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Este artículo, que complementa al artículo anterior que publicó Raúl hace días, http://superandoelsida.ning.com/profiles/blogs/anatomia-de-un-ensayo-clinico, es un poco extenso pero tiene un enorme interés pues es un ejemplo más que nos muestra cómo en el Sida se violan sistemáticamente las normas y protocolos que deben regir la investigación, en este caso los ensayos clínicos para verificar la toxicidad y eficacia de los fármacos antivirales, trayendo a colación las múltiples y graves irregularidades que rodearon la aprobación de la nevirapina (Viramune) para su uso en embarazadas vih+.
Se aprecia incluso cómo organismos oficiales encargados de velar por la limpieza de esos ensayos son los primeros, en un momento dado, en perseguir a los pocos funcionarios honestos que denuncian fraudes.

El SIDA y la corrupción de la ciencia médica. CELIA FARBER / Harper’s Magazine 1 mar 2006.

Joyce Ann Hafford era una madre normal que vivía sola con su hijo de trece años, Jermal, en Memphis, Tennessee, cuando se enteró que estaba embarazada de su segundo hijo. Trabajaba en el servicio de
representación del cliente en una compañía llamada CMC Call Center; su hijo era un buen estudiante, músico y atleta. En abril de 2003, Hafford, embarazada de cuatro meses, fue urgida por su obstetra para hacer un test de VIH. Ella aceptó, aunque se encontraba bien de salud y no tenía razón para pensar que pudiera ser VIH positivo. El test resultó positivo, si bien Hafford fue testada solamente una vez y no sabía que su embarazo podía causar un falso positivo en el test de VIH. Lo que primero pensó fue en su bebé. Hafford fue derivada inmediatamente a un especialista de VIH/SIDA, el Dr. Edwin Torpe, quien resultó ser uno de los principales investigadores y reclutadores de pacientes para ensayos clínicos en la Universidad de Tennessee Medical Group, patrocinada por la División de SIDA (DAIDS) la rama principal de investigación VIH/SIDA dentro de los Institutos Nacionales de Salud.

El objetivo del estudio, PACTG 1022, era comparar los “límites de toxicidad en tratamientos” de dos tipos de regímenes con drogas anti-VIH. El núcleo de las drogas que estaban siendo comparadas eran nelfinavir (nombre comercial Viracept) y nevirapine (nombre comercial Viramune). A ese régimen, a cada línea o brazo, fueron añadidas dos drogas más, zidovudina (AZT) y lamivudina (Epivir) en una combinación (branded combination) llamada Combivir. PACTG 1022 era una prueba tan “segura” como eficaz, que significa que las embarazadas habían participado como sujetos de estudio para investigar seguridad y todavía el estudio estaba probando los
limites externos de toxicidad llevadera. Dadas las creencias reinantes acerca de la patogenicidad del VIH, semejantes estudios son bastante corrientes, especialmente en la era post-1994, cuando el AZT fue utilizado (saludado-celebrado) para impedir los casos de transmisión de madre a hijo.

La meta del PACTG 1022 era reclutar por lo menos 440 embarazadas en toda la nación, de la cuales 15 fueron enroladas en la Universidad de Tennessee Medical Group. El plan era asignar a los participantes en el estudio a uno de los dos grupos, con administración de tres drogas VIH, empezando a partir de las diez semanas de gestación. De las cuatro drogas de este estudio, tres pertenecían a la categoría “C” de la FDA, lo que quiere decir que la seguridad de cada madre o feto no había estado adecuadamente establecida.

Joyce Ann Hafford tenía treinta y tres años y siempre había gozado de buena salud. No mostraba signos de ninguno de los síntomas asociados con SIDA –su conteo de CD4, que miden los linfocitos usados como indicadores de la fortaleza del sistema inmune, y que se cree que el VIH lentamente corroe, estaba en los rangos normales, y se encontraba bien.
A principios de junio de 2003, fue enrolada en el estudio y sobre el 18 de junio tomó su primera dosis de la droga. “Se sintió mareada en seguida”, recuerda su hermana mayor, Rubbie King. “A las setenta y dos horas tenía un horrible salpullido, erupciones en toda su cara, manos y brazos. Eso era la primera señal de que tenía un problema. Le dije que llamara a su médico y lo hizo, pero simplemente le dijeron que se echara una crema con hidrocortisona.
Yo, después, me di cuenta que un salpullido es una señal muy fea, pero a ellos no les pareció lo suficientemente alarmante.

Hafford estuvo con el tratamiento durante treinta y ocho días. “Su salud empezó a deteriorarse desde el momento en que empezó a tomar el tratamiento” dice King. “Estaba siempre sufriendo, constantemente vomitando, y finalmente llegó al punto donde todo lo que podía hacer era acostarse.” Las hermanas ocultaron los resultados del test de VIH y del estudio de Hafford a su madre, y Hafford se atribuyó a sí misma, sus mareos y náuseas, al hecho de estar preñada. Ella era una persona encantadora, que no se queja, y estaba convencida de que había tenido suerte al haber sido admitida en ese estudio. “Me dijo, Nell –que es como me llama—“Lo he hecho para acabar con esto. No puedo dejar que mi bebé adquiera este virus”. Yo dije, “Bueno,
comprendo eso, pero estás terriblemente enferma”. Pero ella nunca expresó ningún temor porque pensaba que lo estaba haciendo para proteger al bebé de ser VIH positivo. No lo hacía, aunque sabía que tenía problemas.

El 16 de julio, en su control programado, el médico de Hafford tomo nota del salpullido, que era “pruritito y maculo-papular” y también advirtió que estaba sufriendo hiperpigmentación, además de continuas náuseas, dolor y vómitos. Durante todo este tiempo ella podría constatar que estaba cubierta por el Seguro. Su sangre fue retirada para los test de laboratorio, pero ella no fue eliminada del estudio, de acuerdo a los documentos y recomendaciones internas del NIH.

Ocho días más tarde, Hafford fue al Centro Médico Regional “totalmente sintomática”, tal y como fue caracterizada en la documentación legal, lo que incluía: “ojos amarillos, sed, oscurecimiento de los brazos, cansancio y náuseas sin vómito.” También tenía un rápido ritmo cardíaco y dificultad en la respiración. Le pidieron análisis y fue enviada a casa, todavía con la medicación. El siguiente día, 25 de julio, Hafford fue citada de nuevo en el Hospital después de que sus análisis de nueve días antes fueran finalmente revisados. Fue ingresada en la UCI con “necrosis de hígado aguda y subaguda, secundaria a toxicidad por drogas, fallo renal agudo, anemia, septicemia, separación prematura de placenta y amenaza de parto prematuro”. Le fue finalmente retirada la medicación pero ya estaba perdiendo la conciencia. El bebé de Hafford, Sterling, fue alumbrado por césarea el 29 de julio y permaneció lo bastante consciente, no para cogerlo pero por lo menos para verlo y saber que había tenido un niño. “Bromeamos un poco cuando ella estaba entre consciente e
inconsciente en la UCI,” recuerda Rubbie. “Le dije, ‘Me hablaste tanto cuando estabas embarazada que el bebé se parecía a mí.” Las últimas palabras de Hafford fueron una petición para ponerle en marcha un aparato de oxígeno. “Ella dijo que pensaba que un aparato de respiración podía ayudarla”, dice Rubbie.
“Esa fue la última conversación que tuve con mi hermana”. En las primeras horas del día 1 de agosto, Rubbie y su madre fueron llamadas al hospital, porque los doctores le habían perdido el pulso. Jermal estaba durmiendo y Rubbie despertó a su propia hija y le dio instrucciones para no decirle nada aún. Fueron al hospital y llevaban allí diez minutos cuando Joyce Ann murió.

Rubbie recuerda que el staff del hospital le dijo que la iban a asear y entonces las dejaron sentarse con ella. También recordaba a un doctor que preguntó por su número de teléfono y murmuró, “Tienes un pleito” (Esa persona no volvió a aparecer). No habían estado sentados con el cuerpo de Hafford mucho tiempo cuando un oficial del hospital volvió y preguntó a la familia si querían que se le practicara una autopsia.
“Dijimos que sí, seguro” dice. El oficial del hospital dijo que tendría que ser a su cargo –un coste de $3.000. “Dijimos ‘no tenemos $3.000’ Mi hermana no tenía seguro de vida ni nada,” dijo Rubbie. “Ella tenía la cobertura del seguro de salud del estado, y nosotros estábamos ya preocupados de cómo juntar el dinero para enterrarla.” Consecuentemente, no se le hizo la autopsia. Había una biopsia de hígado, sin embargo, que revelaba, de acuerdo con los comunicados internos del staff de DADIS, que Hafford había muerto de fallo hepático a causa de la toxicidad de la nevirapina.

¿Y cúal fue la causa de la muerte que informaron a la familia?

“Cómo nos lo pusieron?” Contesta Rubbie, cuidadosamente. “Nos contaron lo seguros que eran los tratamientos, nunca atribuyeron su muerte a sus propias drogas, para nada. Dijeron que su enfermedad, SIDA, debía haber progresado rápidamente.” Pero Joyce Ann Hafford nunca tuvo SIDA, ni nada incluido en la lista de diagnósticos de SIDA. “Se lo dije a mi madre cuando estábamos saliendo de allí aquella mañana,” recuerda Rubbie, “Yo le dije, ‘Algo va mal.’ Ella dijo, ‘qué quieres decir?” Yo dije, ‘Por un lado ellos están contando que las drogas son seguras y por la otra nos están contando que van a monitorear a los otros pacientes más estrechamente. Si su enfermedad progresaba, le deberían haber cambiado la medicación.’ Sabía que algo iba mal con su historia, pero no sabía lo qué.”

Cuando llegamos a casa esa mañana, le soltaron las novedades a Jermal. “Creo que estuvo gritando todo el día cuando se lo contamos” recuerda Rubbie. “Mi madre había intentado prepararlo. Ella dijo, ‘Tu sabes, Jermal, mi madre murió cuando yo era muy joven’, pero él estaba destrozado. Parecían dos guisantes unidos en la vaina.
Nunca podrías separarlos.” Luego Jermal se consumía con la preocupación de cómo sería enterrada su madre, porque no tenían dinero ni seguro. La comunidad aceptó y Hafford fue enterrada. No he sido capaz de volver a su tumba desde que murió,” dijo Rubbie.

Rubbie King está obsesionada con muchas cuestiones, incluida si su hermana estaba realmente infectada con VIH1, y también como afectará a largo plazo a Sterling, a quien Rubbie está ahora criando, junto con Jermal y a su propia hija. Sterling fue expuesto a las drogas en el útero, y estuvo también ocho semanas a tratamiento con
AZT después de nacer. Una de las razones por las que la familia sospecha que Hafford pudo haber sido un falso positivo es que, el St. Jude’s Children’s Research Hospital, que no consultó el historial médico de Sterling, aunque le habían asegurado que ahora es negativo, no habían tenido ninguna evidencia de que hubiera sido positivo al nacer. (Todos los bebés nacidos de madre VIH positiva nacen positivos, pero la mayoría negativiza a los dieciocho meses.)

La familia de Hafford nunca fue informada de que ella murió intoxicada por nevirapina. “Ellos nunca dijeron eso. Nosotros nunca supimos de que murió hasta que recibimos la llamada de John Solomon (reportero de AP) y él nos envió el informe,” dice Rubbie King. “Era más fácil aceptar que había muerto de una enfermedad letal. Eso era más fácil de manejar.” La familia ha presentado una demanda de $10 millones contra los doctores que trataron a Haffford, el Tennessee Medcial Group, El St. Jude’s Childrn’s Research Hospital y Boehringer Ingelheim, el fabricante de la droga.2

Rubbie King llegó a una conclusión, un inquietante descubrimiento, cuando estuvo viendo los informes médicos de Hafford: Además de descubrir que a su hermana se le había hecho un único test de VIH, también se encontró con la página quince del consentimiento informado, la cual estaba sin firmar.

El 8 de agosto de 2003, Jonathan Fishbein, quien recientemente a accedido al empleo de director de la Oficina Política de Investigaciones Clínicas y Operaciones de la División de SIDA (DAIDS), escribió un correo electrónico a su jefe, el director de la DAIDS, alertándole que “había un fallo hepático fulminante con resultado de muerte” en un ensayo del DAIDS y que parecía que “la nevirapina era aparentemente culpable”. Decía que la FDA había sido informada. Se refería a Joyce Ann Hafford. Tramond le contesto cortándole: “Ay. No podemos hacer mucho con los doctores tontos!”.

Este intercambio de correos vio la luz en diciembre de 2004, cuando el reportero de AP John Solomon hizo pública la historia de que Fishbein estaba buscando “protección al denunciante”, en parte porque había rehusado dimitir por la reprimenda de un oficial de NIH, quien había enviado a la FDA un informe de seguridad
concerniente al ensayo del DADIS que lanzó el uso universal de nevirapina para embarazadas. El estudio se llamó HIVNET 012 y empezó en Uganda en 1997.

Los comunicados internos de la DADIS en las fechas alrededor de la muerte de Hafford dejan claro que los médicos sabían que había muerto por la toxicidad de la nevirapina. En la contestación de Tramon a Fishbein sugiere que pensó que la culpa podrían echársela totalmente a los médicos de Hafford, pero fue el mismo NIH quien había concebido el estudio para testar la “toxicidad límite del tratamiento” de las drogas VIH en embarazadas.

La conclusión del equipo del estudio PACTG 1022 fue publicada en el periódico JAIDS en julio de 2004. “El estudio fue suspendido, informan los autores, por superar las expectativas de toxicidad y cambios en la información para prescripción de la nevirapina”.
Informaron que en el grupo de nevirapina, “un sujeto desarrolló fallo hepático fulminante y murió, y otro desarrolló el síndrome de Stevens-Johnson”.
El síndrome de Stevens-Johnson es una necrosis de piel –una severa reacción tóxica similar a quemaduras internas de tercer grado, en la cual la piel se desprende del cuerpo. Otro informe titulado “Toxicidad con Nevirapina Constante en Embarazadas: Resultados del PACTG 1022,” pone los resultados en planos, con gráficas artísticas. Una pequeña ilustración del hígado de Hafford flota en una caja, con lo que parece una herida profunda corriendo a través. Cuatro de las mujeres del grupo de nevirapina desarrollaron toxicidad hepática.

Como Terri Schiavo muestra en su catorce año de estado vegetativo persistente, y la nación erupcionó en una clásica americana moralina sobre la santidad de la vida, la historia de Joyce Ann Hafford’s hizo sólo una fugaz aparición—acompañada por una foto de ella sosteniendo una rosa roja en un artículo que también fue escrito por al reportero de AP John Solomon. Pero pronto un coro de condenas se volvió contra esos que hicieron sensacionalismo con la muerte de Hafford y la controversia creciente del HIVNET para condenar la nevirapina, la cual ha sido presentada por la industria del SIDA como una droga “salvadora” y “muy importante herramienta” para combatir el VIH en el Tercer Mundo.

La llamada comunidad de activistas del SIDA saltó, como el cuco del reloj del abuelo en la hora señalada, para afirmar el indudable catecismo del SIDA: Las drogas del SIDA salvan vidas. Sugerir lo contrario es poner en peligro a millones de niños africanos. Al frente estaban organizaciones como la Elizabeth Glaser Pediatric AIDS Foundation, que ensalzaron la importancia de la nevirapina. Parece que los defensores de la nevirapina de la Elizabeth Glaser no han encontrado un solo profesional de los media que supiera, o le importara, que la organización había recibido un millón de dólares del fabricante, Boehringer Ingelheim, en 2003.3 Esto no causó ningún escándalo, era sencillamente parte del paisaje. Las compañías farmacéuticas fundaron organizaciones del SIDA que, a cambio de su financiación, no son críticas en los media acerca del número de vidas salvadas por sus drogas. Esta vez las organizaciones SIDA se habían juntado ni más ni menos que con la Casa Blanca,
que estaba en medio de la promoción de un importante programa para hacer disponible la nevirapina en toda África.4

América es un lugar donde la gente difícilmente dice: Stop. Cosas extremas y anti-naturales suceden todos los días y nadie parece saber como hacerlo publico. En esta era del músculo y del querer es poder, somos particularmente propensos a las seducciones de la industria farmacéutica, que ha vendido con éxito su siempre creciente arsenal de drogas como lo último en derechos americanos. La palabra clave es “acceso”, que tiene la ventaja de cortocicuitar la cuestión de si los medicamentos sirven actualmente y de obviar completamente la cuestión de si son siempre seguros. Esta situación ha tenido ramificaciones particularmente trágicas en la línea de separación entre los americanos con buenos seguros de salud, que son esencialmente consumidores de
productos farmacéuticos y aquellos sin seguro, que obtienen medicamentos gratis pero con una significativa advertencia adjunta: estar de acuerdo en formar parte de los experimentos. Esa gente, conocidos en la industria farmacéutica como “reclutas”, son conducidos por honrados doctores de clínicas e incluso reclutados a través de Internet desde la industria farmacéutica y desde la página web para ensayos clínicos del gobierno, miles de las cuales han surgido en los últimos años en toda la nación y en el mundo entero. Tales estudios ayudan a mantener la imagen, cuidadosamente cultivada, de beneficencia, de caridad y de progreso, mientras alimentan las factorías experimentales de las que emergen nuevos éxitos de ventas en medicamentos. “Les dije lo que son: experimentos con humanos.” Dice Vera Hassner Sharav, de la Alianza para la Protección Humana en la Investigación de Nueva York. “Qué ha pasado en los últimos diez o quince años? Que los beneficios de la medicina cambiaron: de provenir de los cuidados al paciente pasaron a hacerlo de los ensayos clínicos, que son ahora una enorme industria. Todo el mundo implicado, excepto el recluta, saca dinero de ello, como una cadena de alimentación. En el centro de todo está el Instituto Nacional de Salud (NIH), quien discretamente, mientras la gente no se daba cuenta, terminó por llegar ser el socio de la industria.”

En junio de 2004, el Instituto Nacional de Salud tenía registrados 10.906 ensayos clínicos en noventa países. La dimensión de esos ensayos, que van desde centenares a más de 10.000 personas en un único estudio, han creado un enorme mercado de participantes, motivados por diferentes factores en diferentes sociedades, pero generalmente por alguna combinación de promesas de mejoras en los cuidados de la salud, atención prenatal, acceso gratuito a los medicamentos, y a menudo –especialmente en los Estados Unidos- por dinero. Los médicos participantes, cuyos beneficios por la atención a pacientes han disminuido en los últimos años a causa de las restricciones de las compañías aseguradoras, aumentan sus ingresos por el reclutamiento de pacientes.

El Dr. Jonathan Fishbein es casi un agitador. Pero es un defensor apasionado de las “buenas prácticas clínicas” (GCP), un conjunto de estándares internacionales que fueron adoptados en 1996, ante la expansión de la investigación con ensayos clínicos. El manual del GCP establece: “De conformidad con esta norma se provee la garantía pública de que los derechos, seguridad, y bienestar de las personas sometidas a ensayos están protegidos, de acuerdo con los principios que tienen su origen en la Declaración de Helsinki, y que los datos del ensayo son creíbles.” Durante la década anterior a su llegada al DAIDS, Fishbein ha supervisado y consultado cientos de ensayos clínicos para casi todas las compañías farmacéuticas. Fishbein sabía, antes de empezar a
trabajar de director de la Oficina de Políticas en Operaciones de Investigación Clínica del DAIDS, que hubo un agitado estudio, inolvidable en la división entera. Nadie había pensado en hablar de ello, pero colgaba pesadamente en el aire. “Algo acerca de Uganda, eso es todo lo que yo sé,” dijo. Había un ensayo organizado allí, muy grande, que estuvo plagado de “problemas”,” y hubo también muchas conversaciones acerca de un empleado particular relacionado con este ensayo que necesitaría ser sancionado. En seguida descubrió la gravedad de la situación. “El caso HIVNET” recuerda, “me golpeó como un chorro de fuego cuando fui allí.”

