy más detalles para no desvelar la intriga antes del final de la narración. Por favor, pasen y lean... por Isabel
replantearsida.blogspot.com
He dejado estos comentarios para el final porque pienso que esta carta suya publicada en el blog replantearsida, habla por sí sola de quien era Isabel, de su coraje y de su determinación.
Conocí a Isabel como dos años antes de su fallecimiento, cuando ya llevaba tiempo sin tomar los antivirales, decisión que tomó tras la lectura de opiniones científicas que siguen siendo censuradas. En aquel entonces estaba muy centrada en la realización de un documental con muchas horas de grabación a distintas personas relacionadas con este tema, documental que no llegó a ver acabado, (si bien esperamos que su principal colaboradora, Patricia Monzani, que es una excelente profesional con documentales que han sido galardonados, pueda concluirlo y podamos disfrutar todos de tan soberbio trabajo).
En todo el tiempo que tuve contacto con ella, que fue casi hasta su muerte, los únicos problemas que tuvo Isabel, de los que posteriormente fallecería, no fueron en ningún momento de naturaleza infecciosa sino de tipo neurológico, cuya causa cabe atribuirla más que posiblemente a tantos años de medicación antiviral, al igual que otros problemas de naturaleza prácticamente irreversible provocados por estos tóxicos fármacos de los que Isabel era muy consciente.
Isabel desplegó prácticamente hasta su muerte una intensa actividad, tanto la relacionada con el documental en el que trabajaba como con la administración del blog www.replantearsida.blogspot.com, que puso en marcha sobre diciembre de 2008 y que constituye todo un referente, dentro de las web disidentes en castellano, por el volumen de trabajos científicos, artículos y material filmográfico (cuenta con un buen número de videos de entrevistas realizadas casi todas por ella a médicos disidentes, científicos, testimonios de personas, etc.), publicado en él.
Isabel murió en su casa, por decisión de su familia, que se negó a que se medicalizara tan importante momento, y sabemos también por su familia que murió en paz. Como siempre que nos deja una persona luchadora sentimos el vacío que deja su ausencia, como lo sentimos en su día con Cristine Maggiore, y tantos otros (Jody Wells, Huw Cristie, Escudero, etc), que han iluminado el camino que otros ahora andamos. Gracias, Isabel. M. Garrido.
Introducción
Poner en duda, hoy en día, que el virus VIH cause el Sida puede parecer de entrada disparatado e irresponsable, sobre todo si quien lo hace es un médico, incluso puede parecer complaciente con la epidemia y poco solidario con las víctimas. Pero por extraño que parezca, las dudas acerca de si un virus, llámesele VIH o como se quiera, causa el Sida, tienen mucho más fundamento de lo que se piensa, como veremos.
Lo que sucede es que nuestra fascinación ante los avances médicos y la biotecnología, sobre todo si es “made in USA”, es tan grande, que nos parece impensable que se hayan podido cometer errores grandes en el Sida y tampoco resulta fácil de creer que, de haberse cometido errores, no digamos si estos son graves, no hayamos tenido ninguna noticia de ello durante 20 años, sobre todo los médicos, que nos tenemos por personas bien informadas, por no hablar ya de los especialistas.
Y resulta que quien ahora habla de errores en el Sida es un simple médico, desconocido, que ni siquiera es especialista, con respecto a lo cual se debe decir que los méritos personales o el “currículum” de quien únicamente se limita a transmitir lo que toda una corriente de investigadores de prestigio intentan decirnos desde hace años, poco o nada deben importar, salvo que se quiera, como vulgarmente se dice, “matar al mensajero”.
Pero antes de nada, se debe dejar bien claro que el hecho de dudar, o más bien negar, que el virus VIH cause el Sida, no le quita validez a las recomendaciones sanitarias referentes al uso de jeringas estériles o las referentes al uso del preservativo, si bien en este último caso con matizaciones.
En el caso del uso de jeringas estériles por parte de los usuarios de drogas intravenosas, por razones obvias, de hecho, su uso ya era aconsejado diez años antes de que surgiera el VIH, por lo menos en algunos países.
Con respecto al uso del preservativo, mientras todo esto no se aclare y por mera tranquilidad de las personas, quizás su uso sea recomendable y desde luego, tal como están las cosas hoy, es aconsejable su uso por los mal llamados “portadores” para evitar… posibles demandas judiciales.
¿Ciencia-ficción?
Vista por encima, la teoría o hipótesis VIH-Sida es un punto de vista, al que se le supone base científica, que afirma que existe una epidemia mundial causada por un virus de origen desconocido, que produce la muerte por inmunodeficiencia en aquellas personas que infecta. Veamos algunas particularidades.
Para empezar, a este virus los defensores de este punto de vista le han atribuido toda una serie de propiedades raras o características muy especiales, entre las que están:
- una prodigiosa capacidad para “mutar” o cambiar, que sirve de excusa para explicar la imposibilidad, después de 20 años, para encontrar una vacuna.
- la capacidad, también fuera de lo común, de poder destruir las células de la inmunidad por medio de “mecanismos indirectos”, léase por medios ocultos o desconocidos. Se han publicado teorías de lo más curiosas acerca de cómo el virus destruiría los linfocitos T: que si el virus induciría el suicidio celular, que si el virus actuaría como el jefe de una banda de matones que ordenaría a sus secuaces…
- Y esa capacidad, sin precedente en la historia de la Biología, de poder estar “latente”, es decir, dormido y a la espera, por períodos de ¡hasta 50 años!, hasta que produce la enfermedad.
Con respecto a estas características, que más parecen propias de “algunos virólogos” que de un virus, el Dr. Beverly Griffin, Director del Departamento de Virología del Royal Postgraduate Medical School, de Londres, dice: “Todas esas suposiciones carecen de pruebas y de claridad, invenciones como estas pueden ser utilizadas para acusar a cualquier microbio de cualquier enfermedad”.
Por si todo esto no fuera suficiente, resulta que la mayoría de las personas supuestamente infectadas por esta especie de “supervirus”, van a ser, ¡Qué casualidad! O drogadictos, o bien homosexuales, o negros, o personas de conducta sexual dudosa, lo que ya parece una capacidad demasiado sospechosa del virus para seleccionar.
Según la lista oficial establecida de enfermedades producidas por el virus, las personas infectadas van a verse aquejadas por problemas de lo más variado, que van desde enfermedades infecciosas, (bien sea por hongos, bacterias o virus), lo que tiene cierta lógica; cánceres, (como el de cuello de útero o el linfoma), cosa ya no tan lógica, pues implica que el supuesto virus produciría al mismo tiempo muerte y proliferación celular; o bien otras patologías que ya no sabemos qué pintan aquí, como el adelgazamiento extremo, la demencia, la diarrea.
Es más, este virus parece producir a cada grupo o persona un problema diferente, pues hay enfermedades que casi son exclusivas de unos grupos o personas y que no se dan en los otros, como es el caso del sarcoma de Kaposi, prácticamente exclusivo de “gays” y que no se ve en mujeres o niños, por ejemplo.
Al mismo tiempo, no deja de ser un contrasentido el hecho de que mientras que en el mundo occidental el virus afecta preponderantemente a hombres, (92% en EE UU y 86% en Europa), en África afecta por igual a hombres, mujeres y niños, lo que en epidemiología viene a ser como el día y la noche.
El Dr. Peter Duesberg, en su documentado trabajo “Sida adquirido por consumo de drogas y otros factores de riesgo no contagiosos” señala numerosas contradicciones como las que se acaban de exponer (1).
Y puestos a atribuir al virus extravagancias epidemiológicas y raras facultades, ya para colmo, también se admite que pueda volverse invisible, dado que los científicos ven normal el hecho de que, tras 20 años de presupuestos millonarios y un ejército de investigadores en la labor, todavía no se disponga de ninguna fotografía del virus al microscopio electrónico, tomada a partir de la sangre fresca de los enfermos o portadores. Todo ello en una época en la que incluso llegamos a tener evidencias directas de las partículas subatómicas.
Métodos ilícitos, abuso de autoridad, censura
Las incongruencias en el Sida no han pasado desapercibidas a una serie de investigadores que llevan años denunciándolas, el que los medios de comunicación no nos hayan informado de estos extremos no debería extrañar a nadie, una epidemia es como una situación de guerra al parecer y proporciona una buena excusa para la adopción de medidas irregulares, como la censura,… sobre todo si hay intereses económicos por medio.
Por la trascendencia y las consecuencias que tuvo, uno de los sucesos más graves fue el que esa situación de epidemia fuese anunciada o declarada, por las autoridades sanitarias americanas, en una multitudinaria rueda de prensa en Washington en abril de 1984, sin que hubiera sido publicado en ningún medio científico un solo estudio o trabajo que, de alguna manera, relacionara al virus presuntamente descubierto con la enfermedad.
Eso habría permitido a la comunidad científica verificar de algún modo la hipótesis. La rueda de prensa sustituyó a los trabajos científicos. Se inauguró así una nueva etapa en la Historia de la Ciencia, “la era de la ciencia a base de ruedas de prensa”, según expresión del especialista en análisis matemático Mark Craddock, quien en un artículo con ese mismo título y tras analizar algunos de los más destacados trabajos sobre el Sida, el último de ellos sobre la llamada “carga viral”, llega a decir: “(en el Sida), una cosa es lo que los científicos encuentran realmente, otra cosa es lo que cuentan en las ruedas de prensa y otra lo que los medios de comunicación cuentan al público, suponer que las tres son idénticas, incluso similares, es pura locura”.
El Sida quizás sea la primera epidemia de la historia creada y mantenida “desde los medios de comunicación”, donde las noticias en los medios van siempre por delante de los hallazgos científicos.
Por lo de pronto, los trabajos científicos que no se publicaron en las revistas científicas antes de la rueda de prensa, (siempre cabe la excusa de que la urgencia de la acción contra la epidemia hiciera pasar por alto ese “detalle”), nunca se publicaron. De haberlo sido, que era lo obligado y preceptivo, es seguro que la teoría del virus del Sida no hubiera durado un mes, tal es la cantidad de afirmaciones gratuitas, lagunas y contradicciones que contiene. De hecho, no son precisamente razones científicas las que explican su vigencia actual, sino otras.
Pero una vez proclamada oficialmente la causa viral mediante el “golpe de mano” de dicha rueda de prensa del 23 de abril de 1984, (el pánico y el alarmismo entre la población debido a la “nueva epidemia” -como luego veremos- ya habían sido creados años antes por el propio CDC de Atlanta, el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de los EE UU), fue bastante fácil neutralizar a los pocos científicos que mostraban dudas y objeciones al tiempo que pedían calma y reflexión.
Argumentos de este tipo fueron esgrimidos por altos oficiales del CDC para callar las voces discrepantes: “Cuando tu casa arde no te paras a reflexionar porqué arde, corres rápidamente a apagar el fuego”. Mejor ejemplo de alarmismo, imposible, (como que provenía de auténticos agitadores profesionales, como veremos).
Prueba del nulo respeto por la metodología científica es que si a cualquier persona se le ocurre investigar sobre el Sida y decide buscar las fuentes, es decir los trabajos científicos originales donde supuestamente se demuestra que el virus VIH causa el Sida, se encontrará con una enorme sorpresa, no existen siquiera las simples referencias científicas de tales trabajos en ningún lugar del mundo y ¿Por qué no existen esas referencias? Porque sencillamente no existen tales trabajos.
El Dr. Kary Mullis, Nóbel de Química de 1993 por la invención de la PCR, tras años de inútil búsqueda de esas referencias, se ha cansado de denunciarlo, “con la sensación –como él dice- de predicar en el desierto” (2).
Lo único que trascendió a la opinión pública fue el pleito entre Montagnier y Gallo por la paternidad del descubrimiento del virus, -supuesto- y los derechos comerciales derivados, lo que pareció confirmar el hecho de que: a) existía un virus y b) ese virus causaba el Sida. Hoy sabemos que ni siquiera la primera afirmación, es decir que existe el virus, se cumple, como veremos, lo que convierte la situación actual en algo especialmente patético.
Una circunstancia que llama la atención y que contribuye a aumentar la credibilidad de los científicos que denuncian estas graves irregularidades, (dejando de lado su reputación científica), es el hecho de que estén sufriendo una auténtica persecución por defender honestamente sus conclusiones, pérdida de las subvenciones para investigar incluido, cosa hoy en día bien rara por cierto, pues es sabido que buena parte de los investigadores “maquillan” los resultados de sus investigaciones, es decir mienten, para no perder las subvenciones.
Ese es el caso del Dr. Peter Duesberg, profesor de Biología Molecular de la Universidad de California-Berkeley, el primer científico que discrepó públicamente de la hipótesis VIH-Sida, cuyos trabajos y opiniones han sido boicoteados y censurados. Primero le amenazaron y después le privaron de su bolsa de investigación.
Mientras, los paladines del VIH, metidos hasta el cuello en el –llamémosle- “dinero del VIH”, reciben honores, reconocimientos y galardones, aunque alguno tenga que ir a las conferencias internacionales de Sida rodeado de guardaespaldas, como es el caso del Dr. Gallo, para protegerse sí, pero de las preguntas de los periodistas (3).
Los expertos oficiales del Sida llevan años huyendo del debate científico solicitado por los científicos críticos, alegando que estos “son una minoría” o que sus ideas “son peligrosas”, al tiempo que no dudan lo más mínimo en infundir miedo a la población con todo tipo de noticias catastrofistas sobre el Sida, sin la más mínima base objetiva, como es el caso de la pretendida “epidemia galopante de Sida en África”.
La censura, por muy nobles y elevadas que sean las razones que se aleguen, es un grave atentado contra todos nosotros, pues impide que conozcamos aquello que nos afecta, “sin conocimiento no hay libertad”.
Pero la censura acapara aún más nuestro interés, pues supone la incapacidad de los defensores de un determinado punto de vista, como es el caso de los defensores de la visión oficial del Sida, para defenderse con argumentos, con lo que implica de pérdida de credibilidad, (cosa que no parece importarles mucho, mientras puedan seguir disponiendo a su antojo de los medios de comunicación, incluida prensa científica). Kary Mullis lo dice así: “Llaman ciencia a lo que se publica en las revistas, pero lo que se publica en las revistas está escrito por ellos”.
La coacción, las amenazas y la censura constituyen, por otro lado, la única explicación lógica al hecho incomprensible de que se haya mantenido 25 años algo tan absurdo y pernicioso como es la visión VIH-Sida.
Una teoría costosa, inútil, perjudicial
¿Qué utilidad, qué beneficios ha aportado esta estrafalaria visión del virus del Sida? Veamos:
- No aclara ni explica las numerosas contradicciones de la supuesta epidemia.
- No ha sabido predecir, ni de manera aproximada, el curso de la epidemia, ni ha sabido realizar un pronóstico mínimamente acertado sobre las expectativas de vida de los supuestos infectados. Todas las predicciones han resultado ser escandalosamente erróneas, (afortunadamente).
- Ha sido incapaz de prevenir o de curar. ¿Dónde está la vacuna? ¿Dónde el tratamiento eficaz?
- Ha creado pánico innecesario en la población, al tiempo que marginación social y xenofobia.
- Supone costes desorbitados, imposibles de soportar por las economías de muchos países
- Supone un peligro para la salud de millones de ciudadanos, crea problemas en quien no los tiene y los agrava en quien los tiene, al tiempo que viola los derechos más elementales de las personas.
- Es algo que envenena, hasta extremos inverosímiles, las relaciones humanas más íntimas.
- Implica dar por válidas actuaciones ilícitas y nada éticas de investigadores, autoridades sanitarias –sobre todo americanas- industria farmacéutica, medios de comunicación, etc.
Todo ello a pesar de que la idea de que existe un virus que se transmite por vía sanguínea o sexual y provoca la muerte por inmunodeficiencia, sigue siendo, 20 años más tarde de ser anunciada en una multitudinaria rueda de prensa, un simple rumor – muy grande sí, pero…- sin confirmación científica de ningún tipo y a pesar de que, según el retrovirólogo Peter Duesberg, como base de una política sanitaria a nivel mundial, la teoría del virus “tiene la misma credibilidad científica que la idea de que vamos a ser invadidos por los marcianos de modo inminente”.
Las autoridades sanitarias de la mayoría de los países cometieron simplemente el error de fiarse sin más de las autoridades sanitarias americanas, actuaron de “buena fe”, es decir, se comportaron como auténticos creyentes en un terreno donde la fe, buena o mala, no cuenta, sólo las pruebas cuentan y, aunque tengan nuestra comprensión, lo cierto es que no solicitaron ni examinaron las pruebas pertinentes antes de embarcarse, y embarcarnos a todos, en este fiasco. Y no importa ya quién diga estas cosas, siempre que estas cosas se digan y, en la medida en que se conozcan, tenemos todos el deber moral de no colaborar con este fraude.
El Sida, un enfoque equivocado del resurgimiento de un problema antiguo
Entonces, ¿Cuál es el problema? Porque evidentemente la gente enferma y muere por algo.
Para responder a esta pregunta, debemos antes quitarnos las gafas de “horrible epidemia” que, tras 20 años de bombardeo informativo, todos llevamos puestas y atrevernos a ver, con los ojos del sentido común, tanto los orígenes del Sida como lo que la Medicina ya sabía desde antiguo sobre la inmunodeficiencia adquirida.
¿Existe el Sida? Por supuesto, es un hecho demostrado, al igual que es un hecho demostrado que siempre ha existido, es decir, existe y siempre ha existido la inmunodeficiencia adquirida como resultado de un conjunto de causas, documentadas por la Medicina desde muchos años antes de que se inventara la palabra Sida, en 1982.
Todo hace pensar que, en un momento dado -a principios de los 80- como resultado del incremento de algunas de estas causas que la producen, mayormente drogas, se produce en ciertos grupos de los EE UU un aumento de casos de inmunodeficiencia, (con aumento brusco de enfermedades que aunque conocidas, eran muy raras, como son la neumonía por pneumocystis carini y el sarcoma de Kaposi).
A pesar de las evidencias que apuntaban hacia un origen multifactorial, sobre todo factores tóxicos, dos circunstancias van a contribuir a que la investigación se encamine a la búsqueda, en exclusiva, de una causa infecciosa: por un lado la posición destacada e influyente en ese momento en la ciencia de los llamados “cazadores de virus”, los virólogos del INC, Instituto Nacional del Cáncer, cuyo exponente máximo es Robert Gallo, interesados lógicamente en una causa viral; por otro lado el papel jugado por el organismo sanitario encargado del control de las enfermedades infecciosas, el CDC de Atlanta, cuyos dirigentes, descaradamente interesados en una causa infecciosa actuaron, ya desde el principio, más como agitadores que como investigadores.
Con el empleo de todo tipo de métodos irregulares e ilícitos, que no tienen nada de científicos, como la manipulación informativa, la censura, las coacciones, más el correspondiente aporte de fondos billonarios, la visión del Sida infeccioso se acabará imponiendo, primero en los EE UU y después en el mundo entero.
La comunidad científica tarda tiempo en reaccionar y lo hará de forma independiente en países como Alemania, (Drs. Heinrich Kremer y Stefan Lanka), Colombia, (Dr. Roberto Giraldo), Australia, (Dra. Eleni Papadopulos-Eleopulos), EE UU, (Dr. Peter Duesberg), Suiza, (Dr. Alfred Hässig), Reino Unido, (Dr Gordon Stewart, epidemiólogo), etc. Paradójicamente, los argumentos relacionados con los aspectos más elementales, como la propia existencia del virus, serán los últimos en salir a la luz.
El científico más conocido por poner en duda la tesis oficial es el Dr. Peter Duesberg, considerado en aquel entonces por el propio Gallo como “la máxima autoridad mundial en retrovirus”, quien hace su denuncia pública contra la hipótesis viral en 1987. A Duesberg se le irán sumando otros científicos que llegan a constituir, en 1991, el “Grupo Internacional Para la Reevaluación de la Hipótesis VIH-Sida”, formado en la actualidad por más de dos mil investigadores de todo el mundo, destacando no tanto el número sino la cualificación de sus miembros.
Los integrantes de este grupo enviaron, nada más constituirse, un breve comunicado a las principales revistas científicas, en el que simplemente pedían que, dadas las dudas existentes, un grupo independiente de científicos examinara las evidencias a favor y en contra de la hipótesis del virus y se llevaran a cabo estudios epidemiológicos. A pesar de ir avalado por las firmas de 40 destacados investigadores, las principales revistas se negaron a publicarlo.
Durante años las ideas predominantes en el Grupo fueron las tesis de Peter Duesberg, apoyadas por numerosos datos, que plantean que el VIH, un supuesto retrovirus, no reúne las condiciones como para ser considerado la causa del Sida, siendo un pasajero oportunista más.
A mediados de los 90, a medida que empiezan a ser conocidos los trabajos de la biofísica australiana Eleni Papadopulos-Eleopulos, (alguno publicado ya en 1988), referentes al aislamiento del virus (4), sus argumentos comienzan a imponerse, siendo hoy en día los que gozan de mayor aceptación en el Grupo.
