Esta Guía Rápida para detectar la Mala Ciencia se publicó en la página scientiablog.com el 13 de mayo de 2014, donde se comenta que se trata de una excepcional infografía, adaptada por Carolina Jiménez (@OKInfografia) de la original, realizada por @compoundchem y publicada en Naukas.com. En dicha infografía se proporcionan 12 puntos, que son esenciales para detectar la mala ciencia.
Por nuestra parte creemos que tiene una enorme aplicación al caso de la Ciencia del SIDA, de la que ofrecemos algunos ejemplos que muestran hasta qué punto estamos ante una auténtica CIENCIA BASURA.

(Infografía realizada por Carolina Jiménez con permiso del autor original [Compound Interest http://www.compoundchem.com/2014/04/02/a-rough-guide-to-spotting-bad-science/] )
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(Para quienes tengan problemas de visión transcribimos el texto a continuación)
GUÍA RÁPIDA PARA DETECTAR LA MALA CIENCIA
1- TITULARES SENSACIONALISTAS
Los titulares de los artículos están diseñados para captar la atención del lector, animarlo a hacer clic y seguir leyendo. En el mejor de los casos simplifican en exceso los resultados de una investigación. En el peor, los sensacionalizan y malinterpretan.
2- RESULTADOS MALINTERPRETADOS
En ocasiones, los artículos de las noticias distorsionan o malinterpretan los hallazgos de una investigación a favor de una buena historia, sea intencionadamente o no. Si fuera posible, a la hora de informarte, intenta leer la investigación original, en vez de fiarte de un artículo.
3- CONFLICTO DE INTERESES
Muchas empresas contratan científicos para llevar a cabo investigaciones y publicarlas. A pesar de que esto no invalida necesariamente la investigación, debe tenerse en cuenta a la hora de analizarla. Un estudio también puede ser malinterpretado para favorecer intereses económicos o personales.
4- CORRELACIÓN Y CAUSALIDAD
Sé precavido ante la confusión entre correlación y causalidad. La correlación entre dos variables no significa automáticamente que una sea la causa de la otra. El calentamiento global ha aumentado desde 1800 y el número de piratas ha disminuido, lo que no implica que la escasez de piratas provoque el calentamiento global.
5- LENGUAJE ESPECULATIVO
Las especulaciones derivadas de un artículo son sólo eso, especulaciones. Estate alerta ante expresiones como “quizás”, “podría”, “parece” y otras de ese tipo, ya que es poco probable que un estudio arroje pruebas fundamentadas en las conclusiones que suelen referirse a ellas.
6- GRUPOS DE ESTUDIO DEMASIADO PEQUEÑOS
En los estudios clínicos, cuanto más pequeño es el grupo que se estudia menor confianza ofrecen los resultados cuando se aplican a toda la población. Debe tenerse esto en cuenta a la hora de analizar las conclusiones obtenidas con grupos de menor tamaño. Debe resultar sospechoso que el grupo de estudio pudiera haber sido mayor de lo que realmente fue.
7- MUESTRAS NO REPRESENTATIVAS
En estudios clínicos humanos, los investigadores tratan de seleccionar individuos que sean representativos de una población mayor. Si la muestra seleccionada es distinta a la población en su conjunto, las conclusiones bien podrían no ser correctas.
8- AUSENCIA DE GRUPO DE CONTROL
En estudios clínicos, los resultados de los sujetos estudiados tienen que ser comparados con los de un “grupo de control” al que no se le ha administrado la sustancia a estudio. Los grupos también deben asignarse de manera aleatoria. En todo experimento general debe usarse un grupo de control en el que todas las variables estén controladas.
9- AUSENCIA DE “DOBLE CIEGO”
Para evitar cualquier sesgo, los sujetos no deben saber si pertenecen al grupo de estudio o al grupo control. En los estudios con “doble ciego” ni siquiera los investigadores no saben qué sujetos pertenecen a cada grupo hasta después del estudio. Nota: el “doble ciego” no siempre es viable o ético.