El puesto de Fishbein era nuevo. “Sonaba como un cargo muy importante”, dice. “Fui para supervisar las políticas de gobierno de todas las operaciones de investigación clínica, tanto aquí como en el extranjero.” Fue informado de que tendría autoridad para iniciar o parar ensayos individuales. No pasó mucho tiempo para que Fishbein confirmara que él había, en efecto, cogido un trabajo que era el equivalente a pilotar un avión ya en vuelo. “Tenían todos esos ensayos en marcha, y cientos de millones de dólares circulando cada año, pero aparentemente no había allí ni una sola persona en puestos directivos que realmente tuviese experiencia clínica, es decir quien conociera todos los matices, normas y regulaciones en el día a día de la gestión de los ensayos clínicos. El DAIDS, cuando Fishbein fue a trabajar allí en 2003, estaba gestionando cerca de 400 ensayos experimentales tanto en los Estados Unidos como en el extranjero.

Una agente de proyectos del DAIDS cercana al estudio HIVNET le cerró la puerta en su primer encuentro con Fishbein. También provenía del sector privado y así ella y Fishbein compartieron una desilusión sobre lo baja y caótica que estaba la cultura de investigación del gobierno, comparada con la industria. “Estoy realmente asustada por las cosas que pasan aquí,” “Realmente necesitamos a alguien.” Esta oficial de proyectos, que para su protección no quiere dar su nombre, le dijo a Fishbein que el estudio principal de la división en África –HIVNET 012—se había arruinado con problemas y era completamente carente de estándares reguladores. Le dijo a Fishbein que los investigadores del ensayo estaban “fuera de control”, y no por falta de advertencia, y que no había nadie con algo de autoridad para hacerles cumplir los estándares de seguridad. Lo que Fishbein vio
posteriormente lo metió en una historia con espeluznantes ecos de la novela de John Le Carré, Jardinero Fiel.

Para nosotros, la historia de la nevirapina comienza en 1996, cuando el gigante farmacéutico alemán Boehringer Ingelheim pidió el visto bueno del medicamento en Canadá. La droga había venido siendo desarrollada desde principios de los noventa, que era la época del “boom”para nuevos medicamentos VIH. Canadá rechazó la nevirapina dos veces, una vez en 1996 y de nuevo en 1998, después de que el medicamento no mostrara efectos en los llamados marcadores sucedáneos (carga viral y recuento de CD4) y porque era alarmantemente tóxica. En 1996, en los EEUU, la FDA sin embargo, dio el visto bueno condicional para su uso en combinación con otros medicamentos VIH.5

Por entonces, Brooks Jachson, investigador del SIDA de la John Hopkins, ya había onseguido una importante inversión del NIH para organizar un importante ensayo para la nevirapina en Kampala, Uganda, donde el benevolente dictador Yoweri Museveni había abierto su país a las lucrativas promesas de investigación de medicamentos para el sida, así como a otros tipos de investigación médica de productos farmacéuticos.
HIVNET 012, de acuerdo con su protocolo original de 1997, fue previsto en cuatro apartados, Fase III, randomización (elección aleatoria de pacientes) y ensayos con placebo y control.6 Su único patrocinador fue registrado como el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), aunque uno de los investigadores era empleado de Boehringer. El tamaño de la muestra fue de 1.500 mujeres VIH-1 positivas de
Uganda con más de treinta y dos semanas de embarazo. Las cuatro partes serían divididas resultando: 1) Una dosis de 200 mg de nevirapina al comienzo del trabajo y una dosis de 2 mg a los a los niños, entre cuarenta y ocho y setenta y dos horas después del parto, y 2) el grupo placebo correspondiente; 3) 600 mg. De AZT al comienzo del trabajo y 300 mg. hasta el parto, con una dosis de 4 mg de AZT en los siete días siguientes al parto, y 4) un grupo de placebo correspondiente. Hubo 500 mujeres en cada parte de “agente activo” y 250 en
cada parte de placebo. El estudio terminó a los dieciocho meses, y sus “fundamentales puntos finales” fueron ver como esos dos regímenes afectarían a los índices de la transmisión del VIH de madre a hijo, y examinar la
“proporción de niños que viven libres de VIH a los 18 meses de edad”. Otro objetivo fundamental era testar la “seguridad/tolerancia” de la nevirapina y el AZT. Los arquitectos del HIVNET estimaron que más de 4.200 embarazadas seropositivas al año darían a luz en el Hospital de Mulago, permitiéndoles incluir ochenta u ochenta y cinco mujeres por mes. El consentimiento informado había de estar firmado por la madre o un guardian, indistintamente, con firma o “marca”. Una de los criterios de exclusión era “participación durante el embarazo en alguna otra terapéutica o ensayo de vacuna perinatal”.

Aunque el HIVNET fue diseñado para ser una randomización, placebo-controlada, doble-ciego, ensayo Fase III de 1.500 madres y bebés en pareja, llegaría a ser un no-placebo, ni doble ni siquiera ciego en Fase II de 626 parejas de madre/bebé. Virtualmente, todos los parámetros perfilados para el HIVNET 012 fueron eventualmente cambiados, enmendados, o fueron eliminados en su conjunto, empezando quizás por lo más importante, los controles de placebo. En virtud de la “Carta de Enmienda” fechada el 9 de marzo de 1998, las partes de control-placebo de HIVNET fueren eliminadas.

Tal y como el estudio fue reconstituido quedó como una simple comparación de AZT y nevirapina.

El 4 de septiembre de 1999, The Lancet publicó los resultados preliminares de HIVNET, informando que “la Nevirapina disminuyó el riesgo de la transmisión del VIH-1 durante las primeras 14-16 semanas de vida en cerca del 50%”. El informe concluía que “los dos regímenes fueron bien tolerados y los efectos adversos fueron similares en los dos grupos”. El artículo también informaba que treinta y ocho bebés habían muerto, dieciséis en el grupo de nevirapina y veintidós en el de AZT. El índice de transmisión del VIH en el grupo de AZT fue del 25%, mientras en el de nevirapina fue solamente del 13%. Como el Diario Médico del Hopkins informó más tarde, el estudio fue recibido con entusiasmo. “Los datos lo probaban contundentemente. Mostraban que la nevirapina era 47% más efectiva que el AZT y había reducido el número de niños infectados del 25 al 13%. Lo mejor de todo, la nevirapina era barata –4 dólares por ambas dosis-. Si fuera implementada extensamente, la droga podría prevenir la transmisión en más de 300.000 nuevos nacimientos al año.”

Con los resultados del estudio ahora publicados en The Lancet, Boehringer, que previamente había mostrado poco interés en HIVNET, ahora presionaba para que la FDA le aprobara la licencia de nevirapina, para usar en la prevención de la transimisión del VIH en el embarazo.

Sin embargo, hubo complicaciones. El 6 de diciembre de 2000, la carta de un investigador en The Journal of the American Medical Association avisaba contra el uso de la nevirapina por post-exposición al tratamiento después de que fueran informados dos casos de riesgo grave por toxicidad hepática entre trabajadores de la salud que habían tomado la droga solamente unos pocos días. (Uno de ellos requirió un trasplante.) El 5 de enero de 2001, el tema de los CDC Morbility and Mortality Weekly Report (MMWR) contenía una reseña de la FDA en MedWatch (vigilancia médica) –un sistema informal de informes sobre reacciones de medicamentos)- que destacaba unos veinte casos adicionales de “serios efectos adversos” resultado de una bastante breve post-exposición profiláctica a la nevirapina. “Serios efectos adversos” fueron definidos como cualquier cosa “amenaza de muerte, invalidez permanente” o requiriendo “hospitalización prolongada, o (...) intervención para prevenir incapacidad permanente o daño.” La MMWR hizo hincapié en que hay probablemente más casos no informados, desde entonces la información de los médicos a MedWatch es “voluntaria” y “pasiva”.

Pero el NIAID estaba completamente en otro camino, o ignorante o inmutable por la controversia sobre la toxicidad. En 2001, Boehringer Ingelheim remitió su petición suplementaria de licencia a la FDA. La petición fue remitida basándose enteramente en los resultados de HIVNET, tal y como se publicaron en The Lancet. Más o menos al mismo tiempo, el Consejo para el Control de Medicinas en el Sur de África aprobó condicionalmente la nevirapina para uso experimental en el tratamiento contra la transmisión de madre-hijo. Para su seguridad, sin embargo, la FDA decidió ir a Kampala, inspeccionar el lugar y revisar los datos ellos mismos.

Como Boehringer no había previsto, originalmente, usar este estudio para propuestas de licencia, decidió practicar su propia inspección antes de la llegada de la FDA. El equipo de Boehringer llegó a Kampala y realizó una auditoría. Ellos fueron los primeros en descubrir qué clase de estudio era. De acuerdo con el informe de
preinspección de Boehringer, “fueron encontradas serias disconformidades con las Normas de la FDA” en los requerimientos específicos de información sobre serios efectos adversos. También se encontraron problemas en la gestión del ensayo con medicamento y en los procedimientos de consentimiento informado. DAIDS, entonces, alquiló un contratista privado, una compañía llamada Westat, para ir a Uganda y hacer otra preinspección. Esta vez los hallazgos fueron incluso más alarmantes. Uno de los principales problemas era la “pérdida de documentos críticos”. Uno de los dos registros maestros que incluían el seguimiento de datos sobre efectos adversos, incluidas muertes, fue dado por desaparecido como resultado de una inundación. Los documentos carecían de claridad sobre qué madres habían recibido determinados medicamentos, cuándo los habían recibido, o incluso si seguían vivas en determinados momentos del seguimiento después del estudio. Los medicamentos fueron suministrados a bebés equivocados, los documentos fueron alterados y hubo insuficiente seguimiento, incluso aunque una de cada tres madres fue señalada como “anormal” en sus informes de alta. Los niños que recibieron cuidados de seguimiento eran en muchos casos pequeños y de bajo peso para su edad. “Se pensó que sería probable que algunos, quizás muchos, de esos niños tenían serios problemas de salud”. Los auditores de Westat buscaron en una muestra de cuarenta y tres niños semejantes y todos ellos tuvieron “efectos adversos” a los doce meses. De ellos, solamente once fueron declarados VIH positivo. El equipo HIVNET había rebajado esencialmente todos los efectos adversos serios en varios cortes de una escala creada para adaptarlos a los estándares “locales”, lo que quería decir, entre otras cosas, que incluso pareciendo “peligro mortal” los efectos fueron registrados como no graves. Las muertes, a menos que ocurrieran en un cierto tiempo enmarcado dentro del comienzo del estudio, no fueron informadas o fueron listadas como “graves efectos adversos” antes que muertes. En un caso, “un parto de feto muerto fue informado como un efecto adverso Grado 3 para la madre”.

En su defensa, el equipo HIVNET suele invocar ignorancia. Ellos indicaron a los monitores de Westat que eran ignorantes de la regulación de los informes de seguridad, que no habían tenido entrenamiento en Buenas Prácticas Clínicas y que “nunca habían ensayado un estudio Fase III”. Los principales investigadores y sub-investigadores “todos admitieron los hallazgos (de la auditoría) como correctos en general,” indica el informe Westat. “El Dr. Guay y el Dr. Jackson advirtieron que se dejaron de informar muchos (miles) de AE’s y SAE’s que ocurrieron... Ellos admitieron el uso de su propia interpretación de “grave” y “severo”. “Todos estuvieron de acuerdo” que el principal y los subinvestigadores “no habían visto por lo general a los pacientes del ensayo” y “todos estuvieron de acuerdo” que en la evaluación de efectos adversos y graves efectos adversos “habían confiado casi por completo en informes de segunda o tercera mano...sin intentar verificar su exactitud”. Westat también descubrió que la mitad de los niños VIH+ fueron también incluidos en un ensayo sobre la vitamina A, lo que, de hecho, invalida cualquier dato asociado con ellos.

A la luz del informe de Westat, DAIDS y Boehringer pidieron a la FDA posponer su visita de inspección. La FDA repondió pidiendo ver el informe inmediatamente. El 14 de marzo de 2002, la FDA convocó una reunión con DAIDS, Boehringer y los investigadores del ensayo. “Reprendieron a toda la cuadrilla” dijo Fishbein. Entonces dijeron a Boehringer: Retire su solicitud para el visto bueno ampliado, si quiere evitar un rechazo público”. Boehringer cumplió con la demanda de la FDA, aunque las declaraciones realizadas por NIAID sonaban como si la compañía hubiera retirado la solicitud del visto bueno de la FDA con un espíritu de profunda preocupación por el protocolo. En Suráfrica, unos meses más tarde, los nuevos protagonistas del enfadado coro de expertos y activistas del SIDA, hablaban como uno sólo. El MCC de Sudáfrica estuvo reconsiderado el visto bueno de la nevirapina para embarazadas por la retirada de Boheringer y el incremento de la controversia sobre HIVNET. La Associated Press informó que “los activistas temen que el gobierno, muy conocido por su lenta respuesta a la crisis del SIDA, presione al consejo para rechazar la nevirapina, y eso podría distorsionar la actual discusión como prueba de que el medicamento es tóxico”.

Los estudios muestran que la nevirapina suministrada a embarazadas VIH+ durante el trabajo y a sus recién nacidos bebés puede reducir la transimisión del VIH en más del 50%”. El problema con semejantes declaraciones, naturalmente, es que el estudio en cuestión fue precisamente el que estableció la afirmación de que la nevirapina corta la transmisión del VIH.

Dos inspecciones han declarado ahora que HIVNET es un completo lio: la de la propia Boheringer y la de Westat, que han sido practicadas en conjunto con DAIDS. Pero los caminos en los que varios jugadores fueron atados juntos hacen imposible para DAIDS condenar el estudio sin condenarse a sí misma7. Pero la DAIDS era muy consciente de lo que había pasado.

De acuerdo con la versión pública de la DAIDS sobre los hechos, cumplidamente difundida en la prensa del sida, el problema con el HIVNET era que había sido asediado injustamente por pedantes saboteadores que no podían entender la necesaria diferencia entre los estándares US de seguridad y los más indulgentes que un país como Uganda se merecía. Dos semanas después de que el informe de cincuenta y siete páginas del Westat fuera entregado, el diputado director de la NIAID, Dr. John La Montagne, puso el tono declarando públicamente: “No hay cuestión acerca de la validez (de los resultados del HIVNET)... los problemas están más bien en los requisitos secretos de la custodia de documentos.” La DAIDS fue bastante desdeñosa con el informe de Westat, cuyos abogados finalmente decidieron movilizar a sus funcionarios porque estaban poniendo en duda su reputación.

Mientras tanto, en el tiempo que las investigaciones continuaron, la nevirapina tuvo tiempo de ser recomendada por la OMS y registrada en por lo menos cincuenta y tres países y Boehringer empezó a transportar cajas del medicamento a las salas de maternidad del mundo en vías de desarrollo.

En 2003, cuando Jonathan Fishbein estaba envuelto en la saga HIVNET, el encubrimiento (por eso, últimamente, tuvo lugar la reacción del NIH) siguió adelante. En respuesta a los fallos masivos documentados por Boehringer y Westat, DAIDS se embarcó en una “revisión de la remonitorización” en un intento de validar los resultados del estudio. Ordinariamente, un contratista de fuera sería mantenido para tan complejo proyecto, pero Tramont tomó la decisión de guardar la remonitorización para personal de la casa. Hacer el borrador de la revisión fue una enorme empresa que llevó meses de investigación, largas entrevistas con los investigadores y meticulosos análisis de una documentación mal organizada, con lo que el equipo de la DAIDS intentó enterarse de qué había, en efecto, pasado en Kampala. Aún así, Tramont quería el tema HIVNET reabierto para la visita del Presidente Bush a Uganda. En marzo de 2003, Tramont y su staff reunieron juntos las diferentes secciones y sustancialmente, reescribieron el informe, especialmente la sección de seguridad, minimizando las toxicidades, muertes, y problemas de la custodia de documentos. El informe reescrito concluyó que la nevirapina era segura y efectiva para el tratamiento de la transmisión del VIH de madre a hijo, salvando de esta manera al HIVNET del basurero de estudios científicos fallidos.

Mientras estaban preparando la revisión de la sección de seguridad, sin embargo, un oficial médico del NIH llamada Betsy Smith observó un patrón de elevados recuentos hepáticos entre algunos de los bebés en la parte del AZT. Siguiendo las normas de la FDA, hizo un borrador de informe de seguridad documentando este hallazgo y se lo dio a Mary Anne Luzar, jefe de la rama de asuntos normativos. Luzar remitió el informe de seguridad a la FDA. Los investigadores del HIVNET se pusieron furiosos; Tramont, que ya había concluido el informe de seguridad, ordenó un borrador para una nueva versión, esencialmente retractándose de la anterior, y lo envió a la FDA.8 Las apuestas políticas fueron muy altas: La nevirapina era ahora un elemento principal en el nuevo programa de la Administración con 15.000 millones de dólares para el programa del SIDA en África –el 11 de julio, el Presidente Bush incluso visitó el emplazamiento de HIVNET en Kampala, que había sido reabierto para la ocasión por encima de las objeciones de Fishbein.

Más tarde, en junio de 2003, Jonathan Kagan, el subdirector de la DAIDS, pidió a Fishbein que cursara una reprimenda a Luzar por insubordinación. Fishbein revisó la documentación del HIVNET y concluyó que Luzar no había hecho nada malo, que ella simplemente había seguido el protocolo. La negativa de Fishbein de seguir adelante con la sanción de Luzar le llevó a rechazar su participación en el encubrimiento de HIVNET. En julio, Tramont envió un email a todo el staff de la DAIDS dándoles instrucciones de no hablar para nada del HIVNET. “HIVNET 012 ha sido revisado, remonitorizado, debatido y escrutado. Hacer algo más iría más allá de la razón.
Es el momento de pasar página. De ahora en adelante todas las cuestiones, temas y preguntas respecto a HIVNET 012 se remitirán (sic) al Director, DAIDS.”9

Lo que siguió, como emails internos y notorios shows de memorandums, fue una personal y viciada campaña por parte de Kagan y Tramont para terminar con el empleo de Fishbein. Los oficiales de la DAIDS escribieron emails en los que se preocupaban de cómo destruirlo sin crear repercusiones para el director de NIAID, Anthony Fauci, que había recomendado a Fisbein para este trabajo. Los comunicados tomaron un tono tan conspirativo que Tramont lideró la operación y planeó sus desafíos. El 23 de febrero de 2004, Tramont le dijo a Kagan por email: “Jon, empecemos a trabajar sobre esto –Tony (Fauci) no se volverá contra nosotros, así que vamos a tener que tener planchada la documentación, nada de acosos o injusticias y, como otras acciones personales, ésta va a tomarnos algún trabajo. En el estilo Clauswitz, debemos aplastar con “fuerza”. Prepararemos nuestros papeles, y luego... largo”. La web incluía ahora varios empleados más de NIH/NIAID, que sopesaban sugerencias acerca de cómo sería la mejor forma de expulsar a Fisbein sin dejar evidencias legales de huellas en los procedimientos.

Fishbein pasó meses intentando ser escuchado, haciendo peticiones desde Elias Zerhouni, el director del NIH, al Secretario de Salud, Tommy Thompson. Entonces Fisbhein llegó a ser un “fantasma”. Nadie se dirigía a él en los pasillos, en los ascensores, en la cafetería. “Había una activa campaña para humillarme” aseguró. Era como si tuviera SIDA en los primeros días. Era como Tom Hanks en Philadelphia. Nadie se acercaría a mí.