La tesis de Papadopulos se resume así: al contrario que todos los virus conocidos que causan enfermedades, el VIH nunca fue hallado, como partícula estable independiente, en la sangre fresca o tejidos sin cultivar de ningún ser humano, con o sin Sida. Por lo tanto, no podemos afirmar su existencia.
En lo que se refiere ya a las causas del Sida, el acuerdo dentro del Grupo es casi total, sus causas son predominantemente tóxicas y nutricionales, lo que coincide con lo que la Medicina ya sabía desde antiguo.
En resumen, nada nuevo, en la lista de enfermedades incluidas en la definición oficial del Sida, por otro lado, no existe ningún problema que sea nuevo, lo único nuevo aquí es la idea, nunca demostrada, de que un virus nuevo causa todos esos viejos y conocidos problemas, lo cual sí es por cierto bastante novedoso.
La inmunodeficiencia adquirida (IA) o Sida, sus causas
La IA es el debilitamiento de la capacidad de nuestro organismo para combatir las infecciones, por causas que nos van a influir después de nacer, (caso contrario la llamaríamos inmunodeficiencia congénita).
La inmunodeficiencia se va a poner de manifiesto por la presencia de infecciones.
¿Es nuevo esto? Definitivamente no, salvo que los médicos se hayan vuelto amnésicos de repente y se hayan olvidado de lo que figura en sus propios libros. La IA, al igual que la debida a causas congénitas, es algo conocido y documentado, junto con sus causas, mucho antes de que se creara el término Sida en 1982.
Pero a pesar de ser sus causas algo documentado, lo cierto es que, antes del VIH, por parte de los médicos no se les concedían demasiada importancia, pronto veremos porqué. Y después del VIH casi dejan de existir.
¿Qué causas producen IA? Hay registradas muchas causas que la provocan, pero antes de referirnos a ellas, debemos recordar algo que es de sentido común y es que una buena defensa frente a las infecciones requiere el buen estado o funcionamiento no sólo del sistema inmune, constituido básicamente por los glóbulos blancos o leucocitos, sino que precisa también del buen estado del resto de órganos y funciones.
Está comprobado que todo aquello que debilite de modo importante al organismo en general o a cualquier órgano vital en particular, va a dar como resultado una disminución de nuestra capacidad para combatir las infecciones, que será más acentuada si existe algún tipo de déficit o daño en nuestro sistema inmunológico.
Así, los médicos han visto desde antiguo que la presencia de infecciones, que es el modo de manifestarse la inmunodeficiencia, es algo frecuente en una serie de enfermedades, p. e., en personas con diabetes, con importante anemia, cirrosis hepática, otros problemas crónicos de hígado o de riñón, en problemas tiroideos, etc., así como en situaciones de estrés, agotamiento físico, etc., algo –esto último- que confirma la experiencia de cada uno.
Dentro de las numerosas causas que originan una mayor facilidad para las infecciones, vamos a fijarnos en las más importantes o aquellas que, por su coincidencia en el Sida, tienen más interés.
La desnutrición
La principal de estas causas, que es con mucho la principal causa de inmunodeficiencia a nivel mundial, la que más muertes por inmunodeficiencia causa en individuos de todas las edades actualmente en el mundo, es la desnutrición, (el hambre) o su variante, la malnutrición.
Esta causa de inmunodeficiencia figura desde antiguo en los textos médicos, siendo incomprensible lo rápidamente que nos hemos olvidado de ella, ¿Será porque la correcta nutrición -algo que se debería enseñar a la gente- brilla por su ausencia en las facultades de Medicina? “la desnutrición y la infección van invariablemente juntas
y cada una agrava a la otra” (5). Problemas como la neumonía por “pneumocystis carini”, típica enfermedad que todo el mundo asocia al VIH, han sido vistos desde antiguo en situaciones de grave desnutrición, por ejemplo, la padecieron los niños del “gueto” de Varsovia en la Segunda Guerra Mundial.
Las personas que consumen habitualmente drogas como heroína, cocaína, crack y anfetaminas, incluso los alcohólicos, sufren a menudo de importante desnutrición.
Drogas y medicamentos
Otra fuente importante de IA son drogas y medicamentos. Está muy documentado desde antiguo el papel inmunodepresor de heroína, cocaína, crack, anfetaminas y alcohol, así como el de muchos medicamentos.
Heroína
Veamos estos síntomas: “adelgazamiento, sudores nocturnos, propensión a infecciones bucales, propensión a tuberculosis, endocarditis”,… ¿Recuerdan a algo? Pues bien, estos síntomas, tomados de una publicación médica de 1909, se refieren a los efectos del consumo crónico de opiáceos.
Estudios más actuales en heroinómanos “seronegativos”, citados por Duesberg, muestran que sus niveles de glóbulos blancos, incluidos los linfocitos T4 ó CD4, popularmente las “defensas”, suelen estar más bajos de lo normal, al igual que sucede en los heroinómanos “seropositivos”, lo que demuestra que la heroína causa Sida por sí misma.
Además, la inyección de heroína a menudo no es estéril, lo que implica infecciones de todo tipo como hepatitis, septicemia o infección de la sangre, flebitis, cándidas, etc. A ello se suma el papel jugado por un sinnúmero de sustancias extrañas con las que se rebaja o “corta” la pureza de la heroína.
Hechos similares se observan en consumidores de cocaína y derivados como el “crack”, problemas como fiebre, adelgazamiento y propensión a problemas pulmonares, (bronquitis, neumonía, tuberculosis), se ven a menudo en consumidores de estas sustancias.
Anfetaminas y derivados como la metanfetamina, (“cristal”, “speed”), afectan a la nutrición y causan agotamiento físico.
En cuanto al consumo abusivo de alcohol, se debe saber que es conocido desde antiguo que los alcohólicos tienen desnutrición crónica, presentan con frecuencia infecciones y a menudo presentan “leucopenias”, es decir, disminución de todos los tipos de glóbulos blancos, incluidos los T4 ó CD4, es decir, Sida.
En el apartado de los tóxicos es obligado incluir a los niños nacidos de madres adictas a la heroína, cocaína, crack o de madres alcohólicas. ¿Qué tiene de extraño que estos bebés desarrollen deficiencias inmunes, entre otros problemas, si en el seno de la madre están expuestos a estos tóxicos que la provocan?
Una mención aparte merecen los “poppers”, nitritos inhalábles, profusamente usados como afrodisíacos por una minoría de “gays” americanos, (asiduos de las “bath houses”, tan en boga en los años 70-80). Inhalados antes de las relaciones, producen relajación de la musculatura anal, facilitando las relaciones anales y prolongando el orgasmo.
Los nitritos son agentes oxidantes muy potentes y reaccionan con muchas moléculas del organismo, incluso el agua, de ahí que sean de las sustancias más conocidas como agentes cancerígenos, además de ser inmunodepresores. Están íntimamente unidos al sarcoma de Kaposi y al nacimiento del Sida (ver nota 8).
En cuanto al papel de los medicamentos en la inmunodeficiencia, muchos son los fármacos que pueden originarla de una forma u otra, pero vamos a fijarnos solamente en algunos, como son los fármacos de quimioterapia del cáncer, el uso prolongado de cortisona y el uso prolongado o intensivo de antibióticos.
Los fármacos de quimioterapia del cáncer producen, entre otros efectos tóxicos, una disminución en la producción de células sanguíneas por la médula ósea, es decir, de glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos, estos, (recordémoslo), son las células de la inmunidad, por lo que se puede decir con toda propiedad que causan Sida por sí mismos. Se usan en los enfermos de cáncer por períodos cortos precisamente debido a su alta toxicidad. ¿Qué pasaría si se usaran por tiempo indefinido? ¿Qué se supone pasaría si se usaran en embarazadas?
El AZT o Zidovudina, (el tristemente conocido Retrovir), es un fármaco que se investigó a mediados de los años 60 para ver su posible utilidad en el cáncer y se desechó inmediatamente porque era demasiado tóxico. Pues bien, 20 años más tarde era aprobado, incomprensiblemente, para ser usado en los enfermos de Sida, es decir, lo que no servía ni para ser usado siquiera por períodos cortos en los enfermos de cáncer, debido a su alta toxicidad, ¡Se aprueba 20 años más tarde para su uso indefinido en los enfermos de Sida, embarazadas incluidas!
Se puede afirmar que, tras años de uso y a las dosis que se recetaban a los “seropositivos” cuando se empleaba en “monoterapia”, (AZT sólo), prácticamente no ha dejado supervivientes. ¿Y las consecuencias de su uso en embarazadas? Mejor ya ni imaginárnoslas. Aunque estuviera demostrado que el virus VIH es la causa del Sida,
¿Hay alguna justificación para el empleo en cualquier ser humano de algo tan sumamente tóxico como lo es el AZT?
Estudios hechos en supervivientes de Sida de larga duración, es decir personas que sobrevivían 5 años o más tras el diagnóstico de Sida, publicados a principios de los 90, confirmaron que la práctica totalidad de ellos no usaba fármacos antivirales, al tiempo que habían modificado sustancialmente su “estilo de vida” en lo que se refiere sobre todo al abandono de drogas y mejora en los hábitos nutricionales (6) .
La mayoría de los fármacos que se emplean en la actualidad para tratar el Sida, formando parte de llamado “cóctel” antivírico, son fármacos -AZT incluido- de la misma familia química del AZT, (análogos nucleósidos), si bien es cierto que a dosis sensiblemente menores, lo que no elimina su letalidad a medio-largo plazo (7) .
Fármacos de quimioterapia de cáncer son usados hoy en día por la Medicina, para tratar problemas distintos del cáncer, Sida o el rechazo en los transplantes, empleándose de modo habitual en otras enfermedades, como las llamadas “autoinmunes”, (artritis reumatoide, esclerosis múltiple, lupus, etc.).
Los tratamientos prolongados con cortisona son conocidos también por provocar una disminución de la inmunidad y aumento de infecciones oportunistas, incluida la neumonía por p. carini.
El uso prolongado o intensivo de antibióticos también es conocido por aumentar la incidencia de infecciones oportunistas. Los antibióticos son drogas pensadas para uso a corto plazo, nunca se usaron por tiempo indefinido para prevenir infecciones, práctica habitual en el Sida, sino para tratarlas cuando las hay.
Las mismas infecciones, cuando son repetidas o graves, en especial las víricas, debilitan también la inmunidad.
Las transfusiones de sangre o derivados sanguíneos también figuran asociadas desde antiguo a la IA. Es un hecho documentado que las personas que reciben transfusiones desarrollan con frecuencia neumonías. En cuanto a los hemofílicos, que reciben a menudo transfusiones de determinados derivados sanguíneos, es sabido desde siempre que presentan un mayor índice de infecciones que el resto de la población así como unas expectativas de vida más cortas.
Factores físicos como las radiaciones ionizantes: neumonías por “pneumocystis carini”y “sarcomas de Kaposi”, las dos enfermedades más típicas del Sida, ya habían sido observadas hace muchos años en personas que recibían radioterapia contra el cáncer.
Se mencionan finalmente los factores psicológicos, ya que también es sabido que emociones sostenidas como la ansiedad, el miedo, la depresión y el estrés pueden influir poderosamente en nuestra salud y causar síntomas idénticos al Sida, quizás una de las razones de ello sea el aumento de cortisol, (hormona similar en sus efectos a la cortisona), que se produce en nuestro organismo en estas situaciones.
Pensemos, sin ir más lejos, en el efecto devastador que puede tener para la vida de una persona el simple hecho de que el doctor le diga a uno, “Verá, es usted seropositvo”, (y lo que después sigue, tratamientos oficiales incluidos).
La razón de que los médicos apenas concedieran demasiada importancia a estas causas tiene sencilla respuesta si tenemos en cuenta que la primera causa indiscutible de IA, es decir, de Sida, es la desnutrición y en cuanto a las restantes, como se puede observar, muchas de ellas son casualmente tratamientos médicos.
En resumen, a la vista de todas estas causas que se han mencionado, podemos afirmar:
1 - Que estas causas, solas o combinadas, bastan por sí mismas para causar inmunodeficiencia, en muchos casos grave, es decir, causan Sida por sí mismas.
2 - Que si ahora descubriéramos una nueva causa que provoca IA, por ejemplo un virus, no por ello deberíamos olvidarnos de ellas, como ha sucedido desde que entró en escena el VIH, pues estas causas siempre serían factores agravantes que es preciso corregir.
3 - Que en todas las personas que tienen inmunodeficiencia grave, es decir Sida, es prácticamente imposible no encontrar alguna de estas causas -tratamientos oficiales del Sida incluidos- solas o combinadas.
¿Tiene cura el Sida, la IA?
En contra de la idea de que la IA o Sida es un problema originado por una única causa, un virus, que no tiene cura y que es algo que se contagia, los hechos y la experiencia demuestran que la IA, es decir el Sida, obedece a múltiples causas, corrigiendo las cuales se corrige el problema y, mientras no se demuestre lo contrario, no se transmite de unas personas a otras, o sea, no es contagioso, al igual que no lo es el cáncer ni la cirrosis etílica.
¿Cómo sabemos si una persona tiene IA, es decir, Sida?
Se manifiesta por el grado o frecuencia de las infecciones, si bien la existencia de estas no implica, en la mayoría de los casos, una merma en el sistema inmunológico como tal. Una forma sencilla de comprobar esto último, que no precisa de analíticas especiales, es la cifra total de glóbulos blancos, que figura en una simple analítica general. Los linfocitos T4 ó CD4, popularmente llamados “las defensas”, son tan sólo una pequeña fracción dentro de las células del sistema inmunológico y este tan sólo es una parte, aunque importante, de nuestras defensas.
Consecuentemente, lo de T4=defensas, como si fuera el depósito de la gasolina, suena un poco a estupidez, ya que sin negar el valor de los T4, está comprobado que su nivel muy bajo sólo tiene valor cuando coincide con una cifra alarmantemente baja del resto de los leucocitos. En todo caso conocemos muy poco aún sobre su papel como para atribuirle ese valor tan determinante como se hace hoy en día en el Sida.
¿Dónde y cómo nace el Sida?
Si entendemos el Sida como lo que es, es decir, como inmunodeficiencia adquirida, debemos saber que el Sida es casi tan antiguo como el hombre o, por lo menos, su principal causa, la desnutrición o el hambre, lo es. Lo que ocurre es que como nosotros no la padecemos, a veces nos olvidamos que existe.
Pero si entendemos el Sida como IA provocada por un virus eso es pura y simplemente un rumor” –muy sospechoso- que nace a principio de los 80 en los EE UU, siendo imposible que pudiera nacer en ningún otro lugar, puesto que como veremos sólo allí se daban las especiales circunstancias que hicieron posible disparate tal.
No hay más que hacer memoria y recordar la década los 70 en los EE UU, es la época de los “hippies”, de las protestas contra la guerra de Vietnam, de la lucha por los derechos civiles de la minoría negra, de la llamada revolución sexual, el “haz el amor y no la guerra”, es también cuando irrumpe con fuerza el movimiento “gay”. En cierto modo esa época puede resumirse con la frase tópica “sexo, droga y rock and roll”.
Las estadísticas sanitarias de los EE UU reflejan muy bien que en esa década tiene lugar un aumento epidémico en el consumo de drogas y un incremento espectacular en las enfermedades de transmisión sexual, (e incremento, lógicamente de consumo de antibióticos), tanto en la población heterosexual como homosexual (8) .
¿Qué tiene de extraño que tras esa década aparezcan muchos casos de inmunodeficiencia, algunos muy graves, con la aparición de problemas que aunque no eran nuevos eran muy poco frecuentes? Este es el caso de la neumonía por “pneumocystis carini”, conocida desde 1911, y del “sarcoma de Kaposi” una especie de tumor de piel, conocido por los médicos desde 1872. Pero vayamos a los primeros casos documentados de la historia del Sida.
A fines de 1980, el inmunólogo Michael Gottlieb ve, en la Clínica Universitaria de Los Angeles, 5 casos de neumonía por “p. carini” en 5 jóvenes “gays”. En el primer informe oficial del CDC consta que “los 5 tenían un grave historial de enfermedades sexualmente transmisibles y los 5 inhalaban sustancias tóxicas” (es decir, “poppers”).
A principios de 1981 se detectan, también en “gays”, “sarcomas de Kaposi” , a pesar de que también había una clara relación entre el uso de “poppers” y este sarcoma – las correlaciones eran de hasta el 100% en los estudios iniciales del propio CDC- este, ya desde el primer momento, empieza a sugerir una causa infecciosa común (9) .
A finales de 1981 los astutos epidemiólogos del CDC realizan una gran encuesta epidemiológica, el famoso “Protocolo 577”, para determinar según ellos las causas de aquellas patologías. Las conclusiones de este estudio, una auténtica majadería, fueron que lo único relevante en los enfermos de Sida era el “elevado número de relaciones sexuales que tenían”, por lo que la causa “tenía que ser forzosamente infecciosa” (10).
Para nada se hablaba del altísimo índice de enfermedades sexualmente transmisibles que tenían, que le es inseparable –de aquella no usaban condón- ni del elevado consumo de antibióticos para tratarlas, (antibióticos como las tetraciclinas eran consumidos por los “gays” en las “bath houses” incluso como preventivos). ¿Y qué hay del importantísimo consumo de “poppers”? Como que podían haberse ahorrado perfectamente la encuesta.
Es obligado aquí hacer un inciso para recordar que a estas alturas los agentes del CDC eran ya consumados expertos en intentar hacer pasar por epidemia infecciosa a todo cuanto problema echaban el guante, sin importar lo poco o nada infeccioso que este fuera, así habían hecho en los 60 con ciertos núcleos de leucemias y años más tarde con la enfermedad de Lyme. Que eran unos expertos en crear alarmismo y en manipular la información quedó demostrado con ocasión de la famosa “gripe porcina” en 1976, unos años antes del Sida. El CDC había alertado de que se avecinaba una gran epidemia de gripe, transmitida del cerdo al hombre, por lo que los americanos debían vacunarse. Ese mismo año estalló en Filadelfia un brote de neumonía que mató a 29 veteranos de la Legión Americana y el CDC anunció que la gripe porcina ya había estallado. Cuando se comprobó que la causa de las muertes de los legionarios era una vulgar bacteria, la legionella pneumofila, ya habían sido vacunados contra la gripe porcina 50 millones de americanos. La gripe nunca se presentó y cientos de personas quedaron paralizadas por las vacunas. El estado fue condenado a pagar más de 100 millones de dólares a las víctimas y el director del CDC fue despedido.
Volviendo al Sida, como consecuencia de la irresponsable labor de agitación del CDC, al sugerir una causa infecciosa sin tener prueba alguna, (aún faltaban más de dos años para que el científico Robert Gallo afirme en su famosa rueda de prensa haber descubierto el “virus del Sida”), el pánico empezó a cundir y en los hospitales, donde estos problemas ya eran conocidos como “la cólera de Dios”, (el castigo divino de los viciosos), nadie osaba acercarse y la comida se amontonaba a la entrada de las habitaciones de los enfermos, por miedo al “contagio”.
Llegó un momento en que los hospitales se negaron a aceptar a estos enfermos y hasta el obispo de Nueva York tuvo que intervenir para decir: “Aunque el pecado es condenable, no debemos abandonar al pecador”.
El CDC va a ir amasando estos problemas que aparecen en “gays” con otros problemas dispares, como los que aparecen en heroinómanos, o los de los hemofílicos o los que tenían las personas que recibían transfusiones, (incluso en los primeros momentos se metió dentro del saco del Sida a los haitianos), dando a todo este conglomerado de problemas la apariencia de una única epidemia infecciosa, causada por un único agente, “probablemente un virus”.
¿Qué tiene que ver Robert Gallo con todo esto?
Robert Gallo, investigador fracasado de los inexistentes virus del cáncer, con historial de “trepa” y corrupto, era un alto cargo en el Instituto Nacional del Cáncer, era un virólogo de los muchos que había en aquella época en ese importante centro. Durante muchos años la investigación del cáncer estuvo controlada por ellos, lo que explica su fracaso, pues no se investigó otra cosa que no fuera el papel de los virus en el cáncer. Al ser abandonada por fin esa inútil investigación de los virus en el cáncer, dejándonos como recuerdo la curiosa teoría de los “virus lentos”, Gallo siguió, empeñado en la búsqueda de virus donde fuera, viendo finalmente su oportunidad de oro con el Sida.
Por aquel entonces, hacia 1983, Lluc Montagnier, otro virólogo pero del Instituto Pasteur de París, cree haber descubierto un retrovirus en glóbulos blancos procedentes de nódulos linfáticos de un enfermo y lo publica en una revista. El CDC declara inmediatamente que ese virus “probablemente sea la causa del Sida”.
Robert Gallo entonces, viendo que se le esfuma el negocio, actúa rápido. Le pide unas muestras de su “virus” a Montagnier que este le envía, convence a la ministra de salud americana y convocan la rueda de prensa donde anuncian al mundo que el virus del Sida ha sido descubierto, (por Gallo naturalmente). Pero ojo, no sin antes registrar, cosa de horas antes, la patente americana de un supuesto test de detección del virus.