10- RESULTADOS PARCIALES
Esto implica seleccionar los resultados de los experimentos que secundan la conclusión de un estudio omitiendo los que no lo hacen. Si en el informe de una investigación se sacan únicamente conclusiones de una parte de los resultados, puede que sean parciales y seleccionadas así intencionadamente.
11- RESULTADOS IRREPRODUCIBLES
Los resultados deben ser reproducibles en investigaciones independientes y comprobados –cuando sea posible- en un amplio número de situaciones para asegurarse de que pueden generalizarse. Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias, lo que implica mucho más que un solo estudio independiente.
12- PUBLICACIONES Y REFERENCIAS
Las investigaciones publicadas en revistas importantes han estado sometidas a un proceso de revisión, pero aún así pueden contener errores, de modo que deben evaluarse teniendo esto en cuenta. Del mismo modo, el hecho de contener gran número de referencias no siempre indica que la investigación esté debidamente respaldada.
(2014 COMPOUND INTEREST * WWW.COMPOUNDCHEM.COM * TRADUCIDO POR CAROLINA JIMÉNEZ)
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SU APLICACIÓN AL CASO DEL SIDA
Veamos algunos ejemplos de aplicación de estos puntos al caso del SIDA:
SOBRE EL SENSACIONALISMO
No es ningún secreto que el sensacionalismo, justificado para unos e injustificable para otros, ha sido y es una constante en la Ciencia del SIDA, una “ciencia”, como se ha llegado a calificar, “construida a base de ruedas de prensa”, donde las noticias en los medios van siempre por delante de los hallazgos científicos, tanto es así que el especialista en análisis matemático Marck Craddok llegó a decir: “(En el Sida) una cosa es lo que los científicos encuentran, otra cosa lo que cuentan en las ruedas de prensa, y otra lo que los medios de comunicación cuentan al público, suponer que las tres son idénticas, incluso similares, es pura locura”. Entre los ejemplos más significativos de sensacionalismo en el SIDA cabe destacar:
- La declaración del descubrimiento de la “probable causa del SIDA”, hecha en rueda de prensa el 14 de abril de 1984 en Washington, con el científico Robert Gallo luciendo unas oscuras gafas de sol junto a la ministra norteamericana de salud Margaret Heckler. Esta declaración ante los medios, en contra de lo que sería lógico, se produjo sin que se hubiera publicado ningún artículo en las revistas científicas que relacionara al virus presuntamente descubierto con la enfermedad, algo totalmente inusual.
El primer artículo al respecto se publicará al mes siguiente de la declaración en la revista Science. Sin embargo, en dicho artículo, que figura en el número de Science correspondiente al mes de mayo de 1984, sólo se muestran unas fotos que después supimos procedían de una muestra que el científico francés del Instituto Pasteur, Lluc Montagnier, había enviado a Robert Gallo. Pero, además de la ausencia de los pertinentes estudios que establecieran una relación causal entre el supuesto virus recién descubierto y el conjunto de viejas enfermedades rebautizadas como SIDA, después nos enteramos también de que esas fotos no correspondían a ningún nuevo retrovirus, aspectos investigados rigurosamente por la periodista americana Janine Roberts, publicados en su libro Miedo a lo Invisible. Por su parte, el científico francés Lluc Montagnier declararía años más tarde, en una entrevista concedida al periodista Djamel Tahi, que no había purificado el virus, lo que es lo mismo que decir que no había aislado nada.