En marzo de 2004, Fishbein empezó a buscar protección de los denunciantes de su misma empresa. Se encontró con el staff del congreso y atrajo la suficiente atención en el Capitolio para forzar al NIH a aceptar un estudio de la National Academy’s Institute of Medicine (IOM). Sin embargo, la investigación fue torcida desde el comienzo, y los nueve miembros del panel decretaron que no sería admitida ninguna cuestión de mala conducta. El panel ignoraba las evidencias de Fishbein de que la DAIDS había encubierto los fallos del estudio y dependía del testimonio de los investigadores de HIVNET y los oficiales del NIH. Como es lógico, se encontraron con que las conclusiones de HIVNET eran válidas. Seis de los nueve miembros del panel eran receptores de becas del NIH, con becas anuales oscilando entre 120.000 a casi 2 millones de dólares.10

Fishbein rechazó el informe de IOM por encubrimiento. Con seguridad, las conclusiones del informe son difíciles de creer, dada la aplastante evidencia descubierta por la investigación de Westat y documentación tal como el siguiente email, que fue enviado por Jonathan Kagan a Ed Tramont el 19 de junio de 2003. Tramont estaba considerando a los investigadores de HIVNET Jackson y Guay para un premio:

Ed –he estado pensando para responder a esto- un poco acerca del premio. Creo que se sale. Creo que antes que empecemos a amontonar alabanzas sobre ellos esperaremos a ver si está aprendida la lección. No podemos perder de vista el hecho de que estuvieron fastidiados mucho tiempo.Y les dejaste con el culo al aire. Estoy dispuesto a perdonar, etc. No estoy por castigarlos. Pero sería lo máximo para mi proclamarlos como héroes. Algo que decir antes de impulsar este premio...

La NIAID ha prohibido totalmente a cualquier empleado hablar a la prensa acerca de las alegaciones de Fisbein. En cambio pueden escribir a “Preguntas y Respuestas” acerca del problema en su sitio web. La primera pregunta es: “¿Es la nevirapina un medicamento seguro y efectivo para la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo?” Fishbein ha dicho que debido a los espectaculares fracasos del ensayo HIVNET, la contestación a esta pregunta es no sé, y no es conocible. Fishbein cree que últimamente el caso HIVNET no es “acerca de” la nevirapina o el SIDA, sino acerca de la conducta del gobierno federal, que ha sido encargado de hacer investigación en seres humanos, manteniendo los estándares básicos de seguridad clínica y precisión.

La NIAID contesta su primera pregunta mecánica y predeciblemente: “La nevirapina es un medicamento seguro y efectivo para la prevención del VIH en la transmisión madre-hijo. Esto ha sido probado en múltiples estudios, incluido el HIVNET 012 dirigido en Uganda.” La frase “seguro y efectivo” ha sido cocinada en ambas, pregunta y respuesta, interpretándose en ambas vacía y desprovista de sentido. La línea de “múltiples estudios” es una táctica familiar, destinada a despistar del estudio que se está haciendo, y que es HIVNET 012.

Breve carta publicada el 10 de marzo de 2005, por Nature, discretamente despegada del núcleo reivindicador del NIAID y sus organizaciones satélites en la industria del SIDA respecto a la efectividad de la nevirapina. Escrita por el Dr. Valendar Turner, un cirujano del Departamento de Salud en Perth, Australia, dice así:

Señor –Mientras aumenta la preocupación acerca de los “estándares de custodia de documentos” en el estudio HIVNET 012 en Uganda, en su relato de la noticia, “Reunión de Activistas e Investigadores detrás del medicamento del SIDA para las madres” ustedes pasan por alto un defecto: Ninguna de las evidencias disponibles sobre la nevirapina viene de un ensayo que haya sido testado contra placebo. Todavía, como ha dicho el autor superior del estudio, un placebo es la única forma que un científico tiene de valorar la efectividad de un medicamento con certeza científica.

El ensayo HIVNET 012 abandonó su grupo placebo a inicios de 1998 después de que solamente 19 de 645 madres randomizadas hubieran sido tratadas, bajo presión de quejas de que el uso de placebo no era ético.

La tasa de transmisión de VIH informada para la nevirapina en el estudio HIVNET 012 era 13,1%. Sin embargo, sin tratamientos antivirales, las tasas de transmisión madre-hijo varían del 12% al 48%. El resultado del HIVNET 012 es superior que el 12% de tasa de transmisión informado en un estudio prospectivo de 561 mujeres africanas a las que no se les había dado tratamiento antirretroviral.

La carta concluía preguntando: “Sobre qué base puede ser afirmado que ‘no hay nada que haya, de ninguna forma, invalidado la conclusión de que la nevirapina es efectiva para reducir la transmisión de madre-hijo’? Sin aportar la evidencia de un ensayo randomizado de placebo-control, tales declaraciones parecen injustificadas.” El HIVNET asegura reducir la transmisión del VIH en “cerca del 50%” en comparación de una parte del estudio con nevirapina y otra con AZT. La carta de Turner indica que 561 mujeres africanas no habiendo tomado antivirales transmitieron VIH a una tasa del 12%. Si la nevirapina hubiera competido con el grupo placebo habría
perdido. Como fuera, no había grupo placebo, así que los resultados del estudio HIVNET son un truco estadístico, un juego de sombras chinas, cuyo éxito es medido contra otra droga y no contra un grupo placebo –el estándar de oro de los ensayos clínicos. La cuesión no debería ser: Es la nevirapina mejor que el AZT? Sino, Es la nevirapina mejor que nada?

Evidencias independientes sugieren que no lo es.

Un estudio de 1994, por ejemplo, que suministra vitamina A madres embarazadas VIH+ en Malawi informa que aquellas con los niveles más altos de vitamina A transmitieron VIH en una tasa de solamente 7.2%. Esto es consistente con un gran cuerpo de investigación que une el estado nutricional a la sero-conversión, así como a la salud general.
Otro estudio sobre la eficacia de la nevirapina en la transmisión de madre a hijo fue realizado por investigadores de la Ghent University (Belgium) en Keniya y publiado en 2004.

La Dra. Ann Quaghebeur, que lideró el estudio de Ghent, fue localizada en su casa cerca de Londres. Le pregunté qué pensaba de la reacción al HIVNET 012. Contestó en voz muy baja, casi un susurro. “Nuestros resultados mostraron que la Nevirapina hace poco efecto. Creo que fue un derroche de recursos. El HIVNET fue exactamente un estudio, pero normalmente antes de que lo apliques a un campo tendría que haber algún estudio más para ver si funciona en realidad. Lo que creo que tendrían que haber hecho es esperar por más estudios antes de lanzar este en todos esos países.” Cuando le pregunté cómo explicaba esto, ella replico: “Bueno, quiero ser cuidadosa, aquello ahora parece ser una industria”.

El fracaso de los investigadores de HIVNET para controlar correctamente su estudio con un grupo de placebo no es algo inusual como alguien puede pensar. De hecho, este fracaso es la característica destacada de la investigación del SIDA en general. La Fase II del ensayo en 1986 procedía de un rápido aprobado sin precedentes del AZT por parte de la FDA, fue presentado como un doble-ciego, estudio placebo-controlado, aunque no tenía nada de eso. Como queda claro después a través de los esfuerzos de unos cuantos periodistas, así como por el testimonio de los participantes, el ensayo fue “no-ciego” casi inmediatamente a causa de la grave toxicidad del medicamento. Miembros del grupo de control empezaron a adquirir AZT independientemente, o a través de otros participantes, y finalmente el estudio fue abortado y todas habían tomado el medicamento. Como en el caso del HIVNET, los documentos obtenidos por el periodista John Lauritsen bajo el Acta de Libertad de Información, posteriormente sugirieron que la alteración de datos era generalizada. Documentos alterados, causas de muerte sin verificar, y los investigadores tendentes a asumir lo que deseaban demostrar, esto es, que las enfermedades del grupo placebo fueron relacionadas con SIDA pero aquellas del grupo AZT no lo fueron. Tan graves fueron las desviaciones del protocolo experimental en un hospital de Boston que un inspector de la FDA intentó excluir datos de ese centro. Al final, sin embargo, todos los datos fueron incluidos en los resultados, y la FDA aprobó el medicamento en 1987.11

El AZT fue aprobado en un tiempo record, pero ese record no duró mucho. En 1991, la FDA aprobó otro interruptor de la cadena de ADN, ddI, sin ni siquiera la ficción de un estudio controlado. Medicamentos anti-VIH como el Crixivan fueron aprobados en tan poco como seis semanas, y da un triunfo a los activitas del SIDA. Este modelo de abandono de los controles estándar de experimentación ha continuado hasta hoy, como el asunto HIVNET demuestra ampliamente, y ha caracterizado no solamente la investigación en el diseño de nuevos medicamentos para combatir el VIH sino a las más fundamentales cuestiones en la raíz de la investigación del SIDA.

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El simulacro HIVNET sólo puede ser comprendido dentro de amplio contexto político del SIDA. La urgencia de este síndrome en la década de los 80 hizo saltar chispas a un estado de emergencia médica en el que los controles científicos, las normas que se suponía soportaban las emociones y deseos de los investigadores individuales, fueron frecuentemente comprometidas o remodeladas en su totalidad. El SIDA ayudó a meter la enfermedad en política, y la política, por lo menos en Estados Unidos, está buscando poder en el dinero.

Nadie ha sido mas persistente en llamar la atención de los fallos de la investigación del SIDA que Peter Duesberg, virólogo y especialista del cáncer en la Universidad de California en Berkeley. Si el nombre de Duesberg suena familiar es porque ha sido eficazmente señalado en los media internacionales como el virólogo equivocado acerca del VIH. Su nombre entró en la cultura popular a finales de los ochenta predefinido como equivocado. Sabías que estaba equivocado antes de que supieras, en primer lugar, lo que había dicho.

En 1987, Duesberg publicó un artículo en el periódico Cancer Research bajo el título “Retrovirus Carcinógenos y Patógenos: Expectativas y Realidad”. Estaba entonces en la cima del campo de la retrovirología, habiendo realizado el mapa de la estructura genética de los retrovirus y definido el primer gen del cáncer en los años setenta. Era el miembro más joven, cincuenta años, elegido nunca en la Academia Nacional de Ciencias. En este artículo, con el cual, en palabras de su biógrafo científico, Harvey Bialy, “decidió su destino científico por una docena de años”, Duesberg argüía que los retrovirus no son la causa del cáncer y concluyó con detalle el cómo y porqué el retrovirus VIH no puede causar el SIDA.

Como el SIDA creció en los ochenta en una global, multibillonaria en dólares cantidad de diagnósticos, drogas y organizaciones activistas cuyo único objetivo en la lucha contra el SIDA era el VIH, condenar a Duesberg llegó a ser parte de una cruzada moral. Antes del artículo de 1987, Duesberg fue uno de los escogidos para los fondos y los premios científicos en todo el país. Posteriormente, se terminó su financiación del NIH y no volvió a recibir un solo dólar federal para la investigación desde que su pre-1987 Beca al Investigador Excelente se agotó.
Duesberg perdió sus facilidades de laboratorio y tuvo que mudarse dos veces en unos pocos años para un laboratorio más pequeño en el campus de Berkeley, donde pasó mucho tiempo escribiendo vanas propuestas de beca para investigación, pidiendo probar su hipótesis de que el SIDA es un síndrome químico, causado por
acumulación de toxinas debido al uso de drogas duras. Perdió sus estudiantes graduados, quienes fueron advertidos de que salir de su laboratorio arruinaría sus carreras. Fue rechazado y tuvo que luchar por sus incrementos rutinarios de sueldo como empleado de la Universidad de Berkeley, cuando él había sido titular y todavía enseñaba. Fue “des-invitado” de las conferencias científicas y algunos colegas incluso declararon que rechazarían asistir a conferencias que lo incluyeran. Duesberg también fue desterrado de las publicaciones en diarios científicos donde anteriormente habían sido bienvenidas sus colaboraciones y de forma más teatral por el editor de Nature, Sir John Maddox, quien escribió un bizarro editorial declarando que le sería retirado el “derecho de réplica” del estándar científico en respuesta a sus ataques personales que fueran frecuentemente publicados en ese periódico. Antes de 1987, nunca había sido rechazada ninguna propuesta de beca para Peter Duesberg. Desde 1991 ha escrito un total de veinticinco propuestas de beca para investigación, todas y cada una de las cuales han sido rechazadas. “Lo echaron fuera, exactamente fuera” dijo Richard Strohman, un profesor emérito de biología de la Universidad de Berkeley.

Y qué fue exactamente lo que hizo Peter Duesberg? Simplemente apuntó que nadie había probado todavía que el VIH fuera capaz de causar una simple enfermedad, mucho menos las veinticinco enfermedades que ahora son parte de la definición clínica de SIDA.12 El apuntó cierto número de paradojas respecto al VIH y arguyó que lejos de existir evidencia de que el VIH es “misterioso” o “enigmático”, esas paradojas eran evidencia que el VIH es un virus-pasajero.

El clásico test de si un microorganismo es o no la causa de una enfermedad infecciosa se sabe por los postulados de Koch. Ellos establecen: 1) el microorganismos debe encontrarse en todos los casos de la enfermedad; 2) debe ser aislado del paciente y crecer en cultivo puro; 3) debe reproducir la enfermedad original al introducirlo en un huésped susceptible; y 4) debe estar presente en el huésped experimental infectado. Aunque reivindican al contrario que ha sido hecho, Duesberg mantiene que no ha sido nunca demostrado que el VIH satisface todos los postulados de Koch. Su exhaustivo análisis de las publicaciones al respeto en la literatura científica han revelado mas de 4.000 casos documentados de SIDA en los que no hay traza de VIH o de anticuerpos de VIH. Este número es significativo, porque hay potentes fuerzas institucionales inmutables ante tales descripciones y porque la vasta mayoría de casos de SIDA nunca son descrito en artículos científicos formales. De hecho, la mayoría de los pacientes de SIDA no tienen VIH activo en sus sistemas, porque el virus ha sido neutralizado por los anticuerpos. (A propósito, con todas las otras enfermedades virales, la presencia de anticuerpos indica inmunidad a la enfermedad. Por qué no es este el caso del VIH no ha sido nunca demostrado).
Hablando en general, el VIH puede ser aislado solamente por “reactivación” de copias del virus latente, y con extraordinaria dificultad. La carga viral, uno de los marcadores clínicos para el VIH, no es una medida de actual, virus vivo en el cuerpo sino de fragmentos amplificados de ADN recuerdo de una infección que ha sido suprimida por los anticuerpos. Otro apuro para la hipótesis del VIH es el extraordinario periodo de latencia entre la infección y el inicio de la enfermedad, a pesar de que el VIH es bioquímicamente mas activo en las semanas
iniciales de la infección. Este periodo de latencia, que parece crecer con el paso de los años, permite a los proponentes de la teoría evadir los tercer y cuarto postulados de Koch.

Lo que precede es meramente un esbozo del misterio central presente en la teoría del VIH para el SIDA. Hay muchos más, Duesberg ha demostrado muy cuidadosamente en sus artículos científicos y en un libro publicado hace diez años, que todo queda reducido a ese punto central y cuando se refieren al SIDA, parece que los estándares científicos ya no se aplican.13 El SIDA es un síndrome definido por 25 enfermedades, existiendo todas ellas independientemente del VIH. Nadia ha demostrado nunca los mecanismos por los cuales se supone al VIH como la causa de todas esas enfermedades diferentes, y nadie ha demostrado nunca cómo un virus transmitido sexualmente puede arreglárselas para restringirse abrumadoramente a los hombres gay y otros grupos de riesgo del SIDA en vez de propagarse entre la población como hacen todas las enfermedades infecciosas. La “forma abrumadora” del carácter de la evidencia para la causa del VIH ha sido siempre epidemiológica; lo que quiere decir, una correlación, una coincidencia. Cuando tenemos SIDA, dicen los investigadores, también tenemos VIH. Pero esta correlación es el resultado de la definición oficial de SIDA, que establece que una enfermedad cuenta como SIDA solamente si se corresponde con los anticuerpos VIH (El “SIDA sin VIH” ha recibido un nombre singularmente difícil de recordar: Linfocitopenia idiopática de células CD4).

Dado que la evidencia para el VIH es casual, ellos mismos sugieren un número de vías de investigación, todavía investigadores ortodoxos del SIDA no han logrado demostrar, usando grandes estudios controlados, que la incidencia de enfermedades que corresponden a la definición de SIDA es más alta entre individuos infectados con VIH que entre la población general no-infectada. Consecuentemente, podría darse muy bien el caso de que el VIH sea un pasajero inofensivo que infecta a un pequeño porcentaje de la población y se transmite primariamente de madre a hijo, aunque en una relativamente baja tasa. (Esta hipótesis tendería a explicar el hecho de que el número estimado de VIH positivos americanos haya permanecido
constante en alrededor de 1 millón desde 1985). Tampoco se han realizado amplios estudios controlados que cumplieran exactamente la prueba de la hipótesis del SIDA por drogas, la cual mantiene que muchos casos de SIDA son la consecuencia del uso de drogas duras, recreacionales (poppers, cocaína, metanfetamina, etc.) y médicas (AZT, etc.).14
No se han realizado estudios amplios controlados que probaran que los hemofílicos infectados con VIH murieran antes que los que no están infectados.
Tales estudios pueden ser caros y tediosos, pero la carestía nunca ha sido una objeción seria para los investigadores del SIDA, quienes han gastado muchos miles de millones de dólares en los últimos veinte años en la investigación del SIDA y prácticamente nada en causas alternativas ni cofactores. (Incluso Luc Montagnier, el descubridor del VIH, ha declarado repetidamente que el virus no puede causar el SIDA sin la contribución de otras causas).

Atentos a rigurosas pruebas, la hipótesis médica predominante del momento no ha cumplido con un debate razonado sino con la retórica del chantaje moral: Peter Duesberg tiene la sangre de los niños de SIDA africanos en sus manos. Duesberg es un diablo, un científico sicópata. Debería estar en la cárcel. Quienes desean llamar la atención del sistema a la investigación del SIDA en el tipo de debate sobre la causalidad que se hace en la mayoría de las ramas del esfuerzo científico están manchados como “negacionistas” del SIDA, como si el escepticismo acerca de la patogenicidad de un retrovirus fuera el equivalente moral de la negación de que los Nazis masacraron a 6 millones de judios. El celo moral, más que el escepticismo científico define el campo. Ha sido decidido por adelantado que el VIH causa el SIDA; consecuentemente toda investigación y todo hallazgo debe proceder de ese supuesto. Del mismo modo, se sabía por adelantado que el AZT era una “bala mágica” contra el VIH; la palabra dejaba claro que era una “droga salvadora” posiblemente antes de que nadie lo verificara, y así los controles científicos quedaron en entredicho. Los periodistas (incluida yo misma) que informábamos entonces de que la droga aparentemente estaba matando pacientes fuimos etiquetados de “negacionistas del AZT” y incluso “asesinos”.

El debate sobre la nevirapina sigue el mismo histriónico y anticientífico patrón. A causa de sus preocupaciones acerca de la toxicidad de este y otros antirretrovirales, el Presidente Thabo Mbeki de Suráfrica fue crucificado en la prensa internacional según las compañías farmacéuticas y sus bien hallados activistas embajadores repetían su mantra sobre “drogas salvadoras.” Así, también, Jonathan Fishbein, quien nunca cuestionó la premisa de que el VIH causa el SIDA, fue alquitranado y emplumado por haber dicho que el estudio bandera del NIH sobre la nevirapina era un completo desastre. El fracaso de Fishbein es caer contra la línea, su fracaso no comprender con anterioridad a las pruebas experimentales que la nevirapina era demasiado importante para fallar, quiere decir que los anticuerpos neutralizantes de la burocracia del SIDA han sido activados para destruirlo.

Al final, el NIH fracasó en silenciar a Fishbein. A finales de diciembre de 2005 ganó su caso y fue readmitido con efectos retroactivos en la agencia, aunque no quería volver a la DADIS. Es incapaz de discutir los términos de su acuerdo, pero ha prometido continuar su compromiso en busca de la integridad y de la protección de las personas sometidas a investigación. Peter Duesberg ha tenido menos éxito, aunque hay señales de rehabilitación.