Al mes siguiente Gallo publicó en la revista “Science” unas fotos de su “virus”, que no era otro que el supuesto virus de Montagnier, con lo que el pleito entre ambos estaba servido. El mito del VIH había nacido y el CDC va a ser quien marque las pautas y directrices a seguir, a nivel mundial, en todo lo referente a la “pandemia del Sida”.
¿Existe el virus?
La única forma que tiene la ciencia de demostrar su existencia, es el aislamiento y el aislamiento quiere decir, ni más ni menos, la identificación del virus en sangre fresca o tejidos sin cultivar de enfermos o portadores.
Pues bien, esto no se ha producido hasta la fecha, es decir, no se ha visto jamás un VIH en la sangre fresca de ningún ser humano, de hecho, como llegó a admitir el Dr. David Ho en la Conferencia Internacional de Sida de Ginebra de 1998, ante las preguntas del periodista Huw Christie, y como antes se dijo, todavía hoy no disponemos de ninguna fotografía del virus al microscopio electrónico, pero tomada del único sitio que vale, que es la sangre fresca o tejidos sin cultivar de los enfermos o llamados portadores. Este simple hecho, comprensible por todo el mundo, echa por tierra sin remedio toda la teoría del VIH al completo.
Otra forma de decirlo es que las condiciones establecidas por la ciencia para el aislamiento de virus, incluidas las condiciones, más restringidas, para el aislamiento de retrovirus, no se cumplen, argumentos defendidos tanto por virólogos como el Dr. Stefan Lanka, retrovirólogos como el Dr. Fidias León Sarmiento, especialistas en microscopio electrónico como el Dr. Etien De Harven, o biofísicos como la Dra Papadopulos.
Por otro lado, el considerado como el “descubridor del virus”, el propio Lluc Montagnier, admitió en julio de 1997, en una entrevista para la televisión realizada por Djamel Tahi (11), en el Instituto Pasteur de París, que no había purificado el virus o, lo que es lo mismo, que no lo había aislado. El aislamiento de un virus implica su purificación de material extraño, de otro modo, ¿Cómo íbamos a poder asegurar que tales o cuales proteínas, material genético, etc., son del virus?
El “santo” de Lluc Montagnier, a quien el sinvergüenza de Robert Gallo robó el supuesto retrovirus, (el “robo del diamante falso”, según Duesberg), resultó ser otro sinvergüenza que no hizo bien su trabajo y presentó como un nuevo retrovirus algo que no lo era y que no cumplía ni las condiciones establecidas para el aislamiento de virus, ni las condiciones para el aislamiento de retrovirus, establecidas estas últimas en 1972 precisamente en el Instituto Pasteur de París, el mismo centro donde Montagnier trabajaba.
Y quienes crean que, frente a unos pocos que defienden que el virus no existe, está la “gran mayoría de los científicos” que dicen que sí existe, ignoran lo sucedido hace años en el famoso juicio “por la sangre contaminada” de Göttingen, Alemania (1995-97). En este juicio se pidió al tribunal que encontrara un solo científico, de los miles que acuden a los Congresos del Sida, que fuera capaz de comparecer para aportar pruebas y declarar, bajo juramento, que el VIH existía y causaba el Sida. ¡Nadie compareció! (12). La prensa, por supuesto, no dijo “ni pío”.
Así que el actual consenso mundial de los científicos acerca de que un virus, el VIH, es la causa del Sida, no es el producto de la existencia de pruebas sólidas que así lo demuestren, sino el resultado de la desinformación, la censura y el miedo a perder sus trabajos o subvenciones, que es bien distinto. Podrán decirnos que sí, que “el virus existe”, que “está aislado”, que los científicos “trabajan con él a diario”, que “conocen sus proteínas”, etc., etc., pero nosotros, que somos ignorantes, sólo sabemos que en un momento determinado el dinero hace maravillas y nos parece ya mucho pedirnos el que creamos, a la vista de todo este panorama que nadie, en su sano juicio, puede tomar en serio.
¿De dónde proceden entonces esas fotografías del “virus” que nos muestran?
Si eso no es un virus, ¿Qué es entonces? Según estos científicos críticos “excomulgados de la Ciencia”, que por todo lo que llevamos visto nos merecen bastante más credibilidad, las partículas que nos muestran las fotos no proceden de la sangre fresca de los enfermos -el único sitio válido- sino que son el resultado de un sofisticado proceso de laboratorio, que consiste más o menos en lo siguiente:
- Se toman glóbulos blancos de nódulos linfáticos de un “portador” y se cultivan en laboratorio.
- A esos cultivos se les añade, o bien células leucémicas, (que es el método empleado por Gallo), o bien células de cordón umbilical, (método empleado por Montagnier).
- A este conglomerado de células se lo estimula debidamente con sustancias de tipo oxidante.
Es entonces ¡Oh maravilla! que se van a producir los “virus VIH”: una conjunto de partículas inestables, (al contrario que los virus, los cuales son siempre partículas estables, un virus tiene que serlo para poder salir de la célula, incluso del propio organismo, para infectar otra célula) y heterogéneas, de distinto tamaño y forma, (otra característica de los virus, que aquí no se cumple, es que las especies víricas son siempre homogéneas).
Parece ser que si en vez de un “portador”, es un “no portador”, el resultado es el mismo, es decir se producen también esos “virus VIH”, (después de todo, el llamado “test de VIH” o “test del Sida”, que es lo que decide si se es o no portador, como ya debemos suponer, es algo que carece de la más mínima validez científica).
Y esto es en resumen lo que nos venden por VIH, una sopa de partículas diversas, producidas por células anormales en circunstancias anormales y, según todo parece indicar, inofensivas, (se producen por millones y los glóbulos blancos de los cultivos siguen tan campantes), el hecho de que no tengan estabilidad, (para ser fotografiadas al microscopio electrónico requieren cortes ultrafinos y fijación química, al contrario que los virus, que se pueden ver directamente), confirma su exclusivo uso celular, (una vez cumplida su función, se destruyen) .
Y, se debe repetir, estas partículas que se ven en laboratorio, nunca se han visto en ningún ser humano.
¿Qué pasa con el test de VIH?
Este test pretende detectar por métodos indirectos el virus en las personas, o sea, un test que pretende detectar en las personas algo que, como hemos visto antes, jamás hemos observado en ningún ser humano. Es como si pretendiéramos detectar con un test al “virus del cancer” o al “virus de la locura” o … al mismo demonio.
No podemos detectar, con ningún tipo de test, algo que jamás se ha visto en ningún ser humano, pues la única forma que existe de validar el test, es decir de comprobar que es fiable, (y no digamos ya si es un test indirecto cual es el caso de todos los tests relacionados con el VIH), es con la propia detección del virus en la sangre fresca. Por lo que podemos asegurar que todos los tipos de test que se emplean para la detección del VIH, sean de antígenos, anticuerpos o de “carga viral”, carecen de validez científica, por lo que su uso no está justificado.
Así que sabemos qué es lo que no detecta el test de VIH, que es precisamente el VIH, luego está mal llamarlo así, salvo que VIH signifique “Virus de la Imaginación Humana”, como bien dice el Dr. Fidias León Sarmiento.
Sabemos lo que no detecta y sabemos algo sobre lo que detecta, de entrada sabemos que detecta anticuerpos y algo más, puesto que existen más de 60 causas documentadas que tienden a dar positivos con los tests, mal llamados de VIH. Cuando se echa un vistazo por encima a esas causas: exposición a infecciones, (tuberculosis, malaria, hepatitis, herpes, gripe); vacunaciones, (gripe, tétanos), problemas autoinmunes, (artritis reumatoide, lupus, etc.), problemas crónicos de hígado, de riñón, aumentos de bilirrubina, de colesterol, etc. (14), salta a la vista algo evidente y es que en general se dan aumentos de anticuerpos de todo tipo o de muchos tipos. Pero aún hay más.
Habitualmente, para hacer el test de VIH a las personas, se procede a diluir mucho su suero sanguíneo y se pone en contacto con las proteínas del test. Ahora bien, se ha observado que cuando se utiliza el suero sin diluir, el 100% de las personas damos positivo en este test . ¿Qué significado tiene esto? Veamos.
Si el test da positivo en todo el mundo en esa circunstancia, eso significa que detecta algo que todos tenemos que, por lógica, no pueden ser anticuerpos contra el VIH, por lo que teniendo en cuenta la relación de causas anterior, debemos concluir que el “test de VIH” detecta anticuerpos de muchos tipos que todo el mundo tiene.
Ahora bien, si después de diluir el suero, sólo unas pocas personas dan positivo, ¿Qué debemos suponer? Sencillamente que esas personas, a las cuales el test da positivo, tienen lo mismo que tiene todo el mundo, es decir anticuerpos de todo tipo o de muchos tipos, pero en mayor cantidad.
Por otra parte, ¿Qué es lo que tienen en común todos los llamados “grupos de riesgo” o con “prácticas de riesgo” del Sida? ¿Qué es lo que tienen en común drogadictos intravenosos, receptores de transfusiones, hemofílicos, relaciones anales -sobre todo sexo anal receptivo- bebés de madres toxicómanas, etc.? Acaso estas situaciones, como consecuencia de estímulos tóxicos, infecciosos, incorporación de proteínas extrañas a la sangre, etc. ¿No es lógico que conlleven aumentos de anticuerpos en sangre? ¿Tiene algo de extraño entonces que el test de VIH tienda a dar más resultados positivos en estas personas de “grupos o prácticas de riesgo” del Sida?
En definitiva, el mal llamado test de VIH, o prueba del Sida, es un simple indicador de estrés inmune, algo que indica, cuando da positivo en las personas, que sus sistemas inmunes han sida estimulados o estresados por circunstancias de muy diversa índole, lo que origina aumentos en los niveles de anticuerpos, algo que ocurre con frecuencia y de modo normal a lo largo de la vida de las personas, por ejemplo tras vacunaciones, tras gripes, con la misma edad, etc. y en otras situaciones, (problemas crónicos de hígado, de riñón, problemas autoinmunes, etc.). Cabiendo esperar un mayor aumento en los niveles de anticuerpos tras una estimulación inmune más intensa (“grupos o prácticas de riesgo”). Que algunas de estas personas tengan además inmunodeficiencia no implica que vayan a tenerla necesariamente por el hecho de tener mayores niveles de anticuerpos, que causan los resultados positivos del test.
Si ahora tomáramos a 100 monjas de clausura mayores de 75 años y les hiciéramos el test de VIH, es muy probable que quedáramos bastante sorprendidos de la cantidad de resultados positivos y esta circunstancia no implicaría precisamente que hubieran incumplido su voto de castidad. El test de VIH, dada su nula validez científica y su enorme toxicidad psicológica para las personas, debe ser abolido cuanto antes. Como una medida precautoria, en tanto que un resultado positivo del test puede correlacionar con un estrés tóxico, infeccioso o con ciertos disturbios inmunológicos, podría rechazarse para las transfusiones la sangre positiva al test, pero no usar este test como diagnóstico de infección por VIH, como en su día señaló el biólogo molecular Harvey Byaly.
Otras aspectos, como la falacia de la “carga viral” o supuesta cantidad de virus que tienen las personas, el mito del Sida en Africa, o que aquellos a quienes se ha etiquetado de “seropositivos” se morirán de Sida si no toman los fármacos antivirales, etc. son algunas facetas más del mismo fiasco, cuya finalidad, nos tememos, es infundir miedo, (con seguridad el peor virus y el más contagioso), muy útil para que las personas consuman unos fármacos tóxicos que de otro modo no tomarían, muy conveniente para alimentar un negocio inmoral.
Galicia, enero 2005
Manuel Garrido Sotelo.
Médico, miembro del “Grupo Internacional Para la Reevaluación de la Hipótesis VIH-Sida
Miembro fundador de la Red Internacional de Orientación y Apoyo Mutuo Superando el Sida
e-mail: superandoelsida@gmail.com
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NOTAS
(1) “Sida adquirido por consumo de drogas y otros factores de riesgo no contagiosos”, Peter Duesberg, rev. “Farmacology and Therapeutics, vol 55, 1992, pp 201-277. Según el biólogo molecular Harvey Byaly, ex director de la revista “Biotechnology”, el trabajo citado es la mejor refutación que se ha hecho hasta la fecha de la Hipótesis VIH-Sida. Disponible en castellano en la Asociación SAS.
(2) Prólogo de Kary Mullis al libro “Inventing the AIDS virus”, de Peter Duesberg, Regnery Publishing Inc, Washington 1996, disponible en la Biblioteca Central de la Universidad de Santiago de Compostela.
(3) “En la conferencia Internacional de Sida de Berlín, Gallo estaba muy tenso, iba a todas las partes acompañado de tres guardaespaldas y perdió los estribos un par de veces”… (John Lauritsen, Zenger´s Newsmagazine, 1998).
(4) “El aislamiento del VIH: ¿Se ha llevado a cabo realmente?”, Eleni Papadopulos-Eleopulos, Departamento de Física Médica del Royal Perth Hospital, (Universidad de Australia Occidental) y David Causer, Físico Decano del mismo departamento, rev. “Continuum”, Londres 1996, 4(3), suplemento 1-24. Disponible en inglés en la Asociación SAS.
(5) “Sida y agentes estresantes”, p. 33, Dr. Roberto Giraldo, Edit. Universidad de Antioquia, Colombia. Disponible en castellano As. SAS-seres Positivos.
(6) “Surviving AIDS”, Michael Callen, Harper Collins, N. York 1990.
(7) Ver las declaraciones sobre el llamado “cóctel antiviral” del Dr. Anthony Fauci, Director del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los EE UU, recogidas en el diario “El país”del 6-2-2001.
(8) En 1974, 5,4 millones de americanos consumieron cocaína en algún momento de su vida y en 1985 esa cifra era de 22,2 millones, por otra parte, el uso de nitritos inhalábles o “poppers” comenzó en los años 60 y alcanzó proporciones epidémicas a mediados de los 70, unos años antes de que apareciera el Sida, (Duesberg, opus cit.). De 1971 a 1976, el nº de casos de blenorragia pasó de 624.371 a 1.011.014, (sólo los casos declarados) y de 1960 a 1980 los casos de sífilis aumentaron en un 300%. Sólo los gastos anuales, en los asilos y clínicas dedicados a tratar las complicaciones neurológicas de la sífilis, superaban los 50 millones de dólares (Dominique Lapierre, “Más grandes que el amor”, p. 56).
(9) De hecho el Sida fue bautizado inicialmente por el CDC con el nombre de G R I D, (Inmunodeficiencia Relacionada con Gays).
(10) Sacar como conclusión, a partir del elevado nº de relaciones sexuales, que algo es transmisible o contagioso, es lo mismo que atribuir los problemas de salud que tienen los deportistas que se dopan al ejercicio físico. El único requisito, imprescindible para poder hablar de problema transmisible o contagioso, es que hallemos en los enfermos un agente infeccioso común que cumpla ciertas condiciones.
(11) En esta entrevista, Montagnier dice textualmente:”¡Le repito, (al VIH) no lo hemos purificado!”. Rev. “Continuum”/ 1997/8, 5:30-34.
(12) El tribunal dictó sentencia absolutoria el 24-feb-97, tras serle imposible encontrar un solo científico que compareciera.
(13) Gallo patentó en 1984 un sistema para producir sus “virus VIH”, con fines de investigación o para los “tests del Sida”, mediante el cual millones de esas partículas son producidas en los laboratorios de todo el mundo en cultivos de linfocitos T, (los mismos a los que se supone que mata), los cuales viven indefinidamente sin ser afectados por esa ingente cantidad de supuestos virus, (Duesberg, opus cit.). El autor de la afirmación de que el VIH mata a los linfocitos T en la práctica “se está forrando” gracias al hecho de que suceda algo bien diferente.
(14) Ver causas documentadas que tienden a dar positivo en los tests, (artículo de Christine Johnson en revista “Continuum”, vol. 4, nº 3).
(15) Esta comprobación fue realizada, según el Dr. Giraldo, actual Presidente del “Grupo Para la Reevaluación de la Hipótesis VIH-Sida”, con el test ELISA, y sus resultados pueden extrapolarse perfectamente al Western Blot, dado que constan de las mismas proteínas antigénicas, con la diferencia de que en el WB están separadas en bandas y en el ELISA están todas juntas. Y aunque el WB en España se considera más fiable que el ELISA, su sensibilidad es equivalente, de hecho en el Reino Unido el WB está prohibido y sólo se usa el ELISA, aunque con un dintel más alto. Así, en el Reino Unido, con una población mucho mayor que la española, (y consecuentemente una población de riesgo mucho mayor), existen muchos menos seropositivos que en España.
Conferencia Internacional para el Replanteamiento Cientifico del SIDA
Fecha: 6 - 8 de noviembre de 2009
Lugar: Waterfront Plaza Hotel en Oakland, California (San Francisco) El Website ofrece información sobre el evento en Español y registro. Rethinking AIDS 2009“Repensar el SIDA, conectando voces que cuestionan la versión oficial, reactivar el debate”
Programa de la conferencia
Viernes 6 de noviembre hasta el domingo 8 Hotel Waterfront – Oakland, California
Viernes
3:00 Inscripción 6:00 Bienvenida e introducción al orador principal (David Crowe) 6:15 Conferencia principal (Michael Tracey) 7:15 CÓCTEL DE BIENVENIDA
Sábado
Sesión matinal8:00 Comentarios de apertura (David Crowe) 8:10 Historia de la controversia SIDA que ya abarca tres décadas (John Lauritsen) resumen 8:50 La hipótesis VIH-SIDA anticuada ante el SIDA sudafricano- una nueva perspectiva (Peter Duesberg) resumen 9:30 Cuestionando la existencia del VIH (Etienne De Harven) resumen 10:10 Descanso 10:30 El engaño y la fraudulencia de las estadísticas del SIDA africano (Charlie Geshekter) resumen 11:10 SIDA en África- una llamada a la razón, no a la histeria (Christian Fiala) resumen 11:50 El papel de la farmacia interior en la prevención y tratamiento del SIDA (Roberto Giraldo) resumen 12:30 Comida Sesión de tarde2:00 Los medicamentos anti-VIH causan SIDA (Dave Rasnick) resumen 2:40 El dilema del tratamiento de personas VIH-positivas como consecuencia de la hipótesis VIH-SIDA: La ilusión del tratamiento antiretroviral (Claus Koehnlein) resumen 3:20 El gran error VIH/SIDA está lejos de ser el único en los anales de la ciencia y la medicina (Henry Bauer) resumen 4:00 Descanso Por la noche7:00 CENA
Domingo
Sesión matinal8:00 Aspectos jurídicos (Chris Black) resumen 8:30 Repensando los aspectos jurídicos del SIDA en Colombia (José Ramón Lopez Gómez) resumen 9:00 Censura en el debate SIDA-el éxito de sofocar, de amordazar y de una estrategia de silencio (Joan Shenton) resumen 9:30 Descanso 9:45 Religión, política, y SIDA en Italia: curiosas paradojas del Ministerio de Salud (Marco Ruggiero) resumen 10:15 La epidemiología italiana apoya la teoría química del SIDA (Daniele Mandrioli) resumen 10:45 Como caí víctima de la máquina SIDA (Karri Stokely) resumen 11:00 SIDA, no es para tanto, ¡El siguiente!: Un viaje de ida y vuelta al infierno con el SIDA (Noreen Martin) resumen 11:15 Desafios a los que se enfrentan los gays que cuestionan el VIH/SIDA y sus consecuencias para los disidentes (Tony Lance) resumen 11:30 Mesa redonda 12:00 Cierre WEBSITE http://ra2009.org/
Al presidente del gobierno y demás responsables de la política sanitaria española.
Estimados señores:
Es mi deseo dirigirme a ustedes para denunciar una situación que se viene dando a lo largo de muchos años directamente relacionada con esa “plaga” que llaman sida.
Soy ciudadana española, tengo 43 años y se me considera seropositiva desde hace 23 años. Me diagnosticaron a raíz de un control rutinario por lo que nunca he estado enferma, ni siquiera en el momento del diagnóstico. Este fue el motivo inicial por el que tomé la decisión de no medicarme, aún cuando ya desde el primer momento los médicos me condenaron a muerte, en mi caso, tanto si me medicaba como si no. Pero han pasado más de 20 años y continúo en perfecto estado de salud, nunca he estado enferma y nunca he tomado ningún tipo de medicación oficial para el sida. Lamentablemente este hecho no ha impedido que en numerosas ocasiones se me condenase a muerte por mi insistencia a no querer envenenarme con los fármacos que el gobierno español viene promoviendo desde el principio de esta “supuesta plaga”, motivo por el cual hace ya mucho opté por prescindir del sistema sanitario oficial.