- Toda esta esperpéntica historia había arrancado unos años antes, en 1981, con la publicación en el Boletín Epidemiológico Semanal del CDC, (Centro de Control de Enfermedad, de Atlanta, EE UU), inmediatamente aireada por los medios, de la noticia de la aparición de 5 casos de neumonía por neumocistis en 5 jóvenes gays, sugiriendo un origen transmisible (por contacto sexual). Además de una grave irresponsabilidad, (no había ningún dato o estudio que avalara tal hipótesis), esto constituyó todo un ejemplo de sensacionalismo y alarmismo. Recalcar que este anuncio alarmista fue hecho precisamente por quien más prudente tendría que haber sido: un organismo sanitario, el CDC. Se ponía así la primera piedra en la construcción del mito de SIDA infeccioso, la primera “epidemia” construida paso a paso desde los medios de comunicación a golpe de comunicados de prensa. (1981, 5 de junio, Gottlieb et al. Pneumocystis Pneumonia- Los Angeles. MMWR 30: 250-252. CDC editorial: “The fact that these patients were homosexuals suggest an association between some aspects of homosexual lifestyle or disease acquired through SEXUAL CONTACT and PCP in this population”).
SOBRE MALA INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS
Se podrían citar bastantes ejemplos de cómo en el SIDA se han tergiversado y malinterpretado multitud de datos, sea parámetros biológicos o sea métodos científicos de validación como lo son encuestas epidemiológicas y ensayos clínicos, al punto de que se puede decir que, en el terreno del SIDA, estos ya no sirven como tales métodos de validación objetiva, sino todo lo contrario: en virtud de su tergiversación y manipulación son un excelente método para dar valor a lo que no lo tiene y quitárselo a lo que lo tiene realmente, como se ilustra en los siguientes ejemplos:
- El Protocolo 577, la encuesta epidemiológica que sirvió para ir allanando el camino para la consideración del SIDA como un problema de naturaleza infecciosa o transmisible, cuyas peregrinas conclusiones, que no convencieron en el primer momento ni al propio Robert Gallo, fueron que “lo único relevante que tenían en común las personas que desarrollaban SIDA era su elevado número de relaciones sexuales, por lo que el problema que tenían que ser, por fuerza, infeccioso”. Ninguna referencia de relieve al consumo de poppers, cuyo consumo era generalizado, ni al amplio uso de antibióticos del que hacían uso, ni al amplio historial de enfermedades sexualmente transmisibles que presentaban una gran parte de ellos, todos ellos factores debilitantes de la inmunidad. En el libro de Dominique Lapierre “Más grandes que el amor”, un documentado libro que narra, con docenas de entrevistas a los investigadores que jugaron un papel clave en la construcción del mito del SIDA, los primeros años de la historia del SIDA, se detalla este estudio, del que hicimos un resumen en el trabajo La construcción del mito del SIDA (1ª parte).
- Ensayo clínico BW002: Otro ejemplo significativo es el ensayo clínico que condujo a la aprobación del AZT, que ha llegado a ser calificada como la “droga más tóxica que se aprobó jamás para consumo humano a largo plazo”. El AZT es un análogo nucleósido, de la familia de los inhibidores análogos, un subtipo dentro de los fármacos de quimioterapia de cáncer. A mediados de los años 60 del pasado siglo se investigó su posible utilidad como fármaco anticanceroso, pero era tan tóxico que se desechó.
Sin embargo, de modo incomprensible, lo que no servía para ser usado por períodos cortos en los enfermos de cáncer por ser demasiado tóxico, 20 años más tarde sería aprobado para su uso, por tiempo indefinido, en seres humanos. ¿Cómo fue posible semejante disparate? Pues con un “ensayo clínico controlado a doble ciego con placebo”, cuyos resultados, totalmente tergiversados y manipulados, fueron publicados en New England Journal of Medicine (1987 Jul 23; 317(4):185-91). ¿Pero es que a alguien le puede caber en la cabeza que un fármaco que ni siquiera sirvió para ser usado por períodos cortos en los enfermos de cáncer debido a su elevada toxicidad, puede transformarse de la noche a la mañana en un fármaco útil que prolonga la vida de las personas? Pues por lo visto sí, y con todo el respaldo de la “ciencia”. El escritor John Lauritsen, en su libro Poison by Prescription, The AZT history, analizó de modo riguroso este ensayo clínico, donde se violaron todos los protocolos habidos y por haber.