A pesar de si Duesberg está en lo cierto sobre el VIH, su caso, como el de Fishbein, pone al desnudo la maquinaria política de la ciencia americana, y revela su hostilidad reflexiva a ideas que desafían al paradigma dominante. Tal hostilidad no es inusual en la historia de la ciencia15, pero la situación contemporánea es dramáticamente diferente de aquella enfrentada por científicos disidentes en el pasado. Hoy en día los científicos son casi enteramente dependientes de la buena voluntad de los investigadores del gobierno y poderosos equipos de evaluación, que controlan una red financiera vinculada al NIH, a la Academia y a las industrias farmacéuticas y biotecnológicas. Muchos científicos viven con el miedo de perder su financiación. “Nadie está a salvo”, dice el ex -promotor de medicamentos Dr. David Rasnick, que ahora trabaja en programas nutricionales en Pretoria, Suráfrica. “Puedes comprar un tremendo montón de consenso por esa clase de dinero”

“Tienes que pedir casi una beca cada año. Y tienes que pedir cuatro para que te den una, si no eres bueno. La cogí justo a tiempo. Todos los que todavía están allí dentro dicen lo mismo”, dice Strohman de Berkeley. “Antes del boom de la biotecnología, nunca teníamos esta incesante urgencia de producir algo útil, aprovechable. Todo el mundo está cogido en esto. Becas, millones de dolares fluyendo en los laboratorios, que hacen carreras y estrellas. El único camino para ser un científico triunfador hoy es seguir el consenso. Si vas a producir algo y ponerlo en el mercado, no quieres ninguna maldita sorpresa. Has obtenido el próximo trimestre para informar y no quieres ninguna mala noticia. Ahora todo se hace en el corto plazo. La ciencia ha capitulado ante los intereses de las corporaciones. Dándoles poder y dinero, se está haciendo muy difícil hacerte tu camino fuera
de esto”.

Duesberg nunca ha tenido miedo a desafiar al consenso, pero contrariamente a lo que muchos en el “establishment” del SIDA quisieran hacernos creer, está muy lejos de ser un científico sicópata16. En 1997, al borde de la muerte científica en EEUU, Duesberg fue discretamente invitado a volver a su nativa Alemania para reanudar su investigación sobre el cáncer. Durante este tiempo, alternando bianualmente entre Mannheim y Berkeley, Duesberg formuló y probó una teoría que cambió el foco de la causa del cáncer de la teoría del “gen mutante” que había predominado por cerca de tres décadas a una explicación más simple que resucita una línea de investigación abandonada desde principios del siglo veinte, la cual proponía que la causa del cáncer es una disfunción cromosómica, ahora conocida como “aneuploidy”.

Harvey Bialy, el científico fundador y editor de Nature Biotechnology, una revista hermana de Nature, acaba de pasar cuatro años escribiendo la biografía científica de Peter Duesberg, titulada Oncogenes, Aneuplody y SIDA. El libro es una historia de publicaciones, artículos de revista y cartas que Duesberg publicó entre 1983 y 2003, y las contestaciones que generaron. Le pregunté el porqué de haber escrito el libro. “Estoy persuadido que la aneuploidy es el evento inicial de la carcinogénesis”, dijo Bialy. “Peter ha encontrado la base genética del cáncer”. La más inmediata aplicación será el diagnóstico temprano”.

“Cuando la aneuploidy, o la inestabilidad genética, o cualquier término lingüístico que quieras usar, consiga reencarnarse como la explicación teórica dominante para la génesis del cáncer, Peter Duesberg será reconocido como un contribuidor principal en ello,” dijo Bialy. “Quise tener la seguridad de que su contribución no fuera arrinconada o ignorada”. Le pregunté acerca de la controversia del SIDA. “El SIDA es una cosa política y Peter golpeó en ella. No hay nada más que discutir sobre eso.” Bialy hizo una crítica. La ciencia es y debiera ser amoral. No hay bueno y malo, únicamente correcto e incorrecto. “Duesberg” -comentó Bialy - es un clásico biólogo molecular. Está absolutamente interesado en la rigurosidad de las pruebas de las hipótesis en duelo. Los pilares gemelos, SIDA y oncogenes, están ambos desmoronándose a causa de los interrogantes que Peter Duesberg puso en marcha.”

“Las bases de la evolución están cambiando el contenido y el número de cromosomas”, dice Duesberg. “El cáncer es esencialmente una evolución fallida. No es una mutación. El cáncer es una especie. Una realmente mala de pecho, pulmón, o cáncer de próstata tiene setenta, ochenta, o más cromosomas. Esos son los que en realidad tienen los tipos que están alejándose de nuestra especie. Pero es una clase rara de especie que como un parásito es más triunfador en su huésped que las células normales.

Ha habido un considerable interés internacional en las novedades de la investigación de Duesberg17. En enero de 2004, presentó una conferencia sobre “aneuploidy” e invitó a cincuenta investigadores del cáncer de todo el mundo que también habían estado trabajando sobre las conexiones entre la “aneuploidy” y el cáncer. Se presentaron setenta, incluyendo lumbreras como Thomas Ried, jefe de genómica del cáncer del Instituto Nacional del Cáncer, Gert Auer de la Karonlinska Institute in Stockholm, y Walter Giarett, que dirige el equivalente al NCI en Italia. Y el 31 de mayo del pasado año, entre una considerable tensión, Duesberg fue invitado por el Instituto Nacional del Cáncer a dar una charla en el NIH. El auditorio crujió con la tensión nerviosa según la gente desfilaba y tomaba sus asientos. Su charla fue sucinta y enlazada con su ironía característica, pero las preguntas posteriores fueron civilizadas, sin hostilidad tangible. Sin embargo no estaba todo olvidado. Después de la charla, mientras Duesberg permanecía en la tribuna hablando con un grupo de gente de la audiencia, advertí una mirada muy enfadada del publicista del NIH, de pie a la vuelta de la estancia, llamando la atención a un colega, un científico, que había expuesto una cuestión que de alguna manera conectaba “aneuploidy” con VIH. “Lo sacaste” regañaba ella “Lo terminábamos bastante bien, pero tu lo sacaste” Como el interrogado trataba de defenderse, un fornido hombre que había estado de pie en el círculo dijo fuertemente, como intentado comunicar con toda la sala. “Bueno, por lo menos si está equivocado acerca de esto no quiere matar a millones de personas”.

El premio Nobel Kary Mullis, que descubrió la revolucionaria técnica del DNA llamada reacción en cadena de la polimerasa, ha sido un gran partidario de Duesberg, pero ha llegado a hartarse de la guerra del SIDA y los ataques políticos de los científicos contrarios. “Mira, aquí no hay misterio sociológico” me contaba. “Es justamente los ingresos y la posición de la gente amenazados por las cosas que Peter Duesberg dice. Eso es por lo que son tan antipáticos. En el campo del SIDA, hay una neurosis generalizada entre científicos, pero la histeria con que cierta gente se aproxima al debate sobre el VIH la ha aflojado, porque hay muchas evidencias
lentamente acumuladas en su contra. Es realmente duro para ellos tratar con ello. Cometieron un error realmente grande y nunca lo van a arreglar. Todavía están envenenando a la gente.”

Duesberg cree que más del 75% de los casos de SIDA occidentales pueden ser atribuidos a toxicidad por drogas. Si las terapias tóxicas contra el SIDA fueran interrumpidas, dice, miles de vidas serían salvadas virtualmente de la noche a la mañana... Y cuando se trata de África, se une a esos que arguyen que el SIDA en África es mejor comprendido como un término-paraguas para un número de viejas enfermedades formalmente conocidas por otros nombres, que normalmente no reciben altos índices de ayuda internacional. El dinero gastado en antirretrovirales estaría mejor gastado mejorando el acceso al agua potable (cuya ausencia mata 1.4 millones de niños al año).

Es demasiado tarde para salvar a gente como Joyce Ann Hafford, pero es posible que un debate honesto y abierto acerca de los riesgos del tratamiento actual del SIDA y de las cuestiones científicas concernientes al VIH, pueda salvar otras.

REFERENCIAS.




1 Los test de VIH detectan huellas, nunca el virus. Esas huellas, anticuerpos, son identificados por medio del peso de las moléculas proteínicas, y estaban limitadas a dos en 1984, cuando el primer test fue desarrollado y patentado, pero pasando los años se ampliaron muchas proteínas previamente no asociadas al VIH. Como la mayoría de los americanos, Hafford pensó que un simple test positivo de VIH significaba que ella “tenía” VIH –una segura sentencia de muerte. Pero la mayoría de los test positivos de VIH, cuando se repiten, se vuelven indeterminados o negativos. En muchos casos dan resultados diferentes de la misma sangre testada en diferentes laboratorios. Hay normalmente, por lo menos, once criterios diferentes acerca de cuántas, qué clase de proteínas y cuáles tienen señal de densidad positiva. El criterio más restrictivo (cuatro bandas) es empleado en Australia y Francia; el menos (dos bandas) en África, donde el test de VIH es incluso no requerido como parte de un diagnóstico de SIDA. El estándar USA es de tres bandas reactivas. Se ha apuntado que una persona podría volver a ser negativa simplemente comprando un billete de avión de Uganda a Australia.



2 El doctor Torpe declinó hacer ningún comentario, citando el litigio en curso, como asimismo hicieron el Tennessee Medical Group, el Centro Médico Regional de Memphis, y el St. Jude’s Children’s Research Hospital.


3”Nuestra misión de erradicación del SIDA está siempre informada y conducida por la mejor ciencia disponible, no por donaciones,” dijo Mark Isaac, el vicepresidente para políticas del Elizabeth Glazer, cuando fue invitado a comentarlo. La totalidad de la investigación, así como nuestra amplia experiencia, validan la seguridad y eficacia del tratamiento único con nevirapina como una de las varias opciones existentes para prevenir la transmisión del VIH de madre a hijo”


4 África, como las noticias de los media nunca se cansan de contarnos, ha llegado al grado “cero” de la epidemia de SIDA. La definición clínica de SIDA en África, no obstante, es sensacionalmente amplia y genérica, y fue aparentemente diseñada para no ser otra cosa que señal para movimiento de fondos. No hay forma de compararla con la definición occidental. La “Definición de Bangui” del SIDA fue establecida en la ciudad de Bangui en la República Centroafricana, en una conferencia en 1985. La definición no requiere ningún positivo ni recuento bajo de células T, como sucede en occidente, basta con presentar diarrea crónica, fiebre, perdida significativa de peso y astenia, así como otros síntomas menores. Estos son los síntomas de malnutrición crónica, malaria, infecciones parasitarias, y otras enfermedades comunes en África. (En 1994 la definición fue actualizada para sugerir el uso de los test de VIH, pero en la práctica tienen precios prohibitivos). Incluso cuando se usan los test de VIH, muchas enfermedades que son endémicas de África, como la malaria y la TB, sabemos que causan falsos positivos. El cuadro estadístico del SIDA en África, consecuentemente, es una proyección de conjunto basada en estimaciones de VIH positivos muy bastas, seleccionadas entre elegidas y escasas muestras, que son extrapoladas para todo el continente usando modelos informáticos y de suposición altamente cuestionable.


5 Preguntados acerca del caso Hafford, el HIVNET 012, y la dilatada controversia acerca de la nevirapina, Boehringer Ingelheim proporcionó la siguiente declaración: “Viramune â (nevirapina) ha sido una innovación en los tratamientos anti-VIH por ser la primera droga no-nucleósida inhibidora de la transcriptasa inversa (NNRTI). Ahora, en su décimo año de uso, Viramine ha sido empleada como tratamiento en más de 800.000 pacientes al año en todo el mundo.”


6 El estudio fue originalmente denominado “HIVNET 012: Un ensayo Fase III Placebo-Control para Determinar la Eficacia del AZT oral y la Eficacia de Nevirapìna oral para la Prevención de la Transmisión Vertical por infección del VIH-1 en Embarazadas de Uganda y en Mujeres y Sus Recién Nacidos”. Randomización quiere decir que la gente es elegida al azar para una parte u otra del estudio, un procedimiento que es supuestamente para repartir igualitariamente las variables que pudieran afectar la exclusión. El “Placebo-Control” son los cimientos del test de la droga y son la única manera de saber si el tratamiento es efectivo. La Fase I del ensayo involucra a un pequeño grupo de personas, de veinte a ochenta, y está enfocado en la seguridad y efectos colaterales. En la Fase II la droga es suministrada a una cohorte más amplia, entre 100 y 300, para promover la evaluación de la seguridad y empezar a estudiar la efectividad. La Fase III de los ensayos de drogas se expande para promover el número de personas incluidas, a menudo más de 1.000, y están pensados para confirmar la efectividad de la droga, monitorear los efectos colaterales, y compararlo con otros tratamientos de uso común. Una pequeña Fase I precedió al ensayo HIVNET012 que estudió la seguridad, ante todo, de la nevirapina en mujeres embarazadas pero que también buscó la eficacia. Se llamó HIVNET 006, e incluía veintiuna embarazadas para estudio inicial. De veintidós bebés nacidos, cuatro murieron. Hubo doce “situaciones adversas serias” informadas. El estudio también mostró que no había bajado la carga viral en las madres que tomaron la droga estudiada (los procedimientos estándar acordados por la industria para la interrupción de la transmisión maternal).


7 Brooks Jackson declinó hacer comentarios para este artículo. Laura Guay respondió con la siguiente declaración. “Varias revisiones interiores del departamento sobre la conducta y resultados del ensayo HIVNET 012 así como los datos obtenidos de los siguientes ensayos y programas PMTCT, han substanciado las conclusiones del HIVNET 012 de que la Nevirapina es segura y efectiva en la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo. La Nevirapina se mantiene como una de las más importantes herramientas para la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo en el mundo en vías de desarrollo, donde hay todavía cientos de miles de embarazadas infectadas por el VIH que no tienen acceso a ningún tipo de test del VIH, ni terapia antirretroviral, ni seguimiento del VIH. Para muchos programas que luchan para establecer los programas PMTCT con recursos limitados, la Nevirapina es a menudo la única opción disponible”. Salud Familiar Internacional, el contratista original del NIH, responsable de la monitorización HIVNET 012, refutó el informe de Westat y dijo que los resultados del estudio habían sido validados por el NIH y el Instituto de Medicina.


8 El NIH ha prohibido a Smith y a Luzar hablar a la prensa acerca del HIVNET. Luzar fue citada en la declaración del abogado de Fishbein, Stephen Kohn, en diciembre de 2004, en la injusta terminación del pleito y su relato está basado parcialmente en su deposición.


9 A partir de aquí la historia se complica más, tanto como que Fishbein apoyó a Luzar en una demanda por acoso sexual contra Kagan.


10 Una investigación interna del NIH, obtenida por la Associated Press el pasado verano, justificaba muchos de los cargos de Fishbein y concluía que “está claro que la DAIDS es una organización problemática” y que el caso Fishbein “es claramente un esbozo de un tema más profundo”. Kagan y Tramont no volvieron a repetir llamadas para comentar. En cambio, un portavoz del NIH, Dr. Cliff Lane, dijo que la agencia se atenía al HIVNET 012.


11 El AZT que fue desarrollado como un medicamento de quimioterapia en 1964, fue arrinconado a causa de su extrema toxicidad, es un exterminador de la cadena de ADN, lo que quiere decir que para la síntesis de ADN. Es por tanto un extremadamente eficientes asesino celular. El VIH es un retrovirus, y como tal se replica insertando sus genes en el genoma celular, así que cuando la célula se divide se produce una nueva copia del virus. El AZT previene la replicación del VIH matando las células T infectadas; desafortunadamente, mata a todas las células en división indiscriminadamente, estén infectadas con un retrovirus o no, y diezmará muy rápidamente el sistema inmune, incluso en personas saludables. Los fabricantes de AZT, GlaxoSmith Kline, optaron por no hacer comentarios a este artículo.


12 El VIH fue declarado como la probable causa del SIDA en una rueda de prensa del gobierno de los EEUU en 1984. Fue afirmado que el virus había sido descubierto por el investigador del NIH Robert Gallo. De hecho, Gallo no había descubierto el HTLV-III (Human T-cell Limphotropic Virus III, como se conocía antes de que fuera rebautizado con el más memorable nombre de VIH. Esto honor pertenece en primer lugar a Luc Montagnier, del Instituto Pasteur, quien había enviado a Gallo una muestra del virus.


13 Ha sido asegurado que el VIH algunas veces causa la muerte celular incluso cuando no está presente por programación remota de mecanismos suicidas. Algunos investigadores afirman que el VIH utiliza receptores espaciales en las células T humanas de las que, debido a una hipotética mutación genética, muchos caucasianos-europeos carecen, pero la mayoría de los africanos poseen. Lo que es interesante es que muchos hombres gays también parecen poseer esos misteriosos receptores, así como los usuarios de drogas intravenosas y receptores de transfusiones.


Se afirma que aunque el VIH no mata a las células T de laboratorio usadas en la producción de los test del SIDA, sí lo hace en las células T del cuerpo humano, incluso aunque infecta solamente una muy pequeña proporción de ellas, normalmente un promedio de 0.1%. El VIH no mata ni hace enfermar a los chimpancés, aunque sí hace que produzcan anticuerpos. Ha sido recientemente afirmado que el VIH parece estar evolucionando en forma menos peligrosa para los seres humanos.


14 Hay abundantes evidencias estadísticas y epidemiológicas que vinculan el aumento del uso masivo de drogas en los años sesenta y setenta con la súbita aparición del SIDA. La inmensa mayoría de los pacientes de SIDA con sarcoma de Kaposi, por ejemplo, han sido grandes usuarios de nitratos inhalables, o “poppers”. El caso de “super SIDA” que fue recientemente informado en New York se desestimó en un examen más de cerca,
correspondía a un individuo con un extraordinario hábito de metanfetaminas.


15 Pocos recuerdan hoy las controversias sobre el escorbuto y la pelagra, de las que, hasta el descubrimiento de la vitamina C y la niacina, el sistema médico echaba la culpa a un misterioso agente infeccioso. Los que señalaron, incluso antes de que fuera sabida la causa, que los cambios alimenticios curaban ambas condiciones fueron rechazados como “pasados de moda” (flat-eithers).


16 Duesberg no está solo en la disidencia de la ortodoxia del SIDA. Más de 2.300 personas, la mayoría científicos y médicos, incluyendo premios Nobel en química y medicina, ha firmado la petición del Grupo por la Reevaluación Científica de la Hipótesis VIH-SIDA, que pide una aproximación más independiente y escéptica a la cuestión de la causalidad en el SIDA.


17 Aún así, el Instituto Nacional del Cáncer todavía rehúsa financiarlo. Duesberg ha presentado cinco propuestas de beca para estudiar la aneuploidy, y todas han sido rechazadas. Uno de los más influyentes investigadores del cáncer del país, Bert Volgelstein, (Clayton) Profesor de Oncología y Patología en la Universidad John Hopkins, ha escrito una carta urgiendo al NCI a reconsiderar su postura. “Estoy de acuerdo con él en que la aneuploidy es una parte esencial del cáncer,” escribió Volgelstein. “El Dr. Duesberg sigue teniendo un impacto importante en su florenciente área de investigación, a causa de sus cuidadosas observaciones experimentales así como a través de sus meditadas críticas y artículos sobre el tema. Es incuestionable que es un líder en este campo de la investigación”.




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En todo el mundo, al menos 600 personas ya han sido condenadas por

transmitir el VIH o por exponer a terceros al virus, según se pudo oír en

una sesión satélite durante la conferencia AIDS 2010, celebrada en Viena.

Aunque el mayor número de condenas, con diferencia, se produjo en

Norteamérica y Europa occidental, muchos países del mundo cuentan con

una legislación que permite la realización de estos procesos judiciales.


Además, diversos países en África y otros lugares han puesto en vigor leyes que singularizan la transmisión del VIH para un tratamiento específico.