Mi decisión personal y las positivas consecuencias que se fueron derivando de ella a lo largo del tiempo, me impulsaron finalmente a buscar información que justificase que sólo yo y no el resto de personas diagnosticadas del mundo, hubiese sido elegida “por designio divino” para ir sobreviviendo a lo largo de todos estos años. Fue así como empecé a descubrir que no solamente no era la única superviviente sana y sin medicación, sino que existían miles de personas que como yo habían sobrevivido por puro instinto en muchos casos, en otros apoyadas por médicos que han demostrado sabiduría en sus decisiones y por supuesto, en todos los casos a base de mantenerse al margen de la medicina oficial.
Cuál fue mi sorpresa descubrir además, que numerosos científicos internacionalmente reconocidos, incluidos premios nobel, llevaban ya años luchando para que se retomasen las investigaciones iniciales que parecían haberse saltado todos los protocolos de la ciencia y las más mínimas normas de respeto profesional hacia el resto de la comunidad científica.
La teoría de una enfermedad infecto-contagiosa propuesta inicialmente y asumida como oficial parece estar basada en supuestos erróneos, motivo por el cual no podrá nunca ofrecer resultados para encontrar una cura al sida, así pasen otros 26 años. Sin embargo, la teoría tóxico-nutricional está demostrando verdaderos resultados. Este hecho por sí mismo debería ser suficiente para que una visión honesta de la medicina hiciese algo por esclarecer la verdad.
Han ido destacando al respecto de esta teoría disidente, los trabajos e investigaciones del Dr. Roberto Giraldo en Colombia, del Grupo Perth con la Dra. Elena Papadopulus en Australia, el Dr. Flores en México, el Dr. Peter Duesberg, el Dr. Kary Mullis, el Dr. Lanka, el Dr. Hässig, …. Algunos de los cuales exponen parte de sus investigaciones en la web:
Dr. Giraldo http://www.robertogiraldo.com/
Dr. Peter Duesberg http://www.duesberg.com/
Grupo Perth , Dra. Eleni Papadopulus http://www.theperthgroup.com/
Tenemos que añadir a esto además, una larga lista de científicos, doctores y otros profesionales relacionados directamente con el sida, que han querido sumarse a esta denuncia, (http://www.rethinkaids.com/quotes/rethinkers.htm).
Hay que valorar por supuesto, que otros miles de profesionales en todo el mundo, ayudan a los diagnosticados en esta línea y en la medida que la sanidad oficial les permite, pero sin declararse públicamente por miedo a las consecuencias. Es una vergüenza que se tenga que ejercer el derecho a la vida de esta manera, que se sufran estas presiones desde una medicina cuya principal función debería ser curar, y no enfermar y matar envenenando a la gente.
Mientras tanto, muchos virólogos que conocen la existencia de personas que como yo se han mantenido sanas a lo largo de los años sin los arv inmunodepresores, callan, por miedo, por cobardía y todas esas características que lamentablemente nos hacen tan humanos.
Por eso pienso que la responsabilidad primera y última recae sobre este gobierno. Es responsabilidad del gobierno que la sanidad española vele por la salud de los ciudadanos de este país, es responsabilidad esclarecer la verdad y defender la vida de los ciudadanos que gobierna. Pido, y quienes están en mi misma situación, pedimos, que se establezca de una vez la Reevaluación del SIDA, que se impulse el estudio y la confrontación, la investigación real de estas teorías disidentes que al fin y al cabo son las que de verdad están curando a miles de personas.
Pido que se estudie profundamente esta situación insostenible y que se informe a la población de que existen otras alternativas eficaces. Que se respeten las decisiones personales y no se nos condene al abandono sanitario por no claudicar con unos tratamientos que sabemos que destruirán nuestro sistema inmune y nos llevarán a la muerte, como así ha sido para millones de personas.
Me entristece como humana, como ciudadana y sobre todo como afectada, que las investigaciones y denuncias de estos grandes científicos, se hayan visto mermadas y anuladas literalmente, por los intereses económicos de gobiernos extranjeros alimentados de esas grandes empresas que son hoy por hoy las industrias farmacéuticas, a cuyas presiones este gobierno se ha ido postrando durante mucho tiempo.
Reclamo desde mi condición de diagnosticada durante 23 años una explicación, reclamo que este gobierno facilite la confrontación que los científicos disidentes de la ortodoxia vih=sida vienen solicitando durantes años y que se les ha negado. No puede ocurrir que se sigan celebrando congresos y conferencias organizadas y subvencionadas por las farmacéuticas, donde se ha venido impidiendo sistemáticamente la intervención de personajes relevantes dentro de la ciencia sólo por que defienden teorías que no son tan sustanciosamente rentables. Tenemos derecho a conocer la verdad pues es nuestra vida y nuestra salud de lo que se habla cada vez que un puñado de científicos se reúnen en torno a unas pancartas publicitarias de los diferentes productos farmacéuticos. No debemos continuar en la sombra, la medicina oficial de este país no puede seguir ignorando nuestra existencia, no puede continuar ocultándonos.
Han surgido a lo largo de estos años numerosos grupos de apoyo gracias a los cuales se nos ha hecho un poco más fácil sobrevivir a la presión y al abandono sanitario al que estamos sometidos. En España grupos como el SAS gallego, la Asociación de Medicinas Complementarias, Plural-21, la Asociación Serespositivos, o la Plataforma NATC, apenas han sido escuchados. Fuera de España algunos grupos como Monarcas de México, que están recibiendo presiones y amenazas a raíz de su intervención en una serie de reportajes televisivos en los que participaron. Gracias al esfuerzo inagotable de estas personas para recopilar información científica y testimonial, se han ido estableciendo una serie de puntos en la red que se han convertido en un documento vivo de la realidad en la que hemos estado viviendo muchos de nosotros a lo largo de muchos años, de la impotencia de ver cómo se van sucediendo los acontecimientos, como se van manipulando las vidas de personas ingenuas, aterrorizadas y condenadas, sin que se nos permita hacer nada al respecto. Estas web recogen muchos artículos científicos que pueden servirles para ir esclareciendo la verdad del sida:
http://www.monarcasmexico.org/
http://www.vivoysano.org.mx/
http://www.free-news.org/
http://defiendetusalud.mx.tripod.com/
http://www.amcmh.org/PagAMC/index.html
http://www.virusmyth.com/aids/
http://www.aliveandwell.org/
http://www.healaids.com/
http://www.aidsauthority.org/
http://www.geocities.com/monarcasinternacional
Intento con esta carta que la verdad prevalezca y denunciar una situación insostenible para los que sabemos lo que está ocurriendo, e insostenible para quienes tienen que vivir enfermos las 24 horas del día para el resto de sus vidas porque la sanidad española niega otras alternativas que sí son eficaces. Intento recordarle que somos seres humanos, no solo números ni estadísticas de un informe político. Y le pido que haga algo al respecto.
En espera de su respuesta, atentamente,
Núria Gil
Agosto 28th, 2008
NINGÚN FAMOSO MURIÓ DE SIDA
Si el sida se contagia por sexo, se espera que los casos de famosos hetero o gay fueran muy numerosos y notorios. Pero esto no es así.
En el apartado gay tampoco fueron muchos: Rock Hudson, Nureyev, Anthony Perkins, Freddie Mercury, Néstor Almedros.
Y en todos pueden encontrarse causas de muerte distintas al sida:
Nureyev fue envenenado, según su novio (The Guardian, 30-01-2003), algo que confirmó el Dr. Duesberg, murió de pericarditis causado por citomegalovirosis, es decir nada que ver con el sida.
Hudson tenía cáncer linfático.
Freddy Mercury era drogadicto y murió de sobredosis y bronconeumonía multilobar.
Néstor Almendros murió de cáncer.
Antony Perkins no contagió a su mujer y murió de una abstracción : “complicaciones por sida”, es decir, de neumonía.
El marido de Margaret Heckler, la fanática abogada que presentó la teoría del sida en una rueda de prensa con el Dr. Gallo en 1984, murió de neumonía.
Otros gays famosos se mantienen vivos con VIH
como el saltador de EE UU y campeón olímpico Greg Louganis, quien dice estar sano gracia a no medicarse,
o el patinador Rudy Galindo.
Magic Johnson esta vivo y sano
el boxeador Tommy Morrison está igual sin medicarse y ahora da negativo y denuncia que el sida es todo una estafa y un negocio.
Greg Luganis, denuncia:” El verdadero truco está en dejar los medicamentos. Sentía que estaba perdiendo calidad de vida” (The State, abril 15, 1997).
El Tribunal Penal Internacional -más conocido como Tribunal Internacional de La Haya- no va a tener más remedio que valorar el papel real de los antirretrovirales en el tratamiento del Sida ya que el pasado 4 de enero el abogado sudafricano Anthony Brink presentó en él un escrito de 59 páginas acusando de genocidio a Zackie Achmat -máximo dirigente de la organización sudafricana TAC (Treatment Action Campaign)- por promover su consumo para afrontar el Sida. Brink, vinculado a la Fundación Rath, afirma que los antirretrovirales que la medicina convencional considera la única posibilidad válida para tratar el Sida lo que en realidad hacen es contribuir a la muerte de quienes los toman al ser tóxicos y envenenar sus organismos. Anthony Brink -la persona que ha acusado de genocidio a Zackie Achmat, máximo dirigente de la organización sudafricana Treatment Action Campaign (TAC)- es un abogado que preside el también sudafricano Grupo de Información del Tratamiento (GIT) y basa su denuncia en la argumentación de que promover y presionar al Gobierno de ese país para que proporcione a la población antirretrovirales es una acción criminal porque su eficacia es discutible y en cambio se sabe perfectamente que han causado ya la muerte de decenas de miles de personas, la mayoría pobres y de raza negra. Muchos piensan que más que una sentencia ejemplar lo que Brink pretende con su denuncia es reactivar el debate sobre los efectos tóxicos de los antirretrovirales y lo que está ocurriendo en Sudáfrica. Y es que allí, a diferencia de nuestro país, el debate sobre el Sida y los antirretrovirales aún se mantiene vivo desde que el presidente Thabo Mbeki llamara en 1999 la atención pública internacional al advertir que el AZT, medicamento antirretroviral que organizaciones como la de Achmat exigían fuera distribuido a través de la Sanidad pública, era y es gravemente tóxico. Dirigiéndose al Parlamento el 28 de octubre de ese año Mbeki declaró: "Preocupados por responder apropiadamente al problema del Sida en Sudáfrica muchos en nuestro país han instado al Gobierno a que permitiera que la droga AZT estuviera disponible en el sistema público de salud. (…) Existe sin embargo un enorme volumen de literatura científica que advierte, entre otras cosas, que la toxicidad de esa droga es tal que constituye un peligro para la salud. Se trata pues de un asunto preocupante para el Gobierno y sería una irresponsabilidad no considerar las horribles advertencias que tantos investigadores y médicos están haciendo". A partir de ese momento Mbeki y su ministra de Sanidad, la doctora Tshabalala-Msimang, fueron denigrados y presentados a nivel internacional como políticos irracionales, enemigos de la civilización, poco menos que defensores del ajo para tratar cualquier dolencia grave cuando no meros brujos y como si en lugar de personas altamente preparadas vivieran aún en chozas en medio de la sabana. Estrategia de las compañías farmacéuticas -conducida en gran parte en Sudáfrica por organizaciones como la Treatment Action Campaign (TAC) que dirige Zackie Achmat- cuya presión consiguió que finalmente los antirretrovirales fueran distribuidos por el Gobierno. Lo que, por supuesto, no hizo que el debate finalizara. ANTHONY BRINK-ZACKIE ACHMAT Obviamente, aunque haya quien pueda plantearlo, Anthony Brink no es un iluminado en busca de protagonismo. Se interesó por la controversia VIH-Sida en 1996 cuando tras una experiencia personal descubrió que dos de los científicos más eminentes de la Biología contemporánea, Walter Gilbert -Premio Nobel en 1980- y Kary Mullis -Premio Nobel en 1993-, no subscribían el modelo ortodoxo sobre el Sida. Además, aunque era abogado su abuelo le había introducido de pequeño en los secretos de la Microbiología y de ahí que decidiera investigar la controversia a fondo. Pues bien, merced a ello Brink ha reunido en los últimos años una importante biblioteca con documentos científicos, libros y otros materiales sobre el Sida. Y como producto de sus investigaciones escribió Debating AZT: Mbeki and the AIDS drug controversy (véalo en www.whale.to/a/brink_b.html), una extensa crítica del AZT que contribuiría a la toma de posición del presidente Mbeki del que se convirtió en asesor en esta materia. En la misma línea que Matthias Rath -creador de la Medicina Celular (vea en nuestra web -www.dsalud.com- los reportajes que le dedicamos en los números 54, 55 y 64) y quien ha mostrado públicamente en numerosas ocasiones su apoyo a Mbeki- Brink y su organización -el Treatment Action Group (TIG)- defienden el tratamiento nutricional como solución al desarrollo y expansión del Sida, enfermedad que consideran tiene que ver más con la pobreza y desnutrición que con el VIH. Al mismo tiempo se oponen a la distribución entre la población de antirretrovirales por su tremenda toxicidad lo que le mantiene permanentemente enfrentado al grupo de Achmat. Su denuncia por genocidio ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya no es, pues, sino el penúltimo capítulo de este enfrentamiento. Por su parte, Achmat es presentado por los defensores de las tesis oficiales con expresiones como "el hombre que plantó cara al Sida". El diario El País, por ejemplo, le dedicaba el 26 de noviembre del 2006 un artículo laudatorio con este subtítulo: "Gay, ex prostituto y enfermo, Zackie Achmat se ha convertido en una leyenda en la lucha contra la pandemia". Afirmando en el interior con desparpajo que Sudáfrica "ofrece el ejemplo más deplorable de cómo reaccionar ante la epidemia" y comparando a Achmat nada menos que con Nelson Mandela. "Achmat -afirma el periodista- lleva ocho años dirigiendo una organización llamada Campaña de Acción para el Tratamiento (en inglés, TAC) que se ha dedicado en gran medida a presionar a su Gobierno, a la industria farmacéutica y a la opinión internacional para que se acabe con la desigualdad en el acceso al tratamiento para el Sida en países ricos y pobres". Afirmación que es, precisamente, la base de la acusación de Brink: la presión sobre el Gobierno. Una acusación que enfrenta dos maneras distintas de ver no sólo la solución sino también el origen del problema en un país donde las diferencias raciales no son sólo cosa del pasado. Para Achmat el origen del problema en Sudáfrica está en la promiscuidad sexual de los africanos. "Lo que quiero decir -señala Achmat en El País comparando las situaciones de Brasil y Sudáfrica- es que a Brasil no le acompleja que sus habitantes practiquen mucho el sexo. A diferencia de Sudáfrica donde también hay mucho sexo pero se ve la hipocresía y el rechazo desde las alturas". Brink, sudafricano blanco, se rebela ante estos argumentos. "Para Achmat -señala Brink en la demanda- los pobres negros desnutridos atrapados en favelas suburbanas y áridos basureros rurales son los culpables de que su salud colapse. El profesor Jerry Coovadia, de la Nelson R Mandela Medical School, es también un entusiasta de la distribución de antirretrovirales para los africanos y expresó el mismo punto de vista racista en un discurso en la Universidad de Witwatersrand el 24 de junio del 2003: 'Cuando nosotros nos tambaleamos bajo el peso masivo del Sida es la sexualidad desenfrenada (...) de personas recientemente independientes (...) sobre todo la promiscuidad de los hombres lo que ha llevado al Sida'. Según este experto en Sida la causa principal de la susceptibilidad de las masas africanas a la tuberculosis y otras enfermedades endémicas no es la desnutrición ni otros factores concomitantes de la pobreza sino sus instintos orgiásticos que andan sueltos y corriendo de forma salvaje desde el advenimiento de su propio gobierno democrático". ¿SIRVEN LOS ANTIRRETROVIRALES PARA COMBATIR EL SIDA? Al final ésta es la verdadera pregunta que plantea Brink en su demanda. Y su respuesta es NO. Y porque no son eficaces -los considera responsables de miles de muertes como consecuencia de la toxicidad de sus graves efectos secundarios- y por la presión que ha hecho hasta conseguir su distribución es por lo que acusa a Achmat ante el Tribunal Penal Internacional. "Desde sus comienzos en 1998 -podemos leer en la demanda- el TAC se ha comprometido en una intensa campaña política coercitiva y subversiva contra el Gobierno democrático de Sudáfrica para obligarle a entrar en acuerdos comerciales con la industria farmacéutica para la compra de antirretrovirales y para proporcionar esas drogas en los hospitales públicos y clínicas a los pobres, abrumadoramente negros. En este proyecto el TAC ha conseguido un completo éxito. Entrevistado por el Mail & Guardian online el 30 de noviembre de 2006 Achmat afirmó: 'Indiscutiblemente, nuestro mayor éxito es haber llevado al Gobierno a aceptar nuestro plan de tratamiento'. La referencia de Achmat a su mayor 'éxito' fue lograr la capitulación del Gobierno de Sudáfrica el 17 de abril del 2002 a su demanda para la provisión de antirretrovirales en el sistema de salud público (…) Según el propio Achmat la provisión de antirretrovirales a través del sistema público de salud es su logro personal por lo que las consecuencias para sus víctimas, detalladas más abajo, le hacen responsable pleno. La droga de la que Achmat comenzó haciendo campaña públicamente en 1998 y qué él continúa abanderando es el AZT (zidovudine), entonces bajo la patente de GlaxoWellcome (la patente expiró en 2005) y todavía comercializada por la empresa (ahora GlaxoSmithKline) bajo la marca de fábrica 'Retrovir' ". En cualquier caso la demanda, más allá de su resultado final, permite repasar algunos datos científicos y opiniones que normalmente los consumidores de antirretrovirales y la gente en general ignoran. Para empezar Brink recuerda que mucho antes de las palabras de Mbeki ante el Parlamento la comunidad científica había resaltado ya la alta toxicidad del AZT. "Cuando la Dra. Tshabalala-Msimang -se lee en la demanda- hizo estos anuncios en Octubre/Noviembre de 1999 ya había sido publicado un sustancial cuerpo de literatura médica y científica apoyando la súplica hecha ya en 1991 por Hayakawa y otros en Biochemical and Biophysical Research Communications de que para los pacientes de Sida 'es urgentemente necesario desarrollar un remedio para sustituir esta sustancia tóxica, el AZT'. En 1994 Lenderking y otros informaron en el New England Journal of Medicine que incluso a la dosis diaria más baja entonces, 500 mg, todavía recomendada por GlaxoSmithKline, AZT es tan sumamente tóxico que los 'efectos laterales severos que causaba a pacientes asintomáticos' ponían en peligro en algunos casos sus vidas". De hecho, recuerda Brink, el AZT es tan tóxico que de acuerdo con las convenciones industriales internacionales para el etiquetado de venenos la compañía de suministros químicos Sigma-Aldrich Chemie Gmbh etiqueta minúsculas cantidades de 25 mg del producto para el uso de investigación en laboratorio, con un cráneo y el icono de las dos tibias sobre una banda ancha anaranjada para remarcar el potencial riesgo tóxico-químico, fatal en caso de exposición accidental, con una advertencia en seis idiomas: "Giftig-Toxique-Tóxico-Toxico-Tossico-Vergiftig". Pero el AZT sólo era la punta del iceberg. Brink recuerda cómo desde entonces son decenas los estudios científicos que va citando que han ido señalando la toxicidad del AZT y del resto de los antirretrovirales que han ido apareciendo en el mercado. Así, Brink recuerda que en el 2003 el Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes publicó Grade 4 events are as important as AIDS events in the era of HAART. El estudio se ocupaba de revisar el estado de 2.947 pacientes tratados con antirretrovirales entre 1996 y 2001 para estimar la incidencia de eventos graves para la supervivencia que no están definidos como parte del Sida y eventos con resultado de muerte entre los pacientes tratados con Terapia Antirretroviral Altamente Activa (HAART, es decir un antirretroviral) en 5 grandes multicentros de Estados Unidos. Los autores del estudio señalaron que las 4 clases de antirretrovirales y los 19 antirretrovirales aprobados por la FDA han sido relacionados, directa o indirectamente, con eventos peligrosos para la vida e incluso con la muerte y con un número mayor de episodios graves (grado 4) que los provocados por eventos derivados del Sida. Las causas de los eventos más comunes de toxicidad grado 4 de la droga estaban "relacionados con el hígado" y los "eventos cardiovasculares" fueron los que en el caso de los HAART se asociaron con un mayor riesgo de muerte. "Los investigadores -afirma Brink en la demanda- concluyeron: 'Nuestro hallazgo es que la proporción de eventos grado 4 es mayor que la de proporción de eventos derivados del Sida y que el riesgo de muerte asociada con estos eventos grado 4 es muy alta para muchos eventos' (…) En suma -continua el escrito- Reisler y otros encuentran la cura más mortal que la enfermedad y la deficiencia cardiaca inducida por los antirretrovirales la causa principal de muerte entre las personas tratadas con estas drogas". En este punto, y aunque no esté incluido en la demanda, es preciso señalar que en la presentación de la XIV Conferencia Internacional sobre el Sida en Barcelona hace cuatro años (vea lo publicado en nuestra web: www.dsalud.com) la doctora Amy Justice -de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos)- reveló que la "causa más común de muerte entre las personas positivas VIH es el fracaso hepático". Justice basó sus conclusiones en un estudio de casi 6.000 seropositivos en cuatro lugares de Estados Unidos y afirmó entonces que su estudio era el único que se había preocupado hasta ese momento de conocer la causa real de muerte en los pacientes de Sida. En la demanda se citan incluso las palabras de Anthony Faucci, director del National Institute for Allergies and Infectious Diseases en EEUU, que ya en febrero del 2001 -tan sólo un año después de que el Presidente Mbeki llamara la atención del mundo sobre la toxicidad del AZT- declaró: "Estamos muy interesados en varias toxicidades asociadas con el uso a largo plazo de drogas antirretrovirales… Estamos asistiendo a un número creciente de pacientes con niveles gravemente altos de colesterol y triglicéridos (...) Las malas noticias son que ahora debemos encontrar maneras de tratar con toxicidades no previstas, incluyendo el potencial para la enfermedad coronaria prematura". Lo que une perfectamente las conclusiones de Reisler y Justice. Incluye también Brink en su escrito los datos del estudio Antiretroviral Therapy publicado en Agosto del 2006 en The Lancet: "Los resultados de este estudio -señala la demanda- que involucró a más de 20.000 pacientes con VIH-1 de Europa y Norteamérica muestran que la contestación virológica después de empezar con HAART ha mejorado firmemente desde 1996. Sin embargo no ha habido ninguna disminución en las ratios de Sida o muerte a partir del primer año de seguimiento. 