Sólo sabemos que el uso masivo y a altas dosis de este fármaco coincide en el tiempo con la época de mayor mortalidad que se dice por SIDA, (el período entre 1987 y 1997), como afirma la Dra. alemana Juliane Sacher.
- Otro ensayo clínico polémico por todo el conjunto de irregularidades de las que estuvo rodeado fue el que condujo a la aprobación de la Nevirapina (Viramune), tema rigurosamente investigado por la periodista neoyorkina, especializada en el tema del SIDA, Celia Farber, que trató este tema en un excelente artículo, publicado en la revista SPIN, titulado “Fuera de Control, Sida y corrupción de la ciencia médica”.
SOBRE CONFLICTOS DE INTERESES
La práctica totalidad de los pretendidos estudios que avalan la eficacia de los fármacos antivirales son financiados por las farmacéuticas que los comercializan, que son a su vez quienes financian las conferencias internacionales sobre SIDA que se realizan periódicamente.
SOBRE CORRELACIÓN Y CAUSALIDAD
La más conocida en el SIDA es la pretendida correlación causal entre la “presencia del VIH” (detectada mediante unos tests chapuza) y la presencia de enfermedades definitorias de SIDA (que se asimila a la presencia de inmunodeficiencia). Si bien el modo más lógico de establecer la coincidencia natural entre la inmunodeficiencia y la presencia de VIH, debería ser el tener por un lado los casos de inmunodeficiencia (medida esta por la presencia de enfermedades que la denotan o de la forma que se quiera), y luego proceder a ver en cuantos de ellos se encuentra el VIH, esto jamás se ha hecho ni se hace: los casos de SIDA se incluyen dentro del apartado de Vigilancia del VIH, es decir, sólo se catalogan como casos de SIDA aquellos que dan positivo en esos tests chapuza, lo que siempre asegurará una correlación del 100% entre el SIDA y la presencia de VIH, algo que está totalmente lejos de la realidad.
SOBRE EL LENGUAJE ESPECULATIVO
Las especulaciones en el SIDA abarcan multitud de aspectos:
- Asumir como algo demostrado la existencia de un retrovirus mutante, que han dado en llamar Virus de la Inmunodeficiencia Humana (IVH) sin que exista una sola prueba sólida de la misma.
- La atribución al virus de supuestas propiedades totalmente fuera de lo común, como dice el Dr. - -Beverly Griffin, director del Departamento de Virología del Royal Postgraduate Medical School de Londres, en referencia a las características atribuidas por los autores de la teoría del VIH al virus, (esa sorprendente capacidad para mutar, la también sorprendente capacidad de estar dormido y a la espera desde que supuestamente infecta a la persona hasta que produce la enfermedad, la capacidad de producirla por medios “indirectos” o desconocidos…), “Todas esas suposiciones carecen de pruebas y de claridad, invenciones como esas pueden ser usadas para acusar a cualquier microbio de cualquier enfermedad”.
- Atribución de supuestas proteínas constituyentes, cuyo origen parece ser un origen celular, bien conocido.
- Supuesto Genoma del VIH, su supuesta estructura genética.
- Supuestas cantidades de virus medidas con la PCR (la llamada carga viral).
- Supuestos síntomas que provoca, desde los supuestos síntomas de “primoinfección” a las enfermedades de todo tipo cuya causa se le atribuye.
- Supuesta destrucción de linfocitos cd4 que provoca. La disminución de linfocitos cd4 es una situación relativamente frecuente que se da en numerosas circunstancias que no tienen nada que ver con el VIH.
- Supuestos "grupos o prácticas de riesgo".
- Supuesta necesidad de los arvs para la supervivencia
- Mito del SIDA en África.
- Etc., etc.