Roger Pebody - 19/07/2010




GNP+ [la Red Mundial de Personas que Viven con VIH] ha llevado a cabo un Examen Mundial de la Criminalización para monitorizar los enjuiciamientos que se han producido desde 2005. Hoy en día, dispone de datos sobre más de 200 países y territorios judiciales. La información se recogió de las bases de datos y sitios web legales, así como a través de contactos con funcionarios judiciales, trabajadores de la sanidad pública, organizaciones del VIH y personas que viven con este virus. Es probable que falten datos, de modo que estas cifras quizá sean más bajas de lo que en realidad deberían.
Las 600 condenas registradas se produjeron en más de 50 países. En Norteamérica y Europa occidental se han condenado a más personas que en el resto de los países juntos.
Se cree que los datos de EE UU están incompletos, pero se han registrado allí más de 300 condenas. Los otros países con mayor número de condenas son Canadá (63), Suecia (38), Austria (30) y Suiza (30).
En Francia, Noruega, Holanda, Alemania y el Reino Unido se han producido entre 13 y 15 condenas por país.
En su presentación, Moono Nyambe señaló que si el número de condenas se compara con el de personas que viven con VIH en un país, realmente Suecia y Noruega serían las que tendrían las políticas más punitivas de todas.
EE UU también destaca por los enjuiciamientos de los casos de exposición al VIH cuando implicaban acciones que tenían un riesgo bajo o nulo de transmisión [por ejemplo, morder o escupir], por dictaminar sentencias de prisión duras y por introducir leyes específicas del VIH (en 24 estados).
Más de 45 países han aprobado leyes que penalizan de forma específica la transmisión o exposición al VIH (y no otras infecciones u otros daños). Los activistas rechazan estas leyes porque es probable que aumenten la
estigmatización de esta enfermedad. Unos veinte países africanos han introducido dichas leyes en los últimos diez años.
De todos modos, Nyambe igualmente resaltó algunas “buenas noticias”: El rechazo de Ghana, Islas Mauricio y otros países de una ‘ley modelo’ sobre el VIH que preveía el enjuiciamiento de la transmisión, la implantación de una ley en Holanda que hace que los enjuiciamientos por transmisiones no intencionadas sean poco probables, y la derogación de la política de Sierra Leona que permitía la acusación por transmisión vertical.
En una intervención en la misma sesión, Susan Timberlake -de ONUSIDA- consideró que, actualmente, constituía una “prioridad corporativa” de la organización “la derogación de las leyes punitivas, las políticas, prácticas, estigma y discriminación que impiden ofrecer una respuesta eficaz al VIH”.
Afirmó que resultaba esencial que el activismo no se limitara a considerar la legislación, sino que también debería tener en cuenta otros dos aspectos del marco legal: la aplicación de la ley y el acceso a la justicia.
El trabajo con los organismos legisladores para la derogación de las leyes es un proceso extremadamente complejo y prolongado, que exige tener experiencia política y que puede tener efectos contrarios a los esperados. Mientras tanto, un gran número de países (por ejemplo en América Latina) tienen legislaciones
que podrían aplicarse en los casos de posible transmisión, pero en realidad esto sucede con poca o ninguna frecuencia.
Timberlake sugirió que podría ser más productivo seguir estrategias basadas en la aplicación de las leyes (colaborando con la policía, los fiscales y los jueces que toman decisiones sobre qué casos admiten y qué casos no). Indicó que los países que todavía no tienen unas directrices fiscales deberían constituir
una prioridad de primer orden para este tipo de trabajo.
Además, hay más trabajo que hacer para mejorar el conocimiento de las personas con VIH sobre la ley y sus derechos (‘alfabetización legal’), y sobre el acceso al apoyo y los servicios legales. Esto tiene que realizarse en el contexto más amplio de los esfuerzos para reducir el estigma y la discriminación.
Timberlake también señaló que, en el debate sobre la criminalización, las personas que mantienen argumentos opuestos se esfuerzan por encontrar pruebas que respalden su posición. Las pruebas acerca del impacto negativo de la criminalización son, en gran medida, anecdóticas y, con frecuencia, insuficientes para convencer a las autoridades de salud pública o los legisladores.
Respecto a esta cuestión, otros ponentes sugirieron la necesidad de realizar más investigación para determinar hasta qué punto las leyes y enjuiciamientos afectan realmente a:

La adopción de riesgos sexuales.
  • Que se debata con los trabajadores sanitarios sobre la adopción de riesgos.
  • Al revelado del estado serológico al VIH (en especial cuando podría requerirse una profilaxis post-exposición).
  • La percepción de los riesgos por parte de las personas sin VIH.
  • La realización de pruebas del VIH.
  • Al estigma y discriminación.

El encuentro satélite, copatrocinado por NAM, coincidió con la publicación de HIV and the Criminal Law (El VIH y el Derecho Penal), una nueva guía sobre la aplicación del derecho penal en enjuiciamientos relacionados con la transmisión del VIH, escrita por Edwin Bernard y publicada por NAM en: http://www.aidsmap.com/law.


Referencia: Criminalisation of HIV exposure and transmission: global extent, impact and the way forward. Canadian HIV/AIDS Legal Network, GNP+ and NAM. A satellite meeting at AIDS 2010, 18 July 2010.


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Para todas aquellas personas que no están al tanto sobre estos congresos internacionales sobre el Sida, que se celebran cada dos años, sólo decirles que se trata de una especie de “Concilios Ecuménicos” financiados por la industria farmacéutica, donde todo se decide por unanimidad, (como que se excluye previamente de ellos cualquier voz crítica).

 

No encuentro mejor manera de ilustrar lo que son estos congresos que este estupendo artículo de Celia Farber, (periodista de investigación en el tema del Sida, autora de una serie de importantes y conocidos artículos sobre el tema). Aunque el artículo se escribió con motivo de la 12ª Conferencia Internacional de Sida de Ginebra, es aplicable en muchos aspectos a todas las conferencias internacionales sobre el Sida que se han celebrado hasta ahora y que se seguirán celebrando, (si Dios no lo remedia), os ruego por tanto que lo leáis con atención pues no tiene desperdicio.

 

Deciros también que desde hace años se celebra, paralelamente al congreso oficial, un congreso alternativo que también en esta ocasión se está llevando a cabo, del que de momento sólo está informando el diario “Rusia Today” y del que ya Manu ha subido algunos videos.

Os seguiremos informando.

 

“MIEDO Y ASCO EN GINEBRA”, Reflexiones sobre el lamentable estado del periodismo del SIDA.

Artículo de CELIA FARBER, (Traducción: Francisco Martín)
Fuente: Medicina Holística, nº 54.

 

 

He asistido como periodista a ocho congresos internacionales sobre el SIDA, en Washington, Montreal, San Francisco, Estocolmo, Florencia, Berlín, Vancouver y, este año,
en Ginebra.

 

Todos han sido igualmente horrendos y una pérdida de tiempo para un periodista. Voy a ellos más que nada para corroborar mi convencimiento de que el SIDA –toda la industria y aparato social que mueve- es de raíz un sistema totalitario. Quiero decir con ello que propugna una ideología única que trata de afianzar su dominación obstaculizando sistemáticamente cualquier idea que pretenda ir en contra. No es un lugar para periodistas.

 

Los “medios de comunicación”, en la medida en que hacen acto de presencia, acuden sólo por motivos decorativos. Si un periodista audaz plantea una pregunta –una auténtica pregunta- se enfrenta a un mar de ceños fruncidos y bufidos. Te cierran el micrófono y he visto llamar a los guardianes y expulsar a un periodista del país, (en Alemania concretamente), por plantear preguntas no gratas al aparato del SIDA. La temática de estos congresos es el afianzamiento de una ideología y no su cuestionamiento. En otras ocasiones he dicho que son como el “Desfile de Octubre” del partido del Sida.

 

Comprendo que, el estadounidense medio, cuando digo “SIDA” piensa quizá en Liz Taylor o Elton John, en lazos rojos, marchas, velas y cosas amables. Puede que todo esto sea muy bien intencionado, pero la fuerza real que mueve la superestructura del SIDA, lo que subyace a la pátina de bondad, es una industria terrible, implacable, amoral: la industria farmacéutica. Volveré enseguida sobre los medios de comunicación;primero voy a dar datos sobre mi afirmación.

 

Estos “Congresos internacionales sobre SIDA” no son más que microcosmos de la industria del SIDA, financiados, promovidos y dirigidos por la industria farmacéutica. Este año, en Ginebra, había anuncios farmacéuticos pegados en las cintas transportadoras de equipajes del aeropuerto.

 

En todos los congresos, los gigantes de la industria farmacéutica sientan sus reales en una superficie equivalente a la de un campo de fútbol con sus anexos: un poblado de pabellones con pantallas de vídeo, pilares gigantescos, muestras interactivas y toda clase de regalos, incluídos CDs, vídeos, bolsas, condones, helados, bombones y cualquier cosa que se les ocurra para atraer a sus stands a los delegados que han ido al congreso.

 

Glaxo-Wellcome, (ahora Glaxo-Wellcome-Smith-Klein), fabricante del AZT, la droga del SIDA ya destronada de su empíreo lugar, paga como si tal cosa viajes en primera clase y hotel a veintenas de los llamados activistas, en su mayoría de ACT UP. Casi todos los médicos asistentes acuden invitados por la industria farmacéutica que, aparte de sus gastos de viaje y dietas, les invita continuamente a espléndidas comidas y cenas, y muchos de los médicos que escriben en revistas médicas sobre los efectos de esos fármacos del SIDA son asesores a sueldo de las empresas farmacéuticas. En resumidas cuentas: es un festival de refinado aburrimiento.

 

Pensaba haberlo visto todo, pero este año en Ginebra, en la sala de prensa, vi algo que por un instante me hizo pensar que sufría una alucinación de LSD. Cogí lo que parecía un ejemplar del periódico “USA Today” y era un “USA Today” con su logotipo incluído, pero el texto de la portada no hablaba más que de fármacos, fármacos de Glaxo, y todo en tonos entusiastas.

 

Luego, en letra pequeña a pié de página, leí que Glaxo había comprado la portada entera ¡Para publicar un texto escrito por sus empleados! Y semejante edición especial circulaba por Ginebra como si a todos los efectos fuese un ejemplar de “USA Today” cuyo equipo de redacción hubiese decidido de pronto ilustrar al mundo sobre las excelencias de los fármacos de Glaxo.

 

En la sala de prensa, todas las mañanas, los representantes de las empresas farmacéuticas venían con sobres para los informadores de los principales periódicos, quienes abrían los sobres, se dirigían a una mesita y se ponían a teclear. “Es como si todos hicieran calceta”, comentó mi amigo Huw Christie, editos de “Continuum”, revista disidente (ya desaparecida) del SIDA. (Un “disidente” es una persona que cuestiona el modelo VIH-SIDA).

 

En el congreso de 1993 en Berlín, cuando los resultados del llamado estudio Concorde hicieron añicos la absurda aseveración, sostenida contra viento y marea, de que el AZT era un fármaco que prolongaba la vida de los enfermos, recuerdo como si fuera hoy un incidente que lo resume todo. A la puerta del congreso había un hombre con una pancarta que rezaba: “Abajo el AZT” o algo por el estilo. El pobre hombre se vió acosado por una multitud de activistas (de ACT UP), algunos de los cuales exhibían pelos de colorines y crestas, que le rompieron la pancarta y los palos, le tiraron al suelo y quemaron la propaganda.

 

Después se supo que a aquellos fanáticos partidarios del AZT –que, por cierto, quedaron impunes- les había pagado el viaje la compañía Wellcome. Para los que no hayáis seguido la cobertura del SIDA por los medios de comunicación todos estos años, haré el siguiente resumen: los principales medios de información sobre el SIDA han deformado de modo irreparable el tema, repitiendo constantemente, sin verificarlos, los comunicados de los organismos del SIDA del gobierno federal.

 

Han aceptado el conjunto el criterio totalmente infundado de una “explosión” de SIDA heterosexual, carente de evidencia, que nunca se produjo ni se producirá. Han estado informando sin plantear objeción alguna que el AZT era un fármaco maravilloso que salvaba la vida, criterio basado en estudios fraudulentos financiados por el fabricante del fármaco. (En realidad, los resultados demostraron que acortaba la vida). No informaron que el científico del SIDA Robert Gallo había robado su muestra de VIH al Instituto Pasteur, a pesar de que era manifiesto, ni tampoco, inexplicablemente, cuestionaron el anuncio totalmente infundado del Dr Gallo cuando afirmó en 1984 que el VIH era la “causa” demostrada del SIDA.

 

Después inventaron una epidemia de SIDA que iba a diezmar África, a pesar de que en todos los paísese africanos afectados por el SIDA se registra aumento de población. Y se pusieron eufóricos en 1996 con el eslogan “Se acabó el SIDA” lanzado para promocionar los nuevos cócteles que iban a resucitar a los muertos. Ahora la situación ha dado un vuelco y se está demostrando que esos fármacos causan terribles afectos colaterales y no disminuyen la mortalidad.

 

Pero ninguno de ellos ha perdido su trabajo ni se ha ganado una reprimenda, porque el periodismo del SIDA es una simple fachada. Me di cuenta este año en Ginebra en una conferencia sobre “SIDA y responsabilidad de los medios de comunicación”. Asistían muchos periodistas y en medio de ellos sentaba Miss América. Hablaban, como de costumbre, de que si la “responsabilidad” de los periodistas frente al SIDA es esto o aquello, de la importancia de “educar” al público, el modo en que los periodistas configuran las respuestas culturales al SIDA.

 

Al final no aguanté más y me acerqué al micrófono en un momento en que me armé de valor, para decir: “El problema es esta clase de discurso, este discurso sobre ‘responsabilidad’. La responsabilidad que existe no es mayor ni menor que en otros temas. La única responsabilidad del periodista es investigar e informar. No somos boy scouts, ni misioneros, ni evangelistas. Somos periodistas”.

 

Me cerraron el micrófono. Una mujer de la mesa que era de una isla de las Indias Occidentales se me acercó y me dijo: “Creo que ahora entiendo lo que quiere decir. No dejo de oir que en mi país tenemos más de 400 casos de SIDA y que van en aumento, pero no es cierto. Tenemos unos 18 casos; pero si lo digo me tachan de irresponsable”, y se echó a reir. “¿Es eso lo que quiere decir?”. Le contesté que exactamente.

 

Es una representación virtual de la distopia de Orwell, en la que el partido dictamina que la mentira es “responsable” y la verdad “irresponsable”.

 

Qué bien, qué grandioso pensar que, como informadores sobre el SIDA, tenemos mayor “responsabilidad”, un trabajo que es más complicado, más portentoso que el de otros periodistas que cubren otros temas. Pero no es más que un razonamiento ligeramente velado a favor de la propaganda. El periodismo desenmaraña, revela, incluso molesta. La propaganda, por el contrario, actúa sobre un plano emocional y proyecta constantemente un foco sobre lo que se considera bondadoso. Según el propio Goebels: “Su propósito es mantener a la gente persuadida y moldear a las generaciones futuras”. Goebels dejaba bien claro su desprecio por los hechos: “Esto es la diferencia entre propaganda e ilustración de la gente. La propaganda es un concepto revolucionario-político. La ilustración de la gente queda limitada a informar de un modo más fáctico sobre las necesidades y asuntos existentes”.

 

En una conferencia de prensa en que se presentaban a las estrellas del SIDA, el doctor Anthony Faucy (director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases) y el doctor David Ho (incondicional del cóctel), algunos periodistas disidentes peguntaron qué pruebas existían sobre el aislamiento del VIH. Un colega mío oyó cómo una informadora lanzaba un suspiro y ponía los ojos en blanco, exasperada, para acercarse al Dr Faucy y susurrarle de modo perfectamente audible: “¿Cómo dan ustedes pases de prensa a esta gente? ¡Hay que hacer algo!”

 

El activista Mark Harrington, que también estaba en la mesa, vociferó: “¿Es que no tenéis vuestro congreso? ¿Por qué venís aquí?”

 

Después nos enteramos de que las quejas sobre nuestra presencia en el congreso no procedían de los líderes del SIDA, ni siquiera de los representantes de las empresas farmacéuticas, sino de los periodistas, que probablemente ni siquiera se dan cuenta de que han abandonado el ámbito del periodismo para flotar en un espacio plácido y bien organizado en el que no se hacen preguntas, no se molesta y la verdad brilla por su ausencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

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EL Plan Nacional sobre SIDA del Ministerio de Sanidad incumple el Real Decreto sobre Información administrativa a los ciudadanos, negándose a responder sobre los criterios y documentación que sirven de base a las políticas sobre SIDA en el Estado Español.

En enero de 1997 me dirigí por primera vez al Plan Nacional sobre SIDA del Ministerio de Sanidad español para solicitar los artículos de referencia del aislamiento del VIH.

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Fuente:

Salud y Poder

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Acerca de un 100% de correlación
entre el HIV y el SIDA...


Alive and well


Mucha de la gente que cree que el HIV causa SIDA sostiene que hay

un 100% de relación entre la infección con HIV y el desarrollo del SIDA

y citan esto como prueba de que HIV=SIDA. A continuación, un extracto

de un diálogo que tuve recientemente con alguien que preguntó acerca de

esta afirmación.


Hay varias maneras de argumentar que el HIV está presente en el 100% de los casos:


El artículo científico original publicado por el “codescubridor” del HIV, Robert Gallo, mostró que obtuvo resultados positivos en los tests de anticuerpos en el 88% de los pacientes, no en el 100%. Se cree comúnmente que este artículo científico establece que el HIV es la ausa del SIDA. Lo que Gallo llamó HIV

fue hallado sólo en el 36% de los pacientes de SIDA que estudió. Si bien esta información no es nueva, es importante.


Primero, digo que Gallo halló “lo que él llamó HIV” en sólo 36% de los casos de SIDA porque no pudo de hecho aislar el virus de ninguno de sus pacientes de SIDA. Esa incapacidad para aislar el HIV es lo que lo llevó a apropiarse de un cultivo tomado del nódulo linfático de un paciente francés - un hombre homosexual sin SIDA - que el Dr. Luc Montagner del Instituto Pasteur de París le había enviado anteriormente. Este cultivo apropiado fue la base de la infame conferencia de prensa de 1984 en la que el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. anunció: “se ha hallado la probable causa del SIDA”.


Gallo dijo que el cultivo de Montagner era suyo y usó proteínas que tomó del mismo como base para la patente de su kit de test de anticuerpos del HIV. Como tal vez usted sepa, el anuncio de Gallo y su tramitación de la patente terminó convirtiéndose en un incidente internacional resuelto por los gobiernos de los EE.UU. y de Francia, dándole a Gallo y a Montagner crédito como co-descubridores. Esto es importante porque Montagner ha admitido en un reportaje de 1997 hace sólo siete años, que nunca ha producido una muestra purificada de HIV.


Esto significa que los tests utilizados hoy en día para diagnosticar la “infección con HIV”, se basan en una verificación en base al stándard del test original de Gallo, en el que usó proteínas del cultivo no purificado de Montagner, como marcadores del HIV. Dado que las proteínas del test se derivan de una sopa celular no purificada, ninguna de las proteínas del test puede ser considerada única o específica al HIV. Ni el test de Gallo, ni los tests subsiguientes, ni ninguno de los tests que se utilizan actualmente - orina, saliva, PCR, antígeno P-24 - han sido verificados contra algo que no sea el test no específico de Gallo o contra sí mismos, y ninguno ha sido validado nunca hallando virus en la sangre no cultivada de alguien que de positivo a un test o que tiene SIDA.


En contra de lo que se cree comúnmente, los actuales test de “carga viral” tampoco detectan o miden la presencia del virus. Incluso en el kit dice que “no está destinado para ser utilizado como un test de chequeo

del HIV o como un test de diagnóstico para confirmar la presencia de una infección con HIV”.


Así que nada más que con el stándard de los tests, no es posible afirmar que el HIV está presente en el 100% - ni en ningún porcentaje - de los casos de SIDA. La idea de que se ha demostrado que el HIV está presente no se basa en evidencia médica precisa, confiable ni específica.


Hubo más de 4.000 casos de SIDA mencionados por los Centros para el Control de las Enfermedades de los EE.UU. en personas HIV negativas en los EE.UU. antes de 1994. Ese año, los CCE dejaron de registrar esos
casos, pero en la literatura médica aparecen personas con enfermedades definitorias del SIDA antes del advenimiento del HIV y del SIDA, así como sucede actualmente con personas HIV negativas.


La relación 100% entre el HIV y el SIDA es un artefacto de la definición del SIDA. El SIDA no es una enfermedad, sino una categorización de enfermedades y condiciones previamente conocidas, todas las cuales tienen causas bien establecidas que no tienen nada que ver con el HIV. Por ejemplo, la tuberculosis está causada por el bacilllus tubercule, Mycobacteria tuberculosis. La tuberculosis es una seria amenaza a la salud de gente y naciones empobrecidas y causa millones de muertes por año en el mundo entero. La tuberculosis existía antes de su inclusión en 1987 como una de las enfermedades definitorias del SIDA, y antes del siglo XX. A partir de 1987, las personas con tuberculosis que dan positivo a un “test del HIV”, reciben un diagnóstico de SIDA, mientras que las personas con tuberculosis que dan negativo al test reciben un diagnóstico de tuberculosis.