'Nosotros -indican los autores- notamos una discrepancia entre la mejora clara que registramos para la contestación virológica y las proporciones de empeoramiento de la progresión clínica'. Un editorial en The Lancet que comentó estas tendencias 'paradójicas' resumió: 'Los resultados principales son que, más allá de la mejora inicial del control virológico inicial del VIH… no hubo mejoras significativas en la contestación inmunológica temprana tales como la medición de los linfocitos CD4, ninguna reducción en las causas de fallecimiento y un aumento significativo en el riesgo de muerte relacionado con el Sida' ". Otra de las investigaciones citadas es la de Fellay y otros titulada Predominio de eventos adversos asociado con el tratamiento de antirretrovirales potentes, solos, dobles, y triples publicado en The Lancet en octubre del 2001. Los investigadores informaron de "una alta prevalencia de efectos tóxicos" en un estudio de 1.160 pacientes. Más de dos tercios de los mismos sufrieron efectos adversos severos, suficientes para afectar la adhesión a los tratamientos. El 47% informó de problemas clínicos como vómitos, diarrea, náuseas, obesidad, cambios de humor, insomnio y fatiga. Los análisis de sangre revelaron "potencialmente anormalidades serias" en el 27%. Los investigadores clasificaron una significativa proporción de estos eventos adversos como serios o severos. Y otro dato aportado en la demanda resulta especialmente significativo: el informe Guía de los U.S. Public Health Service para el manejo de exposiciones profesionales al VIH y recomendaciones para la profilaxis posterior publicado por el US Centers for Disease Control (CDC) en Septiembre del 2005 citaba numerosos estudios según los cuales como resultado de la toxicidad y los efectos secundarios una proporción sustancial del personal sanitario (17-47%) había sido incapaz de completar un ciclo de 4 semanas de tratamiento con agentes antirretrovirales después de exposiciones profesionales a fuentes del VIH. En la demanda se recogen también multitud de estudios que rebaten tanto la idea de la eficacia de la medición de la carga viral como de la eficacia clínica del conteo de CD4. Centrándose en lo que está ocurriendo en su país Brink cita datos ofrecidos por el Departamento de Salud del Gobierno sudafricano de Octubre del 2005 según los cuales de un total de 4.251 pacientes tratados con antirretrovirales estudiados durante 3 meses 207 (4.8%) murieron. De un total de 2.715 pacientes estudiados en 6 meses 196 (7.2%) murieron. De 914 pacientes estudiados en 12 meses 114 (12.2%) pacientes murieron. "Trazado en un gráfico como valores X e Y -se indica en la demanda- estos datos revelan una perfecta relación lineal entre la mortalidad de las personas que toman antirretrovirales y la duración de su tratamiento; y predicen que antes de siete años todos los que tomen antirretrovirales estarán muertos". Citando otros datos oficiales Brink establece en un 3% la cifra de muertos causados por los efectos de los antirretrovirales, porcentaje que cree irá en aumento hasta igualar en no mucho tiempo el 11% de mortalidad entre pacientes tratados con antirretrovirales en los hospitales públicos de Malawi, según datos aportados por Stephen Lewis, Enviado Especial de las Naciones Unidas para el VIH/Sida en África. NI LOS LABORATORIOS CREEN EN LOS ANTIRRETROVIRALES Brink acusa a Achmat de ignorar todos estos datos y seguir presentando en sus campañas los antirretrovirales como garantía de vida. "Achmat -señala- ha desatendido esta información y ha persistido haciendo campaña en nombre de GlaxoSmithKline y otras corporaciones farmacéuticas sobre la base de considerar que antirretrovirales como el AZT son medicamentos salvadores de vida. Sin embargo, ni siquiera los laboratorios hacen esas afirmaciones en las inserciones informativas de sus medicamentos, ni en la información sobre el producto porque no hay evidencias para ello. No obstante, Achmat pretende falsamente en su propaganda a través del TAC que esas drogas salvan vidas y que ayudan al enfermo a mejorar cuando se apilan informes publicados que demuestran lo contrario, es decir que inducen enfermedades serias en personas saludables". Brink recuerda que GlaxoSmithKline avisa en su Prescribing Information -es decir, en el prospecto informativo- para el AZT que se debe informar a los pacientes de que las principales toxicidades del Retrovir son neutropenia y/o anemia (recordemos que la neutropenia es la disminución patológica de neutrófilos en sangre, uno de los principales elementos del sistema inmune de nuestro organismo). Y es que resulta especialmente significativo leer en la demanda lo que los propios laboratorios afirman sobre la utilidad de sus productos. "Por ejemplo, GlaxoSmithKline, fabricante de AZT, dice sobre su nuevo antirretroviral Ziagen en su Prescribing Information: 'Ziagen no se ha estudiado el tiempo suficiente para saber si le ayudará a vivir mucho más tiempo o a tener menos problemas médicos asociados con infecciones de VIH o Sida'. Sobre Combivir, una combinación de sus drogas AZT y el compuesto químicamente similar 3TC, GlaxoSmithKline señala: 'Combivir no es una cura para la infección por VIH y los pacientes pueden continuar experimentando las enfermedades asociadas con la infección por VIH, incluyendo infecciones oportunistas'. Boehringer Ingelheim afirma por su parte sobre la nevirapina: 'Viramune no cura el VIH o el Sida y no se sabe si le ayudará a vivir mucho más tiempo con el VIH. Las personas que toman Viramune pueden contraer infecciones comunes en personas con VIH (infecciones oportunistas)'. Merck no es más optimista sobre su droga inhibidora de proteasa en la información sobre el producto: 'No se sabe si Crixivan alargará su vida o reducirá las oportunidades de contraer otras enfermedades asociadas con el VIH'. Y Gilead Sciences es igualmente pesimista sobre su droga Tenofovir que el grupo de Achmat está intentando que se apruebe presionando sobre el Medicines Control Council donde actualmente está en proceso de aprobación; su 'Prescribing Information' dice: 'Viread no cura la infección por VIH-1 o el Sida. Los efectos a largo plazo de Viread no se conocen en este momento. Las personas que toman Viread pueden contraer infecciones oportunistas u otras condiciones como consecuencia de la infección por VIH-1". Es decir, los propios laboratorios, a fin de protegerse de posibles demandas en el futuro, desvelan la realidad de lo que cabe esperar de sus productos: prácticamente nada bueno. Es difícil que la demanda de Brink prospere pero al menos habrá servido para recordar que gente como Matthias Rath y él mismo sostienen la necesidad de modificar el acercamiento al Sida. "El Sida -ha escrito Rath- es un negocio multi-mil millonario pero sólo con tal de que esta epidemia se extienda y sólo con tal de que la industria farmacéutica pueda proteger su 'monopolio' sobre el mercado del Sida, basado en medicamentos tóxicos patentados. Cualquier desafío a este monopolio farmacéutico de los antirretrovirales llevará inevitablemente al derrumbamiento de este multi-mil millonario negocio. El hecho es que la Ciencia basada en los micronutrientes -establecida desde hace muchas décadas en los libros de texto de Biología como factores importantes biológicos para mejorar las deficiencias inmunes- es la mayor amenaza a la supervivencia del negocio de los medicamentos anti-Sida. Cualquier información de los medios de comunicación que desacredite a los micronutrientes, ni sirve a la verdad científica ni a los pacientes afectados por el Sida". Terminamos recordando lo que muchos no quieren oír: alguien tan fuera de toda sospecha para los oficialistas como Luc Montagnier escribió en The Journal Of Infectious Diseases: "En el Sida el estrés oxidativo se propone como una alteración metabólica que favorece la progresión de la enfermedad induciendo la replicación viral y la muerte apoptótica celular (…) Tenemos evidencias de que el estrés oxidativo induce, mientras los antioxidantes inhiben, la replicación del VIH y la muerte apoptótica". ¿Alguien duda a estas alturas de los poderes antioxidantes de los micronutrientes naturales? ¿Alguien puede dudar de que determinadas condiciones relacionadas con la pobreza, el hambre o la sed causan un estrés oxidativo brutal? ¿Alguien puede dudar a estas alturas no ya en qué lado está el dinero sino en qué lado está la salud? Publicado el 6 de mayo de 2009 en,
El Tribunal Penal Internacional -más conocido como Tribunal Internacional de La Haya- no va a tener más remedio que valorar el papel real de los antirretrovirales en el tratamiento del Sida ya que el pasado 4 de enero el abogado sudafricano Anthony Brink presentó en él un escrito de 59 páginas acusando de genocidio a Zackie Achmat -máximo dirigente de la organización sudafricana TAC (Treatment Action Campaign)- por promover su consumo para afrontar el Sida. Brink, vinculado a la Fundación Rath, afirma que los antirretrovirales que la medicina convencional considera la única posibilidad válida para tratar el Sida lo que en realidad hacen es contribuir a la muerte de quienes los toman al ser tóxicos y envenenar sus organismos. Anthony Brink -la persona que ha acusado de genocidio a Zackie Achmat, máximo dirigente de la organización sudafricana Treatment Action Campaign (TAC)- es un abogado que preside el también sudafricano Grupo de Información del Tratamiento (GIT) y basa su denuncia en la argumentación de que promover y presionar al Gobierno de ese país para que proporcione a la población antirretrovirales es una acción criminal porque su eficacia es discutible y en cambio se sabe perfectamente que han causado ya la muerte de decenas de miles de personas, la mayoría pobres y de raza negra. Muchos piensan que más que una sentencia ejemplar lo que Brink pretende con su denuncia es reactivar el debate sobre los efectos tóxicos de los antirretrovirales y lo que está ocurriendo en Sudáfrica. Y es que allí, a diferencia de nuestro país, el debate sobre el Sida y los antirretrovirales aún se mantiene vivo desde que el presidente Thabo Mbeki llamara en 1999 la atención pública internacional al advertir que el AZT, medicamento antirretroviral que organizaciones como la de Achmat exigían fuera distribuido a través de la Sanidad pública, era y es gravemente tóxico. Dirigiéndose al Parlamento el 28 de octubre de ese año Mbeki declaró: "Preocupados por responder apropiadamente al problema del Sida en Sudáfrica muchos en nuestro país han instado al Gobierno a que permitiera que la droga AZT estuviera disponible en el sistema público de salud. (…) Existe sin embargo un enorme volumen de literatura científica que advierte, entre otras cosas, que la toxicidad de esa droga es tal que constituye un peligro para la salud. Se trata pues de un asunto preocupante para el Gobierno y sería una irresponsabilidad no considerar las horribles advertencias que tantos investigadores y médicos están haciendo". A partir de ese momento Mbeki y su ministra de Sanidad, la doctora Tshabalala-Msimang, fueron denigrados y presentados a nivel internacional como políticos irracionales, enemigos de la civilización, poco menos que defensores del ajo para tratar cualquier dolencia grave cuando no meros brujos y como si en lugar de personas altamente preparadas vivieran aún en chozas en medio de la sabana. Estrategia de las compañías farmacéuticas -conducida en gran parte en Sudáfrica por organizaciones como la Treatment Action Campaign (TAC) que dirige Zackie Achmat- cuya presión consiguió que finalmente los antirretrovirales fueran distribuidos por el Gobierno. Lo que, por supuesto, no hizo que el debate finalizara. ANTHONY BRINK-ZACKIE ACHMAT Obviamente, aunque haya quien pueda plantearlo, Anthony Brink no es un iluminado en busca de protagonismo. Se interesó por la controversia VIH-Sida en 1996 cuando tras una experiencia personal descubrió que dos de los científicos más eminentes de la Biología contemporánea, Walter Gilbert -Premio Nobel en 1980- y Kary Mullis -Premio Nobel en 1993-, no subscribían el modelo ortodoxo sobre el Sida. Además, aunque era abogado su abuelo le había introducido de pequeño en los secretos de la Microbiología y de ahí que decidiera investigar la controversia a fondo. Pues bien, merced a ello Brink ha reunido en los últimos años una importante biblioteca con documentos científicos, libros y otros materiales sobre el Sida. Y como producto de sus investigaciones escribió Debating AZT: Mbeki and the AIDS drug controversy (véalo en www.whale.to/a/brink_b.html), una extensa crítica del AZT que contribuiría a la toma de posición del presidente Mbeki del que se convirtió en asesor en esta materia. En la misma línea que Matthias Rath -creador de la Medicina Celular (vea en nuestra web -www.dsalud.com- los reportajes que le dedicamos en los números 54, 55 y 64) y quien ha mostrado públicamente en numerosas ocasiones su apoyo a Mbeki- Brink y su organización -el Treatment Action Group (TIG)- defienden el tratamiento nutricional como solución al desarrollo y expansión del Sida, enfermedad que consideran tiene que ver más con la pobreza y desnutrición que con el VIH. Al mismo tiempo se oponen a la distribución entre la población de antirretrovirales por su tremenda toxicidad lo que le mantiene permanentemente enfrentado al grupo de Achmat. Su denuncia por genocidio ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya no es, pues, sino el penúltimo capítulo de este enfrentamiento. Por su parte, Achmat es presentado por los defensores de las tesis oficiales con expresiones como "el hombre que plantó cara al Sida". El diario El País, por ejemplo, le dedicaba el 26 de noviembre del 2006 un artículo laudatorio con este subtítulo: "Gay, ex prostituto y enfermo, Zackie Achmat se ha convertido en una leyenda en la lucha contra la pandemia". Afirmando en el interior con desparpajo que Sudáfrica "ofrece el ejemplo más deplorable de cómo reaccionar ante la epidemia" y comparando a Achmat nada menos que con Nelson Mandela. "Achmat -afirma el periodista- lleva ocho años dirigiendo una organización llamada Campaña de Acción para el Tratamiento (en inglés, TAC) que se ha dedicado en gran medida a presionar a su Gobierno, a la industria farmacéutica y a la opinión internacional para que se acabe con la desigualdad en el acceso al tratamiento para el Sida en países ricos y pobres". Afirmación que es, precisamente, la base de la acusación de Brink: la presión sobre el Gobierno. Una acusación que enfrenta dos maneras distintas de ver no sólo la solución sino también el origen del problema en un país donde las diferencias raciales no son sólo cosa del pasado. Para Achmat el origen del problema en Sudáfrica está en la promiscuidad sexual de los africanos. "Lo que quiero decir -señala Achmat en El País comparando las situaciones de Brasil y Sudáfrica- es que a Brasil no le acompleja que sus habitantes practiquen mucho el sexo. A diferencia de Sudáfrica donde también hay mucho sexo pero se ve la hipocresía y el rechazo desde las alturas". Brink, sudafricano blanco, se rebela ante estos argumentos. "Para Achmat -señala Brink en la demanda- los pobres negros desnutridos atrapados en favelas suburbanas y áridos basureros rurales son los culpables de que su salud colapse. El profesor Jerry Coovadia, de la Nelson R Mandela Medical School, es también un entusiasta de la distribución de antirretrovirales para los africanos y expresó el mismo punto de vista racista en un discurso en la Universidad de Witwatersrand el 24 de junio del 2003: 'Cuando nosotros nos tambaleamos bajo el peso masivo del Sida es la sexualidad desenfrenada (...) de personas recientemente independientes (...) sobre todo la promiscuidad de los hombres lo que ha llevado al Sida'. Según este experto en Sida la causa principal de la susceptibilidad de las masas africanas a la tuberculosis y otras enfermedades endémicas no es la desnutrición ni otros factores concomitantes de la pobreza sino sus instintos orgiásticos que andan sueltos y corriendo de forma salvaje desde el advenimiento de su propio gobierno democrático". ¿SIRVEN LOS ANTIRRETROVIRALES PARA COMBATIR EL SIDA? Al final ésta es la verdadera pregunta que plantea Brink en su demanda. Y su respuesta es NO. Y porque no son eficaces -los considera responsables de miles de muertes como consecuencia de la toxicidad de sus graves efectos secundarios- y por la presión que ha hecho hasta conseguir su distribución es por lo que acusa a Achmat ante el Tribunal Penal Internacional. "Desde sus comienzos en 1998 -podemos leer en la demanda- el TAC se ha comprometido en una intensa campaña política coercitiva y subversiva contra el Gobierno democrático de Sudáfrica para obligarle a entrar en acuerdos comerciales con la industria farmacéutica para la compra de antirretrovirales y para proporcionar esas drogas en los hospitales públicos y clínicas a los pobres, abrumadoramente negros. En este proyecto el TAC ha conseguido un completo éxito. Entrevistado por el Mail & Guardian online el 30 de noviembre de 2006 Achmat afirmó: 'Indiscutiblemente, nuestro mayor éxito es haber llevado al Gobierno a aceptar nuestro plan de tratamiento'. La referencia de Achmat a su mayor 'éxito' fue lograr la capitulación del Gobierno de Sudáfrica el 17 de abril del 2002 a su demanda para la provisión de antirretrovirales en el sistema de salud público (…) Según el propio Achmat la provisión de antirretrovirales a través del sistema público de salud es su logro personal por lo que las consecuencias para sus víctimas, detalladas más abajo, le hacen responsable pleno. La droga de la que Achmat comenzó haciendo campaña públicamente en 1998 y qué él continúa abanderando es el AZT (zidovudine), entonces bajo la patente de GlaxoWellcome (la patente expiró en 2005) y todavía comercializada por la empresa (ahora GlaxoSmithKline) bajo la marca de fábrica 'Retrovir' ". En cualquier caso la demanda, más allá de su resultado final, permite repasar algunos datos científicos y opiniones que normalmente los consumidores de antirretrovirales y la gente en general ignoran. Para empezar Brink recuerda que mucho antes de las palabras de Mbeki ante el Parlamento la comunidad científica había resaltado ya la alta toxicidad del AZT. "Cuando la Dra. Tshabalala-Msimang -se lee en la demanda- hizo estos anuncios en Octubre/Noviembre de 1999 ya había sido publicado un sustancial cuerpo de literatura médica y científica apoyando la súplica hecha ya en 1991 por Hayakawa y otros en Biochemical and Biophysical Research Communications de que para los pacientes de Sida 'es urgentemente necesario desarrollar un remedio para sustituir esta sustancia tóxica, el AZT'. En 1994 Lenderking y otros informaron en el New England Journal of Medicine que incluso a la dosis diaria más baja entonces, 500 mg, todavía recomendada por GlaxoSmithKline, AZT es tan sumamente tóxico que los 'efectos laterales severos que causaba a pacientes asintomáticos' ponían en peligro en algunos casos sus vidas". De hecho, recuerda Brink, el AZT es tan tóxico que de acuerdo con las convenciones industriales internacionales para el etiquetado de venenos la compañía de suministros químicos Sigma-Aldrich Chemie Gmbh etiqueta minúsculas cantidades de 25 mg del producto para el uso de investigación en laboratorio, con un cráneo y el icono de las dos tibias sobre una banda ancha anaranjada para remarcar el potencial riesgo tóxico-químico, fatal en caso de exposición accidental, con una advertencia en seis idiomas: "Giftig-Toxique-Tóxico-Toxico-Tossico-Vergiftig". Pero el AZT sólo era la punta del iceberg. Brink recuerda cómo desde entonces son decenas los estudios científicos que va citando que han ido señalando la toxicidad del AZT y del resto de los antirretrovirales que han ido apareciendo en el mercado. Así, Brink recuerda que en el 2003 el Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes publicó Grade 4 events are as important as AIDS events in the era of HAART. El estudio se ocupaba de revisar el estado de 2.947 pacientes tratados con antirretrovirales entre 1996 y 2001 para estimar la incidencia de eventos graves para la supervivencia que no están definidos como parte del Sida y eventos con resultado de muerte entre los pacientes tratados con Terapia Antirretroviral Altamente Activa (HAART, es decir un antirretroviral) en 5 grandes multicentros de Estados Unidos. Los autores del estudio señalaron que las 4 clases de antirretrovirales y los 19 antirretrovirales aprobados por la FDA han sido relacionados, directa o indirectamente, con eventos peligrosos para la vida e incluso con la muerte y con un número mayor de episodios graves (grado 4) que los provocados por eventos derivados del Sida. Las causas de los eventos más comunes de toxicidad grado 4 de la droga estaban "relacionados con el hígado" y los "eventos cardiovasculares" fueron los que en el caso de los HAART se asociaron con un mayor riesgo de muerte. "Los investigadores -afirma Brink en la demanda- concluyeron: 'Nuestro hallazgo es que la proporción de eventos grado 4 es mayor que la de proporción de eventos derivados del Sida y que el riesgo de muerte asociada con estos eventos grado 4 es muy alta para muchos eventos' (…) En suma -continua el escrito- Reisler y otros encuentran la cura más mortal que la enfermedad y la deficiencia cardiaca inducida por los antirretrovirales la causa principal de muerte entre las personas tratadas con estas drogas". En este punto, y aunque no esté incluido en la demanda, es preciso señalar que en la presentación de la XIV Conferencia Internacional sobre el Sida en Barcelona hace cuatro años (vea lo publicado en nuestra web: www.dsalud.com) la doctora Amy Justice -de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos)- reveló que la "causa más común de muerte entre las personas positivas VIH es el fracaso hepático". Justice basó sus conclusiones en un estudio de casi 6.000 seropositivos en cuatro lugares de Estados Unidos y afirmó entonces que su estudio era el único que se había preocupado hasta ese momento de conocer la causa real de muerte en los pacientes de Sida. En la demanda se citan incluso las palabras de Anthony Faucci, director del National Institute for Allergies and Infectious Diseases en EEUU, que ya en febrero del 2001 -tan sólo un año después de que el Presidente Mbeki llamara la atención del mundo sobre la toxicidad del AZT- declaró: "Estamos muy interesados en varias toxicidades asociadas con el uso a largo plazo de drogas antirretrovirales… Estamos asistiendo a un número creciente de pacientes con niveles gravemente altos de colesterol y triglicéridos (...) Las malas noticias son que ahora debemos encontrar maneras de tratar con toxicidades no previstas, incluyendo el potencial para la enfermedad coronaria prematura". Lo que une perfectamente las conclusiones de Reisler y Justice. Incluye también Brink en su escrito los datos del estudio Antiretroviral Therapy publicado en Agosto del 2006 en The Lancet: "Los resultados de este estudio -señala la demanda- que involucró a más de 20.000 pacientes con VIH-1 de Europa y Norteamérica muestran que la contestación virológica después de empezar con HAART ha mejorado firmemente desde 1996. Sin embargo no ha habido ninguna disminución en las ratios de Sida o muerte a partir del primer año de seguimiento. 'Nosotros -indican los autores- notamos una discrepancia entre la mejora clara que registramos para la contestación virológica y las proporciones de empeoramiento de la progresión clínica'. Un editorial en The Lancet que comentó estas tendencias 'paradójicas' resumió: 'Los resultados principales son que, más allá de la mejora inicial del control virológico inicial del VIH… no hubo mejoras significativas en la contestación inmunológica temprana tales como la medición de los linfocitos CD4, ninguna reducción en las causas de fallecimiento y un aumento significativo en el riesgo de muerte relacionado con el Sida' ". Otra de las investigaciones citadas es la de Fellay y otros titulada Predominio de eventos adversos asociado con el tratamiento de antirretrovirales potentes, solos, dobles, y triples publicado en The Lancet en octubre del 2001. Los investigadores informaron de "una alta prevalencia de efectos tóxicos" en un estudio de 1.160 pacientes. Más de dos tercios de los mismos sufrieron efectos adversos severos, suficientes para afectar la adhesión a los tratamientos. El 47% informó de problemas clínicos como vómitos, diarrea, náuseas, obesidad, cambios de humor, insomnio y fatiga. Los análisis de sangre revelaron "potencialmente anormalidades serias" en el 27%. Los investigadores clasificaron una significativa proporción de estos eventos adversos como serios o severos. Y otro dato aportado en la demanda resulta especialmente significativo: el informe Guía de los U.S. Public Health Service para el manejo de exposiciones profesionales al VIH y recomendaciones para la profilaxis posterior publicado por el US Centers for Disease Control (CDC) en Septiembre del 2005 citaba numerosos estudios según los cuales como resultado de la toxicidad y los efectos secundarios una proporción sustancial del personal sanitario (17-47%) había sido incapaz de completar un ciclo de 4 semanas de tratamiento con agentes antirretrovirales después de exposiciones profesionales a fuentes del VIH. En la demanda se recogen también multitud de estudios que rebaten tanto la idea de la eficacia de la medición de la carga viral como de la eficacia clínica del conteo de CD4. Centrándose en lo que está ocurriendo en su país Brink cita datos ofrecidos por el Departamento de Salud del Gobierno sudafricano de Octubre del 2005 según los cuales de un total de 4.251 pacientes tratados con antirretrovirales estudiados durante 3 meses 207 (4.8%) murieron. De un total de 2.715 pacientes estudiados en 6 meses 196 (7.2%) murieron. De 914 pacientes estudiados en 12 meses 114 (12.2%) pacientes murieron. "Trazado en un gráfico como valores X e Y -se indica en la demanda- estos datos revelan una perfecta relación lineal entre la mortalidad de las personas que toman antirretrovirales y la duración de su tratamiento; y predicen que antes de siete años todos los que tomen antirretrovirales estarán muertos". Citando otros datos oficiales Brink establece en un 3% la cifra de muertos causados por los efectos de los antirretrovirales, porcentaje que cree irá en aumento hasta igualar en no mucho tiempo el 11% de mortalidad entre pacientes tratados con antirretrovirales en los hospitales públicos de Malawi, según datos aportados por Stephen Lewis, Enviado Especial de las Naciones Unidas para el VIH/Sida en África. NI LOS LABORATORIOS CREEN EN LOS ANTIRRETROVIRALES Brink acusa a Achmat de ignorar todos estos datos y seguir presentando en sus campañas los antirretrovirales como garantía de vida. "Achmat -señala- ha desatendido esta información y ha persistido haciendo campaña en nombre de GlaxoSmithKline y otras corporaciones farmacéuticas sobre la base de considerar que antirretrovirales como el AZT son medicamentos salvadores de vida. Sin embargo, ni siquiera los laboratorios hacen esas afirmaciones en las inserciones informativas de sus medicamentos, ni en la información sobre el producto porque no hay evidencias para ello. No obstante, Achmat pretende falsamente en su propaganda a través del TAC que esas drogas salvan vidas y que ayudan al enfermo a mejorar cuando se apilan informes publicados que demuestran lo contrario, es decir que inducen enfermedades serias en personas saludables". Brink recuerda que GlaxoSmithKline avisa en su Prescribing Information -es decir, en el prospecto informativo- para el AZT que se debe informar a los pacientes de que las principales toxicidades del Retrovir son neutropenia y/o anemia (recordemos que la neutropenia es la disminución patológica de neutrófilos en sangre, uno de los principales elementos del sistema inmune de nuestro organismo). Y es que resulta especialmente significativo leer en la demanda lo que los propios laboratorios afirman sobre la utilidad de sus productos. "Por ejemplo, GlaxoSmithKline, fabricante de AZT, dice sobre su nuevo antirretroviral Ziagen en su Prescribing Information: 'Ziagen no se ha estudiado el tiempo suficiente para saber si le ayudará a vivir mucho más tiempo o a tener menos problemas médicos asociados con infecciones de VIH o Sida'. Sobre Combivir, una combinación de sus drogas AZT y el compuesto químicamente similar 3TC, GlaxoSmithKline señala: 'Combivir no es una cura para la infección por VIH y los pacientes pueden continuar experimentando las enfermedades asociadas con la infección por VIH, incluyendo infecciones oportunistas'. Boehringer Ingelheim afirma por su parte sobre la nevirapina: 'Viramune no cura el VIH o el Sida y no se sabe si le ayudará a vivir mucho más tiempo con el VIH. Las personas que toman Viramune pueden contraer infecciones comunes en personas con VIH (infecciones oportunistas)'. Merck no es más optimista sobre su droga inhibidora de proteasa en la información sobre el producto: 'No se sabe si Crixivan alargará su vida o reducirá las oportunidades de contraer otras enfermedades asociadas con el VIH'. Y Gilead Sciences es igualmente pesimista sobre su droga Tenofovir que el grupo de Achmat está intentando que se apruebe presionando sobre el Medicines Control Council donde actualmente está en proceso de aprobación; su 'Prescribing Information' dice: 'Viread no cura la infección por VIH-1 o el Sida. Los efectos a largo plazo de Viread no se conocen en este momento. Las personas que toman Viread pueden contraer infecciones oportunistas u otras condiciones como consecuencia de la infección por VIH-1". Es decir, los propios laboratorios, a fin de protegerse de posibles demandas en el futuro, desvelan la realidad de lo que cabe esperar de sus productos: prácticamente nada bueno. Es difícil que la demanda de Brink prospere pero al menos habrá servido para recordar que gente como Matthias Rath y él mismo sostienen la necesidad de modificar el acercamiento al Sida. "El Sida -ha escrito Rath- es un negocio multi-mil millonario pero sólo con tal de que esta epidemia se extienda y sólo con tal de que la industria farmacéutica pueda proteger su 'monopolio' sobre el mercado del Sida, basado en medicamentos tóxicos patentados. Cualquier desafío a este monopolio farmacéutico de los antirretrovirales llevará inevitablemente al derrumbamiento de este multi-mil millonario negocio. El hecho es que la Ciencia basada en los micronutrientes -establecida desde hace muchas décadas en los libros de texto de Biología como factores importantes biológicos para mejorar las deficiencias inmunes- es la mayor amenaza a la supervivencia del negocio de los medicamentos anti-Sida. Cualquier información de los medios de comunicación que desacredite a los micronutrientes, ni sirve a la verdad científica ni a los pacientes afectados por el Sida". Terminamos recordando lo que muchos no quieren oír: alguien tan fuera de toda sospecha para los oficialistas como Luc Montagnier escribió en The Journal Of Infectious Diseases: "En el Sida el estrés oxidativo se propone como una alteración metabólica que favorece la progresión de la enfermedad induciendo la replicación viral y la muerte apoptótica celular (…) Tenemos evidencias de que el estrés oxidativo induce, mientras los antioxidantes inhiben, la replicación del VIH y la muerte apoptótica". ¿Alguien duda a estas alturas de los poderes antioxidantes de los micronutrientes naturales? ¿Alguien puede dudar de que determinadas condiciones relacionadas con la pobreza, el hambre o la sed causan un estrés oxidativo brutal? ¿Alguien puede dudar a estas alturas no ya en qué lado está el dinero sino en qué lado está la salud? Publicado el 6 de mayo de 2009 en, www.replantearsida.blogspot.com
http://www.hivwave.gr/pages/en/?The_dynamic_potential_of_a_single_AIDS_case::Giving_AZT_to_pregnant_women_and_babies_should_be_considered_criminal
(En España se sigue dando AZT a mujeres "seropositivas" embarazadas)
“Sean tenía 13 años. Pesaba 22.7 Kg. y medía 1,21 m.
Un bebé AZT. Enano, con sus células intensamente dañadas”.
“Me acerqué a uno de los niños que estaba en silla de ruedas, un niño de unos 12 años. Había algo extraño en su cara y su cabeza presentaba una forma curiosa. Era un poco aplanada, con los ojos muy separados. Sus extremidades y torso eran un poco torcidos, acortados y de apariencia débil. Esto es lo que les sucede a los bebés AZT.”From Orphans on Trial, New York Press, July 13 2004
¿Cómo es posible que los doctores estén administrando en todo el mundo una medicación tan tóxica y mutagénica, que incluye AZT, a mujeres embarazadas y a sus bebés?
“Aquí en Grecia, para los bebés de madres “seropositivas” hay un departamento especial en el Hospital Pediátrico de Atenas. Esos bebés son separados de sus madres durante 40 días, para que los doctores del “SIDA” puedan hacer cumplir el “tratamiento”.He aquí las siguientes últimas recomendaciones para doctores, publicadas en Medscape.com:
“La administración de una terapia a base de un potente combinado antirretroviral en el segundo y tercer trimestre del embarazo y durante el parto, y al bebé en las seis primeras semanas, puede disminuir la transmisión del VIH de la madre al niño”
Publicado en Medscape.com 12/07/2006
”Recientemente (Junio 2008) conocimos a una mujer embarazada sana a la que le aconsejaron empezar a tomar 2 píldoras antirretrovirales, Kaletra (2 inhibidores de proteasa) y Combivir (300mg de AZT y 150mg de 3TC), en el 5º mes de su embarazo. Debido a que resultó positiva en el poco fiable test de VIH durante su control prenatal”.
"Combivir está clasificado por la FDA como una droga categoría C para el embarazo.
Una droga categoría C para el embarazo significa que los estudios en animales demuestran un efecto adverso en el feto y que no existen estudios adecuados ni bien controlados en humanos.”AIDSmeds.com
”Una mujer guapa e inteligente, con una dieta saludable, que nunca había tomado ningún medicamento. Ni siquiera una aspirina cuando tenía los dolores de cabeza ocasionales que casi todo mundo tiene cuando está estresado”.
”Planeaba hacerse una cesárea, por recomendación de los especialistas del Sida. Olvídate del parto natural si resultas “seropositiva” y olvídate de amamantar, la mejor manera de alimentar a un recién nacido”.
Después de nacer, en los Estados Unidos (contacto Junio 2008) a esos bebés se les da un antibiótico (Bactrim, conocido en España como Septrim) “para prevenir futuras infecciones” y un jarabe a base de AZT llamado Retrovir. Incluso aunque los bebés no resulten VIH+.
En 1999 un estudio publicado en el diario AIDS, reveló que los niños nacidos de madres a las que se había dado AZT enfermaban más y morían antes que los de madres a las que no se le había administrado la droga. Es uno de los estudios recientes que muestran que el AZT aumenta la tasa de enfermedad, malformaciones graves y muerte en niños cuyas madres han consumido el medicamento.
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“El RPD (el progreso acelerado de la enfermedad) era 3 veces más probable que ocurriera en niños nacidos de madres que habían sido tratadas con AZT comparado con niños de madres que no habían lo habían sido”De Souza RS et al. Effect of prenatal zidovudine on disease progression in perinatally HIV-1-infected infants. J Acquir Immune Defic Syndr. 2000 Jun 1;24(2):154-161
“Las crías de macacos expuestas a AZT estaban ligeramente anémicas al nacer. El AZT causaba disminución del crecimiento y disminución de la capacidad para fijar y seguir estimulos visuales”
Ha JC et al. Fetal, infant, and maternal toxicity of zidovudine
(azidothymidine) administered throughout pregnancy in Macaca nemestrina. J Acquir Immune Defic Syndr. 1998 May 1;18(1):27-38
“A las crías expuestas al AZT les llevó mucho más tiempo alcanzar niveles de aprendizaje, como el denominado Blanco-negro, un criterio de aprendizaje consistente en una sencilla prueba discriminatoria.”
Ha JC et al. Fetal toxicity of zidovudine (azidothymidine) in Macaca
nemestrina: preliminary observations. J Acquir Immune Defic Syndr.
1994;7(2):154-7
"Se ha demostrado claramente que la Zidovudina [AZT] tiene efectos genotóxicos en ratones, simios y humanos, con su incorporación tanto al ADN nuclear como al mitocondrial, en el 70% de las muestras, incluyendo células humanas. Además, se demostró que el ZDV atraviesa la placenta humana, incorporándose rápidamente al DNA del tejido de la misma. La Zidovudina también ha sido asociado con eféctos cancerígenos en ratones y simios”.
Medscape.com, 1999
El AZT fue diseñado como quimioterapia para el cáncer y su uso fue cancelado porque era demasiado tóxico. Fue aprobado para el tratamiento del SIDA utilizando datos de laboratorio fraudulentos y descuidados, como fue documentado en el artículo “FDA Documents Show Fraud in AZT Trials.”
Es el principal medicamento que se administra a mujeres embarazadas “para prevenir la transmisión del VIH al feto”. Independientemente del hecho de que el test de VIH no es fiable, no hay un solo estudio científico adecuado que justifique su uso, considerando los estudios clínicos bien documentados que desaconsejan el AZT.
<<>> Alliance for Human Research Protection, March 2007
En el caso de los estudios clínicos no válidos del AZT, estamos hablando de consecuencias muy serias:
“Mi hija es considerada un logro por los estándares médicos porque da resultados negativos, pero a mi ya no me importa el tema del VIH. Estoy preocupada por los efectos del AZT con el que fue envenenada durante mi embarazo. Rachel tiene el cráneo alargado, ataques y una extraña deformidad cerca de la base de su espina dorsal. A la edad de 3 aún no habla. Fui a una conferencia sobre el VIH y embarazo en el Hospital de Niños en Denver. Muchas madres que estaban en el lugar habían tomado el AZT durante su embarazo y mantenían a sus hijos con ellas. Cada uno de esos niños tenía el cráneo alargado. Sus cabezas se ven exactamente como la de Rachel. Todos ellos eran bebés AZT.”Extracto de una carta publicada en el libro “Qué pasa si todo lo que te han dicho sobre el SIDA está equivocado?”, por Christine Maggiore, 1996.
Para ver los efectos del AZT y otros medicamentos para el “SIDA” en niños, el documental de la BBC titulado “Niños conejillos de Indias”, presenta huérfanos en Nueva York que son forzados a tomar las píldoras a veces con resultados letales. (Ver en esta web el interesante video de Liam Scheff)
“Había bebés AZT. Sus cabezas tienen formas diferentes, con los ojos separados entre sí y hundidos. Las drogas causan serios trastornos de desarrollo. Muchos niños tienen brazos amorfos y débiles y barrigas abultadas. Muchos tienen alterada su capacidad de aprendizaje. Los niños en el ICC son constantemente medicados con toda clase de drogas. Cuando los niños se rehúsan a tomarlas, las enfermeras los sostienen y se las administran a la fuerza.”
From The House That AIDS Built, January 2004
¿Por qué esta droga sigue siendo recomendada por los doctores? Estamos hablando de una corrupción de la ciencia médica al máximo nivel, que está siendo manipulada por un establecimiento poderosísimo, como se explica en el artículo “Fuera de control: SIDA y corrupción de la ciencia médica”, escrito por la periodista Celia Farber y publicado en Harper’s magazine en marzo del 2006.”
La pregunta importante es, ¿Por qué nosotros, ciudadanos del siglo XXI, continuamos sufragando el envenenamiento de bebés con el dinero de nuestros impuestos, siguiendo los dictámenes de un establecimiento poderoso que impuso su pseudo-ciencia del “Sida” con la ayuda de nuestros cómplices y complacientes medios masivos de comunicación?
Gilles St-Pierre
En un artículo del Dr. Luis Carlos Restrepo (1), titulado “Violencia médica” (2), en el que como él dice “no se trata de la violencia que llena los titulares de los periódicos sensacionalistas, sino de la amplia gama de violencias implícitas, silenciosas, que anida en la dinámica propia de las instituciones”, se narra un suceso que sobrecoge y hace reflexionar, se trata de la patética historia del Dr. Semmelweis y los estragos de la fiebre puerperal.
Hacia 1840, en los grandes hospitales europeos, como los de París, Londres, Milán y Viena, existía una gran mortalidad por fiebre entre las mujeres que acababan de dar a luz, (fiebre puerperal), sin que se supiese cómo atajarla. Tanto es así que llegó a alcanzar la cifra de 33 muertes por cada 100 alumbramientos en 1842 en el Hospital de Viena.
Periódicamente se nombraban comisiones para estudiar el fenómeno y “después de sutiles conceptos y sinfonías verbales, se volvía a la grey oficial, como si la enfermedad, por fuerza, hubiera de pertenecer al orden de las catástrofes cósmicas inevitables”.
En una de estas comisiones se llegó a acusar a la leche de ser la causante y el Colegio Médico de París logró que se propusiera al rey, como remedio contra la epidemia, la clausura de todas las maternidades y el destierro de las nodrizas. “Alrededor de la fiebre puerperal todo era incoherente y contradictorio. Ninguna de las soluciones propuestas había dado resultado. Frente al terrible flagelo no parecía existir resquicio de esperanza”.
Así las cosas, en febrero de 1846 es nombrado como profesor ayudante de la Primera Clínica Obstétrica de Viena, Felipe Ignacio Semmelweis, médico húngaro que conseguiría una espectacular reducción en la mortalidad por estas fiebres, gracias a la introducción en la práctica médica de una sencilla medida: el lavado de manos.