SOBRE LA AUSENCIA DE GRUPOS DE CONTROL
La ausencia de grupos control no sólo se refiere a los estudios que avalan la supuesta utilidad de los tratamientos, también se da en otros aspectos clave, como las supuestas imágenes sobre el VIH que nos venden, estas no incluyen grupos control, es decir, se nos muestran una serie de imágenes obtenidas tras un sofisticado proceso realizado a partir de muestras de personas seropositivas, sin mostrar su ausencia, siguiendo el mismo proceso, en personas seronegativas. Todo parece ser que, si se efectúa el mismo sofisticado proceso a partir de muestras de leucocitos tomadas de personas seronegativas, se obtienen las mismas imágenes, aspectos explicados magistralmente por el Dr Roberto Giraldo, especialista en enfermedades infecciosas, en el artículo, “¿Son falsas las microfotografías del VIH?".
SOBRE LA AUSENCIA DE “DOBLE CIEGO”
Quizás el caso más significativo y escandaloso de ausencia de “doble ciego” sea el de los estudios que supuestamente avalan la utilidad de la práctica totalidad de los fármacos antivirales. Esta ausencia, (nos referimos al “cóctel antiviral” que se instaura a partir de 1996-96, conocida con las iniciales de TARGA, o HAART en inglés, que es la terapia utilizada en la actualidad), es algo documentado y publicado en revistas científicas de prestigio, como The Lancet, que en el año 2005 dejó bien claro en 2005 que “por razones éticas, no ha habido ningún ensayo placebo controlado a doble ciego en la TARGA, o Terapia Anti Retroviral de Gran Actividad”. Señalar que esta situación no ha variado en el tiempo transcurrido (“Respuesta y Pronóstico en Europa y Norte América en la primera década de la terapia antirretroviral altamente activa –HAART- Un análisis de colaboración”, The Lancet 368:451-458).
SOBRE PUBLICACIONES Y REFERENCIAS
Como afirma el Dr Kary Mullis, Nobel de Química de 1993 por la invención de la PCR, (la técnica usada -impropiamente según él- para determinar lo que se llama la carga viral): “No existen en ningún lugar del mundo publicaciones que, solas o en conjunto, demuestren que el virus VIH sea la causa del SIDA, por lo que no existen referencias en ningún lugar de tales trabajos”, declaraciones contenidas en el prólogo del libro Inventing the AIDS virus, de Peter Duesberg.
En el juicio de la Sangre Contaminada de Göttingen, Alemania, (1995-97), donde se acusaba a un médico de ser el responsable de miles de supuestos contagios por sangre contaminada supuestamente con el VIH, el virólogo Stefan Lanka pidió al tribunal que encontrara un solo científico que fuera capaz de aportar pruebas y documentación que demostrara que el VIH existía y causaba el SIDA, el juicio se paralizó un año, nadie compareció. Al final, el médico fue absuelto, si bien una recalificación posterior de la sentencia le condenó a una pequeña pena en relación con las elevadas penas que se le imputaban en un principio. Por supuesto, nada de esto saltó a los medios, si bien el juicio en un principio había sido anunciado a bombo y platillo en todos los medios.
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No es ninguna casualidad que los defensores a ultranza de esta CIENCIA BASURA, con su visión simplista, inútil, perjudicial en todos los sentidos y sumamente costosa para el bolsillo de los contribuyentes, sean precisamente quienes se permiten calificar a quienes no piensan como ellos con términos despectivos como “negacionistas”.
De su actitud fanática y fundamentalista da una idea el hecho de que se nieguen a algo tan elemental como un debate científico, debate que numerosos investigadores de prestigio llevan más de 20 años solicitando.
Es más práctica y rentable la censura, mientras se difunde entre los profesionales de la información un hipócrita discurso sobre “la responsabilidad de informar” y otras zarandajas que lo único que persiguen es que, sencillamente, no se informe.
Después de más de 20 años esperando por este debate científico ya nadie nos puede hacer creer que este pánico al debate no esconde más que un hecho clave: la incapacidad de defenderse con argumentos.
El SIDA no es un tema de “expertos”, ni de grandes especialistas, sino algo en lo que toda la sociedad debe tomar finalmente cartas en el asunto y no permitir que se le expropie, amparándose precisamente en razones de “salud pública”, información de carácter sanitario que debe conocer.