Este mismo criterio para el SIDA se aplica a las demás 27 enfermedades definitorias del SIDA. Para que quede aún más claro, el cáncer cervical y la candidiasis son enfermedades definitorias del SIDA que se hallan comúnmente en personas en varios grupos de riesgo ajenos al SIDA. No estoy segura sobre las estadísticas de cáncer cervical, pero se calcula que el 30% de los norteamericanos sufren de candidiasis crónica (Dr. John
Hightower, “La conexión de la levadura”). Las infecciones de levaduras en personas etiquetadas HIV-negativo se
llaman infecciones de levaduras, mientras que la misma infección originada por la misma causa - un desequilibrio bacteriano - se llama SIDA en una persona que da por una mujer que da negativo al test es cáncer cervical.


Ya que las 27 enfermedades definitorias del SIDA sólo se definen como SIDA cuando ocurren en personas que dan positivo al test de HIV, está claro por qué hay un 100% de correlato entre el HIV y el SIDA. Las enfermedades llamadas SIDA sólo pueden llamarse SIDA cuando suceden en alguien etiquetado positivo, aunque pueden ocurrir y ocurren en personas que dan negativo al test. Esta lógica circular hace que el
argumento “el HIV causa SIDA porque está presente en el 100% de los casos de SIDA” carezca de significado. Además, el correlato es la forma más débil de evidencia científica; es como la evidencia circunstancial en un juicio por un crimen.


Nuevamente, creo que es importante señalar que la creencia de que una reacción positiva en un test no específico de HIV indica la presencia de HIV es un acto de fe. E incluso si se pudiera hallar el HIV en todos los pacientes de SIDA, este hallazgo por sí solo, de acuerdo a cualquier stándard de ciencia seria, no sería suficiente para establecer que el HIV es la causa del SIDA.




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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) mueren anualmente alrededor de 12 millones de niños menores de 5 años, que pertenecen, principalmente, a países en desarrollo. Para la OMS es evidente que tanto los niños con desnutrición severa como con déficit nutricionales leves o moderados están en un alto riesgo de muerte.

Se sabe que la desnutrición causa un gran deterioro en el sistema inmune.

Un niño desnutrido no puede defenderse ante la agresión de los microorganismos. Y tampoco puede responder a la aplicación de vacunas porque no es capaz de fabricar anticuerpos. Ahora, un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA mostró cómo se ven afectadas ciertas células del sistema inmune, los linfocitos "T", que producen células, como por ejemplo los macrófagos, que devoran virus y bacterias.

Los linfocitos "T" maduran en el timo, glándula situada detrás del esternón. Una vez maduros, emigran para ejercer sus funciones en diferentes partes del organismo, como por ejemplo en la mucosa que tapiza el interior de las vías aéreas y el intestino.

Si las células "T" no están maduras no cumplen su función en forma adecuada, y ello se refleja precisamente en las mucosas. "La superficie de mucosa es una de las áreas más grandes del cuerpo que está en contacto con microorganismos del medio externo, y consiste en una compleja trama de tejido donde interactúan los linfocitos "B", los "T" y la inmunoglobulina "A", que es la principal clase de anticuerpo protector", afirma la doctora María Estela Roux, investigadora principal del Conicet y profesora honoraria en la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA.

Los investigadores del laboratorio de Inmunoquímica de la FCEyN, dirigido por el doctor Ernesto Massouh, junto con la doctora Roux, habían demostrado que en la desnutrición el timo resulta seriamente dañado y los linfocitos "T" no llegan a madurar antes de emigrar. Sin embargo, no se conocía en detalle el comportamiento del sistema inmune una vez que el organismo comienza a recuperar el peso normal.

Ahora, los investigadores estudian qué sucede en el timo de ratas desnutridas durante la lactancia cuando son realimentadas hasta alcanzar el peso normal.

"Cuando las crías empezaron a ingerir alimento sólido, fueron recobrando gradualmente el peso, y el timo también recuperaba su volumen y número de células, pero el tamaño y la composición de éstas no era normal", explica la bioquímica Catalina Feledi, docente de la FCEyN.

Dado que los órganos deben conservar el número habitual de células, éstas se dividen rápidamente para alcanzar la cantidad original. El problema es que no llegan a sintetizarse todos los componentes de una célula normal, por ejemplo ciertas proteínas de la membrana celular -denominadas receptores -, encargadas de la comunicación entre las células y de distinguir lo propio de lo ajeno.

¿Cuál es la consecuencia? Dentro del timo hay un proceso de selección de las células que irán a repoblar los tejidos inmunes del organismo. Son elegidas las que, debido a sus receptores en superficie, no pueden reaccionar contra tejidos propios. El problema es que si el número de esas moléculas receptoras es muy bajo, el proceso de selección funciona de manera defectuosa.

"Queremos saber cuál es el destino de esas células que tienen pocos receptores. Puede suceder que ellas sean precisamente las que reaccionan contra el propio organismo", aventura Feledi. Una consecuencia posible sería el desarrollo de enfermedades autoinmunes. Según la investigadora, "el timo desnutrido no puede afrontar la rápida regeneración sin caer en un desequilibrio de sus poblaciones celulares, lo cual afectaría su desempeño futuro".

A un niño hospitalizado por desnutrición se le da el alta cuando alcanza el peso normal. Pero si el sistema inmune no está recuperado, la vuelta al lugar de origen, donde deberá exponerse a microorganismos de diferente índole, puede resultar fatal. Según las doctoras Nora Slobodianik y Anabel Pallaro, profesoras de la FFyB, es probable que, al poco tiempo, vuelva al hospital con una diarrea o un problema respiratorio.

Pero los niños obesos también tienen deteriorado parte de su sistema inmune, según un estudio realizado por investigadores de la Cátedra de Nutrición de la FFyB y del Servicio de Nutrición y Diabetes del hospital Pedro de Elizalde.

"Algunos estudios internacionales habían demostrado que la respuesta a la inmunización contra el virus de la hepatitis B esta disminuida en adultos obesos. Pero no se conocía qué sucedía con ciertos componentes específicos del sistema inmune en la obesidad infantil", explica la doctora Nora Slobodianik, que estuvo a cargo del estudio que incluyó a 105 niños obesos de entre 6 y 13 años de edad, libres de cualquier patología.

"Observamos que los niños obesos tenían disminuida la inmunoglobulina "A" en la saliva, y este hecho podría explicar la alta incidencia de infecciones respiratorias", explica la investigadora.

La función de muchas células inmunológicas depende de la colaboración de diversos nutrientes, como por ejemplo las vitaminas B6, B2, A, C, E, el ácido fólico y también el hierro. Asimismo, según señala Slobodianik, "hay pruebas que demuestran que los lípidos desempeñan un papel regulador de la inmunidad". Y agrega: "La deficiencia de ácidos grasos esenciales reduce la respuesta inmune. Pero un aumento en la ingesta de ácidos grasos saturados provoca depresión de la inmunidad".

Todo indica que la malnutrición, por falta o por exceso, tiene consecuencias nefastas en el sistema inmune y, por ende, en la respuesta del organismo ante las enfermedades.

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Entrevista al Premio Nobel de medicina Richard J. Roberts.

Lluís Amiguet
La Vanguardia/Rebelión

Tengo 63 años: lo peor de hacerte mayor es que das por seguras demasiadas verdades: es cuando necesitas nuevas preguntas. Nací en Derby: mi padre mecánico me regaló un juego de química... Y aún me divierte jugar. Casado, cuatro hijos; uno, tetrapléjico por un accidente, me anima a seguir investigando. Participo en el Campus Excelencia.

¿La investigación se puede planificar?

- Si yo fuera ministro de Ciencia, buscaría a gente entusiasta con proyectos interesantes; les daría el dinero justo para que no pudieran hacer nada más que investigar y les dejaría trabajar diez años para sorprendernos.

- Parece una buena política.

- Se suele creer que, para llegar muy lejos, tienes que apoyar la investigación básica; pero si quieres resultados más inmediatos y rentables, debes apostar por la aplicada...

- ¿Y no es así?

- A menudo, los descubrimientos más rentables se han hecho a partir de preguntas muy básicas. Así nació la gigantesca y billonaria industria biotech estadounidense para la que trabajo.

- ¿Cómo nació?

- La biotecnología surgió cuando gente apasionada se empezó a preguntar si podría clonar genes y empezó a estudiarlos y a intentar purificarlos.

- Toda una aventura.

- Sí, pero nadie esperaba hacerse rico con esas preguntas. Era difícil obtener fondos para investigar las respuestas hasta que Nixon lanzó la guerra contra el cáncer en 1971.

- ¿Fue científicamente productiva?

- Permitió, con una enorme cantidad de fondos públicos, mucha investigación, como la mía, que no servía directamente contra el cáncer, pero fue útil para entender los mecanismos que permiten la vida.

- ¿Qué descubrió usted?

- Phillip Allen Sharp y yo fuimos premiados por el descubrimiento de los intrones en el ADN eucariótico y el mecanismo de gen splicing (empalme de genes).

- ¿Para qué sirvió?

- Ese descubrimiento permitió entender cómo funciona el ADN y, sin embargo, sólo tiene una relación indirecta con el cáncer.

- ¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?

- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacular avance de la industria informática, donde es el dinero privado el que financia la investigación básica y aplicada, pero respecto a la industria de la salud... Tengo mis reservas.

- Le escucho.

- La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.

- Explíquese.

- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital...

- Como cualquier otra industria.

- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.

- Pero si son rentables, investigarán mejor.

- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.

- Por ejemplo...

- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad...

- ¿Y por qué dejan de investigar?

- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.

- Es una grave acusación.

- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.

- Hay dividendos que matan.

- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.

- ¿Un ejemplo de esos abusos?

- Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.

- ¿No me habla usted del Tercer Mundo?

- Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.

- ¿Los políticos no intervienen?

- No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.

- De todo habrá.

- Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos - y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras...


Fuente:

http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2007/2007prim/noticias5/europa-06072007.asp

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Sobre el valor de la medida de los linfocitos CD4, encontre esto acerca de lo que dice The Perth Group.


The Perth Group sostiene que nadie ha demostrado la existencia del virus VIH, y que el SIDA se debe a la oxidación.

La Velocidad de Sedimentacion es una medida más Fiable que la de las células CD4

The Perth Group afirma que el test de Velocidad de Sedimentación Eritrocitaria, (Erythrocyte Sedimentation Rate) es una medida más Fiable que la medida de células CD4 para evaluar el estado de salud de los pacientes "VIH positivo" y evitar el progreso a SIDA.

La medida de células CD4 es en verdad una medida indirecta de anticuerpos a las células, no de las células en sí. El hecho de que se midan menos anticuerpos en un momento determinado no significa obligatoriamente que las células CD4 hayan sido eliminadas.

La medida de células CD4 conlleva dificultades.

theperthgroup.com/RESPONSE/PGAffidavit.pdf
D. ACQUIRED IMMUNE DEFICIENCY (Declining CD4 cell count)


El hecho de que disminuya el número de células CD4 en el flujo sanguíneo no prueba que las células hayan sido eliminadas.

Las células CD4 se cuentan por medio de anticuerpos que se adhieren a una molécula en la superficie de la célula, conocida como "receptor CD4"

Los propios datos publicados por los expertos del "VIH" muestran que la disminución de células CD4 podría no deberse a que las células se hayan destruido, sino a la pérdida de sus receptores de superficie, que de este modo impediría la adhesión de los anticuerpos.

En los cultivos de células CD4 ciertos agentes químicos inducen tales cambios sin destruir a las células.

Los experimentos in vitro (fuera del cuerpo) realizados para probar que el "VIH" mata a las células CD4, tienen el problema de que no es posible añadir ningún virus "VIH" a los cultivos de células CD4. Esto es debido a que hasta la fecha ningun investigador ha conseguido purificar (aislar) el VIH. De este modo, con dichos experimentos, incluso si muestran una disminución de las células en los cultivos, no es posible distinguir que la causa sea el supuesto "VIH" o las muchas otras sustancias que contaminan el "VIH".

Además, los datos demuestran que incluso cuando ese "VIH impuro" se añade a los cultivos, el supuesto "VIH" no produce ninguna disminución significativa del número de células CD4 respecto a la que también se observa en los cultivos de control, en donde se añade material sin el supuesto "VIH"

Hay datos que muestran que, en los grupos de riesgo, como el de los drogadictos o los hemofílicos, los individuos pueden llegar a tener un bajo número de células CD4 antes de que sean "VIH positivo". Es decir, la supuesta causa ("VIH") sigue al efecto (número bajo de células CD4).


La Velocidad de Sedimentación es una medida más Fiable que la de las células CD4


theperthgroup.com/REJECTED/emergmedab.html (As far back as 1988 researchers from)


Ya en 1988 investigadores del Institut National de Transfusion Sanguine de París, Francia, encontraron que "un incremento de la Velocidad de Sedimentación de Eritrocito en los pacientes seropositivos parece constituir una medida predictora de la progresión a SIDA mejor que el decremento de la cuenta de CD4". Es decir, la Velocidad de Sedimentación es una medida predictora respecto al SIDA más fiable que el descenso de la cifra de células CD4, aunque esta última se dice ser la causa del síndrome.

Lefrere JJ, Salmon D, Doinel C, Rouger P, Courouce AM, Lambin P, et al. Sedimentation rate as a predictive marker in HIV infection. AIDS 1988;2:63-4.

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Enfermedades ocasionadas por la medicación para el "VIH "

GlaxoSmithKline:

Zidovudina se ha asociado a toxicidad hematológica incluyendo neutropenia, anemia ... El uso prolongado se ha asociado con miopatía sintomática ... La acidosis láctica y hepatomegalia severa con esteatosis, incluyendo casos mortales, han sido reportados con el uso de análogos de nucleósidos ... Suspender el tratamiento si los hallazgos clínicos o de laboratorio son sugestivos de acidosis láctica o hepatotoxicidad pronunciada ...

Eso no suena tan mal, pero… mmmh ¿qué significa de forma sencilla?

La Zidovudina (y otros medicamentos contra el SIDA) provocan graves alteraciones en el hígado, el riñón , así como enfermedades inmunes.Las personas sanas o enfermas que toman medicamentos contra el VIH eventualmente mueren de cáncer o enferman del síndrome de inmunodeficiencia al que se culpa.

Esta impactante guía(en inglés) es una importante fuente de documentación sobre los "medicamentos" contra el VIH/SIDA y sus efectos secundarios.Con enlaces directos de las empresas que los fabrican. Si estas tomando medicamentos contra el VIH haz clic en el enlace y confirma por ti mismo las enfermedades que la medicación recetada para el VIH/SIDA ocasiona.


http://www.omsj.org/drugs/matrix.htm

Todos los medicamentos contra el VIH que se enumeran provocan enfermedades mortales y / o adicción al tratamiento. Con el tiempo, estas enfermedades comprometen la función del sistema inmune y provocan los mismos síntomas que los médicos utilizan para diagnosticar la aparición del SIDA. ( haz clic sobre la medicación que estés tomando y amplia tu información.),ahora.

Fuente:

OMSJ
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Para quién tenga dudas de los planes de la indústria médica y farmacéutica,

os presento unos documentos contundentes.


Serie de 3 videos cortos.
Saludos.


El doctor John Virapen:


Trabajó por 35 años de su vida en la industria farmacéutica y ahora, fuera del negocio sucio, se decidió a hablar, a contarnos la verdad que se esconde tras esa verdadera mafia.

Bienvenidos a una verdad en la cual la farmafia y los gobiernos se empeñan en escondérnosla, a nosotros, los consumidores, los mismos que sufrimos sus consecuencias, intoxicación, degeneración y muerte.

Hablando claro y señalándolos como criminales y malvados.


http://detenganlavacuna.wordpress.com/2010/04/20/virapen/

Saludos.


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[Presentación PowerPoint]




[Descargar presentación 45 MB aprox.]


Enlace: http://www.amcmh.org/PagAMC/downloads/SIDA_quien gana.rar


Contiene datos de todo tipo acerca de los grupos económicos y políticos que están detrás de todo esto. Para ver con calma. Un documentado trabajo, fácil de entender aunque un poco extenso, de Alfredo Embid, una persona conocedora a fondo de la otra cara del sida, con años de trabajo de investigación en este tema, sin desdeñar su intenso trabajo de los últimos años en temas como la contaminación radiactiva y otros.

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Tomado del British Medical Journal Online "Debate del SIDA", agosto 2003

 

¿Debemos confiar realmente en el recuento de las células T?
By - Toni Watson

"El doctor le dijo que el resultado obtenido de su ultima analítica realizada cinco años antes había mostrado un recuento total de 26 CD4. Mi amiga se sintió muy molesta al escuchar el resultado, pues a pesar de las cifras ella no había enfermado en los cinco años posteriores desde que se realizó el conteo. Y siete años más tarde, ella todavía tiene buena salud”.

Ahora tiene 30 años, había consumido drogas en su adolescencia, pero en 1983 decidíó "limpiarse" por completo. Resultó positiva un par de años más tarde, ella pensó que su "infección" habría tenido lugar antes de haber dejado las drogas en 1983. Se negó a participar en cualquier ensayos de medicamentos contra el VIH, después de haber visto como todos sus amigos que si tomaron AZT, rápidamente enfermaban y morían.

Durante la década de 1990 se involucró en diversas terapias complementarias pero continuó teniendo los controles rutinarios de sangre, ya que su médico un especialista del VIH la presionaba insistentemente para que lo hiciera. También fue animada en todo momento para que formase parte en los ensayos de las nuevas drogas que se estaban ejecutando en ese momento, pero siempre se negó.

En 1996 decidió que la ansiedad y el estrés que le provocaba la asistencia a la clínica para hacerse los controles de sangre y la preocupación a la hora de recibir lo resultados podrían ser la causa que estaba dañando su salud. Así que le dijo a su doctor que ya no quería realizarse más controles de seguimiento y pidió que no se le informara de los resultados de su recuento sanguíneo - lo que demostró ser una decisión acertada.

Cinco años más tarde, se visitó con el mismo médico de nuevo, después de contraer una infección de poca importancia en el oído. Durante el tiempo que duró su consulta el doctor (a pesar de haberle pedido que no) le dijo que su recuento de CD4 anterior había sido del 26 CD4.Como los lectores pueden imaginar, mi amiga estaba muy alterada y asustada al oír esta noticia. El médico de nuevo trató de persuadirla para que comenzara a tomar los ARV, a pesar de que no había mostrado problemas de salud por más de cinco años tras realizarse la última analítica.

 

Después de pensarlo decidió pedir la opinión de su terapeuta, quien le explicó que no tenía de que preocuparse que estaba igual de saludable que el día anterior antes de recibir los resultados de una analítica que le habían realizado cinco años antes.

Ella declinó la oferta para tomar la terapia ARV y 18 meses después, se mantiene en buen estado de salud - casi siete años después que su recuento sanguíneo de 26 CD4 indicase que ella tenía sida (según la definición de los CDC) y 20 años después de que se convertirse en "infectada".

Por supuesto la experiencia de mi amiga plantea muchas cuestiones acerca de la utilidad del conteo de los linfocitos CD4, pero lo más importante, ilustra el peligro inherente de adoptar un punto de vista excesivamente estrecho hacia cómo y por qué se manifiesta la enfermedad en sí.

Un marcador indirecto puede que sea la mejor herramienta de la que disponen los médicos actualmente para evaluar el progreso del “VIH”, pero son validos para iniciar el tratamiento en ausencia de síntomas clínicos? sólo por tener un recuento bajo de CD4 ?

Un claro ejemplo que muestra la actitud predominante de los especialistas del VIH, así como la creencia inmutable de que un diagnóstico de VIH positivo significa una muerte segura.