Y es que hay que aclarar que, aunque esta simple práctica de higiene nos parece hoy día de sentido común, en aquellos tiempos constituía toda una revolución. Debemos tener en cuenta que aún faltaban 20 años para que Luis Pasteur demostrara la existencia de los gérmenes, microorganismos causantes de las enfermedades infecciosas y todavía algunos años más para que se inventasen las técnicas de desinfección.
Semmelweis observó que, dentro de la rutina hospitalaria, los médicos pasaban directamente de manipular con sus manos los cadáveres en la sala de autopsias, a examinar a las mujeres que estaban a punto de dar a luz. Al mismo tiempo, observa también que las mujeres a las que sobrevenía el momento del parto lejos del hospital y tenían que parir fuera de este, casi siempre se libraban de las fiebres.
Sin tener todavía claro por qué, decide obligar a los estudiantes a lavarse las manos antes de acercarse a las embarazadas y a pesar de que la medida era insólita en aquella época, decide instalar lavabos a la entrada de las salas donde estas se encontraban.
Al día siguiente Semmelweis es fulminantemente destituido. Semmelweis creía que la causa de la fiebre puerperal “eran “las partículas cadavéricas, transmitidas por los dedos de médicos y estudiantes desde los cadáveres hasta los genitales de mujeres encintas, sobre todo hasta el cuello uterino”. Como estas partículas sólo era posible reconocerlas por el olor, de ahí la práctica del lavado de manos, “para desodorar las manos”.
Meses más tarde Semmelweis es reincorporado a la planta del hospital, permitiéndosele poner en práctica la “desodorización”. Al mes siguiente de poner en práctica la medida, la mortalidad desciende al 2,38%, es entonces cuando decide generalizar la práctica del lavado de manos a todo el personal, hubiera o no tocado cadáveres. A la semana siguiente, por primera vez en la historia, la mortalidad por estas fiebres se hizo casi nula.
Y bien, cabría esperar que de alguna forma se reconociese a Semmelweis su labor, pero no, por extraño que parezca la mayoría de sus colegas se mostraron contrarios al nuevo método. El dogmatismo y la inercia pudieron más que las evidencias y Semmelweis es destituido por segunda vez en 1849. Morirá 25 años más tarde, loco y solitario, sin que su labor sea reconocida. Y todavía después de su muerte, deberán pasar 40 años para que su memoria sea rehabilitada.
Al cumplirse ahora precisamente 25 años del anuncio oficial de la llamada “pandemia del Sida”, 23 de abril de 1984, recordando lo acontecido con Semmelweis, inevitablemente acuden a la mente algunas reflexiones:
- Después de 25 años de “sutiles conceptos y sinfonías verbales”, la impotencia de la ciencia y falta de esperanza en una solución al Sida que no sea la intoxicación crónica de las personas que han resultado positivas en el test de VIH, son análogas a lo que sucedía con la fiebre puerperal, lo son también las incoherencias y contradicciones, ¿Estamos también ante una “catástrofe cósmica inevitable” o estamos cometiendo también un error básico en nuestra concepción del problema?
- Al igual que sucedía hace más de 150 años, los médicos hospitalarios se limitan también hoy día a cumplir, de un modo acrítico, con los protocolos vigentes. No parece preocupar demasiado que mueran personas, siempre que lo hagan “dentro del protocolo”. Sigue siendo más conflictivo para un médico hospitalario salirse del protocolo establecido, que la propia mortalidad. De los efectos tremendamente nocivos de un diagnóstico que priva a las personas de su esperanza en el futuro y de los efectos letales de un tratamiento incompatible con la vida a medio-largo plazo, carga siempre con la culpa el virus (3).
- Lo que lleva a Semmelweis a sospechar la posible causa del la fiebre puerperal es, entre otras cosas, la observación de que las parturientas que no parían en el hospital, casi siempre se libraban de las fiebres. Causa estupor que en nuestros días los médicos especialistas no concedan mayor atención a lo que sucede con los llamados “supervivientes de Sida de larga duración” (4) y con los llamados “no progresores de larga duración”. Parece ser que en su inmensa mayoría estas personas no utilizan las medicaciones “antirretrovirales” y si bien pudieran haberlas usado en el pasado, han abandonado definitivamente su uso. Y es que de la misma forma que las parturientas que parían en la calle se libraban de exploraciones contaminantes, estos supervivientes de Sida, al igual que los que no desarrollan Sida en muchos años, al no tomar los antivirales, se libran de medidas que según lo que los propios médicos aprenden en las facultades, son francamente inmunosupresoras, como son los productos de quimioterapia de cáncer usados como antivirales, (AZT, Ddc, Ddi, 3TC, D4t, etc.), capaces de producir Sida por sí mismos (5).
- De la misma forma que el llamado “biopoder”, en tiempos de Semmelweis, se concentraba en los médicos de los grandes hospitales europeos, hoy día sucede los mismo en la ciencia oficial del Sida: un grupo influyente de científicos y médicos, a pesar de su gran mediocridad y gracias a su conexión con las esferas de poder, (instituciones de salud pública, industria farmacéutica, etc.), determina las pautas a seguir. “Ellos llaman ciencia a lo que se publica en las revistas -y medios en general, se podría añadir- pero lo que se publica en las revistas está escrito por ellos”, según el Dr. Kary Mullis, Nóbel de Química del 1993 por la invención de la PCR. Este sector de científicos, y quien les apoya, con su inmovilismo y prácticas de censura, impiden el progreso científico y la superación del problema. Recordemos que el Dr. Nájera y otros expertos oficiales del Sida en España censuraron hace años la emisión de un documental (6) en la 2, emitido en seis países europeos, por contener opiniones científicas discrepantes con la posición oficial. ¿Expertos en qué, si no saben defenderse con argumentos y deben recurrir a la censura?
- Salvando el tiempo que separa estas dos situaciones médicas, la fiebre puerperal en su día y el Sida hoy, ¿Han cambiado las actitudes básicas por parte de la ciencia médica? Todo parece indicar que no, desgraciadamente. La actitud que se está teniendo con Peter Duesberg, Roberto Giraldo, Heinrich Kremer y muchos otros científicos que discrepan de la explicación dada oficialmente acerca del Sida, no parece variar mucho con la mantenida en su día con respecto a Semmelweis, por mucho que cueste admitirlo. Esta es una de las explicaciones más coherentes al hecho de que no encontremos solución viable al problema de la inmunodeficiencia adquirida, (un viejo problema médico que ha sido rebautizado en la actualidad como Sida, añadiendo y quitando elementos y mediante la introducción de numerosas suposiciones que nadie ha probado de modo riguroso).
La hipótesis VIH-Sida, como hipótesis científica, no sirve como instrumento de trabajo, al ser incapaz de explicar las numerosas contradicciones de este peculiar síndrome, así como de predecir mínimamente tanto el curso de la epidemia como las expectativas de vida de los supuestos infectados, todas las predicciones han resultado ser escandalosamente erróneas, afortunadamente. Tampoco sirve para prevenir y/o curar. Por otra parte, el modo como se aplica en la práctica es muy peligroso, por lo que urge proceder a su revisión cuanto antes.
Por otro lado, parece cada vez más claro que el Sida pasará a la historia como un desgraciado ejemplo de lo que jamás debió hacerse y si bien se ha trazado una pequeña analogía con lo sucedido con la fiebre puerperal hace más de 150 años, lo cierto es que, como error médico y como ejemplo de “yatrogenia”, (problema de salud provocado por la propia actuación médica), el Sida no tiene precedentes en la historia médica. Y cuanto antes lo reconozcamos, mejor, ahorraremos gastos innecesarios y sobre todo, ahorraremos sufrimientos y vidas.
Manuel Garrido Sotelo
Santiago 23 de abril de 2009
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(1) Médico psiquiatra, filósofo, profesor de la Universidad Javierana y autor de los libros “Libertad y locura” y “La trampa de la razón”.
(2) Revista de Medicinas Complementarias “Medicina Holística” nº 39.
(3) Existen numerosas evidencias científicas en contra de que un virus sea el causante del Sida. Ver libro “Inventing the AIDS virus”, del Dr. Peter Duesberg, profesor de Biología Molecular de California Berkeley, con más de 1500 referencias científicas, donde se expone el tema con claridad y rigor.
(4) Ver libro de Michael Callen, “Surviving AIDS”, un estudio hecho en supervivientes de Sida de larga duración, personas que habían sobrevivido 5 años o más, tras el diagnóstico de Sida.
(5) Peter Duesberg llama al AZT, “Sida por prescripción facultativa”. En el libro de John Lauritsen “Poison by prescription”, se exponen las múltiples irregularidades que rodearon la aprobación por parte de la FDA del AZT como fármaco contra el Sida. El AZT y otros fármacos, como el Ddc, Ddi, etc., son fármacos de la misma familia química, “análogos nucleósidos”, una subdivisión dentro de la clasificación de los fármacos de quimioterapia del cáncer. El moderno cóctel consta de dos de estos fármacos más un llamado inhibidor de proteasas.
(6) El vídeo “Sida, la duda” del director francés Djamel Tahi, no llegó a emitirse, dentro
del programa “Sida, la esperanza”, de “la noche temática” del 27-10-96.
(Aclaración: cuando nos referimos a estas causas como auténticos factores de riesgo del Sida, nos referimos al Sida entendiéndolo como sus siglas indican literalmente, es decir, entendiendo el Sida como inmunodeficiencia adquirida, que no es la forma como suele entenderse generalmente, ya que generalmente se entiende el Sida como inmunodeficiencia causada por un virus mutante, y hay que aclarar que este Sida sencillamente no existe, a lo que se añade la forma tan peculiar de aplicar en la práctica la definición oficial de caso Sida, la cual no tiene ni piés ni cabeza)
El concepto de inmunodeficiencia adquirida o lo que es propiamente el concepto de Sida
La inmunodeficiencia adquirida, que es el debilitamiento de nuestro organismo para hacer frente a las infecciones por causas que van a actuar después del nacimiento, es algo que al igual que la inmunodeficiencia congénita figura desde antiguo en los textos de medicina, desde décadas como mínimo antes de surgir la idea del Sida infeccioso, para comprobarlo no hay más que consultar textos de Medicina anteriores a l984.
El modo como se pone de manifiesto que una persona tiene inmunodeficiencia, (sea del tipo que sea), es que la persona va a tener infecciones, frecuentes o graves, según el grado de inmunodeficiencia.
Pues bien, se puede decir en líneas generales que todo aquello que debilite de modo importante nuestro organismo en general, o cualquier órgano vital en particular, va a dar como resultado una disminución de nuestra capacidad para combatir las infecciones. Así, los médicos han visto que la presencia de infecciones, (que es el modo de manifestarse la inmunodeficiencia), es algo frecuente en una serie de enfermedades, por ejemplo, en personas con diabetes, a con anemia importante, o con problemas crónicos de hígado o riñón, en enfermos de tiroides, así como en otras muchas situaciones.
Las causas que producen de un modo u otro un debilitamiento de nuestra capacidad para combatir las infecciones son innumerables y van desde el mero agotamiento físico hasta las radiaciones, todas ellas van a provocar, en mayor o menor grado, una mayor facilidad para las infecciones.
Ahora bien, en la mayoría de las ocasiones la presencia de una infección no tiene porqué significar que haya inmunodeficiencia, para que se dé una clara inmunodeficiencia son necesarias una o varias causas actuando durante mucho tiempo, hasta que se llega al colapso o fracaso del sistema inmune.
Estas son algunas de las causas más notorias y conocidas de inmunodeficiencia adquirida
La desnutrición
La desnutrición, el hambre, es con mucho la principal causa de inmunodeficiencia adquirida actualmente en el mundo, la que más muertes provoca por inmunodeficiencia en personas de todas las edades. Si nos paramos un poco a pensar, a ver en qué zonas o áreas geográficas del globo se da la mayor cantidad y variedad de enfermedades infecciosas, a todos nos viene a la cabeza lugares donde el hambre, la pobreza y las guerras son moneda corriente.
La infección y la desnutrición, según la literatura médica, van siempre juntas y cada una agrava a la otra.
Enfermedades comunes como el sarampión o la tuberculosis, o problemas como una simple diarrea, que prácticamente ya no constituyen ninguna amenaza para nosotros, causan una gran mortalidad en zonas de hambre endémica.
Hay un tipo de enfermedad que todo el mundo relaciona con el Sida-VIH, que se conoce con el nombre de neumonía por neumocistis carini, esta neumonía ya era conocida desde antiguo, los médicos la habían visto, entre otras situaciones, en niños muy desnutridos, (la padecieron por ejemplo los niños judíos del “guetto” de Varsovia en la Segunda Guerra Mundial).
Las personas que consumen habitualmente drogas como heroína, cocaína, crack, anfetaminas y por supuesto los alcohólicos, a menudo sufren importante desnutrición y por tanto inmunodeficiencia.
Drogas
Se conoce desde antiguo el papel debilitante de la inmunidad de numerosas drogas, habiéndose visto una mayor frecuencia de infecciones, prácticamente de todo tipo, en personas con dependencia a heroína, cocaína, crack, anfetaminas y alcohol.
Otra droga, de uso más reciente y que merece una consideración especial por sus devastadores efectos sobre el sistema inmunitario, son los “poppers”, de uso prácticamente exclusivo en ambientes “gays”.
- Heroína.- Publicaciones médicas que datan ya de 1909, refieren estos síntomas en usuarios de opiáceos intravenosos:“Adelgazamiento, sudores nocturnos, propensión a infecciones bucales, propensión a tuberculosis, endocarditis,…”
Estudios más actuales en usuarios de heroína “seronegativos” revelan que tanto sus recuentos de T4, como las cifras totales de glóbulos blancos, están a menudo muy por debajo de lo normal, al igual que sucede con los usuarios “seropositivos”, lo que demuestra que la heroína, por sí misma, produce inmunodeficiencia.
Además, a menudo la inyección de heroína no es estéril, lo que conlleva la posibilidad de septicemia, (infección de la sangre), y otras infecciones como hepatitis, infección por citomegalovirus, etc.
A todo ello se suma el efecto sobre la inmunidad jugado por un sinnúmero de sustancias con las que se rebaja o “corta” la heroína, cuya pureza generalmente no llega ni al 5%.
- Cocaína y crack.- Problemas como fiebre, adelgazamiento y propensión a problemas pulmonares, (bronquitis, neumonía, tuberculosis), se ven a menudo en consumidores asiduos de estas sustancias.
- Anfetaminas y derivados como la metanfetamina, (“cristal”, “speed”).- Afectan a la nutrición y al descanso, causan estrés y provocan agotamiento físico.
- Consumo abusivo de alcohol.- Es conocido desde antiguo que los enfermos de cirrosis alcohólica tienen infecciones con más facilidad.
Por otra parte, el alcohólico sufre desnutrición crónica con graves carencias vitamínicas, sobre todo ácido fólico y B12, (el alcohol interfiere su absorción), necesarias para la maduración de las células sanguíneas, es por ello que a menudo tienen disminución de todos los tipos de glóbulos blancos.
En 1986 el prestigioso Journal of the Medical Association informó sobre estas disminuciones de góbulos blancos, incluidos los T4, en los alcohólicos. El artículo concluía diciendo que, por diversas razones, (evidentemente se refería al abuso y no al consumo moderado), “el alcohol debe ser considerado como una droga inmunosupresora”, (palabra esta que lo dice todo).
- Bebés nacidos de madres adictas a heroína, o crack, o anfetaminas o alcohol.- Se deben incluir obligadamente dentro de este apartado de exposición a causas tóxicas o drogas por razones obvias, ya que no tiene nada de extraño que estos niños tengan inmunodeficiencia, entre otros problemas, si fueron expuestos durante meses en el vientre materno a estos tóxicos que la provocan.
- “Poppers”.- Son líquidos volátiles, cuya composición química son nitritos, (de amilo, de butilo, etc.), usados como afrodisiacos sobre todo en ambientes “gays”.
Inhalados antes de las relaciones, relajan la musculatura anal, aliviando la sensación dolorosa, facilitando con ello la penetración anal y prolongando el orgasmo.
Los nitritos son agentes oxidantes muy poderosos que reaccionan con muchas moléculas de nuestro organismo, incluso el agua, de ahí que sean de las sustancias que han sido más estudiadas por sus efectos cancerígenos, siendo además muy debilitantes de la inmunidad.
El uso de “poppers” entre gays alcanzó proporciones epidémicas a principio de los años 80 en los EE UU coincidiendo con los principios de la era del Sida, de hecho, los primeros 5 casos de la historia del Sida, es decir, los que están considerados como los 5 primeros enfermos de Sida de la historia, eran todos consumidores asiduos de estos tóxicos.
Medicamentos
En cuanto a los medicamentos que pueden producir inmunodeficiencia, hay que decir que son muchos los fármacos cuyo uso más o menos prolongado pueden provocarla de una u otra forma, nosotros destacaremos algunos entre ellos, como los fármacos de quimioterapia del cáncer, el uso prolongado de corticoides (derivados de la cortisona) y los antibióticos, (algunos en especial).
Fármacos de quimioterapia de cáncer.- Este tipo de fármacos figuran desde muy antiguo como una de las causas más importantes de inmunodeficiencia. Al igual que las radiaciones ionizantes que hemos mencionado, los fármacos de quimioterapia de cáncer, también llamados citotóxicos, (es decir, venenos o tóxicos celulares), afectan a la producción de todos los tipos de células sanguíneas, tanto glóbulos rojos, como plaquetas y glóbulos blancos o leucocitos, recordemos que estos últimos, entre los que están los linfocitos T4 ó CD4, son las células de la inmunidad. La neumonía por neumocistis y el sarcoma de Kaposi, ya eran conocidos desde antes de la era del Sida, ya que eran relativamente frecuentes en los enfermos de cáncer que recibían quimioterapia.
Se sabe también que son mutágenos, es decir, que pueden provocar cánceres, así como es sabido que afectan de manera especial a los tejidos del embrión en formación, pudiendo provocar malformaciones. Es debido precisamente a su gran toxicidad por lo que se usan en los enfermos de cáncer por períodos muy cortos.
Es muy importante aclarar que la mayoría de los fármacos que se dan por tiempo indefinido a las personas consideradas seropositivas para combatir al invisible VIH, (embarazadas y niños incluidos), es decir, la mayoría de los fármacos llamados “antivirales”, son fármacos de esta clase.
El AZT, también llamado Zidovudina, (el tristemente célebre Retrovir), en un fármaco que se investigó en los años 60 del siglo pasado para ver su posible utilidad en el cáncer, pero su elevada toxicidad hizo que se dejara de lado. Sorprendentemente, 20 años más tarde sería rescatado del baúl y tras un ensayo clínico, que hoy sabemos que fue fraudulento, fue aprobado por la FDA, (organismo de los EE UU encargado de la aprobación de alimentos y medicamentos), para su uso por tiempo indefinido en los enfermos de Sida. Es decir, lo que no servía siquiera para usarse por períodos cortos en los enfermos de cáncer, porque era demasido tóxico, fue aprobado 20 años más tarde para su uso indefinido en los enfermos de Sida. Este fármaco, la droga más tóxica que se aprobó jamás para consumo humano a largo plazo, se estuvo dando a miles de personas, a unas dosis muy altas, durante años. Entre los argumentos más utilizados para justificar esta aberración estaba el de “total, se iban a morir”.
El AZT se sigue utilizando, a menos dosis y combinado con otros tóxicos de la misma familia, (Ddc, Ddi, 3Tc, D4t, etc). El llamado “cóctel antivírico”, también llamado HAART, iniciales que corresponden a “tratamientos de alta eficacia”, (lo que no deja de ser una ironía), consta de dos fármacos de la familia del AZT más un llamado “inhibidor de proteasas”.
Todos estos fármacos carecen de estudios previos “contra placebo”, (es decir, estudios que demuestren que son mejores que no tomar nada), y al no haber estudios previos sobre su beneficio, con quien se experimenta directamente es con las personas, (de nuevo el argumento de “total, se van a morir”).
Uso prolongado o intensivo de antibióticos.- Es conocido desde hace décadas por su poder debilitante de la inmunidad. Entre otros efectos los antibióticos destruyen la llamada flora intestinal, una gran cantidad de microorganismos beneficiosos que todos albergamos en nuestro intestino y que constituye una poderosa barrera contra los gérmenes.
Hay ciertos antibióticos que producen además una importante reducción de ciertas vitaminas, (ácido fólico, la vitamina B12, por ejemplo), que son necesarias para la producción y maduración de los leucocitos o glóbulos blancos, con la correspondiente disminución de todos los tipos de ellos, tal es el caso del Septrim por ejemplo.
Nunca se usaron los antibióticos para prevenir infecciones, sino para tratarlas cuando las hay, sin embargo la era del Sida inauguró la costumbre de dar antibióticos durante semanas y meses para “prevenir” infecciones, como la neumonía por carini, con la excusa de que los linfocitos T4 ó CD4 están bajos, sin tener en cuenta que el uso prolongado de estos antibióticos, como el Septrim, reduce todos los tipos de glóbulos blancos y dispara la aparición de infecciones oportunistas, entre ellas la candidiasis.
Tratamientos prolongados a base de corticoides, (derivados de la cortisona).- Son conocidos desde antiguo también por su capacidad de mermar la inmunidad y facilitar las infecciones oportunistas, incluso la famosa neumonía por n. carini ha sido vista tras su uso prolongado.
Otros factores conocidos por causar inmunodeficiencia
- Infecciones
Hemos visto que la inmunodeficiencia provoca una mayor presencia de infecciones, pero las mismas infecciones, en especial las víricas, debilitan a su vez la inmunidad.
- Transfusiones de sangre y derivados
Se sabe desde hace décadas que las transfusiones de sangre y derivados debilitan la inmunidad, antes de la era del Sida ya era un hecho conocido que las personas que recibían transfusiones sanguíneas desarrollaban con frecuencia neumonías.
En cuanto a los hemofílicos, que deben recibir periódicamente transfusiones de ciertos derivados sanguíneos, siempre fue un hecho conocido que desarrollan infecciones con frecuencia y que su expectativa de vida, aunque ha aumentado con los años, es menor que la del resto de la población.
- Factores físicos como las radiaciones ionizantes
Neumonías por neumocistis y sarcomas de Kaposi, típicas enfermedades que se identifica con el Sida, ya habían sido observados hace muchos años en personas que recibían radioterapia contra el cáncer.
- Factores psicológicos
Es algo sabido y conocido que emociones sostenidas como la ansiedad, el miedo, la depresión y el estrés pueden influir poderosamente en nuestra salud y provocar distintos grados de inmunodeficiencia, quizás una de las razones sea el aumento en nuestro organismo del cortisol, (hormona similar en sus efectos a la cortisona), que se produce en estas situaciones.
Son conocidos los riesgos de enfermar que tienen las personas poco tiempo después de sucesos muy estresantes, (que se lo pregunten a las compañías de seguros), como fallecimiento de un cónyuge o familiar directo, (padre, madre, hijo), separaciones, conflictos, graves pérdidas económicas, etc.
Por otra parte hay hechos que prueban que aquello que creemos, o lo que esperamos que suceda, puede llegar a tener consecuencias fatales para nuestra salud:
- lo que se llama “muerte vudú” es la muerte que se produce en horas o días, después de ser maldecidos por el chamán, en personas de ciertos ámbitos culturales donde todos los miembros comparten la firme creencia en el poder del chamán.
- idéntico fenómeno se produce en nuestra sociedad moderna, donde la creencia en la ciencia y la medicina se ha convertido en un dogma de fe y la función del chamán es ejercida por doctores. Se ha visto que personas sanas, a las que por error les dicen que tienen cáncer, llegan a morirse en meses.
- y para acontecimientos traumatizantes, uno en especial de efectos devastadores que te resultará familiar, un señor en bata blanca que dice, mientras mira un papel, “Verá, es usted seropositivo”.
De ahí que la mejor vacuna contra las creencias nefastas, como el mito del virus del Sida, sea una buena dosis de información objetiva y sensata, como la que estás leyendo, la cual debe ser leída y releída las veces que haga falta, masticada, digerida y asimilada.
Como hemos visto, ya antes de que surgiera la idea de un virus que provoca inmunodeficiencia, ya eran conocidas por la medicina numerosas causas que la provocaban, (sólo hemos citado aquí unas cuantas), sin embargo, con la entrada en escena del VIH no sólo se han relegado al olvido estas causas, sino que incluso se pretende presentarnos la inmunodeficiencia adquirida como si fuese un fenómeno nuevo, nunca visto antes, (de ahí el ampuloso nombre de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida para designar a la supuesta enfermedad causada por el VIH). Es como si los doctores hubieran sufrido un ataque de amnesia repentina con respecto a las viejas causas que provocan inmunodeficiencia, algo incomprensible ya que incluso admitiendo que el virus VIH existiese y tuviera esas capacidades que dicen, esas viejas causas serían siempre problemas agravantes que sería preciso corregir.
En realidad estas causas que hemos mencionado son los auténticos “factores de riesgo” que se deben evitar para prevenir o curar la inmunodeficiencia, (no existe prácticamente ninguna inmunodeficiencia grave donde no esté presente alguna de estas causas, solas o combinadas).
¿Es lo mismo Sida que inmunodeficiencia adquirida?
Se nos ha dicho que Sida significa inmunodeficiencia adquirida, por lo tanto decir Sida y decir inmunodeficiencia adquirida debería ser lo mismo, sin embargo hay enormes diferencias entre una cosa y otra, (como ya habrás notado), y aunque el Sida tiene algo que ver sin duda con la inmunodeficiencia, lo que tiene que ver no es tanto como se piensa, (ni por causa de lo que se piensa, evidentemente).
Como ya hemos visto, la inmunodeficiencia adquirida es algo viejo y conocido por la medicina desde muchos años antes de que se creara la palabra Sida, (la cual se crea en 1982 en los EE UU, a raíz de la aparición en gays de ciertos problemas), en cambio, la idea del Sida, es decir, la idea de un virus que causa inmunodeficiencia, es algo muy novedoso al mismo tiempo extraño, de hecho ha necesitado de un gran derroche de medios publicitarios para que la gente llegara a entenderla.
Por otra parte, mientras la inmunodeficiencia adquirida es un fenómeno muy amplio que se sabe con certeza que lo producen muchas causas, el Sida es una visión muy particular de la inmunodeficiencia, que atribuye su causa única y exclusivamente a un virus, olvidándose del resto.
Pero hay más, la práctica totalidad de las personas que tienen inmunodeficiencia adquirida en el mundo no están catalogadas como “enfermas de Sida”, ni pertenecen siquiera a los llamados “grupos o prácticas de riesgo del Sida”, (pensemos en los desnutridos del mundo o simplemente en los alcohólicos). Al mismo tiempo, hay personas catalogadas por la medicina como “enfermas de Sida” que no tienen rastro de inmunodeficiencia y lo mismo sucede en la inmensa mayoría de los supuestos infectados al cabo de 15-20 años como mínimo, (y sin ninguna necesidad de tomar antivirales).
Pero para entender mejor qué es lo que tiene de inmunodeficiencia el Sida, debemos antes entender cómo se hace para catalogar a una persona como “enferma de Sida”, la cosa es bien simple:
Los expertos oficiales del Sida han elaborado una lista con 30 enfermedades, (con la particularidad de que ninguna de ellas nueva y que todas ellas se presentan tanto en personas seropositivas como en seronegativas), pues bien, una persona es considerada enferma de Sida o que tiene Sida, si ha resultado positiva en el mal llamado test de VIH y desarrolla alguna de esas enfermedades, caso que resulte negativa, no. Ejemplos:
Tuberculosis + test de VIH positivo = enfermo de Sida.
Tuberculosis + test de VIH negativo= enfermo de tuberculosis.
Neumonía + test de VIH positivo = enfermo de Sida.
Neumonía + test de VIH negativo= enfermo de neumonía.
Es decir, lo que decide si un problema determinado es o no es Sida, es el test de VIH positivo, a pesar de que, como hemos visto antes, no existe ninguna prueba que indique que el haber dado positivo en ese test sea indicio de nada patológico, presente o futuro, (de hecho ya dijimos que el valor de este test a efectos prácticos es como tener o no caspa en el pelo). Pero al mismo tiempo, desarrollar cualquiera de las enfermedades de esa lista, salvo contadas excepciones, no tiene porqué indicar que se tenga inmunodeficiencia, pues aunque esa lista incluye enfermedades en las que lo más probable es que haya inmunodeficiencia, (por ejemplo, la neumonía por neumocistis carini), también incluye otras, (adelgazamiento, diarrea, demencia, sarcoma de Kaposi, tuberculosis, candidiasis, tener menos de 200 CD4, etc.), cuya existencia no tiene porqué implicar inmunodeficiencia, es decir, puede haberla o no.
Pero existe indudablemente una inmunodeficiencia muy clara ligada al Sida: la que los médicos van a provocar a la persona etiquetada de “seropositiva”, con sus tratamientos sobre todo, con la excusa de que esa persona tiene un virus que es preciso combatir.
¿Cómo sabemos si una persona tiene inmunodeficiencia? ¿Son los T4 las defensas?
En general la inmunodeficiencia se pone de manifiesto por el grado o frecuencia de infecciones aunque, como ya dijimos antes, la presencia de infecciones no implica, en la mayoría de los casos, la existencia de un déficit inmunitario.
La forma de la que se vale el organismo para defenderse de las infecciones no es algo simple, pues intervienen barreras físicas, químicas, fenómenos hormonales, etc., no sólo el sistema inmunológico. Por otro lado, el sistema inmunológico, constituido por los leucocitos, incluye una gran diversidad de ellos con variedad de funciones.
Los linfocitos, un tipo de leucocitos, incluyen a su vez dos grandes grupos, los T y los B. A su vez los linfocitos T incluyen distintas variedades, entre ellos los T4 ó CD4. Como puedes ver, la cosa es lo bastante complicada como para que pretendamos reducir el sistema inmune a un solo tipo de células como los T4. Pues bien, otra práctica que se inició con la “Era del Sida” fue la de considerar los linfocitos T4 como sinónimo de “las defensas”, como si fuera el depósito de la gasolina, olvidándose del resto de los glóbulos blancos, cuando al fin y al cabo los T4 son tan solo una fracción muy pequeña del sistema inmune, incluso este es una parte de las defensas.(lo de los helper).
Esto es así porque la teoría del VIH elaborada por Robert Gallo, (virólogo y alto cargo en su día en el Instituto Nacional del Cáncer de los EE UU y de cuyas andanzas ya hablaremos), afirmaba que el blanco contra el que se dirigía el ataque del virus eran los linfocitos T, de ahí que la disminución de este tipo de linfocitos se convirtió en “el signo característico de la infección por el VIH”. Como se creía que sólo se daban estos descensos de T4 en los “infectados por el VIH”, solo a los “seropositivos” se les medían los T4, (hecho que motivó que más de uno se preguntase, “¿Porqué, si los T4 son tan importantes, no se los miden a su madre?”).
Pero a medida que se han ido haciendo estudios en la población general para ver cómo andaban de linfocitos T4, se ha visto que las disminuciones de T4 son bastante frecuentes en las personas no seropositivas y parecen presentarse más a menudo en algunas circunstancias.
Circunstancias en que los linfocitos T4 ó CD4 están bajos en personas no etiquetadas de seropositivas:
- Una gran variedad de enfermedades víricas.
- Infecciones bacterianas.
- Infecciones parasitarias.
- Sepsis, (infección de la sangre), shock séptico, (colapso circulatorio de causa infecciosa).
- Fallo múltiple de órganos y sistemas.
- Tuberculosis.
- Quemaduras.
- Traumatismos.
- Transfusiones.
- Malnutrición.
- Sobre-ejercicio.
- Embarazo.
- Variación diaria normal.
- Estrés psicológico.
- Aislamiento social.
- Alcoholismo.
De todos modos, visto lo poco que se sabe aún sobre los T4 y sin negar que estos tengan su importancia, lo más sensato sería no atribuirles ese valor absoluto que se les atribuye, mientras no sepamos más sobre la materia.
Una forma quizás más fiable y segura de valorar el sistema inmune sería la determinación de la cifra total de glóbulos blancos.
¿Es curable la inmunodeficiencia adquirida?
Aunque el problema de la inmunodeficiencia adquirida es algo mucho más amplio y extendido de lo que se piensa, (mucho más desde luego que la inexistente “pandemia de Sida”), si repasamos lo que la ciencia médica conoce sobre ella, nada hace pensar que sea un problema sin solución.
Es de sentido común que si este problema obedece a determinadas causas, será solucionable en la medida en que se corrijan sus causas, algo que se ve corroborado en la práctica por los hechos.
¿Es contagiosa la inmunodeficiencia adquirida?
¿Crees que podrías regalarle a alguien 50 millones de euros si no los tienes? Entonces mal vas a poder transmitirle a nadie algo que jamás se ha visto en ningún ser humano, la inmunodeficiencia adquirida no es un problema contagioso, al igual que no lo es el cáncer ni la cirrosis etílica.
¿Qué pasa entonces con las llamadas “medidas preventivas del Sida”?
En cuanto al uso del preservativo, tan cacareado, sólo cabe decir que si para una cosa no debe usarse es precisamente para prevenir ningún Sida, debiéndose usar para lo que siempre se usó, evitar embarazos no deseados y evitar enfermedades de transmisión sexual en aquellas personas muy promiscuas, otra razón adicional, tal como están ahora las leyes, es evitar demandas judiciales, (la relación de una persona “seropositiva”, sin preservativo y sin manifestar esta supuesta condición, está considerado un hecho delictivo).
Sí es preciso insistir en cambio en que el hecho de que el Sida no sea un problema infeccioso no le quita ninguna validez al uso de jeringas estériles por parte de las personas que usan drogas intravenosas, y esta no es una recomendación hecha a la ligera, el uso de jeringas limpias evita el paso, de unas persona a otras, de todo tipo de gérmenes, (sean hongos, bacterias o virus). Esto ya era algo muy conocido antes de la era del Sida, de hecho y por poner un ejemplo, ya en el año 1974, es decir, diez años antes de que entrara en escena el VIH, en Ámsterdam ya se llevaban a cabo programas de reparto de jeringas estériles entre usuarios de drogas intravenosas, para prevenir sobre sobre todo las hepatitis.
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Sobre la construcción del mito del sida infeccioso puedes consultar los siguientes artículos:
- La construcción del mito 1ª parte:
https://superandoelsida3.ning.com/profiles/blogs/la-construccion-del-mito-del
- La construcción del mito 2ª parte:
https://superandoelsida3.ning.com/profiles/blogs/construyendo-el-mito-del-sida
- Disparates de antología para la historia o cómo fue la construcción del mito de la transmisión por el CDC:
A espaldas de la comunidad científica, (no hubo publicaciones previas en los medios científicos), las autoridades sanitarias americanas convocan una multitudinaria rueda de prensa en Washington, el 23 de abril de 1984, donde anuncian al mundo el descubrimiento, por parte del científico Robert Gallo, de la causa de las enfermedades que ya se conocían como Sida, un presunto virus al parecer, que más tarde llamaron VIH.
Antes y después de esa declaración, algunos hechos documentados:
Década de los 70 en los EE UU: Hay un incremento epidémico de consumo de drogas, algunas ya conocidas por ser inmunodebilitantes -caso de la heroína y cocaína- y otras conocidas más tarde, como los “poppers”, nitritos inhalables, muy usados como afrodisíacos por una minoría de gays, y de probados efectos inmunodepresores y mutágenos. Los 5 primeros casos conocidos de la historia del Sida, los 5 casos de neumonía por n. carini, detectados por el inmunólogo M. Gottlieb en la Clínica Universitaria de Los Angeles, eran todos consumidores de “poppers”.
EL CDC, Centro de Control de Enfermedad de Atlanta, tras estudios de escaso rigor, (no convencen siquiera en un primer momento ni al propio Gallo), llega a la peregrina conclusión de que la único relevante de los enfermos de Sida era su elevado número de relaciones sexuales, por lo que la causa tenía que ser infecciosa, es decir, transmisible. Pasando por alto conocidos factores inmunodebilitantes, que correlacionan con ese elevado número de relaciones sexuales: amplio historial de enfermedades sexualmente transmisibles, (como gonorreas, herpes, sífilis, etc), algo documentado, amplio historial de consumo de antibióticos para tratar esas infecciones, también documentado y amplio uso de afrodisíacos, (las correlaciones entre sarcoma de Kaposi y consumo de “poppers” llegaban casi al 100% en los primeros estudios del propio CDC).
En 1986, el Comité de la NAC, Academia Nacional de Ciencias , tomando como base los trabajos de Gallo, dictamina que “la evidencia de que el VIH causa el Sida es científicamente concluyente”. Sin embargo, los trabajos de Gallo, que nadie ha conseguido mejorar hasta hoy, sólo documentan la presencia de las partículas que él llama VIH en el 34% de las personas que habían dado positivo al test, no demostrando aislamiento viral alguno.
En 1987, el biólogo molecular de California-Berkeley, Peter Duesberg, tenido por el propio Gallo como la máxima autoridad en retrovirus, explica en la revista “Cancer Research” porqué no creía probable que el VIH, un supuesto retrovirus, pudiera causar el Sida. Nadie es capaz de rebatirle, pese a lo cual pasa a ser demonizado y le cortan los fondos para investigar.
En 1988 la Dra. Eleni Papadopulos-Eleopulos, biofísica del Royal Perth Hospital, Australia, publica en la revista “Medical Hypotheses” un trabajo, que plantea que el virus VIH no ha sido aislado. Pasa desapercibido.
En 1991 nace el “Grupo Internacional Para la Reevaluación de la Hipótesis VIH-SIDA”, integrado en la actualidad por varios miles de investigadores, que pide un debate y que se analicen los datos a favor y en contra de la Hipótesis VIH-Sida. Nadie se entera debido a la censura.
En 1998, en la Conferencia Internacional de Sida de Ginebra, el Dr. Ho, una de las máximas eminencias del VIH, admite, ante las preguntas del periodista Huw Christie, que “todavía hoy no se dispone de ninguna fotografía al microscopio electrónico del VIH, tomada a partir de la sangre fresca de ningún ser humano, con o sin Sida”. Hecho de importancia crucial.
El hecho de que lo que se llama VIH no haya sido visto jamás, con el derroche de medios, en la sangre fresca de portadores y enfermos, (se nos asegura que el VIH se transmite por sangre), tiene enormes implicaciones, a saber:
1. Reduce el VIH a un fenómeno exclusivo de laboratorio, suscitando las preguntas: ¿Puede ser letal para el hombre algo que sólo ha sido visto hasta la fecha bajo sofisticadas condiciones de laboratorio, y no siempre? ¿Cómo podemos acusar a eso que llaman VIH de causar enfermedad alguna, si no ha sido visto jamás en la sangre de ningún ser humano?
2. Por otro lado, ¿Cómo verificamos que los mal llamados tests de VIH son fiables, es decir, sirven para detectar su presencia en las personas? Pues comprobando que, en un número significativo de casos, donde el test ha dado positivo, el virus efectivamente está. El problema es que, al no haberse visto jamás el VIH en nadie, todos los tipos de tests usados para detectar el VIH, incluídos los de “carga viral”, carecen de validez.
3. Papadopulos demuestra incluso el origen de las mal llamadas “proteínas del VIH”, gp 120, gp 160, p 17, p 24,etc, que sirven de base el test, que no es otro que un origen celular, bien conocido.
Existen otras importantes contradicciones, aun suponiendo que el virus existiera, (altamente improbable), y que el test fuera fiable, (algo imposible).
1. El Sida no cumple las condiciones de una epidemia infecciosa: A) No ha crecido de forma explosiva dentro de la población, típico de los virus nuevos para los que no existe vacuna ni tratamiento. Pasados más de 20 años desde el comienzo de la supuesta epidemia, el Sida permanece confinado en su 80-90% en Europa y los EE UU, en los mismos grupos de riesgo que el principio, no habiendo explotado en la población general. B) No se distribuye por igual entre los dos sexos, al contrario, es masculino en el mundo occidental, (86% en Europa y 92% en los EE UU). C) En cuanto a la epidemia de Sida en Africa, sólo decir que, en virtud de las normas, impresentables, de la OMS, en Africa se puede considerar un caso como de Sida sin hacer el test, sólo se precisa tener: 10% o más de perdida de peso, fiebre de un mes, diarrea de un mes,...Cosas estas indistinguibles del hambre y males endémicos africanos.
2. La “calaverada” de los tratamientos: Las drogas más conocidas desde antiguo por su capacidad inmunodepresora, los fármacos de quimioterapia del cáncer, fueron y son las más usadas en el Sida.
3. Las espectativas de vida: De los propios datos oficiales se desprende que la mayoría de los “seropositivos” se mantienen vivos y sanos, durante un mínimo de 15 años, y todo hace suponer que sin necesidad de fármacos.
De momento, sólo un país, Sudáfrica, hizo gestiones para llegar al fondo del asunto. Estas frases son de la carta que su presidente, Thabo Mbeki, envió a los principales líderes mundiales y por la que le llamaron de todo en la prensa, ver El País del 20-4-2000, eso sí, la carta no se publicó:
...”Científicos en nombre de la ciencia piden que cooperemos con ellos en congelar el debate científico sobre el punto concreto que ese debate alcanzó en 1984”...
...”Algunos propugnan estas extraordinarias ideas con un fervor religioso, cegado por un alto grado de fanatismo, lo cual es verdaderamente preocupante,...
...”Personas que en otros temas combatirían para defender los importantes derechos de libertad de pensamiento y expresión, en el tema SIDA ocupan la primera línea en la campaña de intimidación y terrorismo intelectual, alegando que la única libertad que tenemos es estar de acuerdo con lo que estas mismas personas decretan que son verdades científicas demostradas...
...”Lo más extraño de esto es que parece que TODOS NOSOTROS estamos dispuestos
a servir a la causa de estos fanáticos, decidiendo ESTAR QUIETOS Y ESPERAR".
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Red Internacional de Orientación y Apoyo Mutuo Superando el SIDA