Fuente:

http://www.aliveandwell.org/html/viral_load_tcell/can_we_count.html

 

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Fuente: [brainwavelab]


Médico Cirujano de la UNIVERSIDAD DE ANDALUCÍA - ESPAÑA
Pionero de la Medicina Bioenergética
Marzo 10, 2009

¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende
En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.

¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional. Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad,
el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar. Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.

¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de
tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.

¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido
ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

¿ Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren ansiedad. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la
solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera. La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te
reconcilias contigo mismo
. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno
ni lo otro. El estrés es otro de los males de nuestra época. El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie. El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen
estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?
La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar
interior, al ser interior. Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos
primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.

¿Qué es para usted la felicidad?
Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia. Vivir el Presente

¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?
Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

¿Tan confundidos estamos, en su opinión?
Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte. Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.

¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?
El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora. El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí
mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama. Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor. pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a
alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor.
Cuando el leño está encendido produce el fuego. Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.


¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate.. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no
aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.

















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Podéis ver la entrevista completa en:

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/latrinchera/2010/06/18/la-supuesta-mentira-del-sida.html



Aunque el entrevistador no recoge muy fielmente algunos extremos que se dijeron en la entrevista, y considerando tiempo escaso del formato de la misma, el total deconocimiento de las hipótesis disidentes del
SIDA, la absoluta contaminación de la terminología de la hipótesis oficial en el lenguaje usado por el entrevistador, y lo contradictorio y chocante del propio asunto del SIDA, no obstante, saludamos, reconocemos, valoramos y felicitamos la valentía y coraje del entrevistador -Luis Núñez, del blog La Trinchera, en elmundo.es- al romper con firmeza la censura que este tema sufre en los grandes medios de información de masas, de quien espero sepa aceptar esta breve crítica constructiva, y a quien espero no incomodar ni ofender.
¡Necesitamos más periodistas como tú!


Raúl Palma fue toxicómano durante casi una década. Dos años después de abandonar la droga, le diagnosticaron seropositivo en el test del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Él no se asustó , lo que enfadó a su médico, pues no entendía cómo daba positivo a un test que le habían hecho cuando dejó la heroína y cuyo resultado fue negativo. Lo que hizo fue buscar información sobre el síndrome que le acabó llevando a un convencimiento: el SIDA no es una enfermedad.


Raúl insiste en que el SIDA como tal no existe, sino que es una consecución de factores tóxicos y/o mentales fuertes a los que estamos expuestos. Incluso afirma que el SIDA no es contagioso, y que las maneras de
contagio que actualmente se reconocen 'no están empíricamente probadas'. Para él, 'la ciencia hoy en día es tan dogmática como la religión, puesto que quien no comulgue con su verdad acaba apartado como un hereje', condena.


Son varios los amigos y amigas de Raúl que constituyeron en su día ARIS (Asociación por un Replanteamiento Integral de la Salud), una de ellas, diagnosticada de SIDA, murió, aunque, según revela el propio Raúl, 'ocurrió por haber estado expuesta a muchos factores tóxicos, sobretodo a los antivirales'. Él no se considera seropositivo, ni cree que vaya a desarrollar la enfermedad a pesar de que no se medica. No le gusta ser etiquetado por una ciencia que, a través de sus medicamentos, 'es responsable de un genocidio yatrogénico
o terrorismo institucional'.


No obstante, más de dos millones de personas han muerto en 2009 a causa del SIDA, según ONUSIDA. Raúl no teme a la muerte, al menos no la que viene determinada por un virus en el que él no cree. Mantiene una vida
equilibrada, no bebe, ni fuma y cree que ese es el método a seguir. Lleva muchos años diagnosticado VIH positivo y su salud, según asegura, 'no deja de mejorar'. El líder de ARIS no podría asegurar que la medicina miente interesadamente sobre esta enfermedad, que califica como una de las peores inmunodeficiencias de nuestro tiempo, pero sí que piensa que está equivocada.




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Introducción

Usamos la palabra “supervivientes” a falta de una expresión mejor para referirnos a las personas que llevan muchos años vivas y sanas después de haber tenido alguna enfermedad incluida en la lista de enfermedades que atribuyen al virus VIH.

Pero es preciso advertir que la misma palabra “superviviente” es muy engañosa, porque lleva en sí la idea de que superar el Sida es algo que sólo consiguen unas cuantas personas, muy pocas, cuando la realidad nos muestra que si bien las personas que llevan por ejemplo 24 ó más años, (que las hay desde luego), pudieran ser pocas, todo parece indicar que el número de personas que, o bien se
mantienen vivas y sanas después de haber pasado cinco años o más tras pasar por alguna de estas enfermedades, o bien se mantienen un mínimo de 15-20 años vivas y sin mayores problemas de salud, sin tomar fármacos, no sólo son muchísimas sino que es posible que incluso sean la mayoría, o en todo caso más de la mitad del total de las personas que se etiquetan como "seropositivas".
Los médicos no suelen hablar de estas personas, porque no suelen ser personas que vayan mucho al médico o al hospital, entre otras razones.

                                                                                                                                                                                                                                       10882459482?profile=RESIZE_400x

El estudio de Michael Callen

Hacia el año 1990, el “enfermo de Sida” Michael Callen, él mismo superviviente de más de 5 años de Sida, realizó un interesantísimo estudio en “supervivientes de Sida de larga duración”, es decir, personas que sobrevivían 5 años o más después de haber sido diagnosticados como enfermos de Sida. Las conclusiones de este estudio fueron publicadas en el libro “Surviving AIDS” (Harper Collins, 1990, N. York).
El estudio tiene un indudable valor, pues no estamos hablando de personas a las que simplemente el test dio positivo, sino de personas que habían sobrevivido como mínimo 5 años tras haber tenido cualquiera de las enfermedades definitorias de Sida. ¿Qué mejor referencia, a la hora de extraer unas pautas que nos orienten, que el ejemplo de los que sobreviven más tiempo después de pasar por situaciones de lo más crítico?
Michael Callen entrevistó de modo intensivo a 48 supervivientes de Sida, como él, de más de 5 años, preguntándoles por un lado a qué atribuían ellos el hecho de mantenerse vivos y por otro lado indagando acerca de una serie de aspectos que a él le parecían importantes, consumo de fármacos o de drogas, alimentación, relaciones afectivas, familiares, relación con sus médicos e incluso aspectos espirituales.
Michael Callen no es evidentemente un médico, su libro tampoco es un estudio “científico”, pero sus conclusiones tienen un enorme valor, máxime cuando coinciden a grandes rasgos con ciertos datos epidemiológicos, hechos médicos contrastados e incluso con las conclusiones de algunos estudios científicos. Personalmente he de decir que el estudio de Callen fue para mí algo fundamental a la hora de elaborar unas pautas para aconsejar a las personas.
Se intenta aquí recoger, de un modo práctico, el espíritu de esas conclusiones, con una finalidad por así decirlo informativa o educativa, tanto para las personas consideradas erróneamente como “portadoras” como para sus familias.

Rasgos más destacados de los supervivientes a largo plazo.

Como dice Michael Callen “cada persona con Sida es única, diferente, probablemente llega a esta situación de una forma distinta, cada persona es bioquímica, biológica y genéticamente única, por eso no espero que una aproximación sirva para todas las personas con Sida, pero las pautas que encuentro me parecen en verdad sugerentes y os las comunicaré”.
Existe una “personalidad o perfil del superviviente”, según Callen, con una serie de rasgos comunes, aunque para cada uno de estos rasgos existan excepciones. Hagamos un recorrido por estos rasgos:

1) Si se tuviera que resumir con una sola palabra la característica común de estos “supervivientes”, esta sería “coraje”. ¿Nos dice esto algo nuevo? No, como todos sabemos el coraje, llámesele valor, valentía, determinación, amor por la vida, etc., es prácticamente el rasgo común en los supervivientes de cualquier situación imaginable, desde los náufragos a los supervivientes de los campos de concentración. El coraje implica una actitud positiva de esperanza, de apuesta por la vida, de creencia firme en que si bien sabemos que hemos de morir inevitablemente un día, la supervivencia a largo plazo es posible, en abierta oposición con las actitudes fatalistas, de resignación, de asumir la muerte como un hecho inevitable a corto plazo.

2) Prácticamente todos los supervivientes a largo plazo mencionaron la frase “cambios importantes en el estilo de vida”. Lo que esto quiere decir está bastante claro e implica empezar a ver, de un modo realista, el papel que uno mismo puede haber jugado en el origen de los problemas de salud que uno tiene y consecuentemente el papel que uno puede jugar en su solución. Pero especifiquemos más eso “cambios en el estilo de vida”:
- a) La mayoría dejaron las drogas, sobre todo aquellas llamadas “duras” o que crean fuerte adicción, aunque algunos no lo hicieran completamente. Es sabido por otro lado que drogas como la heroína, cocaína, abuso de alcohol y consumo de “poppers” son drogas que socavan la inmunidad.
- b) Entre los cambios en el estilo de vida, muchos supervivientes se interesaron también por los aspectos dietéticos, llevando a cabo cambios importantes en su alimentación. Hay que decir que, según el estudio, si bien estos cambios fueron importantes, en la mayoría de los entrevistados no fueron cambios demasiado radicales.

3) En el terreno de las relaciones humanas y afectivas, todos mencionan la necesidad de rodearse de personas que apoyen tu esperanza en la supervivencia, cortando si es preciso con aquellas personas que no te apoyan. Es muy interesante el hecho de que la mitad más o menos de los entrevistados mantuvieran relaciones amorosas, atribuyendo en parte su supervivencia al apoyo de sus parejas. En todo caso, las personas con Sida que no mantenían relaciones estaban dispuestas a tenerlas, de hecho las buscaban. Dada la importancia de la sexualidad en el ser humano, sobre todo en los más jóvenes, sobran comentarios. Otro detalle significativo que todos mencionan es que el hecho de conocer a otro superviviente prolongado resultó esencial para afianzar su confianza. Si nos paramos a pensarlo esto no tiene nada de misterio, no es lo mismo que te propongas hacer algo que nadie ha hecho, que hacer algo que otros ya hicieron antes, es por esta razón que los supervivientes prolongados calificaron como muy importante el conocimiento de la existencia de otros supervivientes. Esto último no es fácil a veces, visto el anonimato con que las personas llevan el estatus VIH, nadie gana nada, salvo problemas, diciéndolo.

4) Otro punto interesante es que casi todos se habían interesado por otro tipo de medicinas alternativas,
sin dejar de lado la medicina convencional. Es preciso decir que jamás se debería poner ninguna objeción a que las personas hagan aquello que les hace sentirse mejor, tanto si se considera “científico” como si no, después de todo las terapias llamadas alternativas son inocuas, es decir, no entrañan efectos adversos.

5) Decir también que la mayoría mantenía buena relación con su médico, siendo en general personas informadas, que no hacían las cosas sólo porque se lo decían, es decir, querían saber el porqué y en todos los casos querían conocer las opciones de que disponían, así como los inconvenientes y los efectos colaterales.

6) La mayoría eran personas implicadas en la lucha política para acabar con el Sida, es decir, que no se encerraban en su vida y si bien algunas personas pensamos que el mejor activismo es mantenerse sano, nadie duda de la utilidad de implicarse en la búsqueda de soluciones a los problemas, siempre que esa actividad se realice de modo responsable, sin descuidar la propia salud.

7) Michael Callen, ferviente opositor al AZT, como cualquiera que tenga dos dedos de frente y sepa un mínimo sobre esta droga, el fármaco más usado en aquellos tiempos como monoterapia o único fármaco, no esperaba encontrar una oposición semejante en los supervivientes prolongados, pero sucedió. De los 48 supervivientes, sólo cuatro habían tomado AZT alguna vez. En lo tocante a los nuevos fármacos que iban apareciendo, la mayoría mantenían una actitud de esperar y ver. Con los nuevos fármacos el panorama ha cambiado, aunque no demasiado.

8) El resultado más sorprendente para Callen fue un claro resurgimiento de la espiritualidad, con la excepción de dos casos, bien con una vuelta a la religión de su infancia en la mitad de los casos, aunque no fuese de un modo fundamentalista, o bien intentando encontrar un sentido a la vida y al sufrimiento. En todo caso estas creencias o actitudes les proporcionaban mucha tranquilidad.

 

Manuel Garrido,

para Superando el Sida

 

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Conferencia crítica sobre el VIH/SIDA- Sant Cugat del Vallés -1993




En diciembre de 1993, la «Asociación de Medicinas Complementarias» organizó una conferencia en Sant Cugat del Vallés. Algunas de las voces escépticas que vienen cuestionando la teoría oficializada del VIH-SIDA pudieron ser escuchadas.


Entre otros, fueron invitados, el conocido

Dr. Peter Duesberg, el Dr. Harvey Bialy,

Robert Laarhoven, coordinador de la asociación para la investigación antiSIDA en Holanda, el inmunólogo suizo Dr.Alfred Hässig y Joan Shenton, directora de la empresa de vídeos médicos MEDITEL.

El video de la conferencia puede visionarse desde aquí

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“La salud no es una receta; es una disciplina”.

Tratamiento alternativo en 200 pacientes VIH positivos de diferentes países.

Juan José Flores. M.D., Ph.D.

Mohamed Al-Bayati Ph.D., D.A.B.T.

Christine Maggiore, Directora Alive and Well, Los Angeles, USA.

Alejandro Flores, Cofundador Vivo y Sano México.

Introducción.

Este trabajo NO fue escrito con la intención de solo presentar resultados obtenidos a nivel de laboratorio o a nivel de tratamiento clínico. Éste fue escrito con la intención específica de que el paciente diagnosticado como “cero-positivo” tenga un arma con la cual defenderse del ataque que día a día sufre por parte de las compañías farmacéuticas, por parte del 'establishment' médico mundial y por parte de todos aquellos farsantes que quieren hacer pasar sus balbuceos y tartamudeos por discurso científico.

Si hay una lección que he aprendido desde que el “Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida” fue prácticamente inventado hace ya 20 años, es que los días en los que el paciente esperaba de forma pasiva las órdenes del médico todo poderoso se han ido para siempre. Me ha sucedido a mí, a mi familia y le sucede día a día a mis pacientes: creer con fe ciega en tu médico te puede llevar a la muerte.

Tampoco yo soy el único autor de este trabajo. Este documento fue escrito por todos mis pacientes y todos los activistas y científicos que a nivel mundial han colaborado con sus historias y su labor desinteresada. Es por esta razón que Christine Maggiore y Alejandro Flores figuran como coautores de esta investigación; el trabajo de divulgación y coordinación de pacientes que ellos han realizado ha sido de crucial importancia para esta investigación. Por primera vez en mi vida como investigador, las opiniones de gente completamente fuera del campo de la medicina eran tan importantes o más, que las de mis colegas y por primera vez en mi vida profesional como médico, lo que decidía el paciente era mucho más importante de lo que yo podía decidir por ella o por él.

Es de gran importancia que el paciente asuma un rol activo en el manejo de su salud. No basta con señalar a los supuestos culpables de este inmenso malentendido. Este acto de flacitud intelectual nos libera de asumir la responsabilidad sobre todo lo concerniente a nuestra salud. Digo esto basándome en mi experiencia como médico tratando a pacientes “cero-positivos” desde el año de 1987: aquellos que entendieron que la salud no es sólo una receta sino una disciplina sobrevivieron; los que sustituyeron el AZT y los famosos “cokteles” con rituales y otro tipo de pastillas por lo general mueren o viven en un estado de perpetua enfermedad. En lo que se refiere a nuestra salud no hay salidas fáciles.

II. Antecedentes Históricos de Vivo y Sano México.

En el año de 1987, en el estado de Veracruz México, se fundo “El Patronato Veracruzano de Lucha Contra el SIDA”. Esta organización no gubernamental fue creada con la intención de monitorear las acciones que los gobiernos a nivel estatal y federal, desplegaban para resolver el problema del SIDA. En aquél entonces trabajábamos utilizando la información que nos era suministrada por la Organización Mundial de la Salud. Este organismo pronosticaba que para finales de siglo XX el SIDA alcanzaría el grado de pandemia. Obviamente nuestro estado era de alarma. Pero curiosamente, la cifra de gente que había muerto a causa de este supuesto retrovirus VIH se mantuvo estable durante años. La discrepancia entre los pronósticos estadísticos que nos ofrecía la OMS y la cifra real de muertos por el VIH que nos brindaba el gobierno veracruzano era inmensa. Irónicamente, la Secretaría de Salud del Estado de Veracruz, a la cual se supone debíamos monitorear, estaba manejando las cifras correctas. Desde el comienzo debimos monitorear a la Organización Mundial de la Salud, a la CDC (Center for Disease Control) y al NIH (National Institute of Health); fueron estas instituciones las que desde el principio se dedicaron a manipular las estadísticas con el fin de hacer que estas coincidieran con sus predicciones apocalípticas.

Mi desasosiego crecía al ver como mis pacientes iban muriendo, uno a una, al ser estos introducidos al tratamiento con el AZT. Pero entre tanta muerte comencé a observar que mis pacientes con los recursos económicos para comprar los anti-retrovirales morían, mientras que los pacientes que provenían de zonas rurales paupérrimas de manera misteriosa, sobrevivían: 2+2 siempre me daba 5 y poco a poco mi escepticismo también crecía. En 1997 mi hijo Alejandro me mando desde Los Ángeles “Inventing the AIDS Virus” del Dr. Peter Duesberg: “Por favor estúdialo y dime que piensas” me dijo con tono preocupado. No me tomó mucho tiempo comprobar de manera retrospectiva los resultados en las investigaciones del Dr. Duesberg. Observé que en efecto, en la mayoría de los casos, los pacientes expuestos a la toxicidad de los anti-retrovirales morían. A finales de ese mismo año di una conferencia de prensa en El Diario de Xalapa del Estado de Veracruz en donde de manera definitiva me distanciaba de la teoría de que el síndrome de inmunodeficiencia es adquirido mediante el supuesto retrovirus VIH. En 1997 se estableció contacto con Christine Maggiore en Los Ángeles y con el Dr. Roberto Giraldo en Nueva York y se fundó HEAL México, que en el año 2000 se convertiría en Vivo y Sano México.

Esta investigación es el resultado de ese contacto inicial. Christine Maggiore me comenzó a referir cientos de pacientes diagnosticados como “cero-positivos”. Todos ellos y ellas pensaban que iban a morir. Al observar cuanto dolor y muerte una hipótesis científica equivocada había causado, no pude evitar sino sentir rabia. Del año de 1998 al 2001 traté a docenas de pacientes en México, provenientes de todo el mundo, sin tomar en consideración su estatus como “cero-positivos”. Regresé a la medicina que mi padre practicaba; una medicina que se concentra en los síntomas específicos del paciente: si los síntomas indicaban malaria trataba la malaria, si los síntomas indicaban desnutrición, trataba desnutrición. De manera sorpresiva, observé como la mayoría de mis pacientes se recuperaban. No pasó mucho tiempo para que nos diéramos cuenta en Vivo y Sano México y en Alive and Well Los Ángeles, que un estudio sistemático que se basara en estos resultados clínicos era absolutamente necesario.

Fue entonces cuando Vivo y Sano México estableció contacto con el Dr. Mohamed Al-Bayati. Junto con él, Christine Maggiore y la Dra. Lisa M. Hosbein en Sacramento California, se elaboró un protocolo de investigación al cual se tituló: Clinical Trials in AIDS Patients. Los antecedentes y la metodología que establece este protocolo son la base de Tratamiento Alternativo de 200 Pacientes VIH Positivos de Distintos Países. Como mencioné al principio de este escrito: esta investigación se realiza con el objetivo principal de unir los resultados a nivel de laboratorio obtenidos por el Dr. Peter Duesberg, el Dr. Roberto Giraldo, el Dr. Mohamed Al-Bayati et al, con los resultados a nivel de tratamiento clínico que he venido obteniendo desde 1998, para que el paciente tenga un documento en sus manos que fundamente su posición como disidente y para poder establecer precedentes que puedan ser utilizados en corte en caso de que el paciente se vea en la necesidad de defenderse a nivel judicial. Este documento debe ser visto como un arma que aquella persona diagnosticada como “cero-positiva” podría utilizar para defender su derecho inalienable de decidir por si misma todo aquello que concierne a su salud.

III. Protocolo de Investigación.

Antes de introducir los casos clínicos más relevantes para este estudio, quisiera incluir la traducción de una síntesis del protocolo de investigación Clinical Trials in AIDS Patients. Hago esto con la intención de que se entienda la relación directa que existe entre este protocolo, terminado en el mes de marzo del 2000 y Tratamiento Alternativo de 200 Pacientes VIH Positivos de Distintos Países. En el primero se establecen los antecedentes teóricos y la metodología que se siguieron en el segundo. Tanto en el protocolo como en esta investigación, el Dr. Juan José Flores M.D., Ph.D. y el Dr. Mohamed Al-Bayati Ph.D, D.A.B.T. figuran como autores.

Antecedentes y Planteamiento del Problema.

La hipótesis-VIH establece que el VIH causa el SIDA por el hecho de que mata las células CD4+T directamente o indirectamente después de un largo periodo de incubación (aproximadamente 10 años). El número de estas células puede alcanzar niveles muy bajos que pueden llevar a originar una severa deficiencia inmunológica. Pacientes con una severa deficiencia inmunológica (CD4 + Células T <>

Al-Bayati, 1999 y Duesberg, 1992 revisaron la epidemiología y patogénesis del SIDA a nivel mundial y no encontraron ningún hecho médico que estableciera al VIH como la causa del SIDA. Aproximadamente el 90% de los casos de SIDA en los Estados Unidos y Europa se observaban en hombres homosexuales y personas adictas a las drogas. Los usos crónicos de alcohol, heroína, cocaína, metamfetaminas y nitratos de akyl causan problemas crónicos de salud en el sistema nervioso, en el sistema respiratorio, en el sistema cardiovascular, en los riñones y otros tejidos. La mayoría de estos problemas de salud son diagnosticados como idiopáticos, y son tratados con altas dosis de glucocorticoides y/o drogas cytóxicas. Hombres homosexuales con vida sexual activa por lo general usan drogas ilícitas, alcohol y glucocorticoides rectales. El tratamiento de un paciente con prednisone a 60 mg al día puede desarrollar SIDA en un periodo de 3 meses. Esta dosis regularmente se le administra a pacientes con fibrosis en el pulmón, thrombocyptopenia y otras enfermedades crónicas inducidas químicamente.

Fauci et al, en su libro nos provee con evidencia médica extensiva que indica que el SIDA en Europa y Estados Unidos es causado por: 1) el uso de drogas ilícitas y el abuso de alcohol y 2) por el uso extensivo de medicamentos (especialmente glucocorticoides) para tratar estas enfermedades que resultan del abuso de estas drogas. También en este mismo estudio, Fauci et al, nos otorgan la evidencia de que el SIDA en África es causado por hambruna y desnutrición. Aún así, no mencionaron una sola palabra en su extenso capítulo sobre el SIDA (pp. 1791 – 1856) o en alguna otra página de este libro, que muestre que el VIH puede matar una célula. Tampoco pudieron explicar las razones que causan los síntomas de los pacientes con SIDA.

Los resultados de los casos clínicos en los cuatro estudios mas importantes sobre el AZT que llevaron a la aprobación de esta droga por la FDA de los Estados Unidos para tratar pacientes infectados con el VIH, muestran que al menos el 77% de los 2, 349 pacientes que participaron en estos estudios eran VIH – negativos antes de haber sido tratados con AZT. Los resultados de estos estudios claramente demuestran que la hipótesis – VIH es completamente falsa porque el SIDA en el 77% de estos pacientes fue causado por agentes y procesos distintos del VIH. Los pacientes con SIDA que son VIH – negativos y que son considerados por Fauci et al como pacientes que sufren de “lymphocyptopenia Idiopática en las células CD4+ T” son un ejemplo más del porqué el VIH no es la causa del SIDA.

Sumando a esto, hasta el primero de enero de 1997, existían 28, 690 casos de gente infectada con el VIH viviendo en los Estados Unidos, sin que ninguno de ellos sufriera de problemas de salud, algunos de ellos con mas de 10 años de haber sido diagnosticados como VIH - positivos. Este grupo es llamado por Fauci y sus colegas como “long-term nonprogressors” (no-progresores a largo plazo). Esto también es evidencia directa de que el VIH es un virus inofensivo.

Al-Bayati menciona que la aparición del SIDA en los Estados Unidos y Europa entre adictos a las drogas y homosexuales a finales de los años setenta y principios de los 80 coincide con otros varios factores. Estos factores incluyen la epidemia en el uso de drogas ilícitas, principalmente por medio de la cocaína crack y de la heroína en los años setenta; la aprobación de los glucorticoides en aerosol por la FDA de E.U. en 1976; el amplio uso de inhalantes con glucocorticoides recetados para tratar enfermedades respiratorias crónicas que resultaban de la inhalación de la cocaína y la heroína; el uso extensivo de los nitratos de akyl por homosexuales para facilitar el sexo anal (1970’s); y el amplio uso de esteroides para tratar enfermedades crónicas en el ducto gastrointestinal en homosexuales. La aprobación por parte de la FDA en E.U. de los esteroides y de las drogas antivirales (AZT e inhibidores de proteasas) para tratar a pacientes con SIDA y a pacientes asintomáticos infectados con el VIH solo ha empeorado esta situación.

El estudio de Fauci et al en Tanzania demostró que el daño causado al sistema inmunológico de 1, 075 mujeres infectadas con el VIH fue posible revertirlo cuando ellas fueron puestas bajo un régimen dietético balanceado. El estudio que el Dr. Flores viene realizando desde 1998 en México, muestra como pacientes VIH – positivos se recuperan cuando se les somete a un régimen de dieta balanceada con complementos de ácido lipóico y se les retira del tratamiento con antivirales.

Objetivos del Estudio.

Los objetivos principales de este estudio son:

1. Salvar las vidas de pacientes con SIDA quienes se verían involucrados en este estudio y a los cuales se les daría tratamiento médico basado en hechos científicos y no en asunciones e hipótesis no comprobadas. La evidencia médica presentada anteriormente y la literatura ya publicada al respecto, demuestran claramente que la hipótesis – VIH es falsa y que las drogas antivirales y los corticoesteroides que son actualmente utilizados para el tratamiento de pacientes VIH – positivos y de pacientes con SIDA están causando la muerte y enfermedades muy serias. Esta perspectiva clínica debe ser suspendida de una vez por todas. El tratamiento correcto que se debe de aplicar para curar el SIDA y otros problemas médicos complicados es el de evaluar la evidencia médica que concierne a cada grupo de riesgo. Se planea utilizar esta metodología para tratar cada caso futuro y así identificar las causas de la depresión inmunológica en cada paciente y cada paciente será tratado basándose en un protocolo científico que se concentre en revertir la enfermedad.

2. Proveer evidencia de que el SIDA no es causado por el VIH. Esto se logrará mediante el hecho de revertir el daño al sistema inmunológico en los pacientes VIH – positivos con el uso de una dieta adecuada, vitaminas, antioxidantes y otras terapias de soporte al paciente, pero sobre todo con el abandono total de toda medicina antiviral.

3. Los resultados de esta investigación deberán ser publicados en los periódicos científicos apropiados.

4. Terminar de una vez por todas con el mito de la hipótesis - VIH, salvar millones de vidas y billones de dólares, que bien pueden ser utilizados en realmente resolver los problemas de salud que afligen a la mayor parte de la población mundial.

5. La utilización de este documento como un arma legal en caso de que el paciente lo quiera utilizar para defenderse del acoso que sufre por parte de las compañías farmacéuticas, las instituciones de salud internacionales y su médico personal.

Métodos y Diseño del Estudio.

El Dr. Flores ha tratado a más de 200 pacientes que sufren de SIDA. La mayoría de estos pacientes han sido cero-positivos. En todos estos casos se consideraron los aspectos de record médico, historia de la enfermedad, historia de uso de alcohol y drogas, historia de uso de medicamentos, toxicidad en los medicamentos e historia de usos de químicos en el lugar de trabajo. Para el tratamiento del paciente se hizo de manera individualizada una descripción del caso, una descripción de la enfermedad y del órgano que se ve afectado y recomendaciones para pruebas clínicas y tratamiento.

IV. Casos Clínicos.

Para llegar a este momento histórico en el cual es posible tratar a pacientes diagnosticados como “cero-positivos” sin tomar en consideración la hipótesis - VIH, se tuvo que haber realizado mucha investigación y vivir en un país en donde el médico que lo hiciera no corriera el riesgo de perder su licencia. La metodología clínica y la terapia aplicada a cada paciente se basan en los resultados obtenidos por estos investigadores. En este trabajo sobre todo se aplican los resultados obtenidos por el Dr. Roberto Giraldo con su investigación que explica la función inmunodepresora de los distintos tipos de estresores inmunológicos (químicos, físicos, biológicos, mentales y nutricionales) y de las causas multifactoriales del Síndrome de Inmunodeficiencia. También se aplican los resultados obtenidos por el Dr. Mohamed Al-Bayati en su estudio sobre las propiedades inmunodepresoras de los glucocorticoesteroides y de las drogas ilícitas. Está de mas mencionar que los resultados obtenidos por el Dr. Peter Duesberg son también de crucial importancia para este trabajo con su investigación sobre los altos grados de toxicidad y facultades inmunodepresoras en los medicamentos anti-retrovirales y en las drogas ilícitas.

Antecedentes. De enero de 1998 a agosto del 2001 se trataron a poco más de 200 pacientes provenientes de Estados Unidos, Canadá, México, Ecuador, Colombia, Venezuela, Argentina, Brasil, Puerto Rico, España, Francia, Inglaterra, Italia, Nigeria, India y Japón. Correspondió al continente americano el 84% de los pacientes, a Europa el 10%, a África el 4% y a Asia el 2%. El 95% correspondió al sexo masculino y el 5% al femenino. Las edades de los pacientes abarcaron de recién nacidos a 50 años, con el mayor porcentaje de pacientes concentrándose de los 30 a los 40 años. En lo que se refiere a tendencia sexual, el 60% de mis pacientes son homosexuales, el 30% bisexuales y el 10% heterosexuales. La comunicación con los pacientes se dio 70% a través del internet, 25% a nivel personal y 5% por vía telefónica.

Durante el primer contacto, los pacientes por lo general preguntaban las consecuencias que sufrirían por el hecho de estar infectados por el VIH, si en realidad el VIH produce SIDA, si las pruebas de ELISA y Western Blot tienen alguna validez, también preguntaban sobre la relación que existe entre el VIH y la carga viral, CD4/CD8, sobre las consecuencias de tomar medicamentos anti-retroviarales, que sucede si se suspenden estos medicamentos, si en realidad existe el retrovirus VIH, que beneficios podría tener la medicina alternativa en un paciente VIH – positivo asintomático, que beneficios puede tener esta misma en un paciente VIH – positivo sintomático sometido a tratamiento con anti-retrovirales, cual es la relación entre el uso de drogas recreativas y el VIH, cual es la relación entre las relaciones sexuales y el VIH y por último, los pacientes por lo general preguntaban como podrían ampliar su conocimiento sobre la hipótesis de que las causas del Síndrome de Inmunodeficiencia no son virales.

Si se daba un segundo contacto, se le preguntaba al paciente si estaría interesado en participar en esta investigación, también se le hacían preguntas relativas a su perfil psicológico, a su tendencia sexual, preguntas relativas a su situación familiar y laboral, a su situación de pareja y por último, se le preguntaba al paciente cual era su actitud hacia la muerte y si había habido intentos de suicidio (no en todos los casos).

Metodología Clínica.

Para esta parte del estudio se formaron dos grupos de pacientes:

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Grupo A: Pacientes VIH – positivos y sintomáticos recibiendo tratamiento anti-retroviral

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Grupo B: Pacientes VIH – positivos asintomáticos sin recibir tratamiento anti-retroviral.

En ambos grupos se efectuó:

1. Historia clínica.

2. Exámenes de laboratorio clínico y exámenes radiológicos.

3. Investigación sobre el agente o los agentes inmunodepresores.

4. Valoración de estilo de vida, condiciones de la vivienda y del área laboral y de las rutinas diarias del paciente.

5. Análisis de los medicamentos prescritos previamente y en uso actual, tipo de medicamento, dosis y duración del tratamiento así como los efectos colaterales ocasionados por este.

6. Historia de vacunas y análisis de si el paciente había recurrido a la herbolaria o la medicina homeopática.

7. Valoración de los hábitos alimenticios del paciente.

8. Valoración del perfil psicológico del paciente.

La mayor parte de los poco más de 200 casos considerados para este estudio cumplieron con las propuestas y demandas que esta nueva alternativa de tratamiento les exigía:

1. Cambio en el régimen alimenticio del paciente.

2. Cambio hacia una actitud psicológica positiva ante las posibilidades de recuperación ofrecidas por el nuevo tratamiento.

3. Suspensión del tratamiento con anti-retrovirales.

4. El paciente VIH – positivo aclaraba sus dudas acerca de la alta toxicidad y facultades inmunodepresoras de los medicamentos anti-retrovirales.

5. Inicio en el uso diario de antioxidantes (ácido lipoico).

6. Acondicionamiento físico.

7. Sugerencia de un reordenamiento de la vida sexual del paciente (sin hacer ninguna valoración moral de la misma).

8. Reincorporación a las áreas laborales y vida familiar.

9. En el caso de ser detectadas, tratamiento específico de enfermedades infecciosas.

Durante el estudio a ningún paciente se le solicitó la prueba de ELISA o el Western Blot. Las pruebas de CD4, CD8 y Carga Viral se solicitaron en algunos casos pero en relación al estudio de enfermedades infecciosas y en ningún caso en relación con el VIH. El Perfil Torch se le solicitó al 80% de los pacientes. Uno de los hallazgos más significativos obtenido en este estudio es que se encontró que en el 60% de los casos, los pacientes estaban infectados por algún tipo de Herpes, factor que tal vez haya influido en el resultado positivo que el paciente obtuvo por medio de las pruebas de ELISA y el Western Blot.

También es importante señalar la diferencia en las perspectivas clínicas y de tratamiento entre la teoría viral y la no viral. En esencia, la diferencia es esta: Si el médico considera que el Síndrome de Inmunodeficiencia se adquiere mediante el retrovirus VIH, entonces este seguirá un protocolo de tratamiento definido por esta supuesta infección; este tipo de perspectiva no toma en cuenta la historia clínica del paciente, su sintomatología, su perfil psicológico, etc. En el caso de que el médico considere que el Síndrome de inmunodeficiencia NO es adquirido mediante el supuesto retrovirus VIH, entonces al paciente se le trata de manera individualizada, considerando todos los factores arriba mencionados y sin tomar en cuenta para nada su estatus como cero-positivo.

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Publicado por A R I S, el 8 de junio de 2010, en

http://replanteamientodelasalud.blogspot.com/



Vinculan a expertos de la OMS con farmacéuticas


Patricia Luna - BBC Mundo

Decenas de países tratan de rescindir los contratos con la farmacéutica tras no utilizar todo el tamiflu que habían almacenado.


Un informe presentado este viernes acusa a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de no hacer público el conflicto de intereses de al menos tres de las personas que escribieron las pautas por las que se rigieron decenas de gobiernos a la hora de gastar miles de millones de dólares en medidas contra la gripe porcina.


Según el documento elaborado por el diario médico British Medical Journal (BMJ) y la Oficina de Periodismo de Investigación, al menos tres de los investigadores que presentaron el grueso de los documentos científicos en los que se basó la adquisición de medicamentos por parte de los gobiernos habían recibido dinero de alguna de las empresas farmacéuticas que producían los fármacos.


Los autores del estudio afirman que, de haber sabido que este era el caso, los gobiernos hubieran podido tratar la información y la recomendación de otra manera.


Iaian Overton, editor jefe de la Oficina de Periodismo Investigativo le dijo a BBC Mundo que "las pautas (de comportamiento contra una pandemia) estaban muy influenciadas por tres anexos que fueron escritos por tres individuos, los profesores Fred Hayden, Arnold Monto y Karl Nicholson, que estaban o habían estado poco antes de ese momento recibiendo dinero de compañías farmacéuticas que obtendrían beneficios de sus recomendaciones".


Las compañías mencionadas son Roche y GlaxoSmithKline (GSK). Roche tuvo beneficios de miles de millones de dólares con la venta de tamiflú a gobiernos que siguieron las recomendaciones de la OMS, mientras que GSK produce relenza y algunos antivirales.


"¿Cuándo hay conflicto?"


"Mientras la OMS siga permaneciendo hermética y no revele quién le está aconsejando y sus conflictos de intereses, sentimos que esto es contraproducente. La OMS está bajo sospecha, porque se cree que está escondiendo algo y esto plantea la duda acerca de la independencia de alguno de sus expertos", señaló Overton.

Pero Gregory Hart, portavoz de la OMS, respondió a través de BBC Mundo que la organización "pide declaraciones de interés a todos sus expertos y eso fue lo que ocurrió en esta ocasión. Las declaraciones son posteriormente evaluadas por el jefe del comité y por la secretaría y ellos son los que revisan si estos conflictos de interés son realmente tales, si necesitan más información o si de verdad hay conflicto se le pide que abandone el comité. Y eso no ocurrió en esta ocasión".


"Hay que hacer una distinción entre el conflicto de interés de una persona que da charlas y cobra por ellas y el conflicto de intereses de alguien que tiene un salario de una compañía", señaló Hart, quien dejó entrever que uno de los criterios que se tiene en cuenta para determinar si existe dicho conflicto es el porcentaje del dinero que recibe una persona de una farmacéutica en relación al total de sus ingresos personales.


El portavoz de la OMS también acusó al British Medical Journal (BMJ) de haber sido "increíblemente selectivo" en la información seleccionada para su informe:


"El BMJ habla de tres expertos en un comité formado por 20, es muy difícil que los votos de tres personas superen a 17".


"La cuestión es el pago"


Pero Deborah Cohen, autora del estudio y editora de reportajes de BMJ, afirma que "la cuestión es si gente que ha sido pagada por compañías que han hecho miles de millones de dólares vendiendo estos fármacos debería tomar la decisión y escribir los manuales de comportamiento y uso de estos medicamentos".


"Yo creo que no es aceptable", concluyó Cohen.


El informe del BMJ y de la Oficina de Periodismo Investigativo también pone en su mira el secretismo alrededor del comité que tomó la decisión de elevar a pandemia la crisis de la gripe porcina, cambiando los parámetros existentes hasta entonces.


El documento dice que se protege la identidad de sus miembros, del que sólo se conoce al presidente, para evitar presiones de la industria, pero que al menos los tres miembros mencionados pertenecen a esa industria de cuya presión quieren huir.


Pero el portavoz de la OMS señaló que "esos tres miembros declararon completamente sus intereses y el propio comité secreto determinó, en conocimiento de la información, que no había conflicto de interés. Una vez que el comité haya finalizado sus funciones se publicará toda la información relativa al mismo".


Mientras se produce este cruce de acusaciones, las dudas sobre la gestión de la OMS durante la crisis de la gripe porcina o gripe A se multiplican a lo largo y ancho del globo, con investigaciones que se llevan a cabo en muchos países europeos por organismos independientes, autoridades e incluso dentro de la misma organización.

Europa también hace preguntas

El documento publicado este viernes coincide con otro informe independiente presentado ante el Consejo del Comité Europeo de Salud en el que se revisa la gestión de la OMS en la crisis de la gripe porcina.

El autor del informe, Paul Flynn, del Comité para asuntos de familia y de salud social del Reino Unido, afirma que las decisiones tomadas por la OMS no fueron lo suficientemente transparentes y que crearon una serie de problemas.

Entre ellos, el desperdicio de grandes sumas de dinero público, la provocación de un miedo injustificado entre los europeos, la creación de riesgos de salud a través de medicinas que no habían sido lo suficientemente sometidas a prueba antes de ser autorizadas en procedimientos realizados a toda la velocidad y la distorsión de las prioridades de los servicios públicos en toda Europa.


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